Comentario de Juan 14:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero para que el mundo conozca que yo amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos. ¡Vamos de aquí!
14:31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí. — Lo que Jesús iba a sufrir no tuvo nada que ver con el poder del diablo, sino que como siempre hacía la voluntad del Padre en todas las cosas, de esa manera seguiría sometiéndose a su voluntad (Luc 22:42).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
para que el mundo conozca que amo al Padre. Jua 4:34; Jua 10:18; Jua 12:27; Jua 15:9; Jua 18:11; Sal 40:8; Mat 26:39; Flp 2:8; Heb 5:7, Heb 5:8; Heb 10:5-9; Heb 12:2, Heb 12:3.
Levantaos, vamos de aquí. Jua 18:1-4; Mat 26:46; Luc 12:50.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
14:31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí. — Lo que Jesús iba a sufrir no tuvo nada que ver con el poder del diablo, sino que como siempre hacía la voluntad del Padre en todas las cosas, de esa manera seguiría sometiéndose a su voluntad (Luc 22:42).
Fuente: Notas Reeves-Partain
La traducción de este versículo necesita ser reestructurada para mayor claridad, ya que una traducción literal quedaría poco clara. Cercano al original griego traduce la RV95: Pero para que el mundo sepa que amo al Padre, y como el Padre me ordenó, así hago. Se obtiene mayor claridad con la reestructuración: «el mundo tiene que saber que yo amo al Padre; esta es la razón por la que hago todo lo que él me ordena» (TEV), «pero yo tengo que obedecer a mi Padre, para que todos sepan que lo amo» (TLA), «pero tiene que ser así para demostrar al mundo que yo amo al Padre y que cumplo fielmente la misión que me encomendó» (BI), “Así la gente en el mundo va a comprender cuánto amo al Padre porque hago exactamente lo que me encargó”. Este es el único texto en el Nuevo Testamento donde Jesús expresa explícitamente su amor por el Padre celestial.
El capítulo termina con unas palabras que para algunos comentaristas sugieren que los caps. Jua 15:1-27; Jua 16:1-33; Jua 17:1-26 se dijeron camino a Getsemaní. Pero esto es pura especulación y no existe evidencia textual que apoye esta explicación. Estas palabras son muy parecidas a las de Mar 14:42 cuando Jesús arenga a sus discípulos soñolientos en Getsemaní. Es justo reconocer que estos imperativos implican cierta dificultad textual, por cuanto el discurso continúa sin cambio aparente, y la salida se verá sólo hasta en Jua 18:1. Los biblistas han propuesto distintas soluciones, de las cuales la más sencilla pudiera ser trasladar estas palabras al final del cap. Jua 16:1-33. Sin embargo, no existe ninguna evidencia textual que apoye dicho cambio.
¡Levantaos, vámonos de aquí!, “¡Levántense! ¡Vámonos de aquí!”, o también: “¡Levántense! ¡Salgamos de este lugar!”. La CEV opta por una traducción que no corta el discurso de manera tan drástica: «Ahora ya es tiempo de irnos», dejando en el lector la idea de que es posible que no hayan salido inmediatamente del aposento alto hacia Getsemaní.
Reflexión bíblica y pastoral
En este evangelio se menciona con frecuencia la unidad que existe entre el Padre y el Hijo, pero este pasaje acentúa la unidad del Hijo y el Espíritu, llamado específicamente el Consolador. Es muy fortalecedor saber que Jesús tiene siempre cuidado de sus seguidores, para quienes aún después de su partida ha procurado quien les asista en los momentos de necesidad. El Espíritu no hará a los discípulos una visita, sino que será una presencia permanente. Era necesario que los discípulos así lo entendieran y lo sintieran, no como con frecuencia se le entiende en las iglesias contemporáneas, como una presencia sólo puntual reservada para las ocasiones de culto.
También de este pasaje es importante la afirmación de Jesús sobre la relación entre amarle y guardar sus mandamientos. El amor que Jesús exige no se circunscribe al ámbito de los sentimientos, sino que abarca también el de la acción, el de la concretización del amor que se proclama verbalmente en actos reales. Para tener y expresar ese tipo de amor es necesario tener morando en nosotros la presencia del Espíritu Santo, según Juan. Además, el Espíritu Santo ejerce una especie de función pedagógica y mnemotécnica, ya que él enseña todas las cosas que agradan a Dios, a cumplir sus mandamientos, a practicar el amor recíproco, así como tiene la función de recordarnos todas estas cosas. Podemos decir que el Espíritu es la memoria del amor y los actos salvíficos de Dios para los seres humanos. Las enseñanzas de Jesús no se pierden en el vacío, sino que el Espíritu las actualiza permanentemente en nosotros.
También es el Espíritu quien nos hace vivir la paz de Cristo, que no es ausencia de conflictos, sino poder para mantenernos unidos al Señor, confiando en sus promesas y en su presencia, amándonos en medio de las adversidades, y todo ello gracias a la presencia de su Espíritu Consolador en nuestras vidas. Vemos, pues, que el Espíritu realiza una obra extraordinaria en la vida de los creyentes, actualizando y continuando la realizada por Jesús.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 12:49; Jua 15:10; Mat 26:46; Mar 14:42.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
r 854 Jua 10:18; Jua 12:49; Jua 15:10; Flp 2:8; 1Jn 5:3
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
para que el mundo sepa. Jesús muestra su amor al Padre por medio de la obediencia, y de la misma manera los discípulos deben mostrar su amor al Hijo (cp. vers. 15, 21, 23; 15:10).
Levantaos, vámonos de aquí. Es posible que la comitiva comenzó a caminar desde el lugar de la última cena (cap. 13) hacia el Getsemaní (cp. 18:1).
Fuente: La Biblia de las Américas
M144 Ἵνα con el subjuntivo tiene aquí un sentido imperativo; así que ἵνα γνῷ ὁ κόσμος significa: el mundo tiene que conocer (comp. T95).