Antes de que ellos se acostasen, ella subió a la azotea, donde estaban, y les dijo:
Pacto con Rajab. La conversación nocturna de Rajab con los espías reveló su fe (9a, 11b), en contraste con el temor de los cananeos (9b, 11a). Los triunfos de Israel en contraste con el pá nico de los cananeos, la convenció de que el Señor había dado la tierra a Israel (9) y que él es Dios (11; cf. Deut. 4:39). A juzgar por la cerámica importada a Palestina en esta época y por la diplomacia inter nacional que se refleja en las Cartas de Amarna (c. 1350 a. de J.C.), el éxodo y la conquista de Israel pudieron haber sido ampliamente difundidos por todo el mundo contemporáneo. Rajab y los cana neos respondieron a los mismos informes (10; cf. Deut. 2:24-3:11). La fe de Rajab la guió a la vida, en tanto que la incredulidad de los cananeos los condujo a muerte (cf. 2 Cor. 2:14-16).
El informe de Rajab que el miedo había caído sobre los cananeos (9), persuadió a los espías de que el Señor había entregado la tierra sin que ellos hubieran levantado una espada (24; cf. 1:5; Exo. 15:13-16; 23:27; Deut. 2:25; 11:25). El valor de la nueva generación de guerreros de Israel (1:6-9) contrastó vivamente con la generación tímida que le precedió (Núm. 13-14; cf. 1 Cor. 16:13; 1 Jn. 4:4).
Luego de su confesión de fe (9-11), la primera en la Biblia, Rajab buscó salvación dentro de la comunidad del pacto (12-13). En el v. 12 misericordia (heb. hesed) es una forma abreviada de decir “ayuda indefectible a un compañero de pacto en necesidad”. La salvación de Dios está accesible a todos los que lo buscan. Característicamente, Rajab buscó la salvación de toda su familia (ver 24:15). La señal que ella quería era el juramento que le hi cieron los espías en el v. 14. Estos varones circuncisos aceptaron a esta prostituta convertida en el compañerismo pleno de la comunidad del pacto y estuvieron incluso dispuestos a morir por ella y su fami lia. El juramento con los gabaonitas en el cap. 9 es otro asunto. Ellos escucharon de la fama del Dios de Israel, pero nunca lo confesaron como su Señor.