Biblia

Comentario de Juan 13:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 13:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Después de haber dicho esto, Jesús se conmovió en espíritu y testificó diciendo: —De cierto, de cierto os digo que uno de vosotros me ha de entregar.

13:21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu (11:33; 12:27; ahora otra vez, con mucha razón) , y declaró (para el beneficio de los apóstoles y también para Judas) y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. — «uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar» (Mar 14:18). El conocimiento de lo que Judas haría demuestra la omnisciencia de Jesús y, por consiguiente, su deidad 2:24, 25; 4:29, etc.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

fué conmovido en el espíritu. Jua 11:33, Jua 11:35, Jua 11:38; Jua 12:27; Mat 26:38; Mar 3:5; Hch 17:16; Rom 9:2, Rom 9:3; 2Co 2:12, 2Co 2:13.

uno de vosotros me ha de entregar. Jua 13:2, Jua 13:18; Mat 26:21; Mar 14:18; Luc 22:21, Luc 22:22; Hch 1:16, Hch 1:17; 1Jn 2:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

se conmovió: Jesús está profundamente agitado al enfrentarse con la aflicción (Jua 11:33) de su propia muerte (Jua 12:27), y la traición.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

se conmovió. La misma palabra griega ocurre en Jua 12:27 y Jua 14:1 en el sentido de atribularse o angustiarse. Para el significado de esta expresión, vea la nota sobre Jua 12:27.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

13:21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu (11:33; 12:27; ahora otra vez, con mucha razón) , y declaró (para el beneficio de los apóstoles y también para Judas) y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. — «uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar» (Mar 14:18). El conocimiento de lo que Judas haría demuestra la omnisciencia de Jesús y, por consiguiente, su deidad 2:24, 25; 4:29, etc.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA ÚLTIMA APELACIÓN DEL AMOR

Juan 13:21-30

Después de decir aquello, Jesús se angustió en espíritu y declaró solemnemente:
-Os digo la pura verdad: uno de vosotros Me va a traicionar.
A eso los discípulos se pusieron a mirarse unos a otros; porque no tenían ni idea acerca de quién estaba hablando. Uno de Sus discípulos al que Jesús amaba estaba reclinado con la cabeza en Su pecho. Entonces Pedro le hizo una seña para que Le preguntara a Jesús de quién se trataba. El discípulo que estaba reclinado con la cabeza en el pecho de Jesús Le preguntó:

-Señor, ¿quién es?

-Es al que le voy a mojar un trozo de pan en el plato y dárselo.
A eso cogió un pedazo de pan, lo mojó en la salsa y se lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y, después de tomar aquel bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo:
-Date prisa con lo que vas a hacer.
Ninguno de los otros comensales comprendió por qué se lo decía. Algunos creyeron que, como Judas llevaba la caja, Jesús le había dicho que comprara lo que necesitaban para la fiesta; o que le había dicho que diera algo para los pobres.
Así es que aquel hombre tomó el bocado y salió en seguida y era de noche.

Cuando visualizamos esta escena, surgen ciertas cosas sumamente dramáticas.
La traición de Judas aparece en todo su horror. Tiene que haber sido un actor consumado y un perfecto hipócrita. Una cosa está clara: si los otros discípulos hubieran sabido lo que Judas se traía entre manos, no habría salido con vida de aquella habitación. Judas tiene que haber estado fingiendo un amor y una lealtad que engañaron a todos excepto a Jesús. No era sólo un villano descarado; era un credomado hipócrita. Aquí hay una advertencia. Exteriormente podemos engañar a la gente; pero no se pueden esconder cosas a los ojos de Cristo.
Y hay más. Cuando comprendemos debidamente lo que estaba sucediendo, podemos descubrir que hubo una apelación tras otra a Judas. La primera: la organización de los puestos en aquella cena. Los judíos no se sentaban a la mesa: se reclinaban. La mesa era un bloque sólido, bajo, con una especie de sofás alrededor. Todo tenía una forma como de U, y el lugar del anfitrión era el centro. Los comensales se reclinaban sobre el lado izquierdo, descansando sobre el codo izquierdo y dejándose el brazo derecho libre para alcanzar la comida. Colocados de esa manera, la cabeza de cada uno estaba literalmente sobre el pecho del que estuviera reclinado a su izquierda. Jesús ocuparía el lugar del anfitrión, en el centro del único lado hábil de la mesa baja. El discípulo al que Jesús amaba tiene que haber estado a Su derecha; porque, cuando se apoyaba con el codo en la mesa, tenía la cabeza sobre el pecho de Jesús.

Nunca se menciona el nombre del discípulo al que Jesús amaba. Algunos han pensado que sería Lázaro, porque se nos dice que Jesús le amaba (Jn 11:3 , S y 36). Algunos han pensado que sería «el joven rico» anónimo, porque Jesús le amó cuando le vio (Mr 10:21 ), y se ha supuesto que, por fin, lo dejó todo para seguir a Jesús. Algunos han pensado que no era una persona de carne y hueso, sino la figura ideal de cómo debería ser el perfecto discípulo. Pero la opinión general y tradicional siempre ha sido que el discípulo amado no era otro que el mismo Juan; y no tenemos por qué dudarlo.

Pero es el sitio de Judas el que merece un interés especial. Está claro que Jesús podía hablarle tan privadamente que los otros no se enteraban. En ese caso, sólo puede haber estado en un sitio: tiene que haber sido ala izquierda de Jesús, de tal manera que, lo mismo que la cabeza de Juan se apoyaba en el pecho de Jesús, así también la de Jesús se apoyaba en el pecho de Judas. Lo revelador es que el sitio a la izquierda del anfitrión era el de máximo honor, y se le reservaba al amigo más íntimo. Antes de colocarse todos para la cena, Jesús tiene que haberle dicho a Judas: «Judas, ven a sentarte a mi lado esta noche; quiero tenerte cerca para poder hablar contigo.» Esa invitación era ya una llamada de amor.

Pero hay más. El que el anfitrión ofreciera a un invitado un bocado o una pieza especial de la fuente era señal de una amistad especial. Cuando Booz quería dar muestras de su aprecio por Rut, la invitó a que se acercara y mojara su trozo de pan en el vino (Rth 2:14 ). T. E. Lawrence contaba que, cuando se sentaba con los árabes en las tiendas, a veces el jefe árabe cortaba una pieza selecta de carnero del animal entero que tenían delante y se la pasaba a él (¡lo que era a veces una distinción incómoda para un paladar occidental, porque tenía que comérselo todo dando señales de disfrutarlo!). Cuando Jesús le pasó la pieza a Judas, aquello era otra vez una señal de especial aprecio. Y advertimos que, hasta cuando Jesús lo hizo, los demás no se dieron cuenta de lo que significaban Sus palabras; lo que muestra bien a las claras que Jesús tenía costumbre de hacerlo, y nadie se dio por sorprendido. Probablemente Judas ya había sido objeto de muestras de especial afecto por parte de Jesús.

Aquí está la tragedia. Una y otra vez Jesús llamó a la puerta de aquel negro corazón, y una y otra vez Judas lo mantuvo cerrado. ¡Que Dios nos libre se llegar a ser tan impermeables a las llamadas de Su amor!

LA ÚLTIMA APELACIÓN DEL AMOR

Juan 13:21-30 (conclusión)

Así que este drama trágico continuó hasta el final. Una y otra vez Jesús le demostró a Judas Su afecto. Una y otra vez Jesús trató de salvarle de lo que estaba planificando hacer.
Y entonces, de pronto, llega el momento crucial: el momento en que el amor de Jesús admite su derrota. «Judas -le dijo, date prisa con lo que te propones hacer.» No había razón para más aplazamientos. ¿Para qué seguir llamando inútilmente cuando la tensión iba en aumento? Si había de hacerse, cuanto antes mejor.
Los discípulos seguían sin comprender nada. Creían que Jesús estaba mandando a Judas a cumplir con las obligaciones de la fiesta. Era la ocasión más especial para hacer algo por los pobres. También en nuestro tiempo, se acostumbra en muchas iglesias hacer una colecta especial en los cultos de comunión para los necesitados. Así que los discípulos creyeron que Jesús mandaba a Judas a hacer la contribución acostumbrada para que también los pobres pudieran celebrar la Pascua.
Cuando Judas recibió el trozo de comida, el diablo entró en él. Es terrible que, lo que se pretendía que fuera una llamada al amor se convirtiera en la dinámica del odio. Eso es algo que el diablo puede hacer. Puede tomar las cosas más agradables y retorcerlas hasta que se convierten en agentes del infierno. Puede tomar el amor, y convertirlo en lujuria; o la piedad, y convertirla en beatería; o la disciplina, en crueldad sádica; o la confianza, en complicidad culpable. Debemos estar en guardia en nuestra vida para que el diablo no convierta las cosas buenas en otras que contribuyan a sus propósitos.
Judas salió… y era de noche. Juan tiene una habilidad especial para henchir las palabras de sentido espiritual. Era de noche porque hacía tiempo que se había puesto el Sol y estaba oscuro; pero aquí se insinúa otra noche. Siempre es de noche cuando una persona se aleja de Cristo para seguir sus propios planes. Siempre es de noche cuando se escucha la llamada del mal en lugar de la del bien. Siempre es de noche cuando el odio apaga la luz del amor. Siempre es de noche cuando le volvemos la espalda a Jesús.

Si nos mantenemos en íntima relación con Cristo, andamos en la luz; si Le volvemos la espalda, entramos en la oscuridad y andamos a oscuras. Se nos ofrecen los dos caminos: el de la luz, y el de la oscuridad. Que Dios nos dé sabiduría para escoger correctamente… porque, en la oscuridad, uno siempre se pierde.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

3. El anuncio de la traición (Jua 13:21-30)

Análisis de discurso

TÍTULO: La mayoría de las versiones mencionan explícitamente a Judas como el traidor: Jesús anuncia la traición de Judas (RV60, RV95), La traición de Judas (BA, LPD), Jesús anuncia que Judas lo traicionará (DHH), Jesús predice la traición de Judas (BI). En realidad, en el texto Jesús no menciona el nombre de Judas, por ello consideramos adecuado el título Jesús anuncia que será traicionado (TLA) o algo más llamativo Traicionado por un amigo íntimo.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

a. Jesús descubre al traidor (vv. Jua 13:21-26)

El v. Jua 13:21 introduce una nueva escena, donde Jesús expresa que uno de sus discípulos lo va a traicionar. Este anuncio tan sorpresivo produce una seria reacción entre los discípulos. Pedro pide al “discípulo que Jesús amaba” que le pregunte a Jesús a quién se refiere. Jesús responde indicando que es a quien él de un pedazo de pan remojado. Luego le dice a Judas que vaya a hacer lo que tiene que hacer. Los vv. Jua 13:28 y Jua 13:29 son como un paréntesis explicativo para señalar porqué los demás discípulos no identificaron allí mismo a Judas como el traidor. La sección termina con una nota temporal que tiene una gran carga teológica: “Era de noche”.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

El “Habiendo dicho estas cosas” introduce literalmente el versículo, el cual también pudiera iniciarse con “Una vez dicho esto” o “Después que Jesús habló de esta manera”. Ésta es una fórmula de transición muy común en Juan (cf. Jua 7:9; Jua 9:6; Jua 11:28, Jua 11:43; Jua 18:1).

«Jesús se sintió profundamente conmovido» (DHH, BI, LPD), se conmovió en su espíritu, «se sintió muy preocupado» (TLA) o “Jesús se estremeció profundamente dentro de sí mismo” son intentos de comunicar una profunda agitación interior de Jesús, una especie de conmoción interna. El término “espíritu” aquí no se refiere al Espíritu Santo sino al espíritu humano como el centro de todas las emociones, como en Jua 12:27. En otros idiomas serían mejor descritos estos sentimientos de Jesús traduciendo, por ejemplo: “Jesús profundamente dolido dentro de su corazón” o “al pensar en esto Jesús se sentía intensamente adolorido”. Jesús había sentido esto mismo en otras ocasiones muy significativas de su vida (cf. Jua 11:33; Jua 12:27).

“Y testificó y dijo” refleja la influencia semítica en el vocabulario de Juan, que en español sería una redundancia poco elegante, por lo que la mayoría de las versiones la evitan, traduciendo: declaró, «explicó» (NEB), «él comenzó a dar su testimonio» (NAB), «declaró abiertamente» (TEV), «añadió» (DHH) «exclamó» (LPD), entre otras.

Jesús repite la fórmula “amén, amén”, lo cual indique que la declaración que sigue es de una importancia especial: Uno de vosotros me va a entregar, “Que uno de ustedes me va a entregar”. Aquí también el verbo “entregar” tiene el sentido de “traicionar”, que en el Nuevo Testamento, y en particular en este evangelio, es siempre el que se usa para referirse a la acción de Judas. El sentido de esta “entrega” tiene como telón de fondo la crucifixión. En realidad, más que la acción de traicionar de Judas, la narración subraya la idea que Jesús va a la muerte.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Jua 11:33; Jua 12:27.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

b 790 Mat 26:21; Mar 14:18; Luc 22:21; Jua 6:70; Hch 1:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

se angustió. Es probable que la reacción de Jesús se debiera a la traición de Judas (vers. 27), y por lo que le sucedería después de traicionarlo.

Fuente: La Biblia de las Américas

Estos versículos tratan de un asunto que es doloroso de suyo: ese asunto es la última escena que tuvo lugar entre Jesús y Judas, y las últimas palabras que el Maestro dirigió al discípulo. Jamás volvieron á verse en la tierra, excepto la vez que se encontraron en el jardín, cuando nuestro Señor fue aprehendido. Poco tiempo después el divino Maestro y el desleal discípulo habían muerto. Jamás volverán á verse corporalmente hasta que suene la trompeta, y los muertos resuciten, y empiece el juicio, y se abran los libros. ¡Qué encuentro tan terrible será aquel! Notemos primeramente cuánto tuvo que sufrir nuestro Señor por nuestras almas. Se nos refiere que después de lavar los pies de los discípulos se turbó en espíritu y dijo: » Uno de vosotros me ha de entregar..
No es fácil formar una idea adecuada de lo intenso de los padecimientos de nuestro Señor durante los tres últimos años que vivió en la tierra. Su crucifixión y muerte fueron apenas el complemento de sus sufrimientos. Pero, debido en parte á la incredulidad de los Judíos y al odio de los fariseos, y en parte á la falta de firmeza de sus propios discípulos, El fue á la verdad, «varón de dolores, experimentado en flaquezas.» Isa 53:3.
Pero el sufrimiento á que hemos aludido fue excepcional. Fue el pesar acerbo del Maestro al ver convertido en apóstata y traidor á uno de los apóstoles que había escogido. Que Jesús había previsto ese pesar no puede revocarse á duda, pero el pesar no fue menos profundo por haber sido previsto. Además, no hay nada que mortifique tanto como el desagradecimiento. Un poeta inglés ha dicho: «La ingratitud del hijo punza tanto Como el colmillo de la serpiente fiera..
La rebelión de Absalón afligió á David más que ninguna otra desgracia, y la traición de Judas fue causa de uno do los dolores más agudos del Hijo de David.
Notemos en seguida cuan maligno y poderoso es nuestro grande adversario. Al principio del capítulo se nos dice que puso en el corazón de Judas la intención de traicionar al Señor. En este pasaje se nos dice que entró en el. Primero sugiere, luego manda; y una vez que ha entrado en un hombre se apodera completamente de su ser y lo domina como un tirano.
Procuremos no desentendernos de los ardides de Satanás, quien todavía recorre la tierra en busca de víctimas para devorar. Está en nuestro camino, cerca de nuestro lecho y espía todos nuestros movimientos. El único modo de ponernos á salvo de su formidable brazo es resistiendo sus primeros ataques. Do nuestra conducta en tales circunstancias todos somos responsables. Potente como es, no alcanza á hacernos daño alguno si imploramos el auxilio de ese Ser más poderoso que mora en los cielos, y si empleamos en nuestra defensa los medios que él ha señalado. Uno de los infalibles principios del Cristianismo es que si resistimos al diablo él huirá de nosotros. Jam 4:7.
Cuando un hombre empieza á contemporizar con el maligno es difícil predecir hasta dónde irá á parar. Muchos creen que es una cosa de poca monta el dar asilo á los primeros pensamientos pecaminosos y el permitir que Satanás nos lisonjee é inocule en nuestro corazón malos deseos. En tales momentos y bajo tales circunstancias es que empieza muchas veces la caída de los mortales. El que permite que Satanás le inspire malos pensamientos muy pronto se verá arrastrado de malas costumbres. Feliz el que, creyendo en la existencia del diablo, vela y ora diariamente para ser preservado de sus tentaciones.
Notemos, por último, hasta qué grado de endurecimiento puede llegar un apóstata. Cualquiera espectador se hubiera imaginado que al contemplar la turbación de nuestro Señor, y al oír sus palabras de admonición, Judas habría sentido remordimientos de conciencia. Mas no sucedió así. Cualquiera hubiera pensado que cuando Jesús dijo que hiciera pronto lo que iba á hacer, el desleal discípulo se habría detenido en su camino y se habría avergonzado de abrigar intenciones tan depravadas. Mas nada fue parte á conmoverlo. Como si hubiera estado completamente destituido de conciencia, se separó de nuestro Señor y se fue á llevar á afecto su plan atroz.
Causa espanto el pensar cuánto podemos endurecernos si obramos en oposición á nuestros conocimientos y á nuestras convicciones. Podemos volvernos tan insensibles como aquellos á quienes se les han paralizado los miembros, y hacernos ajenos del temor, la vergüenza, y el remordimiento. Examinemos constantemente nuestros corazones y no cedamos ante las primeras tentaciones. Aquel es el cristiano más fuerte que reconoce más su debilidad y exclama : «Sostenme y seré salvo.» Psa 119:117.

Fuente: Los Evangelios Explicados

se turbó… Es decir, se estremeció.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R675 Εἷς equivale a τὶς: uno de ustedes.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Es decir, se estremeció.

Fuente: La Biblia Textual III Edición