Comentario de Juan 5:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero él les respondió: —El que me sanó, él mismo me dijo: “Toma tu cama y anda.”
5:11 El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. — El que le sanó tenía el derecho de decirle que llevara su camilla. ¿No sería lógico y razonable concluir que si alguno pudiera sanarle, también tendría autoridad para mandarle de esa manera? (¿Dejó de cargar su cama? Que sepamos, no les consintió en ello).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Jua 9:16; Mar 2:9-11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este hombre fue sanado sin ejercer fe. No sabía quién era Jesús cuando lo sanó (cf. con Hch 3:1-10) y tampoco expresó agradecimiento más tarde (v. Jua 5:14). Quizás vemos aquí una ilustración de la legitimidad de satisfacer una necesidad social simplemente porque es una necesidad, sin ningún otro propósito en mente. Esto es pre-evangelización.
Jesús se había apartado: Juan registra a Jesús retirándose de la muchedumbre en forma silenciosa en cuatro ocasiones (Jua 8:59; Jua 10:39; Jua 12:36). Sin embargo, Jesús se encontró con el hombre más tarde (v. Jua 5:14).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
5:11 El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. — El que le sanó tenía el derecho de decirle que llevara su camilla. ¿No sería lógico y razonable concluir que si alguno pudiera sanarle, también tendría autoridad para mandarle de esa manera? (¿Dejó de cargar su cama? Que sepamos, no les consintió en ello).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Él les respondió: El que me sanó. Los pronombres personales son enfáticos. “El que había quedado curado” y “el que me sanó” como oraciones sustantivas muestran que la sanidad del hombre es completa y definitiva. El hombre curado ignora la identidad de Jesús y se justifica ante las autoridades: El que me sanó, «el que me devolvió la salud» (DHH).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
T37 En el N.T. ὁ δέ aparece frecuentemente para continuar una narración, aun en Juan, donde aparece con menos frecuencia (A y B tienen ὃς δέ).