Hablaba de Judas hijo de Simón Iscariote; porque éste, siendo uno de los doce, estaba por entregarlo.
6:71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce. — Pero en ese momento los otros apóstoles no sabían de quién Jesús hablaba (compárese 13:24). ¿Habría seguido Judas como discípulo si Cristo hubiera aceptado la propuesta de los que querían hacerle rey?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
éste era el que le iba a entregar. Sal 109:6-8; Hch 1:16-20; Hch 2:23; Jud 1:4.
y era uno de los doce. Jua 18:2-6; Sal 41:9; Sal 55:13, Sal 55:14; Mat 26:14-16; Mat 27:3-5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Iscariote. Lo más probable es que esta palabra provenga de la palabra hebrea que significa «hombre de Queriot», que era el nombre de un pueblo en Judea. Al igual que en los otros tres Evangelios, tan pronto se nombró a Judas, este quedó identificado como el traidor.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce. — Pero en ese momento los otros apóstoles no sabían de quién Jesús hablaba (compárese 13:24). ¿Habría seguido Judas como discípulo si Cristo hubiera aceptado la propuesta de los que querían hacerle rey?
Fuente: Notas Reeves-Partain
«Jesús se refería a Judas» (TLA). El evangelista hace de nuevo un comentario para cerrar el capítulo. La evidencia textual apoya fuertemente la conexión de Iscariote con Simón en lugar de Judas. Por eso la mayoría de las versiones modernas traducen «Judas, hijo de Simón Iscariote» (TLA, DHH, BI, LPD). Porque él era el que lo iba a entregar, y era uno de los doce. Esta oración final en el versículo tiene sentido de reclamo o queja en el texto: “Efectivamente, este Judas, que era uno de los doce, le iba a traicionar”. El demostrativo y el nombre Judas, junto con la oración sustantiva que califica al sujeto Judas evita una lectura equivocada dando a entender que es Simón Iscariote el que va a entregar a Jesús. Judas, “el que lo traicionaría”, es una referencia exclusiva de este evangelio (cf. Jua 6:64; Jua 12:4; Jua 13:2, Jua 13:11; Jua 18:2, Jua 18:5; Jua 21:20).
Reflexión bíblica y pastoral
Los últimos eventos y especialmente las últimas palabras de Jesús han desatado una crisis entre los oyentes, incluyendo a los discípulos. Es un momento cargado de dramatismo donde algunos expresan lo duras que experimentan las palabras de Jesús. Tal vez lo que encuentran duro sea el tener que reconocer que en Jesús, y a través de su “carne”, al enviado bajado del cielo que da la vida eterna y resucitará a los muertos en el último día. Pero también es importante poder percatarnos de que los momentos de crisis también son una oportunidad para la fe, para la afirmación y confesión valiente de la verdadera aceptación de Jesús, tal como lo hizo Pedro como vocero de los doce en este pasaje.
El retiro de muchos pudo deberse a que consideraron las explicaciones y exigencias de Jesús más como piedras de tropiezo que como oportunidades de obtener la vida ofrecida por el Hijo de Dios. Pudo ser que Jesús los decepcionó en sus esperanzas de que él, como un nuevo Moisés, y aún superior a Moisés, no condujese al pueblo a la restauración esperada. Vemos así que las palabras de Jesús fueron un escándalo desde los tiempos más antiguos de la iglesia, tanto para los que no lo aceptaron como para los creyentes. La palabra de la cruz, la aceptación de la encarnación de la Palabra de Dios, la necesidad del arrepentimiento y el perdón, la espera de la resurrección, entre otras enseñanzas de Jesús seguramente no eran fáciles de asimilar, literalmente eran “duras” y provocaban escándalo. Aunque actualmente hay tendencias marcadas en las iglesias de suavizar ese mensaje duro de Jesús y los evangelios. El mensaje cristiano se ha convertido en una alabanza vacía en lugar de desafío al cambio, a la búsqueda de la justicia, de la denuncia del pecado y las estructuras que lo fomentan. Seguramente causaría más que inquietud en nuestras iglesias si el Señor nos preguntara directamente a nosotros, como lo hizo a los apóstoles: “¿También ustedes quieren irse?” (v. Jua 6:66).
Por ello las iglesias deben mantenerse firmes en la fe en el Hijo de Dios, confiando que en su vida está nuestra vida, convencidos que sus palabras “son espíritu y son vida” (v. Jua 6:63). Aferrados a sus palabras y a la persona del Hijo de Dios siempre tendremos la oportunidad de exclamar como lo hizo Pedro: “Señor, ¿a quién podemos ir? Tus palabras son palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído en ti, y sabemos que tú eres el Hijo de Dios” (v. Jua 6:68).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 12:4; Mat 10:4 y par.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
y 370 Mat 26:14; Jua 12:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Iscariote. Véase coment. en Mt 10:4.
Fuente: La Biblia de las Américas
Y se refería a Judas… M↓ registran Judas Iscariote, (el de) Simón.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
B73 El imperfecto de μέλλω con el infinitivo indica que en el tiempo pasado una acción estaba a punto de ocurrir (comp. Jua 7:39).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, tenía el propósito de entregarle
Fuente: La Biblia de las Américas
M i registran Judas Iscariote, (el de) Simón.