Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
2:11 Este principio de señales hizo Jesús — Jesús mismo era el milagro más grande de todos (MH), pero este fue el principio de las señales que hizo Jesús. Este milagro fue el principio de las señales, y la última (y principal) señal fue su sepultura y resurrección (Mat 12:39-40). Las obras apócrifas del catolicismo que hablan de los milagros de la niñez o juventud de Jesús son puras fábulas y deben ser rechazadas. Dice Juan que este milagro fue el «principio» de las señales que Jesús hizo. Sus señales comienzan ahora porque su predicación comienza ahora, pues las señales convencían a los sinceros de que Jesús era el Hijo de Dios y, por eso, debería ser escuchado y obedecido.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Este principio de señales. Jua 1:17; Éxo 4:9; Éxo 7:19-21; Ecl 9:7; Mal 2:2; 2Co 4:17; Gál 3:10-13.
hizo Jesús. Jua 1:50; Jua 3:2; Jua 4:46.
y manifestó su gloria. Jua 1:14; Jua 5:23; Jua 12:41; Jua 14:9-11, Jua 14:13; Deu 5:24; Sal 72:19; Sal 96:3; Isa 40:5; 2Co 3:18; 2Co 4:6.
y sus discípulos creyeron en él. Jua 11:15; Jua 20:30, Jua 20:31; 1Jn 5:13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
señales (Gr. semeion): En el Evangelio de Juan, los milagros de Jesús reciben el nombre de señales para indicar que apuntan hacia Jesús en su calidad de Mesías. En Juan hay siete señales que son un principio organizativo de este Evangelio (Jua 4:46-54; Jua 5:1-9; Jua 6:1-14; Jua 6:15-21; Jua 9:1-7; y Jua 11:38-44). Aquí, el texto menciona específicamente que las señales indicaban la gloria de Cristo, o sea, su deidad. Cuando transformó el agua en vino, demostró su poder creativo. Hizo en un momento lo que comúnmente se hace en semanas o meses. Milton dijo: «El agua enrojeció consciente cuando vio a su hacedor». Esta es la primera vez que el texto dice que sus discípulos creyeron en Él. A veces, el seguir precede al creer y a veces el creer precede al seguir.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ARTÍCULO
El vino en la época del Nuevo Testamento (2)
Jua 2:11
Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Con este ARTÍCULO léase EL VINO EN LA ÉPOCA DEL NUEVO TESTAMENTO (1), P. 1400. [Luc 7:33-34].
EL VINO: ¿MEZCLADO O PURO? Referencias históricas con respecto a la preparación y el uso del vino por los judíos y otras naciones del mundo bíblico indican que era (a) a menudo vino sin fermentar y (b) por lo general mezclado con agua.
El ARTÍCULO arriba mencionado, sobre EL VINO EN LA EPOCA DEL NUEVO TESTAMENTO, trata sobre uno de los procesos empleados para conservar el jugo de uva en estado dulce y sin fermentar. Este ARTÍCULO trata sobre otros dos procesos tocante a las uvas en preparación para ser mezcladas con agua.
(1) Un método era deshidratar las uvas, rociarlas con aceite de oliva para conservarlas húmedas y almacenarlas en tinajas de barro (Enciclopedia Bíblica Ilustrada de Zondervan; véase también Columela, De re rustica, 12.44.1-8). En cualquier momento se podía preparar una bebida de uva muy dulce de esas uvas almacenadas al añadirles agua y ponerlas en infusión o hervirlas. Polibio señaló que se les permitía a las mujeres romanas que bebieran de esa clase de bebida de uva, pero se les prohibía que bebieran vino fermentado (véanse Polibio, Fragmentos, 6.4; Plinio, Historia natural, 14.11.81).
(2) Otro método era hervir el jugo de uva hasta que se convirtiera en una pasta densa o almíbar (miel de uva). Ese proceso permitía que se guardara el jugo, le quitaba la cualidad embriagante debido a la alta concentración de azúcar, y preservaba su dulzura (véanse Columela, 12.19.1-6 y 20.1-8; Plinio 14.11.80). Luego esa pasta se guardaba en grandes tinajas u odres. Se podía emplear la pasta como una mermelada para el pan o se disolvía en agua para hacer otra vez jugo de uva (Enciclopedia Bíblica Ilustrada de Zondervan): «Es probable que la uva se cultivara principalmente como fuente de azúcar: el jugo extraído en el lagar’ se reducía al hervirlo hasta convertirlo en un líquido… conocido como ‘miel de uva»’ (Enciclopedia Internacional General de la Biblia). Con frecuencia las referencias a la miel en la Biblia son a la miel de uva (llamada debash por los judíos) en vez de la miel de abeja.
(3) De modo que se podía mezclar el agua con las uvas deshidratadas, el almíbar de uva o el vino fermentado. Autores griegos y romanos dieron diversas proporciones que se usaban. Homero (La odisea, IX.208ss) menciona una proporción de veinte partes de agua con una de vino. Plutarco (Sumposiacs, IlI.ix) afirma: «Lo llamamos ‘vino’ mezclado, aunque el mayor componente es agua.» Plinio (14.6.54) menciona una proporción de ocho partes de agua con una de vino.
(4) En el pueblo judío de los tiempos bíblicos, las costumbres sociales y religiosas prohibían terminantemente servir vino sin mezclar, especialmente si era fermentado. El Tálrnud (obra judía que describe las tradiciones del judaismo desde aproximadamente el año 200 a.C. hasta el 200 d.C.) trata en varios pasajes la mezcla del agua y del vino (e.g., Shabbath 77a; Pesahim 1086). Algunos rabinos judíos insistían en que a menos que el vino fermentado fuera mezclado con tres partes de agua, no podía ser bendecido y contaminaría al bebedor. Otros exigían que debían mezclarse diez partes de agua con una de vino fermentado antes de que fuera aceptable.
(5) Surge un pasaje interesante en el libro de Apocalipsis, cuando al advertir acerca del «vino de la ira de Dios», un ángel declara que será «puro» (Apo 14:10; véase Jer 25:15, nota). Se dijo de esa manera porque los lectores normalmente esperarían que todas las bebidas de uva fueran mezcladas con agua (véanse Jua 2:3, notas).
En resumen, los usos normales del vino por los judíos en los tiempos bíblicos difieren de los usos de hoy. El vino de antaño era
(a) jugo de uva fresco,
(b) jugo de uva en conserva,
(c) jugo de uvas secas,
(d) vino de uva hecho de almíbar de uva y agua, y
(e) vino almacenado sin fermentar o fermentado diluido con agua a una proporción tan alta como de veinte a uno.
Se consideraba falta de delicadeza el servir vino fermentado sin mezclar, lo cual era contaminante y no podía recibir la bendición de los rabinos. A la luz de esas realidades, es imposible defender la práctica de los tiempos modernos de consumir bebidas alcohólicas sobre la base del uso que le daban al «vino» los judíos en los tiempos bíblicos. Además, los creyentes de esa época eran incluso más cautelosos que los judíos en cuanto a las diversas clases de vino (véanse Rom 14:21, nota; 1Ts 5:6, nota; 1Ti 3:3, nota; Tit 2:2, nota).
LA GLORIA DE CRISTO REVELADA MEDIANTE EL VINO. En el segundo capítulo de su evangelio, Juan relata que Jesús convirtió el agua en «vino» en la boda de Caná. ¿Qué clase de vino era? Como se ha visto, pudiera ser fermentado o no, puro o diluido. Hay que determinar la respuesta a esa pregunta por la implicación contextual y la probabilidad moral. El punto de vista de esta Biblia de estudio es que Jesús hizo vino (oinos) que era jugo de uva puro sin fermentar. Los datos que siguen proporcionan motivos razonados para rechazar la opinión de que Jesús hizo vino embriagante.
(1) El objetivo primordial de ese milagro era revelar su gloria (Jua 2:11) de tal manera que produjera la fe personal en el Hijo santo y justo de Dios que vino a salvar a las personas de su pecado (Jua 2:11; cf. Mat 1:21). Sugerir que Cristo mostró su divinidad de Hijo unigénito del Padre (Jua 1:14) al crear milagrosamente litros de vino embriagante para una fiesta de borrachos (obsérvese Jua 2:10, que implica que la gente ya había bebido en abundancia), y que eso era importantísimo para su misión mesiánica, exige una irreverencia que pocos se atreverían a mostrar. Daría más testimonio a la honra de Dios, y a la honra y la gloria de Cristo, creer que de manera sobrenatural Cristo creó el mismo jugo de uva que Dios hace cada año mediante el proceso natural creado (véase Jua 2:3, nota). Por lo tanto, ese milagro pone de relieve la soberanía de Dios sobre el mundo natural y se convierte en un símbolo de su poder para transformar espiritualmente a las personas pecadoras en hijos de Dios (Jua 3:1-15). Debido a ese milagro vimos su gloria, «gloria como del unigénito del Padre» (Jua 1:14; cf. Jua 2:11).
(2) Es contrario a la revelación bíblica tocante a la perfecta obediencia de Cristo a su Padre celestial (cf. 2Co 5:21; Heb 4:15; 1Pe 2:22) suponer que desobedeció el mandamiento moral del Padre: «No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente» (véase Pro 23:31, nota), es decir, cuando está fermentado. Claro está que Cristo vino para cumplir la ley (Mat 5:17) y habría respaldado los pasajes bíblicos que condenan el vino embriagante como un «escarnecedor» y la sidra como «alborotadora» (véase Pro 20:1, nota), y las palabras de Hab 2:15 : «¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas!» (cf. Lev 10:8-11; Núm 6:1-5; Deu 21:20; Pro 31:4-7; Isa 28:7; Amó 2:8; Amó 2:12; Amó 4:1; Amó 6:6; Rom 14:13; Rom 14:21).
(3) Además, examínese el testimonio de la medicina moderna,
(a) Médicos especialistas sobresalientes han hallado prueba inequívoca de que el consumo moderado de alcohol daña los sistemas reproductivos de mujeres jóvenes, y ocasiona abortos y nacimientos de niños con defectos mentales y físicos incurables. Autoridades mundiales sobre embriología prematura sostienen que las mujeres que beben, incluso moderadas cantidades de alcohol, cerca del tiempo de la concepción (un período de unas cuarenta y ocho horas), se arriesgan al daño de los cromosomas de un óvulo que se prepara a salir del ovario y, de esa manera, causan resultados desastrosos al desarrollo mental y físico del infante,
(b) Sería absurdo, desde el punto de vista teológico, sostener que Jesús alentó el uso de las bebidas alcohólicas en una boda, a la que asistían muchas mujeres, incluso una novia con la posibilidad de concepción inmediata. Afirmar que desconocía los efectos potenciales terribles de la bebida embriagante para las criaturas en el vientre de la madre es poner en tela de juicio su divinidad, su sabiduría y su discernimiento de lo bueno y lo malo. Asegurar que conocía el daño potencial y los resultados deformadores del alcohol, y que aun así estimuló su uso, es poner en tela de juicio su bondad, compasión y amor.
La única conclusión racional, teológica y bíblica acertada es que el vino que Cristo hizo en la boda para revelar su gloria era el fruto de la vid puro, dulce y sin fermentar.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Juan relata la primera gran señal realizada por Jesús para demostrar su deidad, que consistió en convertir el agua en vino. Solo Dios puede crear algo de la nada. Juan describe ocho milagros en su Evangelio que constituyen «señales» o la confirmación de la identidad de Jesús. Cada uno de los milagros fue diferente y único (cp. el v. Jua 2:11).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
señales. Aquí Juan usó la palabra «señales» para referirse a las notables demostraciones de poder que apuntaban, más allá de sí mismas, a las realidades divinas que podían percibirse gracias a los ojos de la fe. Mediante esta palabra Juan resalta que los milagros no eran simples demostraciones de poder, sino que poseían un significado más allá del acto en sí mismo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:11 Este principio de señales hizo Jesús — Jesús mismo era el milagro más grande de todos (MH), pero este fue el principio de las señales que hizo Jesús. Este milagro fue el principio de las señales, y la última (y principal) señal fue su sepultura y resurrección (Mat 12:39-40).
Las obras apócrifas del catolicismo que hablan de los milagros de la niñez o juventud de Jesús son puras fábulas y deben ser rechazadas. Dice Juan que este milagro fue el «principio» de las señales que Jesús hizo. Sus señales comienzan ahora porque su predicación comienza ahora, pues las señales convencían a los sinceros de que Jesús era el Hijo de Dios y, por eso, debería ser escuchado y obedecido.
La palabra «señal» quiere decir «marca, indicación, prenda». Las señales de Jesús eran prendas de autoridad y poder divinos. Sus señales dicen algo: ¡manifiestan su gloria! Tienen su mensaje (que Cristo es el Hijo de Dios), y este mensaje debe ser oído, creído y obedecido, pero el mensaje de las señales no fue escuchado por los que tenían sus ojos cerrados y sus oídos tapados (Mat 13:15).
Juan relata siete señales hechas por Jesús: 2:1-11, convirtió el agua en vino; 4:46-54, sanó al hijo de un noble; 5:1-9, sanó al paralítico; 6:1-14, alimentó a los 5000; 6:12-21, anduvo sobre el Mar 9:1-12, restauró la vista al ciego; y 11:39-44, levantó a Lázaro de entre los muertos. Las señales físicas demostraban verdades espirituales: p. ej., Jesús sanó el cuerpo enfermo para que la gente creyera que El es Buen Médico del alma enferma; dio pan físico a la multitud para que creyeran que El es el Pan de vida; levantó a los muertos para que la gente creyera que El era la «resurrección y la vida», etc.
— en Caná de Galilea, — un lugar nada prominente ni importante según los judíos (los de Judea).
— y manifestó su gloria; — su potencia divina, 1:14. Cristo, el Creador (1:3) que hizo la vid por la cual el agua pasa para formar la uva, puede transformar el agua en vino sin la vid.
— y sus discípulos creyeron en él. — Juan no registró este evento simplemente como una historia interesante, pues ni siquiera escribió los nombres de los novios, sino como una señal, para que la gente creyera en El (1:12; 2:23; 20:30, 31). Lamentablemente, «a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él» (12:37).
Fuente: Notas Reeves-Partain
d. Interpretación de los hechos (vv. Jua 2:11-12)
Este principio de señales hizo Jesús indica que la conversión del agua en vino es la primera o el comienzo de una serie de señales. La palabra griega seméia se refiere a los milagros que Jesús hace en este evangelio. Algunas versiones la traducen como «señales milagrosas» (DHH), «milagros» (BI) o literalmente señales. Juan nunca usa términos como “prodigios” o “hechos poderosos”. En la mayoría de las traducciones se ha dejado como “señal” porque es un término característico del evangelio de Juan. Esta palabra tiene una rica herencia religiosa, especialmente a través de la versión griega LXX. Puede denotar algunas veces algo milagroso y siempre tiene una connotación religiosa más allá del evento mismo que el signo señala. El evangelio de Juan muestra siete señales de Jesús, y éstas son señales no necesariamente porque son milagros, sino porque ellas apuntan a una verdad más allá de sí mismas, hacia una verdad en relación con la salvación de Dios. Por eso es importante que el traductor encuentre un término que signifique no meramente milagro, sino que tenga la fuerza de señalar más allá de sí mismo a una gran verdad.
Hay dos clases de expresiones en los idiomas receptores que con frecuencia son traducidos por “milagro”. Estos se enfocan bien referidos a la grandeza o magnitud de un evento, traduciéndolos por ejemplo como “obras portentosas” o “grandes hechos”, o bien referidos a un evento sorpresivo que deja “la boca abierta” o que “alarga el cuello” de la gente para verlo. Sin embargo, en vez de usar un término que simplemente indica un “evento no común”, es mejor, como ya se indicó, usar una expresión que muestre que dicho evento tiene un significado muy especial. En algunos idiomas se puede traducir “un gran hecho revelador” o “una obra poderosa que enseña” o también “un milagro aleccionador”.
Manifestó su gloria se entiende mejor como “dio a conocer su majestad esplendorosa”. En otras culturas se deben buscar equivalencias que indiquen lo maravilloso de la honra divina de Jesús.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 12:41; Luc 9:32.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— milagro: Lit. señal, signo. Es la palabra empleada aquí por el evangelista (y que se convierte en casi técnica en el cuarto evangelio) para referirse a las acciones milagrosas de Jesús (Jua 2:18; Jua 2:23; Jua 3:2; Jua 4:48; Jua 4:54; Jua 6:2; Jua 6:14; Jua 6:26; Jua 6:30; Jua 7:31; Jua 9:16; Jua 10:41; Jua 11:47; Jua 12:18; Jua 12:37; Jua 20:30).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
j 91 Isa 9:1; Jua 1:14
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
señales. En Juan las señales muestran a Jesús de modo tal que la gente crea en El, y así lleguen a ser salvos (20:30– 31). Los sinópticos usan el término milagro (gr., dúnamis) , que enfatiza el poder que obra en un acto milagroso.
gloria. Véase coment. en 1:14.
Fuente: La Biblia de las Américas
11 (1) La primera mención de algo en las Escrituras establece el principio de ese asunto específico. Por lo tanto,la primera señal establece el principio de todas las señales siguientes, a saber, cambiar la muerte en vida. En las Escrituras, en sentido figurado, el árbol de la vida es la fuente de la vida, y el árbol del conocimiento es la fuente de la muerte, como se revela en Gén_2:9 , Gén_2:17 . El significado de todos los casos relatados en este evangelio, corresponde al principio de que el árbol de la vida produce vida y que el árbol del conocimiento produce muerte.
11 (2) En este libro, todos los milagros que hizo el Señor son llamados señales (v.23; 3:2; 4:54; 6:2,14,26,30; 7:31; 9:16; 10:41; 11:47; 12:18,37; 20:30). Estos son milagros, pero se usan como señales que representan la vida.
11 (3) La divinidad del Señor se manifestó aquí.
14 (1) La palabra griega se refiere a todo el recinto del templo. Así también en el versículo siguiente.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
principio de señales. Los milagros de Cristo se llaman aquí señales, a fin de enfatizar el sentido importante de los milagros más bien que los milagros mismos. Estos revelaban varios aspectos de la persona o de la obra de Cristo (aquí. Su gloria), y su objetivo era estimular la fe en Sus seguidores. Para las señales específicas en este libro, véase Introducción, bajo el epígrafe «Contenido».
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R701 y sig. La parte inicial de este versículo debe traducirse: Esto hizo Jesús como un principio de milagros (la ausencia del artículo con el sustantivo hace que ταύτην sea un real predicado -R771).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, milagros