Biblia

Comentario de Juan 10:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 10:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. — Por eso, el Padre lo amó y lo exaltó (Flp 2:9-10). Jesús no iba a perder su vida por circunstancias que estuvieran fuera de su control; más bien, todos los detalles de su vida terrenal estaban bajo su control, y El dio su vida. Jesús murió porque por ese motivo vino al mundo. El nació para morir.

¿Por qué les dijo que podía volver a tomar su vida? Posiblemente para evitar que se jactaran cuando El fue crucificado. Ellos no ganaron ninguna victoria sobre Jesús. Todo sucedió de acuerdo al plan de Dios. No podían darle muerte hasta que llegara su hora, de la cual habló varias veces. En esta misma ocasión «los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle» (10:31) «pero él se escapó de sus manos» (10:39). Todo aspecto de la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo fue programado por Dios. El dirigió el drama, desde el principio hasta el final.

También al explicar que volvería a tomar su vida evitaría el exceso de tristeza entre sus discípulos.

Para Jesús la cruz ya era una realidad, y su resurrección era igualmente una cosa segura. De ella no tuvo ninguna duda.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Jua 3:25; Jua 15:9, Jua 15:10; Jua 17:4, Jua 17:5, Jua 17:24-26; Isa 42:1, Isa 42:21; Isa 53:7-12; Heb 2:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Como el buen pastor, Jesús tiene el poder, o sea, la autoridad, no sólo de poner voluntariamente su vida por las ovejas (vv. Jua 10:11, Jua 10:15, Jua 10:17), sino también de volverla a tomar. Nadie más que Dios puede hacer eso.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

volverla a tomar. Jesús repitió dos veces esta frase en los dos versículos para señalar que su muerte en sacrificio no era el fin. Él resucitó como evidencia de su deidad y de que era el Mesías (Rom 1:4). Su muerte y resurrección trajeron como resultado su glorificación (Jua 12:23; Jua 17:5) y el derramamiento del Espíritu Santo (Jua 7:37-39; cp. Hch 2:16-39).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. — Por eso, el Padre lo amó y lo exaltó (Flp 2:9-10). Jesús no iba a perder su vida por circunstancias que estuvieran fuera de su control; más bien, todos los detalles de su vida terrenal estaban bajo su control, y El dio su vida. Jesús murió porque por ese motivo vino al mundo. El nació para morir.
¿Por qué les dijo que podía volver a tomar su vida? Posiblemente para evitar que se jactaran cuando El fue crucificado. Ellos no ganaron ninguna victoria sobre Jesús. Todo sucedió de acuerdo al plan de Dios. No podían darle muerte hasta que llegara su hora, de la cual habló varias veces. En esta misma ocasión «los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle» (10:31) «pero él se escapó de sus manos» (10:39). Todo aspecto de la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo fue programado por Dios. El dirigió el drama, desde el principio hasta el final.
También al explicar que volvería a tomar su vida evitaría el exceso de tristeza entre sus discípulos.
Para Jesús la cruz ya era una realidad, y su resurrección era igualmente una cosa segura. De ella no tuvo ninguna duda.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA ELECCIÓN DEL AMOR

Juan 10:17-18

Por lo que Me ama el Padre es porque Yo entrego Mi vida para volverla a toMarcos No es que nadie Me la quite; soy Yo el Que la entrego. Tengo pleno derecho a entregarla, y tengo pleno derecho a recuperarla. Estas son las instrucciones que he recibido de Mi Padre.

Hay pocos pasajes en el Nuevo Testamento que nos digan tanto como este acerca de Jesús en tan poco espacio.
(i) Nos dice que veía toda Su vida como un acto de obediencia a Dios. Dios Le había dado una tarea que cumplir, y Él estaba dispuesto a llevarla a cabo, aunque sabía que Le costaría la vida. Tenía una relación única y exclusiva con Dios que sólo podemos describir diciendo que era el Hijo de Dios. Pero esa relación no Le daba el derecho a hacer lo que Él quisiera; dependía de que hiciera siempre, costara lo que costara, lo que Dios quería. La filiación divina sólo podía basarse para El, como para nosotros, en la obediencia.
(ii) Nos dice que Jesús veía siempre la Cruz y la gloria como inseparables. Él no dudó nunca de que tenía que morir, e igualmente tampoco dudó nunca de que había de resucitar. La razón no era otra que Su confianza en Dios: estaba seguro de que Dios jamás Le abandonaría. La vida se basa en el hecho de que todas las cosas que valen la pena tienen un precio. Siempre se ha de pagar un precio para conseguirlas. La erudición se consigue solamente al precio del estudio; la habilidad en el arte o la técnica sólo se puede adquirir al precio de la práctica; la eminencia en cualquier deporte sólo se logra mediante el entrenamiento y la disciplina. El mundo está lleno de personas que han perdido su destino porque no quisieron pagar el precio. Nadie puede entrar en la gloria y la grandeza escogiendo siempre el camino más fácil; nadie puede dejar de encontrarlas si está dispuesto a seguir el camino difícil.
Se dice que en la Primera Guerra Mundial había un joven soldado francés que estaba herido de gravedad. Tenía un brazo tan destrozado que hubo que amputárselo. Era un ejemplar tan magnífico de humanidad joven que el cirujano se sentía apesadumbrado de que tuviera que quedarse manco para el resto de la vida. Esperó al lado de la cama del soldado para darle la mala noticia cuando despertara de la anestesia. Cuando el joven abrió los ojos, el cirujano le dijo:

-Siento mucho decirte que has perdido el brazo.

-No lo he perdido -le contestó el soldado-. ¡Lo he dado por Francia!
Jesús no se encontró irremisiblemente enredado en un cúmulo de circunstancias de las que no se podía librar. Aparte de la ayuda sobrenatural que habría podido solicitar, está claro que hasta el final habría podido volverse atrás y salvar la vida. No la perdió, sino la entregó. No se Le impuso la Cruz: la aceptó voluntariamente… por nosotros.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

La primera parte del versículo dice: “Por eso mi Padre me ama porque doy la vida”. La NEB suprime la primera partícula de razón y empiezan el versículo directamente «El Padre me ama». La segunda parte del versículo tiene fuerza de propósito: “Para que la tome de nuevo”. En algunos idiomas la idea de dar, entregar o poner la vida es difícil de expresar. Una equivalencia puede ser “morir voluntariamente” o “dar la vida sin ninguna obligación”. Igual se puede decir de “volver a tomar la vida”. Mejor decir “para que vuelva a vivir de nuevo” o “para que nuevamente vuelva a vivir”: «Mi Padre me ama porque estoy dispuesto a entregar mi vida para luego volver a recibirla» (TLA), «El Padre me ama, porque yo doy mi vida para recuperarla de nuevo» (BA).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Flp 2:8-9.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 591 Jua 17:23

h 592 Isa 53:12; Flp 2:8; Heb 2:9; Heb 12:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

tomarla de nuevo. La resurrección es la verdad que va unida a la enseñanza de Jesús acerca de su muerte. El dar su vida como sacrificio por los pecados de la humanidad fue un acto completamente voluntario de su parte (vers. 18; 19:30; He 10:7).

Fuente: La Biblia de las Américas

R965 Note aquí la correspondencia entre διὰ τοῦτο y ὅτι: por esta razón … porque.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego