Biblia

Comentario de Juan 20:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 20:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo a quien amaba Jesús, y les dijo: —Han sacado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto.

20:2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. — María Magdalena no esperaba la resurrección de Jesús y, por eso, pensaba que se habían llevado del sepulcro al Señor, pues ¡el sepulcro estaba vacío! Este sepulcro vacío era una declaración divina de que todo lo que Jesús decía de sí mismo y todo lo que el Padre había dicho de El era cierto. Todo fue confirmado.

Los incrédulos no han podido dar una explicación razonable del sepulcro vacío. La aceptación del relato de cualquier evento histórico depende de la aceptación del testimonio del hombre. Los incrédulos se burlan del testimonio de los apóstoles diciendo que eran hombres que ni siquiera sabían que la tierra era redonda pero ¿cómo saben que los apóstoles no sabían que la tierra era redonda? Isaías lo sabía: «El está sentado sobre el círculo de la tierra» (Isa 40:22). Pero, suponiendo que los apóstoles no lo supieran, ¿rechazan los incrédulos toda la historia escrita por los antiguos que no sabían que la tierra era redonda? Claro que no.

Es muy importante observar que los apóstoles no esperaban la resurrección de Jesús (Luc 24:11; Luc 24:37-39; Mar 16:14). Les costó trabajo reconocer que en realidad Jesús había resucitado, pero se convencieron por medio de los sentidos físicos (la vista, el oído y el tacto, Luc 24:39; 1Jn 1:1-3) y aun comieron con El (Hch 10:41). Después de todas estas «pruebas indubitables» (Hch 1:3), comenzaron a predicar la resurrección de Jesús, no en algún lugar lejano de donde ocurrió, sino allí mismo en Jerusalén, y convirtieron a miles de judíos, incluyendo a algunos sacerdotes (Hch 6:7). Pablo dijo que de los quinientos hermanos que vieron a Jesús después de su resurrección «muchos (la mayoría, LBLA) viven aún» (1Co 15:6); es decir, si alguien quisiera averiguar el asunto, todavía más de 250 personas estarían disponibles para testificar.

Los apóstoles podían describir todo aspecto de la sepultura y resurrección de Jesús: (1) hablan de los que confirmaron que Jesús estaba muerto; (2) dicen precisamente dónde Jesús estaba sepultado; (3) explican que fue sepultado en un sepulcro nuevo, pues algunos sepulcros se usaban más de una vez; (4) dicen exactamente cuándo Jesús murió y cuándo resucitó; (5) nombran a varios de los testigos de la resurrección; (6) aun explican que los soldados reportaron el asunto a los judíos y que, habiendo recibido dinero, contaron una mentira para explicar el sepulcro vacío.

Los apóstoles eran testigos competentes, no sólo por lo que vieron, oyeron y experimentaron, sino también por ser hombres honrados. En cualquier juicio la competencia del testimonio depende del carácter de los testigos. El carácter de los apóstoles era intachable. Nadie puede acusarles de ser hombres mentirosos. Por lo tanto, los que rechazan el testimonio de los apóstoles están obligados a explicar por qué lo rechazan.

Los modernistas emplean otra táctica para menospreciar la resurrección. Dicen que no importa si había una resurrección literal, porque lo importante es que se tenga una «experiencia espiritual». Desde luego, tal experiencia «espiritual» o «personal» es subjetiva y no tiene nada que ver con la enseñanza bíblica. Por eso, no les importa la resurrección literal de Cristo.

¿Qué pasó con el cuerpo de Jesús?

Los soldados aceptaron dinero para mentir acerca del sepulcro vacío. Habiendo recibido dinero de los judíos, dijeron que «Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos» (Mat 28:13). Esto nos hace preguntar ¿cómo sabían los soldados lo que pasaba cuando estaban dormidos?

Se debe recalcar que los discípulos no se encargaban del cuerpo de Jesús. No tuvieron nada que ver con la sepultura de Jesús; el asunto estuvo completamente fuera de su control. José de Arimatea y Nicodema sepultaron a Jesús, y luego los enemigos de Cristo se encargaron del sepulcro (Mat 27:62-66). Este punto es muy significativo y no debe olvidarse. Aparte de eso, recuérdese también que los discípulos habían huido cuando Jesús fue crucificado y no esperaban la resurrección. Estaban esparcidos y confusos. María Magdalena no se regocijaba al ver el sepulcro vacío, sino que estaba afligida. Los dos discípulos en el camino a Emaús no esperaban la resurrección (Luc 24:21). Tomás no la esperaba (20:24, 25).

¿ Con qué propósito hubieran venido los discípulos arriesgando sus vidas para robar el cuerpo de Jesús? ¿Qué hubieran hecho con él? El sepulcro vacío no se puede explicar de esa manera, porque no es nada lógico. No tiene sentido y, en realidad, nadie lo cree. Cuando los apóstoles comenzaron a predicar el evangelio allí mismo en Jerusalén, los judíos nunca les acusaron de haber robado el cuerpo de Jesús. Les acusaron de varias cosas y prohibieron que predicaran en el nombre de Jesús (Hch 4:1-37; Hch 5:1-42), pero nunca les acusaron de haber robado el cuerpo de Jesús del sepulcro.

Los discípulos de Jesús tenían sus debilidades, pero no eran ladrones y no eran mentirosos. Es muy injusto acusarles de robar el cuerpo de Cristo y luego dedicar su vida a predicar una mentira, por la cual serían perseguidos aun hasta la muerte.

Tampoco los judíos removieron el cuerpo de Jesús del sepulcro. En primer lugar, estaban resueltos a guardar su cuerpo allí mismo en el sepulcro. «Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia» (Mat 27:62-66). Por su parte los judíos querían que Jesús estuviera permanentemente en ese sepulcro. No tenían razón alguna para removerlo de allí.

Entonces ¿qué pasó con el cuerpo de Jesús? La única respuesta lógica es que resucitó. ¡He aquí el testimonio irrefutable del sepulcro vacío!

La importancia de la resurrección de Jesús

1. La resurrección de Cristo fue el tema central de la predicación de los apóstoles (Hch 2:24; Hch 2:31-32; Hch 3:15; Hch 3:26; Hch 4:2; Hch 4:10; Hch 5:30; Hch 10:40; Hch 13:30; Hch 17:3; Hch 17:31-32; Hch 23:6; Hch 24:15; Hch 24:21; Hch 26:8; Hch 26:23).

2. C on respecto a la Deidad de Cristo: «Fue declarado Hijo de Dios con poder… por la resurrección de entre los muertos» (Rom 1:4); es decir, durante más de tres años Jesús decía que El era el Hijo de Dios y con muchas señales lo confirmaba (20:30, 31). La resurrección era una de las señales más importantes.

3. Con respecto a nuestra justificación: «El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación» (Rom 4:25); es decir, Cristo murió para salvarnos de los pecados, pero si no hubiera resucitado de entre los muertos, su muerte no nos habría salvado.

4. C on respecto a la predicación del evangelio: «Os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado… Que Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado, y que resucitó al tercer día» (1Co 15:1-4).

5. Si Cristo no resucitó: (1) vana es nuestra predicación; (2) vana es nuestra fe; (3) los apóstoles eran falsos testigos; (4) aún estamos en los pecados; (5) los que durmieron en Cristo perecieron; y (6) «si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración (lástima, LBLA) de todos los hombres» (1Co 15:12-19).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

al otro discípulo, al cual amaba Jesús. Jua 13:23; Jua 19:26; Jua 21:7, Jua 21:20, Jua 21:24.

Han llevado al Señor del sepulcro. Jua 20:9, Jua 20:13, Jua 20:15; Mat 27:63, Mat 27:64.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, era Juan, el autor de este Evangelio.

Se han llevado … al Señor: María Magdalena se apresuró a la conclusión incorrecta.

no sabemos: Había otras mujeres con María Magdalena (Mat 28:1; Mar 16:1; Luc 24:10).

 EN COMPARACIÓN

Cómo entender la muerte de Jesús

Los judíos vieron la muerte de Jesús como un escándalo. La Iglesia entendió su muerte como un cumplimiento de la profecía del AT.

Aspecto de la muerte de Jesús

Referencia del Antiguo Testamento

En obediencia a su Padre (Jua 18:11)

Sal 40:8

Anunciada por sí mismo (Jua 18:32; véase Jua 3:14)

Números Jua 21:8-9

En lugar de su pueblo (Jua 18:14)

Isaías Isa 53:4-6

Con malhechores (Jua 19:18)

Isaías Isa 53:12

En inocencia (Jua 19:6)

Isaías Isa 53:9

Crucificado (Jua 19:18)

Isaías Isa 22:16

Enterrado en la tumba de un hombre rico (Jua 19:38-42)

Isaías Isa 53:9

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

otro discípulo, aquel al que amaba Jesús. Se trata de Juan, el autor de este Evangelio. Se han llevado. Aunque Jesús había predicho su resurrección en numerosas ocasiones, en ese momento excedía lo que ella podía creer. Para que por fin creyeran fue necesario que Jesús se presentara con «muchas pruebas indubitables».

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

20:2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. — María Magdalena no esperaba la resurrección de Jesús y, por eso, pensaba que se habían llevado del sepulcro al Señor, pues ¡el sepulcro estaba vacío! Este sepulcro vacío era una declaración divina de que todo lo que Jesús decía de sí mismo y todo lo que el Padre había dicho de El era cierto. Todo fue confirmado.
Los incrédulos no han podido dar una explicación razonable del sepulcro vacío. La aceptación del relato de cualquier evento histórico depende de la aceptación del testimonio del hombre. Los incrédulos se burlan del testimonio de los apóstoles diciendo que eran hombres que ni siquiera sabían que la tierra era redonda pero ¿cómo saben que los apóstoles no sabían que la tierra era redonda? Isaías lo sabía: «El está sentado sobre el círculo de la tierra» (Isa 40:22). Pero, suponiendo que los apóstoles no lo supieran, ¿rechazan los incrédulos toda la historia escrita por los antiguos que no sabían que la tierra era redonda? Claro que no.
Es muy importante observar que los apóstoles no esperaban la resurrección de Jesús (Luc 24:11; Luc 24:37-39; Mar 16:14). Les costó trabajo reconocer que en realidad Jesús había resucitado, pero se convencieron por medio de los sentidos físicos (la vista, el oído y el tacto, Luc 24:39; 1Jn 1:1-3) y aun comieron con El (Hch 10:41). Después de todas estas «pruebas indubitables» (Hch 1:3), comenzaron a predicar la resurrección de Jesús, no en algún lugar lejano de donde ocurrió, sino allí mismo en Jerusalén, y convirtieron a miles de judíos, incluyendo a algunos sacerdotes (Hch 6:7). Pablo dijo que de los quinientos hermanos que vieron a Jesús después de su resurrección «muchos (la mayoría, LBLA) viven aún» (1Co 15:6); es decir, si alguien quisiera averiguar el asunto, todavía más de 250 personas estarían disponibles para testificar.
Los apóstoles podían describir todo aspecto de la sepultura y resurrección de Jesús: (1) hablan de los que confirmaron que Jesús estaba muerto; (2) dicen precisamente dónde Jesús estaba sepultado; (3) explican que fue sepultado en un sepulcro nuevo, pues algunos sepulcros se usaban más de una vez; (4) dicen exactamente cuándo Jesús murió y cuándo resucitó; (5) nombran a varios de los testigos de la resurrección; (6) aun explican que los soldados reportaron el asunto a los judíos y que, habiendo recibido dinero, contaron una mentira para explicar el sepulcro vacío.
Los apóstoles eran testigos competentes, no sólo por lo que vieron, oyeron y experimentaron, sino también por ser hombres honrados. En cualquier juicio la competencia del testimonio depende del carácter de los testigos. El carácter de los apóstoles era intachable. Nadie puede acusarles de ser hombres mentirosos. Por lo tanto, los que rechazan el testimonio de los apóstoles están obligados a explicar por qué lo rechazan.
Los modernistas emplean otra táctica para menospreciar la resurrección. Dicen que no importa si había una resurrección literal, porque lo importante es que se tenga una «experiencia espiritual». Desde luego, tal experiencia «espiritual» o «personal» es subjetiva y no tiene nada que ver con la enseñanza bíblica. Por eso, no les importa la resurrección literal de Cristo.
¿Qué pasó con el cuerpo de Jesús?

Los soldados aceptaron dinero para mentir acerca del sepulcro vacío. Habiendo recibido dinero de los judíos, dijeron que «Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos» (Mat 28:13). Esto nos hace preguntar ¿cómo sabían los soldados lo que pasaba cuando estaban dormidos?
Se debe recalcar que los discípulos no se encargaban del cuerpo de Jesús. No tuvieron nada que ver con la sepultura de Jesús; el asunto estuvo completamente fuera de su control. José de Arimatea y Nicodema sepultaron a Jesús, y luego los enemigos de Cristo se encargaron del sepulcro (Mat 27:62-66). Este punto es muy significativo y no debe olvidarse. Aparte de eso, recuérdese también que los discípulos habían huido cuando Jesús fue crucificado y no esperaban la resurrección. Estaban esparcidos y confusos. María Magdalena no se regocijaba al ver el sepulcro vacío, sino que estaba afligida. Los dos discípulos en el camino a Emaús no esperaban la resurrección (Luc 24:21). Tomás no la esperaba (20:24, 25).
¿ Con qué propósito hubieran venido los discípulos arriesgando sus vidas para robar el cuerpo de Jesús? ¿Qué hubieran hecho con él? El sepulcro vacío no se puede explicar de esa manera, porque no es nada lógico. No tiene sentido y, en realidad, nadie lo cree. Cuando los apóstoles comenzaron a predicar el evangelio allí mismo en Jerusalén, los judíos nunca les acusaron de haber robado el cuerpo de Jesús. Les acusaron de varias cosas y prohibieron que predicaran en el nombre de Jesús (Hch 4:1-37; Hch 5:1-42), pero nunca les acusaron de haber robado el cuerpo de Jesús del sepulcro.
Los discípulos de Jesús tenían sus debilidades, pero no eran ladrones y no eran mentirosos. Es muy injusto acusarles de robar el cuerpo de Cristo y luego dedicar su vida a predicar una mentira, por la cual serían perseguidos aun hasta la muerte.
Tampoco los judíos removieron el cuerpo de Jesús del sepulcro. En primer lugar, estaban resueltos a guardar su cuerpo allí mismo en el sepulcro. «Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia» (Mat 27:62-66). Por su parte los judíos querían que Jesús estuviera permanentemente en ese sepulcro. No tenían razón alguna para removerlo de allí.
Entonces ¿qué pasó con el cuerpo de Jesús? La única respuesta lógica es que resucitó. ¡He aquí el testimonio irrefutable del sepulcro vacío!

La importancia de la resurrección de Jesús

1. La resurrección de Cristo fue el tema central de la predicación de los apóstoles (Hch 2:24; Hch 2:31-32; Hch 3:15; Hch 3:26; Hch 4:2; Hch 4:10; Hch 5:30; Hch 10:40; Hch 13:30; Hch 17:3; Hch 17:31-32; Hch 23:6; Hch 24:15; Hch 24:21; Hch 26:8; Hch 26:23).
2. C on respecto a la Deidad de Cristo: «Fue declarado Hijo de Dios con poder… por la resurrección de entre los muertos» (Rom 1:4); es decir, durante más de tres años Jesús decía que El era el Hijo de Dios y con muchas señales lo confirmaba (20:30, 31). La resurrección era una de las señales más importantes.
3. Con respecto a nuestra justificación: «El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación» (Rom 4:25); es decir, Cristo murió para salvarnos de los pecados, pero si no hubiera resucitado de entre los muertos, su muerte no nos habría salvado.
4. C on respecto a la predicación del evangelio: «Os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado… Que Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado, y que resucitó al tercer día» (1Co 15:1-4).
5. Si Cristo no resucitó: (1) vana es nuestra predicación; (2) vana es nuestra fe; (3) los apóstoles eran falsos testigos; (4) aún estamos en los pecados; (5) los que durmieron en Cristo perecieron; y (6) «si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración (lástima, LBLA) de todos los hombres» (1Co 15:12-19).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel a quien amaba Jesús, «Entonces fue corriendo a donde estaban Simón Pedro y el discípulo favorito de Jesús» (TLA). “El otro discípulo” o “el discípulo que Jesús más estimaba” o “amaba” traduce la oración literal “el otro discípulo que Jesús amaba”. Aclara decir “donde estaban” aunque el texto no lo expresa literalmente. En algunos idiomas “corre y viene a Pedro” supone que el tiempo presente de los verbos es un presente histórico que se puede traducir en pasado y el “a Pedro” señala “donde estaba Pedro”.

Y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, “Y les dice: ¡Se han llevado al Señor de la tumba!”. Esta oración sigue la forma literal, lo que en algunos idiomas será más claro traducir con “se han llevado el cuerpo del Señor”, de lo contrario se dará la idea de que Jesús aún vive y que ha sido detenido de nuevo o alguna idea similar. Una posibilidad es: “Alguien ha sacado el cadáver del Señor de su tumba”. Para un efecto más dramático se pueden traducir las palabras de María Magdalena como dos exclamaciones: “¡Se han llevado el cuerpo del Señor! ¡No sabemos dónde lo han puesto!” María Magdalena usa el plural dando a entender que hubo otras mujeres u otras personas con ella, o quizás ella quiso incluir a los otros discípulos en estos momentos de confusión: “en este momento, tanto yo como ustedes no sabemos dónde han puesto su cadáver”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Jua 20:13.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— a quien Jesús tanto quería: Ver nota a Jua 13:23.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “Amo”.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 1078 Jua 13:23; Jua 19:26; Jua 21:24

d 1079 Jua 19:41

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

a Simón Pedro y al otro discípulo. Ambos habían permanecido cerca del lugar de la crucifixión y de la tumba, a pesar del peligro de estar asociados con Jesús.

Se han llevado. María asume que el cuerpo había sido robado. En realidad, ella no esperaba la realidad maravillosa de la resurrección de Jesús.

y no sabemos. María no está sola en esos momentos al decir: « no sabemos’’ (Mr 16:1).

Fuente: La Biblia de las Américas

R1202 El sujeto indefinido de ἦραν aparentemente es: la gente se ha llevado.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego