Biblia

Comentario de Juan 18:40 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 18:40 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces todos gritaron de nuevo diciendo: —¡No a éste, sino a Barrabás! Y Barrabás era un asaltante.

18:40 Entonces todos dieron voces de nuevo (Mar 15:13) , diciendo: No a éste («Uso menospreciativo de houtos», ATR), sino a Barrabás («Mas los principales sacerdotes incitaron a al multitud para que les soltase más bien a Barrabás», Mar 15:11) . Y Barrabás era ladrón (insurgente y homicida, un verdadero criminal, Luc 23:19; Luc 23:25; «preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta», Mar 15:7). En esto los judíos muestran su hipocresía e inconsecuencia, porque al mismo tiempo que profesan su fidelidad a Roma (19:15) y piden que los romanos condenen a Jesús por ser sedicionista, piden que se ponga en libertad a un hombre que en verdad era un sedicionista e insurgente, y que había causado grandes problemas para los romanos.

Esto indica que en realidad los judíos favorecían la sedición contra Roma y que si Jesús hubiera sido un verdadero sedicionista lo habrían alabado y seguido en lugar de entregarlo a los romanos.

Nunca ha habido

— y nunca habrá — un cuadro más feo de la corrupción del corazón humano. Los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo escogido de Dios habían bajado al abismo de la malicia, el odio, la envidia y la hipocresía. En su fanatismo ciego eran peores que «animales irracionales» (Jud 1:10), gritando «No a éste, sino a Barrabás».

Los que echaban este grito murieron poco después de aquel día, y los que no se arrepintieron han tenido unos dos mil años para reflexionar sobre sus hechos, pero lo más terrible del caso es que su remordimiento durará eternamente.

«Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida» (Hch 3:14).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Mat 27:16, Mat 27:26; Mar 15:7, Mar 15:15; Luc 23:18, Luc 23:19, Luc 23:25; Hch 3:13, Hch 3:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El pueblo exigió que Pilato liberara a Barrabás, que no era sólo un ladrón, sino un rebelde (Mar 15:7) y un asesino (Luc 23:19).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Y Barrabás era ladrón. La palabra «ladrón» significa «uno que captura el botín», lo cual describe no solo a un ladrón, sino a un terrorista o guerrillero que participó en una insurrección sangrienta (vea Mar 15:7).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

18:40 Entonces todos dieron voces de nuevo (Mar 15:13) , diciendo: No a éste («Uso menospreciativo de houtos», ATR), sino a Barrabás («Mas los principales sacerdotes incitaron a al multitud para que les soltase más bien a Barrabás», Mar 15:11) . Y Barrabás era ladrón (insurgente y homicida, un verdadero criminal, Luc 23:19; Luc 23:25; «preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta», Mar 15:7). En esto los judíos muestran su hipocresía e inconsecuencia, porque al mismo tiempo que profesan su fidelidad a Roma (19:15) y piden que los romanos condenen a Jesús por ser sedicionista, piden que se ponga en libertad a un hombre que en verdad era un sedicionista e insurgente, y que había causado grandes problemas para los romanos.
Esto indica que en realidad los judíos favorecían la sedición contra Roma y que si Jesús hubiera sido un verdadero sedicionista lo habrían alabado y seguido en lugar de entregarlo a los romanos.
Nunca ha habido — y nunca habrá — un cuadro más feo de la corrupción del corazón humano. Los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo escogido de Dios habían bajado al abismo de la malicia, el odio, la envidia y la hipocresía. En su fanatismo ciego eran peores que «animales irracionales» (Jud 1:10), gritando «No a éste, sino a Barrabás».
Los que echaban este grito murieron poco después de aquel día, y los que no se arrepintieron han tenido unos dos mil años para reflexionar sobre sus hechos, pero lo más terrible del caso es que su remordimiento durará eternamente.
«Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida» (Hch 3:14).

Fuente: Notas Reeves-Partain

«Todos volvieron a gritar: ¡A ese no! ¡Suelta a Barrabás! Y Barrabás era un bandido» (DHH), “Con insistencia ellos comenzaron a gritar: ¡No, no a ese! ¡Queremos libre a Barrabás! Y este Barrabás era un bandido”. La equivalencia de la forma como gritaron tiene muchos matices según el idioma, como por ejemplo: “pero ellos gritaron con todas sus fuerzas”, “a voz en cuello”, “pero con gritos ensordecedores ellos pedían la libertad de Barrabás”, “con voz atronadora empezaron a gritar: ¡No a ese! ¡Líbranos a Barrabás!”. La palabra “bandido” también se traduce como “ladrón”, como en Jua 10:1, Jua 10:8.

Reflexión bíblica y pastoral

Este pasaje contiene una profunda confrontación política y teológica entre el representante del Reino de Dios y el representante del imperio romano. Como en pocas otras ocasiones, este diálogo entre Jesús y Pilato ilustra la fuerte ligazón existente en todo el proceso entre los intereses políticos y las convicciones religiosas. Y esta ligazón también ha existido en casi todas las épocas de la historia del cristianismo. Jesús en pocas palabras y con algunos silencios es capaz de dejar al descubierto los intereses y la lógica que subyacen en la posición de Pilato

Los judíos no quieren contaminarse ritualmente para poder celebrar la pascua, pero estaban dispuestos a entregar a la muerte a un hombre de su propio pueblo. Esto puede interpretarse como una muerte a nombre de la religión. Las religiones judía y cristiana son en su esencia defensoras de la vida humana, pero estos líderes religiosos entregan a la muerte basados en sus creencias religiosas. Es aquí, cuando la religión es abusada con fines homicidas, cuando deben surgir las denuncias contra los argumentos que utilicen la religión para causar cualquier tipo de mal a la vida humana, por más santos que se presenten estos argumentos.

Los mismos líderes religiosos que piden la muerte de uno de su pueblo no pueden responder a la pregunta de Pilato: “¿De que acusan a este hombre?” (v. Jua 18:29). Su argumento es la violencia, pero no encuentran la razón mínima que justifique sus pretensiones. En realidad, muchas autoridades políticas que ejercen la violencia tampoco pueden aportar los argumentos requeridos para ello. Es que precisamente no existe ningún argumento para ejercer violencia contra ningún ser humano.

Con la pregunta “¿Eres tú el rey de los judíos?” (v. Jua 18:33) Pilato quiere hacer caer a Jesús en una trampa, ya que si Jesús responde afirmativamente se convierte en enemigo del César y por tanto en reo de muerte. Jesús opta por otra estrategia y obliga a Pilato a hablar por sí mismo, que se abra en sus convicciones, a que no se escude en lo que otra gente dice. Pilato tiene que tomar posición y responsabilizarse por sus decisiones.

Con la expresión “mi reino no es de este mundo” (v. Jua 18:36) Jesús destaca la diferencia entre ambos reinos, el de Dios y el de los romanos, y entre ambas personas que los representan, él y Pilato. El reino que Jesús representa procura vida y no muerte: es un reino que puede simbolizarse con la luz, en tanto que el de Pilato con las tinieblas. En el reino de Jesús se habla y actúa con la verdad y no existe el chantaje ni las argucias políticas para lograr objetivos turbios.

Es significativo que Jesús no dice “he venido a reinar”, sino “he venido para dar testimonio de la verdad” (v. Jua 18:37). La verdad es el argumento más poderoso de Jesús para mostrar su filiación divina. La verdad de Jesús no es un enunciado de palabras, sino toda su persona, su actitud, sus palabras, su afirmación de la vida y el testimonio que da a favor de Dios. Por ello Pilato no puede oír la voz de Jesús porque “no oye la verdad”. Entonces Jesús no encuentra sentido en hablarle de cosas que no está en condiciones de entender, además que no querrá entender. Sólo los que han creído en Jesús y han recibido el soplo del Espíritu Santo están en condiciones de escuchar y entender esa verdad.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Hch 3:14.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— un bandido: Aunque el término griego empleado significa ladrón, no debe descartarse que en este caso designe a un miembro del partido independentista de los “zelotes” (ver Mat 10:4; Mar 3:18; Luc 6:12).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

o 1029 Núm 35:31; Luc 23:19; Hch 3:14

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Barrabás…ladrón. Véase coment. en Mt 27:16.

Fuente: La Biblia de las Américas

R1173 Note el contraste indicado aquí por μὴ … ἀλλά (en vez del οὐ … ἀλλά que es más común).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

† A menudo se traduce como “ladrón”. Es posible que Barrabás hubiera sido parte de algún amotinamiento.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento