Comentario de Juan 13:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

De cierto, de cierto os digo que el siervo no es mayor que su señor, ni tampoco el apóstol es mayor que el que le envió.

De cierto, de cierto os digo. Jua 3:3, Jua 3:5.

El siervo no es mayor que su señor. Jua 15:20; Mat 10:24, Mat 10:25; Luc 6:40.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El conocido “amén, amén” de Juan, que se usa desde Jua 1:51, se puede traducir como “Les aseguro que es la pura verdad” o alguna otra expresión equivalente. Es importante cuidar de mantener la misma traducción en todos los textos donde aparece esta fórmula.

«Ustedes saben que ningún esclavo es más importante que su amo, y que ningún mensajero es más importante que quien lo envía» (TLA), «Os aseguro que el siervo no puede ser mayor que su amo; ni el enviado, superior a quien lo envió» (BI). La forma literal dice “un esclavo no es mayor que… ni el apóstol que”, expresada en forma de proverbio. “Apóstol”, en sentido de “mensajero” o “enviado”, aparece sólo aquí en Juan. La mayoría de las versiones no le dan el sentido técnico y especial que tiene la palabra “apóstol”.

Esta comparación de Jesús se tiene que ver de forma diferente en otros idiomas con relación al sentido de importancia: “El que sirve no debe creerse más importante que a quien sirve, ni el que lleva un recado debe pensar que sabe más que la persona que lo envía”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Mat 12:24.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “El enviado.” O: “un apóstol (enviado)”. Gr.: a·pó·sto·los; lat.: a·pó·sto·lus.

REFERENCIAS CRUZADAS

t 782 Mat 10:24; Luc 6:40; Jua 15:20

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

En verdad, en verdad. Véase coment. en 1:51.

un siervo. Aunque los discípulos de Jesús son sus amigos (15:14), también deben reconocerle como Señor y dueño de sus vidas porque El es el Mesías y Rey de reyes. Jesús enfatiza esta idea a los discípulos con frecuencia (cp. 15:20; Mt 10:24; Lc 6:40).

Fuente: La Biblia de las Américas

16 (1) El enviado literalmente significa el apóstol.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Si queremos penetrarnos bien del significado de estos versículos, es preciso que notemos cuidadosamente qué lugar ocupan en el capítulo. Se hallan á continuación del pasaje en que se nos describe el lavatorio, y están hasta cierto modo enlazados con el solemne precepto de que los discípulos debían hacer lo que Cristo había hecho.
Enséñasenos, en primer lugar, que los cristianos no deben avergonzarse jamás de hacer lo que Jesucristo ha hecho. «De cierto, de cierto os digo: El siervo,» etc.
Es indudable que nuestro Señor en su omnisciencia percibió que empezaba á despertarse en el ánimo de los discípulos cierta repugnancia á ejecutar actos serviles como el que le habían visto á él ejecutar. Engreídos todavía con la antigua esperanza de presenciar la inauguración de un espléndido dominio temporal, y recónditamente enorgullecidos de ser contados en el círculo de los amigos de nuestro Señor, esos pobres Galileos se asombraron ante la idea de lavarse los pies unos á los otros. No podían creer que el servicio del Mesías envolvía actos de esa naturaleza. Todavía no alcanzaban á comprender la sublime verdad de que la verdadera grandeza del cristiano consiste en hacer bien á los demás. Por ese motivo era necesario que nuestro Señor les dirigiera algunas palabras de amonestación. Si El había condescendido en ejecutar un acto humilde, sus discípulos no debían vacilar en hacer otro tanto.
Todos estamos inclinados á mirar con repugnancia toda obra que apareje alguna molestia ó sacrificio, ó que nos haga rozar con los que nos son inferiores, y por lo regular la trasladamos ó otras personas y nos excusamos diciendo que no es asunto de nuestra incumbencia. Cuando experimentemos tales sentimientos, nos será provechoso recordar las palabras y el ejemplo de nuestro Señor sobre ese particular. Hacemos mal en creer que nos rebajamos con tratar con cariño á los que sean de más humilde condición, y en abstenernos de hacer un bien porque la persona protegida sea indigna ó ingrata. Ese no fue el espíritu de Aquel que á Judas Iscariote lavó los pies lo mismo que á Pedro. El que no puede descender á imitar el ejemplo de Jesucristo revela muy poco amor y muy poco humildad.
En estos versículos se nos enseña también, cuan mutiles son los conocimientos religiosos cuando no van seguidos de la práctica. Leemos estas palabras: «Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hiciereis.» Nuestro Señor advirtió así indirectamente á sus discípulos que jamás serian felices en su servicio si contentándose tan solo con saber sus deberes, no los practicaban.
Nada es más común que oír á los hombres decir respecto de una doctrina dada que ya la saben, en tanto que continúan siendo tan incrédulos ó desobedientes como antes. Parecen lisonjearse con la idea de que hay algo meritorio ó expiatorio en los conocimientos, aunque no vayan seguidos del cambio de corazón ó la enmienda de vida. Empero todo pasa muy al contrario de esto. Saber lo que debemos ser, creer y ejecutar, y sin embargo permanecer indiferentes, nos hace más culpables ante los ojos de Dios. Saber que los cristianos han de ser humildes y tiernos de corazón, y ser al mismo tiempo orgullosos y egoístas, nos hará sumergir más hondamente en el mal, á menos que nos apercibamos de nuestro estado y nos arrepintamos. La práctica, en una palabra, es el alma misma de la religión. «El pecado, pues, está en aquel que, sabiendo hacer lo bueno, no lo hace.» Jam 4:17.
Por supuesto no debe mirarse con desprecio el saber. Por él, en cierto sentido, es que empieza la verdadera fe á apoderarse del corazón del hombre. En tanto que no conozcamos á Dios ó á Jesucristo, en tanto que ignoremos lo que es el pecado, la gracia, el arrepentimiento, nos encontraremos en un estado tan lamentable como los paganos. Pero es preciso guardarnos de dar al saber más importancia de la que merece. Como ya queda dicho, es completamente inútil, religiosamente hablando, á menos que produzca en el hombre un cambio de conducta, una mutación de voluntad. Á la verdad, el saber sin la práctica solo nos pone al nivel de Satanás. «Los demonios,» dice Santiago, «creen y tiemblan..
En estos versículos se nos enseña, además, en que consiste la verdadera dignidad da los discípulos de Jesucristo. Acaso el mundo los menosprecie y ridiculice porque éstos se afanan más por ejecutar actos de caridad y de humildad que por tomar parte en los quehaceres y goces del mundo. Mas el divino Maestro les manda que recuerden cuál es su misión y que no se descorazonen. Son los enviados de Dios y no tienen por qué abatirse. Las siguientes fueron sus palabras: » De cierto, cíe cierto os digo, que el que recibe á quién yo enviare, á mí recibe; y el que á mí recibe, recibe al que me envió..
Estas palabras son muy consoladoras. La doctrina que ellas expresan debiera infundir ánimo en el corazón de todos los que se dedican á hacer bien á sus semejantes, y especialmente á los que socorren á los pobres, ó trabajan por la reforma de los malos. Cierto es que obras de esta naturaleza no acarrean mucha alabanza de los hombres, y que los que so dedican á su ejecución reciben á menudo el estigma de fanáticos y encuentran con oposición de parte de los demás.
Que perseveren sin embargo en bien hacer y tomen aliento de las palabras de que venimos hablando. Que no se abatan si los hombres del mundo se ríen de ellos y los desprecian. Vendrá un día en que oirán estas palabras: » Venid, benditos de mi Padre, poseed el reino aparejado para vosotros desde la fundación del mundo.» Mat 25:34.

Fuente: Los Evangelios Explicados

no es mayor…Mat 10:24; Luc 6:40; Jua 15:20.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

g Mat 10:24; Luc 6:40; Jua 15:20.

Fuente: La Biblia Textual III Edición