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Comentario de Juan 5:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 5:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces los judíos le decían a aquel que había sido sanado: —Es sábado, y no te es lícito llevar tu cama.

5:10 Entonces los judíos (los líderes de los judíos, 1:19; 7:17; 9:22; 13:12, 14) dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. — Los oponentes de Jesús daban su testimonio de que este paralítico caminaba y llevaba su camilla. La ley de Moisés prohibía que los israelitas trabajaran en el día de reposo (Éxo 20:9-11; Núm 15:35, un hombre «recogía leña en día de reposo» y lo apedrearon; Jer 17:21-22, «Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo»; Neh 13:19, «para que en día de reposo no introdujeran carga»). El contexto de lo que dicen Jeremías y Nehemías indica que se condenaba el comerciar y el trabajar para ganancia. Los judíos siempre eran tentados a comerciar con los incrédulos que no respetaban el día de reposo.

Para entender lo serio del conflicto entre Jesús y los judíos es necesario recordar que éstos habían inventado muchísimas prohibiciones (tradiciones) con respecto a la guarda del sábado. Por ejemplo, se prohibía que se llevaran zapatos clavados (porque el clavo era una carga), que un solo hombre cargara pan (se permitía que lo cargaran dos hombres), que se usara muleta, que la mujer cargara bolsa, que llevara aguja en la ropa, y aun discutían si era lícito llevar pierna de madera o dientes postizos. (Había treinta y nueve de tales reglamentos necios).

«De acuerdo con la Mishna, se podía llevar un lecho únicamente si un hombre estaba acostado en él» (NCB). Así pues, en este caso, para satisfacer a los judíos el hombre sanado hubiera tenido que quedarse con su cama el resto del día para que nadie se la robara, pero «el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo» (Mat 12:8) y le dijo que cargara su camilla. Cuando Jesús sanó al hombre de la mano seca, dijo a los judíos, «¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo» (Mat 12:11-12). Ninguno de los judíos se atrevía a contestar estas preguntas.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

no te es lícito llevar tu lecho. Éxo 20:8-11; Éxo 31:12-17; Neh 13:15-21; Isa 58:13; Jer 17:21, Jer 17:27; Mat 12:2; Mar 2:24; Mar 3:4; Luc 6:2; Luc 13:14; Luc 23:56.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

los judíos alude probablemente a los líderes judíos que eran miembros del consejo (Jua 1:19, nota). La ley de Moisés enseñaba que el día de reposo debía ser diferente de los otros días. En él, ni las personas ni los animales podían trabajar. El profeta Jeremías había prohibido llevar cargas o trabajar en día de reposo (Jer 17:21, Jer 17:22). Nehemías dejó claro que comerciar en ese día como si fuera uno común y corriente estaba prohibido (Neh 13:15-19). A través de los años, los líderes judíos habían acumulado miles de leyes y regulaciones relativas al día de reposo. En los días de Jesús, tenían treinta y nueve clasificaciones diferentes de trabajo. Una de estas categorías de trabajo consistía en llevar una carga, la que incluía tener una aguja en la ropa. Incluso discutían si una persona podía usar un diente artificial o una pierna de palo. De acuerdo a ellos, llevar un mueble o incluso proporcionar un tratamiento médico en día de reposo estaba prohibido. Jesús no violó la Ley; violó las tradiciones de los fariseos, las cuales habían crecido junto con la Ley.

 PERSPECTIVA

El hombre de Betesda

La tercera señal milagrosa de Jesús se centra en el tema del tiempo. El hombre en el estanque de Betesda había vivido treinta y ocho años, toda una vida, como un lisiado inútil. En efecto, probablemente él estaba acostado allí desde antes que Jesús naciera. Imagine la decepción que experimentaba una y otra vez cuando el ángel revolvía las aguas del estanque, pero él llegaba demasiado tarde para recibir sanidad. Con todo, Jesús lo sanó e inmediatamente pudo caminar. Jesús mostró ser el Señor del tiempo. Sin embargo, ¿estaba Israel listo para Él (Jua 5:16)?

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

no te es lícito. La frase revela que el judaísmo en el tiempo de Jesús se había degenerado al punto de convertirse en un ejercicio insulso de piedad hipócrita. Tal hipocresía fue una causa principal del enojo del Señor Jesús (cp. Mat 22:1-46; Mat 23:1-39), quien usó este incidente para plantear una confrontación con el legalismo exagerado de los judíos y para hacer evidente la necesidad de arrepentimiento en toda la nación.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El AT había prohibido trabajar en el día de reposo pero no estipulaba qué clase de «trabajo» prohibía (Éxo 20:8-11). Uno podría suponer que esto alude a ocupaciones relacionadas con el empleo cotidiano, pero la opinión de los rabinos se constituyó con el paso del tiempo en una tradición oral que añadía al AT y estipulaba un total de treinta y nueve actividades prohibidas (Mishná 7:2; 10: 5 sobre el día de reposo), entre las cuales se incluía llevar cualquier cosa de un sitio a otro. En consecuencia, el hombre había transgredido la tradición oral pero no la ley del AT (vea las notas sobre el v.Jua 5:16).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:10 Entonces los judíos (los líderes de los judíos, 1:19; 7:17; 9:22; 13:12, 14) dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. — Los oponentes de Jesús daban su testimonio de que este paralítico caminaba y llevaba su camilla. La ley de Moisés prohibía que los israelitas trabajaran en el día de reposo (Éxo 20:9-11; Núm 15:35, un hombre «recogía leña en día de reposo» y lo apedrearon; Jer 17:21-22, «Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo»; Neh 13:19, «para que en día de reposo no introdujeran carga»). El contexto de lo que dicen Jeremías y Nehemías indica que se condenaba el comerciar y el trabajar para ganancia. Los judíos siempre eran tentados a comerciar con los incrédulos que no respetaban el día de reposo.
Para entender lo serio del conflicto entre Jesús y los judíos es necesario recordar que éstos habían inventado muchísimas prohibiciones (tradiciones) con respecto a la guarda del sábado. Por ejemplo, se prohibía que se llevaran zapatos clavados (porque el clavo era una carga), que un solo hombre cargara pan (se permitía que lo cargaran dos hombres), que se usara muleta, que la mujer cargara bolsa, que llevara aguja en la ropa, y aun discutían si era lícito llevar pierna de madera o dientes postizos. (Había treinta y nueve de tales reglamentos necios).
«De acuerdo con la Mishna, se podía llevar un lecho únicamente si un hombre estaba acostado en él» (NCB). Así pues, en este caso, para satisfacer a los judíos el hombre sanado hubiera tenido que quedarse con su cama el resto del día para que nadie se la robara, pero «el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo» (Mat 12:8) y le dijo que cargara su camilla. Cuando Jesús sanó al hombre de la mano seca, dijo a los judíos, «¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo» (Mat 12:11-12). Ninguno de los judíos se atrevía a contestar estas preguntas.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA SANIDAD Y EL ODIO

Juan 5:10-18

Aquel día era sábado; así es que los judíos le dijeron al enfermo al que había sanado Jesús:
-¡Es sábado, y no se te permite cargar con esa cama!
-El Que me puso bueno -les contestó él-fue el Que me dijo: «¡Carga con tu camilla, y echa a andar!»
-¿Quién es el Que te dijo: «Cárgate la cama y anda»? -le preguntaron entonces; y el que había sido curado no sabía Quién era el Que le había curado, porque Jesús se le había perdido de vista entre la multitud considerable que había en el lugar. Más tarde, Jesús le encontró en el templo, y le dijo: -¡Ten cuidado! Se te ha devuelto la salud; pero no peques más, no sea que te ocurra algo peor todavía.
El hombre se dirigió a los judíos, y les dijo que había sido Jesús el Que le había puesto bueno. Y por eso era por lo que los judíos estaban empeñados en perseguir a Jesús: porque había hecho aquello en sábado. Pero Jesús les replicaba:
Mi Padre sigue Su obra todavía, así es que Yo sigo con la Mía.
Por esto los judíos trataban aún más de encontrar la manera de matarle; porque no sólo tenía por costumbre quebrantar el mandamiento de descansar los sábados, sino que también solía decir que Dios era Su propio Padre, lo que equivalía a hacerse a Sí mismo igual a Dios.

Un pobre hombre había sido sanado de una enfermedad que, humanamente hablando, era incurable. Podríamos suponer que aquello habría causado una alegría y gratitud general; pero algunos lo miraron como algo malo e impío. El que había sido sanado iba por las calles cargando con su camastro; los guardianes de la ortodoxia judía le pararon y le recordaron que el llevar una carga el día de reposo era quebrantar la Ley.
Ya hemos visto lo que hacían los judíos con la Ley de Dios. Era la Ley una serie de grandes principios generales que se dejaba a cada persona el aplicar y cumplir; pero a través de los años los judíos la habían convertido en miles de reglas y prohibiciones. La Ley decía simplemente que había que considerar el sábado como un día especial, y que en él no tenían que hacer ningún trabajo las personas libres, ni sus esclavos, ni sus animales. Los judíos entonces establecieron que había treinta y nueve clases de trabajos, a los que llamaban «trabajos padres», uno de los cuales era llevar cargas.
Se basaban especialmente en dos pasajes. Jeremías había dicho: «Así ha dicho el Señor: Guardaos por vuestra vida de llevar cargas en sábado, o de meterlas por las puertas de Jerusalén. No saquéis cargas de vuestras casas en sábado ni hagáis ningún trabajo; sino santificad el sábado como mandé a vuestros antepasados» (Jer 17:19-27 ). Nehemías también se había disgustado porque se trabajaba y se vendían mercancías los sábados, y había colocado guardas en las puertas de Jerusalén para que vieran que no se metían ni sacaban cargas los sábados (Neh 13:15-19 ).

Neh 13:15 deja perfectamente claro que lo que estaba en cuestión era trabajar el sábado como si fuera un día ordinario. Pero los rabinos de tiempos de Jesús discutían solemnemente que un sastre quebrantaba el sábado si llevaba ese día una aguja, su herramienta de trabajo, prendida en la solapa. Hasta discutían si era lícito llevar dentadura o piernas postizas u otras prótesis en sábado, o estaba prohibido por ser «cargas». Estaban seguros de que no se debía llevar ninguna clase de adornos superfluos los sábados, por la misma razón. Para ellos todas estas minucias eran cuestiones de vida o muerte, así que no les cabía la menor duda de que el hombre de este pasaje estaba quebrantando la ley rabínica al llevar la cama a cuestas en sábado:

Se defendió diciendo que el Que le había sanado le había dicho que lo hiciera, y él ni siquiera sabía que había sido Jesús. Algo más adelante Jesús se le encontró en el templo; y el hombre se dio toda la prisa que pudo para decirles a las autoridades que la Persona en cuestión había sido Jesús. No quería buscarle líos a Jesús; pero la ley rabínica decía literalmente: «Si uno transporta cualquier cosa de un lugar público a una casa privada intencionadamente en sábado, será muerto a pedradas.» Aquel hombre estaba tratando de explicar que no era culpa suya lo que estaba haciendo.
Así es que las autoridades dirigieron sus acusaciones contra Jesús. Los verbos del versículo 18 están en el tiempo imperfecto, que describe acciones repetidas en el pasado, como en castellano. Está claro que esta historia nos presenta un ejemplo de algo que Jesús hacía habitualmente.

La defensa de Jesús era alucinante. Dios no dejaba de obrar porque fuera sábado, y Él, Jesús, tampoco. Cualquier judío instruido tendría que reconocer la fuerza del argumento. Filón había dicho: » Dios nunca deja de obrar; porque, como le es propio al fuego producir calor y a la nieve frío, así Le es propio a Dios el obrar.» Y otro autor había dicho: » El Sol brilla; los ríos fluyen; los procesos de nacimiento y muerte suceden los sábados lo mismo que los otros días: así es la obra de Dios.» Es verdad que según el relato de la Creación Dios descansó el séptimo día; pero descansó de la Creación; Sus obras de juicio y misericordia y compasión y amor prosiguen.

Jesús dijo: «Aunque sea sábado, el amor y la misericordia y la compasión de Dios actúan; y Yo también.» Fue esta última afirmación la que escandalizó a los judíos, porque no podía querer decir nada más que la obra de Dios y la de Jesús eran la misma cosa. Parecía que Jesús se estaba colocando en igualdad con Dios. Lo que Jesús estaba diciendo en realidad lo vamos a ver en la sección siguiente; pero por el momento debemos tomar nota de que Jesús enseñaba que siempre hay que ayudar a los necesitados; que no hay tarea más importante que aliviar el dolor o la angustia de alguien, y que la compasión cristiana debe ser como la de Dios: incesante. Otras obras se pueden aplazar, pero no la de la compasión.

Hay otra creencia judía que aparece en este pasaje. Cuando Jesús se encontró con el hombre en el templo le dijo que no pecara más, no fuera que le viniera algo todavía peor. Para un judío, el pecado y el sufrimiento estaban tan unidos como la causa y el efecto. Si uno sufría, sería porque había pecado; y no podría curarse a menos que se le perdonara el pecado. Los rabinos decían: «El enfermo no sale de la enfermedad hasta que se le perdonen sus pecados.» Este hombre podía discutir que había pecado, y se le había perdonado y, por así decirlo, había salido bien parado; y podía seguir diciendo que, como había encontrado a Uno que podía librarle de las consecuencias del pecado, podía muy bien seguir pecando. Había en la Iglesia Primitiva algunos herejes que decían que la libertad cristiana era una licencia para la naturaleza pecadora (Gal 5:13 ). Había algunos que seguían pecando con la seguridad de que la gracia no se acababa nunca Rm 6:1-18 ). Siempre ha habido personas que han abusado del amor y del perdón y de la gracia de Dios como excusa para pecar. Pero no tenemos más que pensar en lo que costó el perdón de Dios mirando a la Cruz del Calvario para saber que debemos odiar siempre el pecado; pues cualquier pecado quebranta el corazón de Dios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado. Se entiende que el hombre sanado también era judío, desde el punto de vista étnico. En el evangelio se menciona a “los judíos” para referirse a las autoridades judías, los oficiales judíos, las autoridades religiosas o a los líderes del judaísmo.

El uso del pasado imperfecto “decían” o “dijeron” refleja el estilo narrativo de Juan e intenta enfatizar el hecho de que las autoridades judías seguían repitiendo su denuncia al hombre que había sido curado. Este aspecto continuo en el pasado se indica en algunos idiomas con un adverbio como: “dijeron repetidamente”, “hablaron insistentemente”, “dijeron una y otra vez”.

Los judíos tenían leyes muy estrictas en cuanto a lo que se podía o no hacer el sábado, y si alquien cargaba su camilla o estera ese día quebrantaba la ley. Según la enseñanza judía algunas circunstancias permitían que las leyes sabáticas tuvieran dispensa. Por ejemplo: un niño podía ser circuncidado en el octavo día después de su nacimiento, aunque ese día fuera sábado. Si la vida de una persona estaba en peligro inmediato, se tomaban medidas urgentes para salvarla el sábado. No obstante, aquí hay un hombre que ha estado enfermo por treinta y ocho años y que su vida no estaba en peligro mortal. Por lo tanto, el sanarlo un día sábado era considerado un quebrantamiento de las leyes del sábado. Pero, desde el punto de vista de Jesús, el hacer al hombre una persona completa tenía prioridad sobre las leyes del sábado, aunque la vida del hombre no estuviera en peligro. Otro factor a considerar, y que es mencionado más tarde en la controversia con los judíos, es que Dios hace sus obras de misericordia y amor aun el sábado, y por eso su Hijo puede sanar también a la gente ese día.

No te es permitido, «está prohibido» (TLA), «no te es lícito» (RV60) o “es ilegal”, “es contra la ley” no se refiere a la ley mosaica sino a las prescripciones o normativas rabínicas como interpretaciones de esta ley mosaica. Una equivalencia es: “es contra nuestras leyes que tú cargues esa camilla este día que es sábado”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— los judíos: ver nota a Jua 1:19.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 243 Éxo 20:10; Neh 13:19; Jer 17:21; Mat 12:2; Luc 6:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

los judíos. Véase coment. en el 1:19.

día de reposo…no te es permitido. Véase coment. en Mt 12:1.

Fuente: La Biblia de las Américas

10 (1) La vida que vivifica rompió el ritual de la religión. La religión se ofendió con la vida, y comenzó a oponerse a la vida desde este mismo momento (vs.16,18). El día de sábado fue dado para el hombre ( Mar_2:27) y debe ser un reposo para él. Guardar la ley en la religión no trajo reposo al hombre que había estado enfermo por treinta y ocho años, pero la vida que lo vivificó sí lo hizo. Sin embargo, a los religiosos sólo les importaba el rito de guardar el sábado; no tenían interés alguno en el reposo de este hombre enfermo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

no te es lícito llevar tu lecho. Llevar muebles en sábado era una clase de trabajo, según enseñaban los rabinos, estaba prohibida por el cuarto mandamiento.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

no te es lícito cargar…Neh 13:19; Jer 17:21.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

H422 El segundo καί de este versículo tiene un sentido consecutivo en una construcción coordinada: como resultado.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Neh 13:19; Jer 17:21.

Fuente: La Biblia Textual III Edición