Comentario de Juan 17:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado.
17:3 Y esta es la vida eterna: que — Compárese 3:19, «Esta es la condenación: que… «; es decir, como Cristo explica la base y el camino para llegar a la condenación en 3:19 («que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz»), aquí explica la base y el camino para llegar a la vida eterna: «que te conozcan a ti… y a Jesucristo» (quien es el camino, 14:6; «estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Es es el verdadero Dios, y la vida eterna», 1Jn 5:20). — que te conozcan — que «sigan conociendo» (ATR); es decir, no solamente creer que existe (Heb 11:6), sino que continuamente se conformen a la voluntad de Dios . ¿Cuántos hombres y mujeres profesan conocer a Dios? Todos los religiososFuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y esta es la vida eterna: que te conozcan ti. Jua 17:25; Jua 8:19, Jua 8:54, Jua 8:55; 1Cr 28:9; Sal 9:10; Isa 53:11; Jer 9:23, Jer 9:24; Jer 31:33, Jer 31:34; Ose 6:3; 1Co 15:34; 2Co 4:6; 2Ts 1:8; Heb 8:11, Heb 8:12; 1Jn 4:6; 1Jn 5:11, 1Jn 5:20.
el único Dios verdadero. Jua 14:9, Jua 14:10; 2Cr 15:3; Jer 10:10; 1Co 8:4; 1Ts 1:9; 1Ti 6:15, 1Ti 6:16; 1Jn 5:20.
y a Jesucristo, a quien has enviado. Jua 3:17, Jua 3:34; Jua 5:36, Jua 5:37; Jua 6:27-29, Jua 6:57; Jua 7:29; Jua 10:36; Jua 11:42; Jua 12:49, Jua 12:50; Jua 14:26; Isa 48:16; Isa 61:1; Mar 9:37; Luc 9:48; 1Jn 4:14, 1Jn 4:15; 1Jn 5:11, 1Jn 5:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
que te conozcan a ti: La vida eterna consiste en un conocimiento creciente del único Dios verdadero, que se opone a los dioses falsos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
VIDA ETERNA. La vida eterna es más que una existencia sin fin. Es una calidad de vida especial que el creyente recibe al participar de la esencia divina por medio de Cristo, lo cual le permite un mayor conocimiento de Dios en comunión progresiva con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El NT describe así la vida eterna:
(1) Una realidad presente (Jua 5:24; Jua 10:27-28). La posesión actual de la vida eterna requiere una fe viva. La vida eterna no se asegura ni se mantiene sólo con un acto de arrepentimiento y fe que haya ocurrido en el pasado (véase Jua 5:24, nota). También exige la unión viva y actual de la comunión con Cristo (1Jn 5:12). No hay vida eterna aparte de Él (Jua 10:27 s; Jua 11:25 s; 1Jn 5:11-13).
(2) Una esperanza futura. La vida eterna se asocia con la venida de Cristo por sus fieles (véase Jua 14:3, nota; cf. Mar 10:30; 2Ti 1:1; 2Ti 1:10; Tit 1:2; Tit 3:7) y depende del diario vivir bajo la dirección del Espíritu (Rom 8:12-17; Gál 6:8).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
vida eterna. Vea las notas sobre Jua 3:15-16; Jua 5:24; cp. 1Jn 5:20.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
17:3 Y esta es la vida eterna: que — Compárese 3:19, «Esta es la condenación: que… «; es decir, como Cristo explica la base y el camino para llegar a la condenación en 3:19 («que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz»), aquí explica la base y el camino para llegar a la vida eterna: «que te conozcan a ti… y a Jesucristo» (quien es el camino, 14:6; «estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Es es el verdadero Dios, y la vida eterna», 1Jn 5:20).
— que te conozcan — que «sigan conociendo» (ATR); es decir, no solamente creer que existe (Heb 11:6), sino que continuamente se conformen a la voluntad de Dios . ¿Cuántos hombres y mujeres profesan conocer a Dios? Todos los religiosos — y algunos que no profesan ninguna religión — hablan de conocer a Dios. Cualquiera tendrá sus ideas acerca de Dios, y en cada oportunidad las expresa, pero este tema tan solemne se trata muy superficial y aun profanamente. Conocer a Dios no es simplemente un conocimiento intelectual, sino el ser aprobado por El por haberle obedecido para poder tener comunión con El . «Yo sé que su mandamiento es vida eterna» (12:50). «Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él» (1Jn 2:3-4); «El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor» (1Jn 4:8). Los que conocen a Dios son los que han nacido de nuevo (o de arriba), es decir, del agua y del Espíritu (3:3, 5) y, siendo nuevas criaturas (2Co 5:17), participan de la naturaleza divina (2Pe 1:4).
«Esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna» (1Jn 2:25); «y en el siglo venidero la vida eterna» (Mar 10:30); «En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios… prometió» (Tit 1:2); »
— a ti, el único Dios verdadero, (los unitarios citan este texto para negar la Deidad de Cristo, pero Juan dice que Cristo es el verdadero Dios (1Jn 5:20); ¿pensaba excluir al Padre? Cuando Jesús dijo, «nadie conoció al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo» (Mat 11:27), ¿pensaba excluir al Espíritu Santo quien escudriña lo profundo de Dios (1Co 2:10) ? Claro que no. Al hablar del «único Dios verdadero», Cristo excluía a los ídolos (que no son dioses, 1Ts 1:9; 1Co 8:5-6).
— y a Jesucristo, a quien has enviado (3:17, 34; 5:23, 30, 36, 37; 6:44, 57; 8:18; 12:49; 14:24; 20:21) . — ¡y! «que te conozcan a ti, y a Jesucristo». El Padre, el único Dios verdadero, no puede ser conocido aparte del Hijo Jesucristo, y sin El no hay vida eterna. Esta es la única vez que Jesús se refiere a sí mismo como «Jesucristo»; de esta manera vuelve a afirmar que El es el Mesías que había de venir. Cristo fue enviado al mundo para revelar al Padre: 8:18; 12:45; 14:6-9; los que conocen a Cristo conocen a Dios.
«Ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios» (Gál 4:9). «El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él» (1Jn 2:4).
Cristo es el Verdadero Dios
I. El Dios Verdadero.
A. Jua 17:3, «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado». Los arianistas y socinianistas modernos (por ejemplo, mayormente los «testigos» del Atalaya) rechazan la afirmación de Rom 9:5; Col 2:9; Tit 2:13; 2Pe 1:1 que Cristo es Dios. Rechazan la afirmación de Juan de que Jesucristo es Dios (1:1; 8:58; 14:9; 1Jn 5:20, etc.) y enseñan que «esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a la criatura Jesucristo, a quien has enviado». ¡Imagínese! ¡para obtener la vida eterna es necesario conocer a una criatura! Jua 17:3 dice que el Padre es «el único Dios verdadero» y 1Jn 5:20 dice que «estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna». La palabra «Este» se refiere a su antecedente inmediato: «Jesucristo». Como el Padre es el verdadero Dios, así también Jesucristo es el verdadero Dios.
B. También hay hermanos (que son conservadores en cuanto al institucionalismo) que profesan creer en la Deidad de Cristo, pero la niegan diciendo que cuando vino a la tierra se despojó a sí mismo de sus atributos divinos; es decir, el inmutable Cristo (Heb 13:8) tuvo un cambio radical de su Deidad durante unos treinta y tres años. Según esa herejía Cristo no es verdadero Dios.
C. Apo 3:7, «Esto dice el Santo, el Verdadero». Algunos eruditos prefieren el antecedente remoto — «al que es verdadero» — pero según esto Juan hubiera dicho, «el verdadero Dios es el verdadero Dios». Para escoger el antecedente remoto (en lugar del antecedente inmediato) debe haber una razón fuerte para hacerlo. Si Juan hubiera dicho, «Este es el verdadero Mesías», nadie habría dicho que «Este» no se refiere a su antecedente inmediato.
D. ¿Habrá algo en los escritos de Juan que contradiga la afirmación de que Jesucristo es el verdadero Dios y la vida eterna? Por el contrario, lo afirma muchas veces: en El está la vida, El da vida al mundo, El es el pan de vida, sus palabras son vida, etc. 1Jn 5:20 — al igual que 1Jn 1:2 — afirma que Cristo es la vida. Desde luego la vida eterna procede del Padre, pero en los escritos de Juan siempre se relaciona la vida o la vida eterna con Cristo.
E. Si Juan no quería decir que Jesucristo es el verdadero Dios, entonces ha usado una expresión que puede entenderse mal. Al leer este texto — así como está — es razonable que lleguemos a la conclusión de que debemos adorar a Jesucristo como el Dios verdadero. Pero si El no es el Dios verdadero, entonces este texto nos podría engañar y causar que hagamos precisamente lo que Juan prohíbe en el siguiente versículo: adorar a los ídolos (1Jn 5:21). Si Cristo no es el verdadero Dios, entonces El no puede ser adorado (Mat 4:11), y los que le adoran están adorando una criatura (Rom 1:25).
II. Juan ya había afirmado repetidas veces la Deidad de Jesucristo.
A 1:1, «el Verbo era Dios» (literalmente, Dios era el Verbo, así lo dice el griego para dar énfasis a su Deidad); 1:18, ha dado a conocer al Padre (¿podría alguna criatura representar y revelar al Padre? «revelar» no significa decir o escribir alguna descripción, sino revelarlo o exhibirlo en su persona; 5:30-47, hay cinco testigos seguros de la Deidad de Cristo: Juan, el Padre, las obras de Jesús, las Escrituras y Moisés; 8:19, «si a mí me conocieseis, también a mi Padre conocerías»; se identifica a sí mismo con el «Yo Soy» (Jehová, el Ser Eterno) de Éxo 3:14 (8:24, 58; 18:5); los judíos entendían perfectamente que Jesús afirmaba que El mismo era Deidad (10:33, «te haces Dios»); «El que ha visto a mí, ha visto al Padre» (14:9).
B. Después de tantas afirmaciones de su Deidad, ¿quién puede creer que en Jua 17:3 Jesús diría que El era simplemente una criatura o un dios sin los atributos de Dios? El pensamiento de Jua 17:3 es que es imposible conocer al Padre aparte de Cristo (14:6); este texto y otros (p. ej., 1Ts 1:9) presentan el contraste no solamente entre el Dios verdadero y los dioses paganos, sino también entre el Dios verdadero revelado a través de Jesucristo y el supuesto «Dios» de los judíos incrédulos que rechazaban a Jesucristo como su Mesías. No había Padre aparte del Padre revelado por Jesucristo. Al rechazar a Cristo también rechazaron a su propio Dios y Padre, porque ese rechazamiento indicaba que no lo conocían. El único Dios verdadero es el Dios revelado por Jesucristo. Jua 8:19: «Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conocerías». Jua 10:30, «Yo y el Padre uno somos»; Jua 12:45, «y el que me ve, ve al que me envió»; Jua 14:9, «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre».
C. Por esta razón Jesús dice (17:3) que la vida eterna requiere «que te conozcan a ti… y a Jesucristo». Esto es precisamente el pensamiento de este texto. No tiene nada que ver con el concepto de los «testigos» (arianistas) de que Jesucristo fuera una criatura y que no era de la misma substancia con el Padre (Heb 1:3), ni con el concepto de los hermanos que niegan la Deidad de Cristo al decir que en la tierra no tenía ningún atributo divino.
III. ¿Jesús es solamente el Señor?
A. 1Co 8:6, «para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él». Los «testigos» y otros niegan la Deidad de Jesucristo diciendo que Pablo afirma que Jesucristo no es Dios (THEOS), sino solamente el Señor (KURIOS), como si el Señor fuera una criatura.
B. En el versículo anterior Pablo dice que «hay muchos dioses y muchos señores» paganos. Por eso el ver. 6 debe entenderse a la luz de esa afirmación; es decir, forma un contraste con el ver. 5. La afirmación de Pablo en el ver. 6 tiene el propósito de excluir a todos los dioses y señores paganos. Pablo no dice esto para atribuirle a Jesucristo una posición inferior al Padre. Al hablar de los dioses y señores paganos no se refiere a su rango («señores» eran hombres deificados, por eso, dioses); tampoco habla de rango (superioridad o inferioridad) al hablar del Dios verdadero y del Señor verdadero, sino que habla de la unidad de la Deidad verdadera. El Padre es Dios y también es Señor; Cristo es Señor y también Dios. Dice Pablo que «hay un Dios, el Padre»; por eso ¿Dios el Padre no es el Señor? ¿No tiene dominio sobre el mundo? El es Dios el Padre, pero no deja de ser el Señor del universo. Asimismo Jesucristo es el Señor, pero no por eso deja de ser Dios (THEOS), como Pablo afirma en varios textos (Rom 9:5; Col 2:9; Tit 2:13).
C. Si los «testigos» no creen que el Padre es el Señor, ¿por qué traducen la palabra Señor (KURIOS) Jehová en muchos textos? Ellos afirman que así se debe traducir, pero son muy inconsecuentes; por ejemplo, traducen la palabra KURIOS Jehová en Rom 14:4; Rom 14:6 (tres veces), el ver. 8 (dos veces), y luego en el ver. 9 Pablo llama a Cristo KURIOS y la Traducción del Nuevo Mundo deja de traducirla Jehová y la traduce Señor. Estos traductores son arbitrarios y falsos — rechazando su propia regla en cuanto a la traducción de kurios — porque están resueltos a negar la Deidad de Jesucristo.
D. La enseñanza de los arianistas, socinianistas y «testigos» demuestra una profunda ignorancia de la palabra Señor; Jesucristo no podía ser Señor si no era Dios. Dios es llamado Señor en muchísimos textos. Consúltese cualquier concordancia. Por lo tanto, Pablo no dice que Jesucristo es inferior al Padre, sino que es igual al Padre (compárese Jua 5:18), y se identifica con El como el Señor de todo, diciendo «por medio del cual son todas las cosas». El afirmar que por medio de una criatura han sido creadas todas las cosas no solamente es incredulidad, sino también insensatez. (Véanse Jua 1:3; Col 1:16-17; Heb 1:2). Si Jesucristo es el Creador, como estos textos claramente afirman, entonces El es Dios. Una criatura no puede ser el Creador. No puede haber omnipotencia delegada (o Dios delegado). En lugar de afirmar la inferioridad de Jesucristo, este texto afirma su igualdad con el Padre porque es Señor de todo, tiene autoridad para dar leyes a los hombres y para juzgarles en el día final.
IV. Durante su vida terrenal Jesucristo demostraba repetidas veces los atributos divinos (atributos de Deidad).
A. La omnipotencia (haciendo muchas señales que solamente Dios puede hacer); la omnisciencia (Jua 2:24-25; Mat 9:4; Mat 12:25; Luc 5:22; Luc 11:17, etc.); era adorado (9:38; Mat 4:11, solamente Dios es adorado); perdonaba pecados (Mar 2:5, solamente Dios perdona pecados), etc. No hay nada en 1Co 8:6 que contradiga esta verdad.
B. El problema verdadero de los arianistas, «testigos», etc. es que no creen y no pueden aceptar que «Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo» (2Co 5:19) y, a menos que se arrepientan, no hay esperanza de salvación para los tales.
V. Rom 16:27, «Al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén».
A. Los que citan este texto para afirmar que el Padre es el único Dios y que Jesucristo es una criatura rechazan el concepto bíblico de la necesidad de un Mediador (Jua 14:6; 1Ti 2:5; Heb 4:15-16, etc.), que tiene que ser tanto Dios como hombre. El Verbo, Dios verdadero (Jua 1:1), fue hecho carne (Jua 1:14) para revelar al Padre (Jua 8:19; Jua 14:9) (aparte de Jesucristo Dios no puede ser conocido), y para ser nuestro perfecto Mediador.
B. Por lo tanto, Pablo afirma en este texto que a través de Jesucristo Dios es glorificado para siempre. Muchos textos afirman esto. No hay otra manera de glorificar a Dios. Los «testigos» no pueden glorificar a Dios porque es imposible glorificarle a través de una criatura (una criatura — por ejemplo, un ángel — no puede representar a Dios).
VI. Jua 10:33-36, «tú, siendo hombre, te haces Dios».
A. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?»
B. Los que rechazan la Deidad de Jesucristo argumentan que El era un dios inferior, un mero hombre como los jueces de Israel, pero los jueces no eran dioses en el sentido de poseer naturaleza divina. Además, Cristo no dijo que El era «un dios», ni mucho menos que era un dios como los jueces de Israel.
C. Jesús dice (ver. 30), «Yo el Padre uno somos». Con esto afirma su Deidad. Los judíos tomaron piedras para apedrearle por blasfemia «porque tú, siendo hombre, te haces Dios», pero eran inconsecuentes, porque nunca se quejaron de que los jueces y magistrados se llamaran dioses. En esto demostraron su prejuicio contra Cristo.
D. En el Sal 82:6, Dios dice a los jueces y magistrados: «Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo». El nombre ELOHIM se aplica a los jueces y magistrados de Israel porque eran representantes de Dios (así se usa en Éxo 21:6; Éxo 22:9; Éxo 22:28). ¿Qué derecho tenían los jueces para que se les llamara con el nombre ELOHIM? Por una sola causa se les aplicaba este nombre: eran «aquellos a quienes vino la palabra de Dios», es decir, recibían su oficio (su autoridad) de Dios. Así es que era una aplicación sumamente limitada.
E. Desde luego, Jesús difería grandemente de aquellos jueces. Varios contrastes importantes se pueden mencionar: no se puede decir que Dios santificó y envió al mundo a los jueces, pero a Cristo sí (fue santificado o apartado por Dios y enviado al mundo para ser nuestro Salvador); los jueces eran muchos y eran hijos de Dios en el sentido general, mientras que Jesucristo era y es el unigénito Hijo de Dios (Jua 1:14; Jua 1:18; Jua 3:16); el trabajo de los jueces no se podía comparar con el trabajo de Jesucristo (Jua 10:10; Jua 10:14; Mat 20:28; etc.); y otras diferencias se pueden mencionar.
F. Pero Jesús no cita este texto para explicar — ni mucho menos negar — su Deidad, sino solamente para hacer callar a los rabinos, recordándoles que su propia ley — la palabra innegable e indestructible de Dios — llamaba dioses a los hombres que eran comisionados por Dios y que, por eso, no les convenía acusarle a El de blasfemia cuando decía que era el Hijo de Dios, porque El también había sido santificado (consagrado, apartado) por Dios y autorizado para hacer una obra de Dios.
G. Inmediatamente después de decir esto Jesús les propuso la evidencia empírica: «Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras» (Jua 10:37-38). Fue un argumento incontestable. A los jueces «vino la palabra», es decir, su oficio o trabajo de aplicar la ley de Dios era autorizado por Dios. Entonces, cuanto más Jesús tenía el derecho de llamarse el Hijo de Dios ya que a El el Padre santificó y envió al mundo para llevar a cabo su obra. De ninguna manera dice o implica que era Dios (o el Hijo de Dios) solamente en aquel sentido en el que los jueces eran dioses. (Véanse notas sobre este texto, 10:33-36).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Esta es una definición como un paréntesis en la oración de Jesús. Se puede traducir comenzando: “Esta es la vida eterna”, “Sí, en esto consiste la vida eterna” o “Ahora podemos entender qué es la vida eterna: que te conozcan a ti, al único Dios verdadero”. Otras equivalencias pueden ser: “el único que es realmente Dios” o “al que es Dios y verdaderamente existe”. “Conocer” es para Juan más que una aceptación intelectual sino, según el trasfondo del Antiguo Testamento, tiene que ver con la fe y obediencia en la historia de la salvación donde Dios se revela. Significa, por tanto, comunión íntima con Dios. La frase continúa: “Y que conozcan a quien tú has enviado: a Jesucristo” o “y que conozcan a Jesucristo que es tu enviado”.
El estilo de este versículo es diferente al de los versículos anteriores, que son más solemnes. La traducción se hace a la vez más difícil porque aparece el nombre Jesucristo (cf. Jua 1:17) donde se esperaría la frase “el Hijo”. En algunos idiomas habrá que reorganizar el versículo para establecer mejor la relación entre “la vida permanente” y lo que sigue, por ejemplo: “El propósito de la vida para siempre es que la gente tenga la fe en Dios que es realmente verdadero, y en su enviado, su Hijo Jesucristo” o “conociéndote a ti, que eres el único Dios verdadero, y a tu Hijo que enviaste, la gente va a vivir para siempre”. Si se hace algo parecido a la última oración se puede escribir una nota explicativa indicando el cambio de “Hijo” por el nombre “Jesucristo”. Aunque si se opta por seguir muy de cerca el texto original, que en este caso es lo mejor, también se puede obtener una afirmación clara y llena de sentido, como lo muestran las versiones modernas: «Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste» (DHH), «Esta vida eterna la reciben cuando creen en ti y en mí; en ti, porque eres el único Dios verdadero, y en mí, porque soy el Mesías que tú enviaste al mundo» (TLA).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
1Ts 1:9; 1Jn 5:20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “te conozcan”. Gr.: hí·na gui·nó·sko·si se.
REFERENCIAS CRUZADAS
f 941 Luc 10:25
g 942 Efe 4:13; Flp 1:9; 1Ti 6:20; 2Pe 3:18
h 943 1Co 8:4; 1Ts 1:9; 1Jn 5:20
i 944 Jua 5:37
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
conozcan. Aquí Jesús describe la vida eterna, no con términos cronológicos, sino como una relación personal con Dios.
el único Dios verdadero. Así como hay un sólo camino a Dios (cp. 14:6), también hay un sólo Dios (cp. Dt 6:4; 1 Co 8:6). Conocer a Dios es reconocer al Hijo que fue enviado del cielo, a Jesucristo.
Fuente: La Biblia de las Américas
3 (1) La vida eterna es la vida divina con la función especial de conocer a Dios y a Cristo (cfr. Mat_11:27). Dios y Cristo son divinos. Para conocer a la persona divina, necesitamos la vida divina. Puesto que los creyentes nacieron con la vida divina, ellos conocen a Dios y a Cristo ( Heb_8:11 ; Flp_3:10).
3 (2) Véase la nota 6 (1) del cap.1; también aparece en los vs.8,18,21,23,25.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Esta es la definición que Cristo da de la salvación, especialmente si añadimos lo que claramente se entiende: enviado para ser el Salvador del mundo (Jua 3:16; Jua 4:42; Jua 6:33; 1Jn 4:14; 1Jn 5:20).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
MT206 La oración: Y esta es la vida eterna: que te conozcan …, exhibe una forma que en otras circunstancias sería una cláusula de propósito. ¿Debemos insistir en reconocer en este caso el fantasma de una cláusula de propósito? Westcott (en el sitio correspondiente) dice que ἵνα expresa aquí una meta, un fin, y no sólo un hecho. La cláusula introducida por ἵνα, entonces, al compararla con (τὸ) γινώσκειν, agrega la idea de esfuerzo o meta de adquirir el conocimiento de Dios (la cláusula introducida por ἵνα sólo está en aposición con αὕτη, y en consecuencia no es una cláusula de propósito; comp. Jua 6:40 y Luc 1:4 -R992). [Editor. Juan tiene la especial afición de usar ἵνα en aposición con un pronombre demostrativo (comp. Jua 6:29; Jua 6:39; 1Jn 3:11; 1Jn 3:23 y 1Jn 4:21). En vista a esta tendencia, ἵνα aparentemente tiene un uso apositivo en Jua 17:3.]