Biblia

Comentario de Juan 20:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 20:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces los discípulos volvieron a los suyos.

20:10, 11 Y volvieron los discípulos a los suyos. Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; — Estaba llorando porque ella y las otras mujeres habían venido al sepulcro trayendo «especias aromáticas» para ungir el cuerpo de Cristo (Mar 16:1) y no lo encontraron. Tampoco creían la Escritura estas mujeres piadosas.

— y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; — El sepulcro vacío (con «los lienzos puestos allí, y el sudario… no puestos con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte») convenció a Juan de la resurrección de Jesús, pero este fenómeno no convenció a María. La evidencia estaba delante de sus ojos, pero no la vio.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y volvieron los discípulos a los suyos. Jua 7:53; Jua 16:32.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

20:10, 11 Y volvieron los discípulos a los suyos. Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; — Estaba llorando porque ella y las otras mujeres habían venido al sepulcro trayendo «especias aromáticas» para ungir el cuerpo de Cristo (Mar 16:1) y no lo encontraron. Tampoco creían la Escritura estas mujeres piadosas.
— y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; — El sepulcro vacío (con «los lienzos puestos allí, y el sudario… no puestos con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte») convenció a Juan de la resurrección de Jesús, pero este fenómeno no convenció a María. La evidencia estaba delante de sus ojos, pero no la vio.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Y volvieron los discípulos a los suyos cierra esta unidad narrativa. Una traducción literal así necesita más información para ser más precisa. Se supone que los dos discípulos regresaron a donde estaban en Jerusalén, aunque algunas versiones traducen «a su casa» (DHH, BP, LPD), «a sus casas» (TLA) o «donde estaban los otros discípulos» (CEV). También cabe traducir: “Otra vez los dos discípulos regresaron a donde estaban los otros discípulos” o se puede pensar en el lugar donde estaban hospedados en Jerusalén, ya que ellos no tenían casa allí en la ciudad: “a la ciudad, donde estaban alojados con los otros discípulos”.

Reflexión bíblica y pastoral

María Magdalena había estado al pie de la cruz en la crucifixión y ahora valientemente va a visitar el sepulcro de Jesús, acto muy comprometedor tomando en consideración todas las circunstancias que envuelven el acontecimiento de la ejecución del Señor. Ahora es también María Magdalena la que motiva a Pedro y al discípulo amado a la acción. Probablemente ambos discípulos representan o simbolizan dos modelos de iglesia: Pedro, la iglesia de Jerusalén, cercana a la tradición sinóptica; el discípulo amado, figura principal de las comunidades juaninas. En este evangelio, en diversas ocasiones, ambos discípulos representativos son presentados estando en cierta concurrencia, aunque nunca en abierta oposición. Es que el autor del evangelio sabe que puede haber diversas comunidades cristianas, con diferentes énfasis en su vida eclesial, pero que eso no significa que sean iglesias rivales. Por ello el evangelista se preocupa siempre por mantener el equilibrio, como en este pasaje: el discípulo amado corre más rápido que Pedro, pero no entró al sepulcro; Pedro llega después, pero sí entró; luego también entra el discípulo amado, y éste “vio y creyó” (v. Jua 20:8).

Este pasaje no sólo inicia con la noticia importante de que María Magdalena es la primera testiga del sepulcro vacío, y quien motivó a los discípulos varones a la acción, sino que también cierra con dos notas muy importantes. Ahora han entendido lo que dice la Escritura, “que era necesario que el resucitase de los muertos” (v. Jua 20:9). La segunda nota es que “volvieron los discípulos a los suyos” (v. Jua 20:10), con lo cual el proceso testimonial iniciado por María Magdalena sigue adelante, estableciéndose así el proceso testimonial ininterrumpido hasta nuestros días. El testimonio de la Escritura y el testimonio de la comunidad creyente se complementan y se fortalecen mutuamente.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Lit., a los suyos

Fuente: La Biblia de las Américas