Comentario de Juan 6:63 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
6:63 El espíritu es el que da vida; — 3:5; Rom 8:2; 1Co 2:4. La regeneración es la obra eficaz del Espíritu Santo obrando a través de su palabra (1Pe 1:23-25). — la carne para nada aprovecha; — «los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne» (1:13); «Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es» (3:6).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
El espíritu es el que da vida. Gén 2:7; Rom 8:2; 1Co 15:45; 2Co 3:6; Gál 5:25; 1Pe 3:18.
la carne para nada aprovecha. Rom 2:25; Rom 3:1, Rom 3:2; 1Co 11:27-29; Gál 5:6; Gál 6:15; 1Ti 4:8; Heb 13:9; 1Pe 3:21.
las palabras que yo os he hablado. Jua 6:68; Jua 12:49, Jua 12:50; Deu 32:47; Sal 19:7-10; Sal 119:50, Sal 119:93, Sal 119:130; Rom 10:8-10, Rom 10:17; 1Co 2:9-14; 2Co 3:6-8; 1Ts 2:13; Heb 4:12; Stg 1:18; 1Pe 1:23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Jesús trataba que los líderes religiosos vieran más allá de los aspectos físicos de su enseñanza, o sea, el punto real, a saber, que si ellos creían en Él, tendrían vida eterna. Como algunos no creían, muchos de esos discípulos no siguieron más a Jesús (v. Jua 6:66).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
6:63 El espíritu es el que da vida; — 3:5; Rom 8:2; 1Co 2:4. La regeneración es la obra eficaz del Espíritu Santo obrando a través de su palabra (1Pe 1:23-25).
— la carne para nada aprovecha; — «los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne» (1:13); «Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es» (3:6).
— las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. — Aquí está otro texto clave: Las palabras (las enseñanzas) de Jesús nos proporcionan la vida espiritual. Aunque alguno no entienda con toda claridad el ver. 54, sin problema alguno podrá entender que las palabras o enseñanzas de Cristo nos darán vida espiritual si las obedecemos y practicamos.
Debemos creer con todo el corazón en la fuerza y vitalidad inherente de la palabra de Cristo (la Palabra de Dios), porque (1) produce fe, Rom 10:17; (2) nos hace sabios para la salvación (2Ti 3:14-15); (3) efectúa el nuevo nacimiento (1Pe 1:23-25); (4) purifica nuestras almas (1Pe 1:22); (5) santifica nuestras almas (Jua 17:17); (6) nos hace libres (Jua 8:32); y (7) nos da la herencia celestial (Hch 20:32).
Con estas palabras Cristo da el resumen de la superioridad del espíritu sobre la carne. «Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará» (6:27).
Fuente: Notas Reeves-Partain
El espíritu es el que da vida. Literalmente “espíritu” no comienza con mayúscula, pero cuando en el Nuevo Testamento “espíritu” no está especificado, es decir, sin ningún atributo, normalmente se refiere al “espíritu de Dios”, como en este contexto. El espíritu de Dios aparece frecuentemente en el Antiguo y en el Nuevo Testamento como fuente de vida. Este concepto tiene un lugar muy importante en el evangelio de Juan. Sin embargo, escribir espíritu con E es condicionar a los lectores e intérpretes del texto a leer esta expresión en una sola forma. En sí es una interpretación que va más allá de la tarea de quien traduce. La mayoría de versiones modernas dejan “espíritu” como aparece en el texto, aunque otras prefieren escribirlo con mayúscula como la TLA.
La carne para nada aprovecha está expresada con referencia directa al ser humano. La mayoría de las versiones dejan “carne” en oposición a espíritu, y es traducida de diversas maneras: «el poder humano» (TEV), «fuerza humana» (CEV), «lo carnal» (DHH). La idea es expresar que “El ser humano no sirve para dar vida”, «ninguna persona puede dar esa vida» (TLA) o, si hay necesidad de ser más explícito: “Las personas no pueden crear vida”. Así se especifica el sentido del verbo: “no es de provecho”, “no sirve para nada”, “es inútil”.
El “yo” es enfático en esta segunda parte del versículo: Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida, que también se puede traducir «son de ese Espíritu que da vida» (CEV) o «traen el Espíritu de Dios dador de vida» (TEV). Esta traducción, sin embargo, pudiera confundir al dar la idea de que son las palabras de Jesús las que traen el Espíritu de Dios. Mejor sería traducir: “las palabras que les he hablado hacen que el Espíritu dador de la vida venga”. La mayoría de las versiones dejan la versión literal. La “y” marca una relación entre Espíritu y vida con el mismo verbo, por lo que también tiene sentido traducir “trae el Espíritu que hace vivir”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
2Co 3:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “significan”. Véase Mat 12:7, n.
REFERENCIAS CRUZADAS
m 357 1Co 15:45; 2Co 3:6; Gál 6:8
n 358 1Co 2:13
ñ 359 Deu 8:3; Sal 119:50; Mat 4:4; Flp 2:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
El Espíritu es el que da vida. Jesús clarifica que sus palabras se refieren a conceptos espirituales y no a la carne física que para nada aprovecha . Los creyentes sienten la presencia de Dios por medio del Espíritu Santo que vive en ellos (1 Co 3:16).
Fuente: La Biblia de las Américas
63 (1) Aquí presenta el Espíritu que da vida. Después de la resurrección y mediante la resurrección, el Señor Jesús, quien se había hecho carne (1:14), llegó a ser el Espíritu vivificante, según se expresa claramente en 1Co 15:45. Es como Espíritu vivificante que El puede ser nuestra vida y nuestro suministro de vida. Cuando le recibimos como el Salvador crucificado y resucitado, el Espíritu vivificante entra en nosotros para impartirnos vida eterna. Recibimos al Señor Jesús, pero obtenemos al Espíritu vivificante.
63 (2) La carne en este contexto se refiere a la carne del cuerpo físico. Cuando el Señor dijo: «El pan que Yo daré es Mi carne» (v.51), los judíos pensaron que El les daría a comer la carne de Su cuerpo físico (v.52). No entendieron correctamente la palabra del Señor. Para ellos fue una palabra muy dura (v.60). Así que, en este versículo, el Señor explica que lo que El les daría a comer no era la carne de Su cuerpo físico, pues ésta para nada aprovecha. En realidad lo que finalmente les daría era el Espíritu vivificante, el cual es el Señor mismo en resurrección.
63 (3) La palabra griega que aquí y en el v.68 se traduce palabras, es réma, la cual denota la palabra hablada para el momento. Difiere de lógos (traducida Verbo en 1:1), que se refiere a la palabra constante. Aquí las palabras van después del Espíritu. El Espíritu es viviente y verdadero, no obstante es misterioso e intangible, y es difícil que la gente lo capte; pero las palabras son tangibles, concretas. Primeramente, el Señor indica que para poder dar vida, El llegaría a ser el Espíritu. Luego, El dice que las palabras que El habla son espíritu y vida. Esto muestra que las palabras que El expresa contienen el Espíritu de vida. El ahora es el Espíritu vivificante en resurrección, y Sus palabras contienen el Espíritu. Cuando recibimos Sus palabras al ejercitar nuestro espíritu, obtenemos al Espíritu, quien es vida.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
nada aprovecha. I.e., carece de importancia.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
‡ O “no vale nada”.