Comentario de Juan 19:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y con esto entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron pues a Jesús,
19:16-18 Así que entonces lo entregó a ellos (a los principales sacerdotes, 19:15; Luc 23:25), pero los soldados romanos lo crucificaron (19:23, 24, 31-34). Después de decir «no hallo delito en él» varias veces, Pilato «lo entregó a ellos para que fuese crucificado». — para que fuese crucificado. (Los soldados) Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. Y él, cargando su cruz, — «Aunque su espalda estaba lacerada con muchas heridas producidas por la flagelación a la que había sido sometido, lo obligaron a llevar su propia cruz» (GH). También le ayudó Simón de Cirene. «Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz» (Mat 27:32). La palabra cruz viene de stauros, un palo o estaca. De esto los «testigos» del Atalaya argumentan que no había una pieza transversal, pero Tomás dijo, «Si no viere en sus manos la señal de los clavos» (20:25), dando a entender que cada mano fue clavada a la pieza transversal, pues si las manos se hubieran clavado al palo perpendicular, sólo un clavo se habría requerido.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mat 27:26-31; Mar 15:15-20; Luc 23:24.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
LO ENTREGÓ A ELLOS PARA QUE FUESE CRUCIFICADO. Véase Luc 23:25, nota.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
19:16-18 Así que entonces lo entregó a ellos (a los principales sacerdotes, 19:15; Luc 23:25), pero los soldados romanos lo crucificaron (19:23, 24, 31-34). Después de decir «no hallo delito en él» varias veces, Pilato «lo entregó a ellos para que fuese crucificado».
— para que fuese crucificado. (Los soldados) Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. Y él, cargando su cruz, — «Aunque su espalda estaba lacerada con muchas heridas producidas por la flagelación a la que había sido sometido, lo obligaron a llevar su propia cruz» (GH). También le ayudó Simón de Cirene. «Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz» (Mat 27:32). La palabra cruz viene de stauros, un palo o estaca. De esto los «testigos» del Atalaya argumentan que no había una pieza transversal, pero Tomás dijo, «Si no viere en sus manos la señal de los clavos» (20:25), dando a entender que cada mano fue clavada a la pieza transversal, pues si las manos se hubieran clavado al palo perpendicular, sólo un clavo se habría requerido.
La enseñanza de Mat 16:24 se basa en este hecho: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígueme».
— salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; — Tal vez el lugar haya recibido su nombre por tener la forma de un cráneo. Estaba «fuera de la puerta» de la ciudad (Heb 13:12) y allí le crucificaron, — Según el historiador Josefo, la crucifixión era una práctica común en Palestina. Esta era una de las peores formas de tortura y uno de los métodos de ejecución más cruel que jamás se hubiera inventado. Era la pena mortal diseñada para producir una muerte muy lenta, pues algunos duraban días en la cruz antes de morir. Era reservada para los traidores, los revolucionarios y otros de los peores criminales. Aun los escritores romanos pensaban que era una muerte terrible. Cicerón dijo que era cruel y horrible y Tácito dijo que era una muerte indescriptible.
Esto es muy cierto, porque no hay palabras que puedan describir las agonías de la cruz: la inflamación de las heridas, las congestiones, el dolor causado por los tendones desgarrados, la fiebre, un fuerte dolor de cabeza y una sed horrible. Era sumamente difícil respirar, mayormente exhalar y, puesto que se requiere la exhalación para hablar, cada palabra que Jesús pronunciaba era con mucho dolor. La palabra inglesa excruciating que se usa para hablar del dolor agudísimo, viene del latín excruciatus que significa «de la cruz».
Tanto los pies como las manos fueron clavados, pues Jesús dijo a los discípulos (Luc 24:39), «Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy». Véase Sal 22:16.
Si alguno pregunta por qué Dios permitiera una injusticia tan horrible, la respuesta se encuentra en Isa 53:6; Isa 53:8.
— y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. — Estos criminales no eran ladrones ordinarios, sino asaltantes. Uno de los detalles interesantes de esta historia fue la actitud (y la petición) de uno de los criminales que estaba al lado de Jesús (Luc 23:39-43).
Fuente: Notas Reeves-Partain
«Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo mataran en una cruz, y ellos lo llevaron» (TLA), “Entonces Pilato se lo entregó para que los soldados lo clavaran en una cruz de madera” o también: “Finalmente Pilato entregó a Jesús a las autoridades judías para que fuera ejecutado bajo la ley romana”. La NEB añade: «para satisfacer a ellos».
Reflexión bíblica y pastoral
Como ha sucedido siempre en regímenes autoritarios, el prisionero Jesús es vejado por las representantes de las instituciones que ejercen el poder sin ni siquiera haber recibido un proceso y juicio previos. ¿Por qué si Pilato no encuentra delito en Jesús permite que lo azoten? ¿Y por qué lo entrega a la crucifixión? Cuando no existen argumentos jurídicos, racionales, humanistas, muchos recurren al argumento ciego de la violencia.
Aparece de nuevo en el Evangelio de Juan una situación donde un dicho en boca de los opositores a Jesús se convierte en profético: “¡Este es el hombre!” (v. Jua 19:5). Jesús es el hombre por antonomasia: fidelidad absoluta a Dios, a sus principios y convicciones, que da testimonio de la verdad, que ama sin medida, íntegro entre su decir y su hacer. Pretendiendo ridiculizarlo, y queriendo congraciarse con la multitud, Pilato es descubierto como un instrumento más en los designios de Dios.
Es importante destacar, para entender mejor esta confrontación, que “Hijo de Dios” era uno de los principales títulos que portaba un emperador romano, en el tiempo de la muerte de Jesús, Tiberio. Ese mundo no podía consentir la existencia de dos hijos de dioses, por lo cual decide eliminar a uno de ellos.
Pilato pregunta “¿De dónde eres tú?”, convirtiéndose en una de las ambigüedades y dobles sentidos típicos de este evangelio. En ella es difícil determinar si Pilato quiere saber si Jesús es del cielo o simplemente de la región de Galilea. Pilato compartía el escepticismo de la mayoría respecto a que ese hombre procedente de una región, familia y oficio insignificantes pudiera poseer algún tipo de dignidad especial. Y paradójicamente el silencio de Jesús es el silencio de la dignidad. Jesús no le ve sentido en responder a alguien que se mueve en un plano tan bajo. Definitivamente pertenecen a reinos distintos y se mueven en lógicas distintas.
La autoridad “de arriba” de Pilato probablemente se refiera a que le es designada por Tiberio, el emperador, o por un jefe intermedio. Pero para Jesús es claro que más arriba de Tiberio está Dios. Por ello ese “de arriba” pudiera significar Tiberio o Dios, pero en cualquier caso Pilato es puesto en evidencia sólo como instrumento, en tanto que Jesús es presentado como Señor, a pesar de que está sometido a juicio por sus oponentes.
El título de “Amigo del César” era muy pretendido por los romanos. Y si Pilato lo poseía, como históricamente es bastante probable que así fuera, no iba permitirse perderlo. Prefirió ser “amigo del César” y no amigo de la verdad y la justicia, como en nuestros tiempos también muchos prefieren ser amigos de las riquezas y los títulos y no en amigos del evangelio del Reino.
La hora sexta es la del mediodía, la de mayor luz, y en este texto es cuando Pilato, queriendo celebrar una farsa, anuncia una gran verdad: “¡Aquí tienen a su rey!” (v. Jua 19:14). Probablemente Pilato también tiene la intención con este acto de humillar a los judíos, presentando a aquél que para muchos realmente era el Mesías, en tal estado de humillación y debilidad. ¡Pero nunca imaginó que allí realmente estaba presentando a un rey! ¡Y un rey tan diferente a él mismo y a todos los reyes del mundo!
Con su respuesta de “¡Nosotros no tenemos más rey que el emperador!” (v. Jua 19:15) los dirigentes de los judíos entregan los restos de su identidad y orgullo nacional, así como de manera similar las clases pudientes de América Latina, que con tal de mantener sus privilegios y prebendas, a través de la historia siempre se han aliado a las potencias extranjeras comprometiendo la identidad, riqueza y futuro nacionales.
Análisis de discurso
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
2. La crucifixión de Jesús (Jua 19:16-27)
TÍTULO: Todas las versiones coinciden en titular con una frase relativa a la crucifixión: Crucifixión y muerte de Jesús (RV60, RV95), Jesús es crucificado (DHH), Jesús es clavado en una cruz (TLA), La crucifixión (BJ). Nos parece muy significativo el dato de la presencia de las mujeres, por ello nuestra sugerencia dice Crucifixión de Jesús y las testigas del evento.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
a. Pilato entrega a Jesús para la crucifixión (vv. Jua 19:16-18)
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Tomaron, pues, a Jesús y se lo llevaron, “Entonces los soldados se llevaron a Jesús” o “Así los soldados se encargaron de ejecutar la sentencia en Jesús”. Hay que introducir el sujeto “soldados” que no tiene el texto, para no dar la idea que la crucifixión estuvo en manos de las autoridades judías, ya que “se lo llevaron” deja planteada la pregunta: ¿quiénes se lo llevaron? Se supone, por la primera parte del versículo, que las autoridades judías se lo llevan pero bajo la custodia y responsabilidad de los soldados romanos.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
REFERENCIAS CRUZADAS
ñ 1044 Éxo 23:2; Dan 9:27; Mat 27:26; Mat 27:31; Mar 15:15; Luc 23:24
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
le entregó a ellos. Véase coment. Mt 27:26.
Fuente: La Biblia de las Américas
16 super (1) Esta injusta sentencia de ambas partes, expresa la ceguera de la religión y las tinieblas de la política.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
para que fuese crucificado. Véase nota en Mat 27:31.