Comentario de Juan 12:39 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Por eso no podían creer, porque Isaías dijo en otra ocasión:
12:39, 40 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. — ¿Cómo cegó Dios los ojos de ellos? ¿Cómo endureció su corazón? ¿Lo hizo con un decreto arbitrario e irresistible? ¿Lo hizo en contra de la voluntad de los judíos? Sin duda alguna el pueblo gozaba de su libre albedrío y podía haber aceptado a Cristo. Si los judíos — o algunos de ellos — hubieran estado bajo algún decreto de endurecimiento, ¿por que predicarles? ¿Por qué presentarles las señales y otras evidencias, si de ninguna manera podrían aceptarlas?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
por esto no podían creer. Jua 5:44; Jua 6:44; Jua 10:38; Isa 44:18-20; 2Pe 2:14.
porque también dijo Isaías. Isa 6:9, Isa 6:10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El resultado de un rechazo repetido es la pérdida de la capacidad de creer. Isaías enseñó que algunos no podían creer porque Dios endureció su corazón (Isa 6:10) después que rechazaran repetidas veces la verdad.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
NO PODÍAN CREER. La gente no podía creer porque sus decisiones con respecto a Jesús produjeron el endurecimiento de su corazón por parte de Dios. El evangelio nunca deja sin transformación a la persona que se niega a escuchar, arrepentirse y creer. El apóstol Pablo dice que el pueblo de Israel fue desgajado por su incredulidad (Rom 11:20; cf. Sal 95:8; Heb 3:8). Pero el endurecimiento no era permanente para todo israelita. Cualquiera que creyera recibiría vida eterna (v. Jua 12:44-50). En realidad, muchos en Israel sí creyeron después de Pentecostés (Hch 2:41).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
12:39, 40 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. — ¿Cómo cegó Dios los ojos de ellos? ¿Cómo endureció su corazón? ¿Lo hizo con un decreto arbitrario e irresistible? ¿Lo hizo en contra de la voluntad de los judíos? Sin duda alguna el pueblo gozaba de su libre albedrío y podía haber aceptado a Cristo. Si los judíos — o algunos de ellos — hubieran estado bajo algún decreto de endurecimiento, ¿por que predicarles? ¿Por qué presentarles las señales y otras evidencias, si de ninguna manera podrían aceptarlas?
¿Cómo, pues, los endureció el Señor? Lo que su palabra hace, El hace. El mandamiento que Dios entregó a Faraón — por medio de Moisés y Aarón — endureció su corazón. Así también la verdad revelada por Cristo endureció el corazón de los judíos. Lo que Dios dijo a Faraón no era agradable a él, y la verdad enseñada por Jesús no era agradable a los judíos. En los dos casos la voluntad humana no estaba dispuesta a someterse a la voluntad de Dios, y la consecuencia ineludible es el endurecimiento del corazón. El mismo evangelio endurece el corazón de algunos, y suaviza el corazón de otros. (El sol endurece el barro y suaviza la cera.)
Fuente: Notas Reeves-Partain
Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías, “Y por esto no podían creer, como de nuevo dice Isaías”. El versículo anterior señala la incredulidad de los judíos, respaldando este hecho con el profeta Isaías. Ahora también la razón de esa incredulidad la vuelve a respaldar Juan con otra cita de Isaías: “La razón porque no podían creer, de nuevo la expresa Isaías”. Tal vez quede más claro si se invierte el versículo: “Como dice otra vez Isaías, que no podían creer”, «El mismo Isaías había indicado la razón de su falta de fe» (BI).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
no podían creer. De nuevo, Juan enfatiza la soberanía de Dios en relación con la fe salvadora (cp. 1:13; 6:44, 65). Además, la condenación de los impíos proviene de su propia dureza de corazón.
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit., otra vez