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Comentario de Juan 12:48 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 12:48 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: La palabra que he hablado le juzgará en el día final.

12:48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras (son inseparables Cristo y sus enseñanzas) , tiene quien le juzgue; — «tiene» ahora mismo, aun en esta vida, pues ya comenzó el juicio; cada uno está delante del tribunal de Cristo, porque el verdadero juez de la humanidad es el evangelio (Rom 2:16).

— la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero (final, LBLA) — En este texto Jesús pone el énfasis sobre su enseñanza como la base del juicio. Ya había hablado del «día postrero» (6:39, 40, 44, 54; 11:24; compárese 1Co 15:52) . Muchos textos hablan del juicio final: Rom 2:12; Rom 2:16; 2Co 5:10; Hch 17:31; Hch 24:25; Apo 20:11-12. En el Día Final seremos juzgados por el evangelio que Pablo predicó (Rom 2:16), pero aun ahora, durante nuestra vida aquí en la tierra, la enseñanza de Cristo nos está juzgando; p. ej., Mat 7:24-28, ahora mismo los que oyen y obedecen edifican sobre la roca; Mar 16:16, «el que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado». ¿Cuándo? Los que han creído y sido bautizados reciben el perdón de los pecados ahora (Hch 2:38). ¿Cuándo será condenado el que no creyere? Ya está condenado, porque todavía está en sus pecados.

La enseñanza de Jesús (p. ej., Mat 5:22; Mat 5:28; Mat 5:32; Mat 7:1-2; Mat 12:36-37), como también la de sus apóstoles (p. ej., 1Co 11:29; 1Co 11:31; 1Co 11:34; 2Ti 2:11-12) nos juzgan ahora mismo. Los que desobedecen esta enseñanza son juzgados por ella aun durante esta vida. «Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad» (Sal 96:13). «Habéis de ser juzgados por la ley de la libertad» (Stg 2:12); en realidad ahora mismo cada quien se juzga a sí mismo por la ley de la libertad. En el Día Final nuestra vida será comparada con la norma divina, la enseñanza de Cristo, pero ahora en esta vida sucede lo mismo; es decir, en la actualidad estamos bien o estamos mal ante los ojos de Dios. Por eso, debemos examinar nuestra vida nosotros mismos para reconocer cuándo estamos mal y hacer las correcciones necesarias (1Co 11:31; 2Co 13:5; Stg 1:22-27).

Ahora mismo, pues, sabemos (1) a quién servimos (Mat 6:24; Rom 6:17-18); (2) en qué camino andamos (Mat 7:13-14); (3) si andamos en la luz o en las tinieblas (Jua 12:35; 1Jn 1:5-7); (4) si estamos en el reino de Cristo o todavía en el reino de las tinieblas (Col 1:13). Por lo tanto, en Aquel Día no habrá sorpresas para los que siguen a Cristo, porque sabemos de antemano que seremos juzgados por su enseñanza, la misma enseñanza que nos está juzgando durante esta vida. El verdadero juez de los condenados será el evangelio rechazado. Desde luego, habrá sorpresas para muchos infieles, porque ni siquiera creen que habrá juicio. También les sorprenderá que Cristo sea Juez.

Por lo tanto, ahora mismo todos están en el proceso de juzgarse a sí mismos. Cuando los judíos de Antioquía de Pisidia rechazaron el evangelio, Pablo les dijo, «la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna» (Hch 13:46). ¿Pablo juzgó que ellos no eran dignos de la vida eterna? ¿Quién juzgó a quién? Ellos se juzgaron a sí mismos. ¿Cuándo lo hicieron? Cuando desecharon la palabra. En ese momento esa misma palabra les juzgó, y al mismo tiempo ellos se juzgaron a sí mismos. ¿Qué fue su veredicto para ellos mismos? Que no eran dignos de la vida eterna.

Hoy en día ¿a quién puede el hombre culpar por estar condenado? ¿Al predicador? No, sino solamente a sí mismo. En el juicio algunos querrán discutir con el Señor (Mat 7:22), pero si estos hubieran hecho una investigación objetiva de la enseñanza de Jesús para aceptar la verdad, no estarían decepcionados del resultado en el Día Final.

Este texto enseña la responsabilidad del hombre. Todos pueden y deben aceptar la enseñanza de Cristo. Refuta, pues, la doctrina (llamada la predestinación) de que el hombre perdido no tiene la capacidad para aceptar la enseñanza de Cristo a menos que Dios obre por otro medio aparte de la palabra para regenerarlo, porque de esa manera el hombre no sería responsable. Muchos creen que un hombre muerto (en pecados) no puede hacer nada, pero léase 5:25. Todos los que no obedecen al evangelio serán castigados (2Ts 1:7-9).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

El que me rechaza. Deu 18:19; 1Sa 8:7; 1Sa 10:19; Isa 53:3; Mat 21:42; Mar 8:31; Mar 12:10; Luc 7:30; Luc 9:22, Luc 9:26; Luc 10:16; Luc 17:25; Luc 20:17; Hch 3:23; Heb 2:3; Heb 10:29-31; Heb 12:25.

la palabra que he hablado. Jua 3:17-20; Mar 16:16; 2Co 2:15, 2Co 2:16; 2Co 4:3; 2Ts 1:8.

ella le juzgará en el día postrero. Jua 11:24; Mat 25:31; Rom 2:16; Heb 9:27, Heb 9:28.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

yo hablo: Jesús habló lo que su Padre le decía. Rechazar su palabra es rechazar la Palabra de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

12:48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras (son inseparables Cristo y sus enseñanzas) , tiene quien le juzgue; — «tiene» ahora mismo, aun en esta vida, pues ya comenzó el juicio; cada uno está delante del tribunal de Cristo, porque el verdadero juez de la humanidad es el evangelio (Rom 2:16).
— la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero (final, LBLA) — En este texto Jesús pone el énfasis sobre su enseñanza como la base del juicio. Ya había hablado del «día postrero» (6:39, 40, 44, 54; 11:24; compárese 1Co 15:52) . Muchos textos hablan del juicio final: Rom 2:12; Rom 2:16; 2Co 5:10; Hch 17:31; Hch 24:25; Apo 20:11-12. En el Día Final seremos juzgados por el evangelio que Pablo predicó (Rom 2:16), pero aun ahora, durante nuestra vida aquí en la tierra, la enseñanza de Cristo nos está juzgando; p. ej., Mat 7:24-28, ahora mismo los que oyen y obedecen edifican sobre la roca; Mar 16:16, «el que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado». ¿Cuándo? Los que han creído y sido bautizados reciben el perdón de los pecados ahora (Hch 2:38). ¿Cuándo será condenado el que no creyere? Ya está condenado, porque todavía está en sus pecados.
La enseñanza de Jesús (p. ej., Mat 5:22; Mat 5:28; Mat 5:32; Mat 7:1-2; Mat 12:36-37), como también la de sus apóstoles (p. ej., 1Co 11:29; 1Co 11:31; 1Co 11:34; 2Ti 2:11-12) nos juzgan ahora mismo. Los que desobedecen esta enseñanza son juzgados por ella aun durante esta vida. «Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad» (Sal 96:13). «Habéis de ser juzgados por la ley de la libertad» (Stg 2:12); en realidad ahora mismo cada quien se juzga a sí mismo por la ley de la libertad. En el Día Final nuestra vida será comparada con la norma divina, la enseñanza de Cristo, pero ahora en esta vida sucede lo mismo; es decir, en la actualidad estamos bien o estamos mal ante los ojos de Dios. Por eso, debemos examinar nuestra vida nosotros mismos para reconocer cuándo estamos mal y hacer las correcciones necesarias (1Co 11:31; 2Co 13:5; Stg 1:22-27).
Ahora mismo, pues, sabemos (1) a quién servimos (Mat 6:24; Rom 6:17-18); (2) en qué camino andamos (Mat 7:13-14); (3) si andamos en la luz o en las tinieblas (Jua 12:35; 1Jn 1:5-7); (4) si estamos en el reino de Cristo o todavía en el reino de las tinieblas (Col 1:13). Por lo tanto, en Aquel Día no habrá sorpresas para los que siguen a Cristo, porque sabemos de antemano que seremos juzgados por su enseñanza, la misma enseñanza que nos está juzgando durante esta vida. El verdadero juez de los condenados será el evangelio rechazado. Desde luego, habrá sorpresas para muchos infieles, porque ni siquiera creen que habrá juicio. También les sorprenderá que Cristo sea Juez.
Por lo tanto, ahora mismo todos están en el proceso de juzgarse a sí mismos. Cuando los judíos de Antioquía de Pisidia rechazaron el evangelio, Pablo les dijo, «la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna» (Hch 13:46). ¿Pablo juzgó que ellos no eran dignos de la vida eterna? ¿Quién juzgó a quién? Ellos se juzgaron a sí mismos. ¿Cuándo lo hicieron? Cuando desecharon la palabra. En ese momento esa misma palabra les juzgó, y al mismo tiempo ellos se juzgaron a sí mismos. ¿Qué fue su veredicto para ellos mismos? Que no eran dignos de la vida eterna.
Hoy en día ¿a quién puede el hombre culpar por estar condenado? ¿Al predicador? No, sino solamente a sí mismo. En el juicio algunos querrán discutir con el Señor (Mat 7:22), pero si estos hubieran hecho una investigación objetiva de la enseñanza de Jesús para aceptar la verdad, no estarían decepcionados del resultado en el Día Final.
Este texto enseña la responsabilidad del hombre. Todos pueden y deben aceptar la enseñanza de Cristo. Refuta, pues, la doctrina (llamada la predestinación) de que el hombre perdido no tiene la capacidad para aceptar la enseñanza de Cristo a menos que Dios obre por otro medio aparte de la palabra para regenerarlo, porque de esa manera el hombre no sería responsable. Muchos creen que un hombre muerto (en pecados) no puede hacer nada, pero léase 5:25. Todos los que no obedecen al evangelio serán castigados (2Ts 1:7-9).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Empieza igual que los vv. Jua 12:44, Jua 12:45 y Jua 12:46, por lo tanto hay que cuidar que la traducción sea la misma en las tres, cualquiera sea la opción elegida: El que me rechaza y no recibe mis palabras, “La persona que me rechaza, y no recibe mi mensaje”. La idea básica es: “Si a alguien no le importa nada de lo que digo” o “la persona que no quiere tener nada que ver conmigo”. Las NEB y TEV prefieren la forma sustantiva “juez” en lugar de la forma verbal “juzgar”: «tendrá uno que será su juez». El verbo “tener” en presente se entiende aquí con sentido de futuro: «las palabras que yo he dicho lo condenarán en el día último» (DHH) o “El mensaje que he hablado le juzgará en el día final”, donde “juzgar” en este contexto tiene el sentido de “condenar”. Es funcional también traducir la segunda parte del versículo así: “tiene ya su juez para el día final: las palabras que le he dicho ellas son las que le condenarán”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

r 758 Deu 18:19

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

El que me rechaza…no recibe. El contexto implica tanto la hostilidad como la apatía que algunos dieron a las enseñanzas del Señor.

la palabra…juzgará. Las enseñanzas de Jesús son la base sobre la cual toda persona será juzgada.

Fuente: La Biblia de las Américas

R698 Ἐκεῖνος está realmente en aposición con ὁ λόγος: la palabra que yo he hablado lo juzgará.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego