Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
5:21 Porque como el Padre levanta a los muertos (Deu 32:39; 1Sa 2:6) , y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. — En esa ocasión Jesús dio vida (vitalidad) a un enfermo, y en cuanto a la resurrección física, la Escritura revela que Jesús resucitó a tres personas: Mar 5:41-42, a la hija de Jairo; Luc 7:14-15, al hijo de la viuda de Naín; y Jua 11:43-44, a Lázaro. También la palabra vida se refiere a la vida espiritual; desde el principio de su ministerio Jesús levantaba a muchos que estaban muertos en pecados. Los muertos son los que están separados de Dios (Isa 59:1-2; Efe 2:12).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
como el Padre levanta los muertos. Deu 32:39; 1Re 17:21; 2Re 4:32-35; 2Re 5:7; Hch 26:8; Rom 4:17-19.
así también el Hijo. Jua 11:25, Jua 11:43, Jua 11:44; Jua 17:2; Luc 7:14, Luc 7:15; Luc 8:54, Luc 8:55.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
el Hijo … da vida: Como Dios levanta a las personas de la muerte y les da vida, así Cristo da a la gente vida espiritual (v. Jua 5:24). Jesús afirmó tener el mismo poder de Dios, declarando que Él es igual a Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
5:21 Porque como el Padre levanta a los muertos (Deu 32:39; 1Sa 2:6) , y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. — En esa ocasión Jesús dio vida (vitalidad) a un enfermo, y en cuanto a la resurrección física, la Escritura revela que Jesús resucitó a tres personas: Mar 5:41-42, a la hija de Jairo; Luc 7:14-15, al hijo de la viuda de Naín; y Jua 11:43-44, a Lázaro.
También la palabra vida se refiere a la vida espiritual; desde el principio de su ministerio Jesús levantaba a muchos que estaban muertos en pecados. Los muertos son los que están separados de Dios (Isa 59:1-2; Efe 2:12).
Fuente: Notas Reeves-Partain
VIDA, JUICIO Y HONOR
Juan 5:21-23
Porque, como el Padre resucita a los muertos y los hace vivir otra vez, así también el Hijo hace vivir a los que quiere. Tampoco juzga el Padre a nadie, sino que ha dejado todo el proceso del juicio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre Que Le envió.
Aquí vemos tres grandes funciones que pertenecen a Jesucristo como Hijo de Dios.
(i) Es el dador de la vida. Juan lo dice en un doble sentido. Quiere decir en el tiempo. Nadie está plenamente vivo hasta que Jesucristo entra en su vida y él entra en Jesucristo. Cuando hacemos el descubrimiento del reino de la música o de la literatura o del arte o de los viajes, algunas veces decimos que se nos ha abierto un nuevo mundo. Aquella persona en cuya vida ha entrado Jesucristo encuentra que la vida es totalmente nueva. Ha cambiado la persona, sus relaciones personales, su idea del trabajo y del deber y del placer, y su relación con Dios. Y quiere decir en la eternidad. Después que haya acabado esta vida, se abre una vida incalculablemente más plena y maravillosa para la persona que ha aceptado a Jesucristo, mientras que para la que Le ha rechazado sólo le espera la separación de Dios que es la muerte eterna. Jesucristo es el dador de la vida tanto en este mundo como en el por venir.
(ii) Es el que trae el juicio. Juan dice que Dios ha confiado todo el proceso del juicio a Jesucristo. Lo que quiere decir es que el juicio de una persona depende de su reacción a Jesús. Si encuentra en Él la única Persona digna de ser amada e imitada, está en el camino de la vida; y si ve en Jesús a un enemigo, se ha condenado a sí misma. Jesús es la piedra de toque en la que todos somos probados; nuestra reacción ante Él es la prueba que divide a la humanidad.
(iii) Es el que recibe el honor. Lo más alentador del Nuevo Testamento es su esperanza inextinguible y su certeza indestructible. Nos cuenta la historia de un Cristo crucificado; y, sin embargo, nunca alberga la menor duda de que, al %n, el Crucificado atraerá a Sí a toda la humanidad, y que todos Le conocerán y reconocerán y amarán. En medio de persecuciones y desprecios, a pesar de lo reducido de su número y de la escasez de su influencia, ante el fracaso y la deslealtad, el Nuevo Testamento y la Iglesia Primitiva nunca pusieron en duda el triunfo final de Cristo. Cuando sintamos el ataque de la desesperación haremos bien en recordar que la salvación de la humanidades el plan de Dios, y que nada, a fin de cuentas, podrá hacer fracasar Su voluntad. La mala voluntad humana podrá retrasar, pero no derrotar el propósito de Dios.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
En la traducción se debe conservar la estructura del paralelismo y la relación de parentesco entre el Hijo y el Padre: Como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida, “Así como mi Padre resucita a los muertos dándoles vida, así también yo, que soy su Hijo, doy vida a los que yo quiero”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 11:25; Rom 4:17; Efe 2:5-6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
o 252 2Re 4:34; Heb 11:35
p 253 Luc 7:14; Luc 8:54; Jua 11:25; Rev 1:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el Padre levanta a los muertos. Véase Dt 32:39; 1 S 2:6; 2 R 4:33– 37; 5:7.
a los que El quiere. La salvación es asunto de iniciativa divina y no humana (6:44, 65; 15:16).
Fuente: La Biblia de las Américas
La autoridad de Cristo se ve en las esferas de resurrección (vv. Jua 5:21; Jua 5:25-26) y juicio (vv. Jua 5:22-23; Jua 5:27). Dios constituirá juez a Cristo, a fin de que el Hijo sea honrado. Los que creen escaparán del juicio (v. Jua 5:24).