Entonces Tomás respondió y le dijo: —¡Señor mío, y Dios mío!
20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! — Aquí tenemos otra confesión de la Deidad de Cristo. Se puede decir que él representa a muchas personas que dudan, y puesto que él se convenció, los otros que dudan deben estar convencidos por el testimonio de él.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
¡Señor mío, y Dios mío! La incredulidad del apóstol es el medio de proveernos de una demostración completa y satisfactoria de la resurrección de nuestro Señor. A lo largo de las divinas dispensaciones cada doctrina y toda verdad importante es revelada gradualmente; y aquí tenemos un notable ejemplo del sistema progresivo. Un ángel primero declara el glorioso evento; el sepulcro vacío confirma el informe de la mujer. La aparición de Cristo a María Magdalena muestra que él está vivo; los discípulos camino a Emaús probaron que esto fue al menos el espíritu de Cristo; los once vieron la realidad de su cuerpo; y la convicción dada a Tomás probó que ese cuerpo fue el mismo que había sido crucificado. La incredulidad misma es satisfecha; y el apóstol convencido exclama, con el corazón lleno de gozo, ‘¡Señor mío, y Dios mío!’ Jua 20:16, Jua 20:31; Jua 5:23; Jua 9:35-38; Sal 45:6, Sal 45:11; Sal 102:24-28; Sal 118:24-28; Isa 7:14; Isa 9:6; Isa 25:9; Isa 40:9-11; Jer 23:5, Jer 23:6; Mal 3:1; Mat 14:33; Luc 24:52; Hch 7:59, Hch 7:60; 1Ti 3:16; Apo 5:9-14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Señor mío y Dios mío: Maravillado y atemorizado, Tomás no sólo creyó que Cristo fue levantado de los muertos, sino también vio que la resurrección probaba su deidad.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO ! Las Escrituras declaran que Jesús es Dios. Este es el fundamento de la fe cristiana y es de suma importancia para la salvación del creyente. Si Cristo no hubiera sido divino, no habría podido hacer expiación por los pecados del mundo. La deidad de Jesucristo se demuestra por lo siguiente:
(1) Nombres divinos dados a Jesús en las Escrituras:
(a) Dios (Jua 20:28; Isa 9:6; Rom 9:5; Tit 2:13; Heb 1:8);
(b) el Hijo de Dios (Jua 5:25; Mat 16:16-17; Mat 8:29; Mat 27:40; Mat 27:43; Mar 14:61-62; Luc 22:70);
(c) el Primero y el Último (Apo 1:17; Apo 2:8; Apo 22:13);
(d) el Alfa y la Omega (Apo 1:8; Apo 22:13);
(e) el Principio y el Fin (Apo 22:13);
(f) el Santo (Ose 11:9; Hch 3:14);
(g) el Señor (Luc 2:11; Hch 4:33; Hch 9:17; Hch 16:31);
(h) el Señor de todos y el Señor de la gloria (Sal 24:8-10; Hch 10:36; 1Co 2:8).
(2) Se le rinde adoración divina a Cristo (Jua 5:23; Jua 13:13; Jua 20:28; Mat 14:33; Luc 5:8), y se le dirigen a El las oraciones (Hch 7:59; 1Co 1:2; 2Co 12:8-9).
(3) Se le asignan a Cristo oficios divinos:
(a) creador del universo (Jua 1:3; Col 1:16; Heb 1:8; Heb 1:10; Apo 3:14);
(b) sustentador de todas las cosas (Col 1:17; Heb 1:3);
(c) perdonador de los pecados (Mar 2:5; Mar 2:10; Luc 7:48-50);
(d) dador de la vida resucitada (Jua 5:28-29; Jua 6:39-44);
(e) juez de todos (Jua 5:21-23; Mat 25:31-46; Hch 17:31; 2Ti 4:1);
(f) dador de la salvación (Jua 5:24-26; Jua 6:47; Jua 10:28; Jua 17:2).
(4) El NT le atribuye a Cristo las afirmaciones del AT con respecto al Señor. Compárense Sal 23:1 con Jua 10:11; Sal 102:24-27 con Heb 1:10-12; Isa 8:13-14 con 1Pe 2:7-8; Jer 17:10 con Apo 2:23; Eze 34:11-12 con Luc 19:10.
(5) El nombre de Jesucristo se asocia con el de Dios el Padre (Jua 14:1; Jua 14:23; Mat 28:19; Rom 1:7; 2Co 13:14; Col 2:2; 1Ts 3:11; Stg 1:1; Apo 5:13; Apo 7:10).
(6) La impecabilidad y santidad de Cristo atestiguan su deidad (Luc 1:35; 2Co 5:21; Heb 4:15).
(7) Cristo fue declarado Hijo de Dios por su resurrección (Rom 1:4). Esas pruebas convincentes de la deidad de Cristo significan que el creyente debe tratar a Cristo exactamente de la misma manera que trata a Dios el Padre. Debe creer en Él, adorarlo, orar a Él, servirle y amarlo (véanse también Jua 1:1, nota; Mar 1:11, nota sobre la Trinidad).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
¡Señor mío, y Dios mío! Con estas palabras Tomás declaró su fe inconmovible en la resurrección, así como en la deidad de Jesús, el Mesías e Hijo de Dios (Tit 2:13). Esta es la más grande confesión que una persona puede hacer. La confesión de Tomás es la mejor muestra de lo que Juan quiso comunicar al escribir su Evangelio (vea los vv. Jua 20:30-31).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! — Aquí tenemos otra confesión de la Deidad de Cristo. Se puede decir que él representa a muchas personas que dudan, y puesto que él se convenció, los otros que dudan deben estar convencidos por el testimonio de él.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!, “Entonces Tomás le respondió: ‘¡Mi Señor y mi Dios!’”. Habrá que traducir esta exclamación de Tomás como expresiones dirigidas a Jesús, ya que existe la posibilidad de que se entiendan como expresiones de susto o sorpresa solamente, cuando Juan la concibe como una confesión de fe: “Entonces Tomás le respondió a Jesús como lo que era: ‘¡Tú eres mi Señor y mi Dios!’”. En algunos idiomas habrá que separar los dos títulos de Jesús para que no se piense que Tomás se refiere a dos personas: “¡Tú eres mi Señor y mi Dios al mismo tiempo!”. Es posible que en algunos contextos haya que desarrollar con más amplitud el sentido de “Señor” y de “Dios”, como por ejemplo: “¡Tú eres el que gobierna mi vida y el Dios a quien adoro!”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
REFERENCIAS CRUZADAS
h 1110 Isa 9:6; Jua 1:1; Jua 1:18; Jua 14:28; Jua 20:17; Jua 20:31
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
�?Señor mío y Dios mío! Aparentemente, sin tocar el cuerpo del Señor, Tomás acepta el testimonio de sus propios ojos y oídos, y afirma la deidad de Jesús, no sólo reconociéndole como su Señor, sino también como su Dios (cp. 1:1, 18; Ro 9:5; Tit 2:13; He 1:8).
Fuente: La Biblia de las Américas
28 super (1) El Evangelio de Juan demuestra clara e intencionalmente que el hombre Jesús es el propio Dios (1:1-2; 5:17-18; 10:30-33; 14:9-11).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
¡Señor mío, y Dios mío! Tomás, el dubitativo, reconoce finalmente la plena deidad de Jesucristo. Esto marca el clímax del Evangelio de Juan. El Señor había proclamado Su deidad a lo largo de Su ministerio. Nótese:
(1) los nombres propios de la deidad que Él usa (Mat 22:42-45; Jua 8:58);
(2) los atributos de la deidad que El reclama (santidad, Jua 8:46; omnipotencia y omnipresencia, Mat 28:20; omnisciencia, Jua 11:11-14);
(3) las cosas que Él aseguró poder hacer, que sólo Dios las puede hacer (perdonar pecados, Mar 2:5-7; resucitar a los muertos, Jua 5:28-30; Jua 11:43; juzgar a todos los hombres, Jua 5:22; Jua 5:27).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R462 Cuando Tomás dijo: ὁ κύριός μου καὶ ὁ θεός μου (nominativos usados como vocativos), le dio a Cristo plena aceptación de su deidad y del hecho de su resurrección (es extraño que Winer, pág. 183, llama a esto una exclamación, y no una expresión vocativa, aparentemente para evitar la conclusión de que Tomás quedó satisfecho en cuanto a la deidad de Jesús, por el hecho de que Jesús se le apareció después de la resurrección -R466).
M116 Debe notarse que un sustantivo en caso nominativo, que se usa con sentido vocativo y está seguido por un posesivo, no puede aparecer sin artículo. Por tanto, el artículo que precede a θεός tal vez no tenga ningún significado especial.