Comentario de Juan 20:29 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jesús le dijo: —¿Porque me has visto, has creído? ¡Bienaventurados los que no ven y creen!

20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. — Jesús no alabó la fe de Tomás (compárense Mat 8:10; Mat 15:28). En pocos días principiaría una nueva etapa en la cual los discípulos de Jesús no andarían por vista sino por fe (2Co 5:7). Durante el ministerio personal de Jesús, «muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía» (2:23). Los discípulos de Cristo creyeron en El porque vieron la prueba (la evidencia) de su Deidad. «Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron» (Mat 13:16-17). También durante el ministerio de los apóstoles las señales eran necesarias para confirmar la palabra (Mar 16:20; Hch 14:3; Heb 2:3-4), pero ahora los que llegan a ser creyentes lo hacen por medio de oír la Palabra de Dios (Rom 10:17; 1Pe 1:8, «a quien amáis sin haberle visto»; Heb 11:1; Heb 11:27).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

bienaventurados los que no vieron y creyeron. Jua 20:8; Jua 4:48; Luc 1:45; 2Co 5:7; Heb 11:1, Heb 11:27, Heb 11:39; 1Pe 1:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

los que no vieron incluye a todos los que han creído en Cristo desde su ascensión al Padre (1Pe 1:8,1Pe 1:9).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Jesús pronosticó el tiempo en el cual no habría evidencias tangibles como la que Tomás había experimentado. Tras la ascensión definitiva de Jesús al Padre, todos aquellos que creyeran en Él lo harían sin el privilegio de ver al Señor resucitado. Jesús pronunció una bendición especial para quienes creerían en Él sin verlo, como sí había sucedido a Tomás (1Pe 1:8-9).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. — Jesús no alabó la fe de Tomás (compárense Mat 8:10; Mat 15:28). En pocos días principiaría una nueva etapa en la cual los discípulos de Jesús no andarían por vista sino por fe (2Co 5:7). Durante el ministerio personal de Jesús, «muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía» (2:23). Los discípulos de Cristo creyeron en El porque vieron la prueba (la evidencia) de su Deidad. «Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron» (Mat 13:16-17). También durante el ministerio de los apóstoles las señales eran necesarias para confirmar la palabra (Mar 16:20; Hch 14:3; Heb 2:3-4), pero ahora los que llegan a ser creyentes lo hacen por medio de oír la Palabra de Dios (Rom 10:17; 1Pe 1:8, «a quien amáis sin haberle visto»; Heb 11:1; Heb 11:27).

Fuente: Notas Reeves-Partain

La respuesta de Jesús a Tomás en el texto original es una pregunta con cierta carga irónica, que literalmente dice: “¿Porque me has visto has creído?”. Algunas versiones traducen la pregunta como si fuera una afirmación de reproche: «¿Así que crees porque me has visto?» (NAB, NVI). Otros idiomas necesitan más información para seguir la traducción como en el v. Jua 20:27, por ejemplo: “¿Conque ahora crees que estoy vivo, porque me has visto?” o “¿De manera que al verme en el cuerpo te hace más creyente?”

Bienaventurados los que no vieron y creyeron, «¡Felices los que confían en mí sin haberme visto!» (TLA), «¡Dichosos los que creen sin haber visto!» (DHH), “Muy felices serán todas aquellas personas que creen en mí, aunque no me hayan visto vivo”. En el texto la referencia directa a Jesús resucitado, como en la última propuesta, no está explícita, pero se da por sentado por el contexto. En algunos idiomas se tendrá que cambiar el orden de las palabras de Jesús, como por ejemplo: “Toda las personas que crean que vivo, aunque no me hayan visto personalmente, serán muy felices”. También se podría entender que las palabras de Jesús se refieran a todo lo que aconteció en esa semana, y no sólo a su cuerpo resucitado. En este caso entonces se puede traducir algo como: “Vivirán muy alegres todas las personas que sin haber visto todo lo que me pasó en estos días siguen siendo creyentes fieles” o “Serán muy dichosas todas aquellas personas que crean en mí aunque no me hayan visto en el cuerpo”.

Reflexión bíblica y pastoral

Tomás representa a un numeroso grupo de entonces y de ahora que quieren basar su fe sólo en hechos tangibles—Por eso se ha dicho más de una vez que el verdadero “gemelo” de Tomás es cada uno de aquel o aquella que necesita pruebas y más pruebas para reconocer a Jesucristo como su Señor y Salvador. Llama la atención de que en ninguna parte del testimonio bíblico haya alguna referencia al gemelo físico de Tomás. El ver y el tocar, actos muy importantes en este evangelio, son puestos aquí por Tomás como condición para creer en la resurrección de Jesús. Jesús le concede la petición, al mismo tiempo que aporta una indubitable prueba más de la realidad del evento. Curiosamente Juan describe la escena en forma paralela a la anterior, con Jesús poniéndose en medio de su comunidad y saludándola con su paz.

Después de dejar a Tomás tocar sus heridas le dice una frase que tanto es para ese discípulo como para muchos más de entonces y siempre: “No seas incrédulo, sino creyente” (v. Jua 20:27). En cierta manera esta solicitud encierra el objetivo principal de este evangelio, que es dar testimonio de Jesús para que creamos en el, y creyendo tengamos vida eterna.

La respuesta de Tomás también puede considerarse como prototípica de la reacción de creyentes de todas las épocas que exclamando “Señor mío y Dios mío” (v. Jua 20:28) afirman el evangelio en su objetivo principal. Esta es la confesión más importante del evangelio, superior incluso a la de Pedro de “¡Tú eres el Cristo!” (Mar 8:29) y a la del centurión “¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!” (Mar 15:39). Pero también muy importante considerar el correctivo que Jesús agrega: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (v. Jua 20:29), pues para el evangelista Juan esa es la máxima expresión de la fe, y en la narración especialmente tomando en consideración el ambiente donde escribió el evangelio, uno de incredulidad y de fuerte controversia con el judaísmo rabínico respecto a la divinidad de Jesús. En realidad, toda la fe cristiana se basa en un creer aún sin haber visto.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

1Pe 1:8.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

i 1111 2Co 5:7; 1Pe 1:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

los que no vieron. Es decir, aquellos que en tiempos de Jesús y desde entonces, no han insistido en apariencias físicas de Cristo para creer en El.

Fuente: La Biblia de las Américas

H469 Aquí, καί indica contraste: pero (comp. Jua 1:10).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego