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Comentario de Juan 17:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 17:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.

17:17 Santifícalos en (en la esfera de) tu verdad; tu palabra es verdad. — Cristo no solamente pide que Dios los guarde del maligno, sino que los santifique para la obra (2Co 5:18-20). Básicamente la palabra santificar no quiere decir purificar, pues se usa de Cristo también (10:36 «al que el Padre santificó y envió al mundo»; 17:19, «yo me santifico a mí mismo»). Más bien, significa consagrar o dedicar enteramente al servicio de Dios. Compárese Éxo 40:13. Jesús ya había dicho que «tuyos eran, y me los diste» (17:6) y que no son del mundo; por eso, se habían apartado para los usos de Dios, es decir, para el ministerio de la palabra (17:8, 14; Mat 28:19-20; Mar 16:15; Luc 24:47-49; Hch 1:8). Habían de dedicar su vida a esta Gran Comisión. Desde luego, la santificación requería que se abstuvieran de todo mal, pero básicamente tenía que ver con su dedicación a la obra. Como ya habían dejado todo por Cristo, ahora llevarían a cabo su ministerio (Luc 14:33; Mat 19:27; Mar 10:29-30).

Como los apóstoles fueron santificados en la esfera de la verdad, también todos los discípulos son santificados en la esfera de la verdad, porque no es posible santificarnos para Dios fuera de la palabra de Dios (2Ts 2:13). Muchísimos religiosos se santifican no en la esfera de la verdad, sino en la esfera de la doctrina humana (los mandamientos, especulaciones, teorías y opiniones de los hombres). Los que se santifican en la enseñanza humana no son santificados para Dios, sino para los hombres.

Por medio de la palabra nos consagramos al servicio de Dios y evitamos la contaminación del mundo (Tit 2:11-12). «Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo» (1Ts 5:23). «Llegamos a ser todo lo que el Señor quiere que seamos por medio de la fiel obediencia a su palabra. Esta es la santificación por la cual Jesús oró» (GNW).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Santifícalos en tu verdad. Jua 17:19; Jua 8:32; Jua 15:3; Sal 19:7-9; Sal 119:9, Sal 119:11, Sal 119:104; Luc 8:11, Luc 8:15; Hch 15:9; 2Co 3:18; Efe 5:26; 2Ts 2:13; Stg 1:21; 1Pe 1:22, 1Pe 1:23.

tu palabra es verdad. Jua 8:40; 2Sa 7:28; Sal 12:6; Sal 19:7; Sal 119:144, Sal 119:151, Sal 119:152; Efe 4:21; 2Ti 2:25, 2Ti 2:26.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

SANTIFÍCALOS EN TU VERDAD. «Santificar» quiere decir hacer santo, separar. Jesús pide la noche antes de su crucifixión que sus discípulos sean un pueblo santo, separado del mundo y del pecado para adorar y servir a Dios. Debe separarse a fin de estar cerca de Dios, vivir por Él y ser semejante a Él. Esa santificación se logra por su devoción a la verdad que les ha revelado el Espíritu de verdad (cf. Jua 14:17; Jua 16:13). La verdad es tanto la Palabra viva de Dios («el Verbo» de Jua 1:1) como la revelación de la Palabra escrita de Dios (véase el ARTÍCULO LA SANTIFICACIÓN, P. 1810. [1Pe 1:2]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Santifícalos. Este verbo también ocurre en el Evangelio de Juan en el v. Jua 17:19; Jua 10:36. El concepto de santificación tiene que ver con apartar algo para un uso particular. En este sentido, los creyentes son apartados para Dios y sus propósitos de manera exclusiva. En consecuencia, el creyente solo hace lo que Dios quiere y aborrece todo lo que Dios aborrece (Lev 11:44-45; 1Pe 1:16). La santificación solo se alcanza por medio de la verdad, que es la revelación dada por el Hijo acerca de todo lo que el Padre le mandó comunicar y que ahora está contenida en las Escrituras dejadas por los apóstoles. Cp. Efe 5:26; 2Ts 2:13; Stg 1:21; 1Pe 1:22-23.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

17:17 Santifícalos en (en la esfera de) tu verdad; tu palabra es verdad. — Cristo no solamente pide que Dios los guarde del maligno, sino que los santifique para la obra (2Co 5:18-20). Básicamente la palabra santificar no quiere decir purificar, pues se usa de Cristo también (10:36 «al que el Padre santificó y envió al mundo»; 17:19, «yo me santifico a mí mismo»). Más bien, significa consagrar o dedicar enteramente al servicio de Dios. Compárese Éxo 40:13. Jesús ya había dicho que «tuyos eran, y me los diste» (17:6) y que no son del mundo; por eso, se habían apartado para los usos de Dios, es decir, para el ministerio de la palabra (17:8, 14; Mat 28:19-20; Mar 16:15; Luc 24:47-49; Hch 1:8). Habían de dedicar su vida a esta Gran Comisión. Desde luego, la santificación requería que se abstuvieran de todo mal, pero básicamente tenía que ver con su dedicación a la obra. Como ya habían dejado todo por Cristo, ahora llevarían a cabo su ministerio (Luc 14:33; Mat 19:27; Mar 10:29-30).
Como los apóstoles fueron santificados en la esfera de la verdad, también todos los discípulos son santificados en la esfera de la verdad, porque no es posible santificarnos para Dios fuera de la palabra de Dios (2Ts 2:13). Muchísimos religiosos se santifican no en la esfera de la verdad, sino en la esfera de la doctrina humana (los mandamientos, especulaciones, teorías y opiniones de los hombres). Los que se santifican en la enseñanza humana no son santificados para Dios, sino para los hombres.
Por medio de la palabra nos consagramos al servicio de Dios y evitamos la contaminación del mundo (Tit 2:11-12). «Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo» (1Ts 5:23). «Llegamos a ser todo lo que el Señor quiere que seamos por medio de la fiel obediencia a su palabra. Esta es la santificación por la cual Jesús oró» (GNW).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Santifícalos en tu verdad es una expresión muy propia del ambiente bíblico, pero que puede ser difícil de comunicar en otros idiomas. Algunas versiones intentan hacerlo más explícito buscando equivalencias como «conságralos» (DHH, BJ), «dedícalos a ti» (TEV) o explicando en una nota al pie de página el sentido bíblico de “santificar”. También se podría traducir: “Por medio de tu palabra haz que ellos estén dedicados exclusivamente para servirte a ti”. La idea de “ser santos” encuentra su equivalencia en la idea de “tomarlos para ti”, “separarlos para ti” o “hacerlos tuyos”. La idea más cercana al texto bíblico tal vez sea: «Haz que sean completamente tuyos por medio de la verdad» (BI) o “Haz que ellos te pertenezcan por medio de la verdad de tu palabra. Tu palabra es la pura verdad”. Otra equivalencia puede ser: “Apártalos para tu servicio por medio de la verdad de tu mensaje. La palabra es tu propio mensaje”. La TLA cambia el orden de la oración, buscando mayor claridad: «Tu mensaje es verdad; haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti» (TLA).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— se consagren a ti: Así parece correcto traducir el rico vocablo griego que con frecuencia ha sido traducido por santificar. Es preciso advertir que el significado original de este término bíblico es el de separar para Dios, dedicar a Dios. El valor que comúnmente se le da, en el sentido de hacer que alguien lleve una conducta moral intachable, es una derivación y una consecuencia del que primordialmente tiene en la Biblia (ver nota a Rom 1:7). Pero como no se trata de dos sentidos opuestos, en el NT hay ocasiones en que ambos valores (tanto de este vocablo como de sus derivados) se aproximan notablemente (ver Heb 2:11; 1Pe 1:15-16; 1Jn 2:1; Apo 5:8; Apo 22:11).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

e 967 Hch 15:9; Efe 5:26; 1Ts 5:23; 2Ts 2:13; 1Pe 1:22

f 968 Flp 2:16

g 969 Sal 12:6; Sal 119:151; Sal 119:160; Stg 1:18

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Santifícalos. Los cristianos deben estar separados de la maldad por haber sido apartados para Dios.

la verdad. Esta es la verdad divinamente revelada que consta de la palabra de Dios y que el Señor Jesús revela y personifica. La palabra de Dios es el medio por el cual El produce santidad en el creyente.

tu palabra es verdad. Es decir, la revelación hablada y escrita de Dios. Dios reveló esta palabra en el A.T., por medio de Jesús a sus discípulos (vers. 8) y por las Escrituras que los seguidores de Jesús habrían de dejar para toda la posteridad (cp. Jn 20:31; 2 P 3:15, 16).

Fuente: La Biblia de las Américas

17 (1) Ser santificado ( Efe_5:26 ; 1Ts_5:23) significa ser separado del mundo y de su usurpación, y apartado para Dios y Su propósito, no solamente en cuanto a la posición ( Mat_23:17 , Mat_23:19), sino también al carácter ( Rom_6:19 , Rom_6:22). La palabra viva de Dios obra en los creyentes para lograr separarlos de todo lo mundano. Esto equivale a ser santificado en la palabra de Dios, la cual es la verdad, la realidad.

17 (2) O, en la realidad. La realidad es el Dios Triuno (1:14,17; 14:6; 1Jn_5:6). Puesto que el Dios Triuno está contenido y escondido en Su palabra, ésta es realidad (véanse las notas 14 (6) del cap.1 y 6 (6) de 1 Jn 1). Somos santificados en la realidad de esta palabra.

17 (3) La palabra del Padre lleva consigo la realidad del Padre. Cuando la palabra de Dios dice: «Dios es luz», lleva consigo a Dios como luz. Por lo tanto, la palabra de Dios es la realidad, la verdad, a diferencia de la palabra de Satanás, la cual es vanidad, una mentira (8:44).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Santifícalos significa poner aparte para Dios y para Sus santos propósitos; lo mismo en el v. Jua 17:19.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

TGr9 No debe suponerse que hay dos significados distintos de la palabra ἀλήθεια, en este versículo, que significa: Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. Este es un ejemplo en que el predicado nominal aparece antes del verbo ἐστίν y, como consecuencia, pierde su artículo definido (comp. Jua 8:32).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego