Comentario de Josué 6:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Destruyeron a filo de espada todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas y los asnos.
Y destruyeron. Jos 9:24, Jos 9:25; Jos 10:28, Jos 10:39; Jos 11:14; Deu 2:34; Deu 7:2, Deu 7:3, Deu 7:16; Deu 20:16, Deu 20:17; 1Sa 15:3, 1Sa 15:8, 1Sa 15:18; 1Sa 15:19; 1Re 20:42; Sal 137:8, Sal 137:9; Jer 48:18; Apo 18:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los dos espías que llegaron a la casa de Rahab, fueron a buscarla y la rescataron junto a su familia. Lo hicieron de modo que no hubiera error respecto a quién iban a rescatar. Extraordinariamente, esta prostituta, librada de la destrucción total, llegó a ser un miembro de la línea genealógica de Jesús (Rut 4:18-22; Mat 1:5).
Foto de Gustav Jeeninga
El monte de la antigua Jericó, una ciudad amurallada en el sureste de Canaán tomada por Josué y los israelitas (Jos 6:12-21).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
DESTRUYERON… TODO. Para comentarios sobre cómo la destrucción en masa de los cananeos es consecuente con el amor y la justicia de Dios, véase el ARTÍCULO LA DESTRUCCIÓN DE LOS CANANEOS, P. 292. [Jos 6:21]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ARTÍCULO
La destrucción de los cananeos
Jos 6:21 Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos.
(1) Antes que la nación de Israel entrara en la tierra prometida, Dios había dado instrucciones estrictas en cuanto a lo que debían hacer con los pueblos que habitaban allí: tenían que ser totalmente destruidos. «Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado» (Deu 20:16-17; cf. Núm 33:51-53).
(2) El Señor repitió esa orden después que los israelitas cruzaron el Jordán para entrar en Canaán. En varias ocasiones el autor de Josué afirma que la destrucción de Israel de las ciudades y de los cananeos fue ordenada por el Señor (Jos 6:2; Jos 8:1-2; Jos 10:8). Los creyentes bajo el nuevo pacto a menudo se han preguntado cómo esta orden de destrucción masiva de seres humanos es consecuente con la revelación en otros pasajes de la Biblia del amor y de la justicia de Dios, y de su aborrecimiento de la maldad.
(3) La destrucción de Jericó es un relato del justo juicio de Dios sobre un pueblo malvado en extremo cuya medida de pecado había llegado al colmo (Gén 15:16; Deu 9:4-5). En otras palabras, Dios aniquiló al pueblo de aquella ciudad y a otros pobladores de Canaán porque se habían entregado completamente a la depravación moral. La arqueología revela que el pueblo de Canaán participaba en todo tipo de idolatría, prostitución ritual, espiritismo, violencia, y el quemar niños como sacrificios a sus dioses (cf. Deu 12:31; Deu 18:9-13; véase Jos 23:12, nota).
(4) Era necesaria la total destrucción de los cananeos para salvaguardar a Israel de la abrumadora influencia de la idolatría y del pecado de los cananeos. Dios sabía que si se les hubiera permitido seguir vivas a las naciones impías, ellas enseñarían a Israel «a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses», y el pueblo de Israel pecaría contra Jehová su Dios (Deu 20:18). Esta es una expresión del permanente principio bíblico de que el pueblo de Dios debe mantenerse separado de la malvada sociedad que lo rodea (Deu 7:2-4; Deu 12:1-4; véanse los ARTÍCULOs LA SEPARACION ESPIRITUAL DE LOS CREYENTES, P. 1654. [2Co 6:17-18], y LA RELACIÓN DEL CREYENTE CON EL MUNDO, P. 1830. [1Jn 2:15-16]).
(5) La destrucción de las ciudades y los pueblos cananeos demuestra un principio fundamental del juicio de Dios: cuando la iniquidad de un pueblo llega al colmo y se desborda, la misericordia de Dios da lugar al juicio (cf. Jos 11:20). Dios había aplicado anteriormente ese mismo principio en el tiempo del diluvio (Gén 6:5; Gén 6:11-12) y en la destrucción de las ciudades impías de Sodoma y Gomorra (Gén 18:20-33; Gén 19:24-25).
(5) La subsiguiente historia de la nación de Israel confirma la importancia de este principio y del mandamiento de Dios de que todas las naciones paganas fueran destruidas. En realidad, los israelitas desobedecieron la orden del Señor y no expulsaron totalmente a todos los pueblos que vivían en Canaán. Como resultado, comenzaron a ir tras sus abominaciones y a servir a sus dioses falsos (véanse Jue 1:28, nota; Jue 2:2; Jue 2:17, notas). El libro de Jueces es el relato de lo que el Señor hizo en respuesta a esa apostasía.
(6) Por último, la destrucción de aquella generación de cananeos es un tipo y prefiguración del juicio final de Dios sobre los inicuos al final de los tiempos. El segundo y verdadero Josué de Dios, es decir, Jesucristo, volverá en justicia con los ejércitos del cielo para juzgar y librar la guerra contra todos los impíos (Apo 19:11-21). Todos los que han rechazado su oferta de gracia y salvación y que han seguido en el pecado perecerán como los cananeos. Dios derrocará todo poder terrenal y establecerá su reino justo en la tierra (Apo 18:20-21; Apo 20:4-10; Apo 21:1-4).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Ver Jos 6:17-18.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
d 178 Lev 27:29; Deu 7:2; Deu 20:16; 1Sa 15:3
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
bueyes… TM añade las ovejas. Se sigue LXX → §194.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, Y dedicaron al anatema