Comentario de Juan 7:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

7:24 No juzguéis según las apariencias (1Sa 16:7) , sino juzgad con justo juicio. — Creían que Jesús quebrantaba el día de reposo, pero no tomaban en cuenta la obra de Dios (5:17), ni la misericordia de Dios (Mat 12:7; Mat 23:23). Jesús quebrantó la ley del día de reposo exactamente como los sacerdotes lo profanaban cada semana al ofrecer sacrificios (y no tenían culpa, Mat 12:5), y al circuncidar en el día de reposo (y no tenían culpa). También Jesús quebrantaba el día de reposo como lo hacían los que desataban a sus animales para llevarlos a beber, o los sacaban del poco en el día de reposo (y no tenían culpa).

Al ver que los sacerdotes trabajaban cada sábado, si hubieran juzgado «según las apariencias», habrían dicho que estaban pecando. De esa manera juzgaban «según las apariencias» a Jesús.

Obsérvese que aquí Jesús da el mandamiento de «juzgad con justo juicio». ¿Por qué dijo Jesús en Mat 7:1, «No juzguéis, para que no seáis juzgados»? En este texto (Mat 7:1) Jesús condena el juzgar con hipocresía (Mat 7:3-5). En el mismo capítulo (7:15-20) Jesús requiere que se juzgue a los falsos maestros. También lo requiere en Jua 10:4-5. Pablo (el Espíritu Santo) lo requiere en Rom 16:17-18. Juan lo requiere en 1Jn 4:1-3; 2Jn 1:7-11. Los hijos de Dios han de juzgar a los ángeles (1Co 6:3).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Jua 8:15; Deu 1:16, Deu 1:17; Deu 16:18, Deu 16:19; Sal 58:1, Sal 58:2; Sal 82:2; Sal 94:20, Sal 94:21; Pro 17:15; Pro 24:23; Isa 5:23; Isa 11:3, Isa 11:4; Stg 2:1, Stg 2:4, Stg 2:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

con justo juicio. Aunque Jesús prohibió los juicios promovidos por la falsa justificación propia del legalismo (Mat 7:1), Él demandó el ejercicio disciplinado del discernimiento moral y teológico.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

7:24 No juzguéis según las apariencias (1Sa 16:7) , sino juzgad con justo juicio. — Creían que Jesús quebrantaba el día de reposo, pero no tomaban en cuenta la obra de Dios (5:17), ni la misericordia de Dios (Mat 12:7; Mat 23:23). Jesús quebrantó la ley del día de reposo exactamente como los sacerdotes lo profanaban cada semana al ofrecer sacrificios (y no tenían culpa, Mat 12:5), y al circuncidar en el día de reposo (y no tenían culpa). También Jesús quebrantaba el día de reposo como lo hacían los que desataban a sus animales para llevarlos a beber, o los sacaban del poco en el día de reposo (y no tenían culpa).
Al ver que los sacerdotes trabajaban cada sábado, si hubieran juzgado «según las apariencias», habrían dicho que estaban pecando. De esa manera juzgaban «según las apariencias» a Jesús.
Obsérvese que aquí Jesús da el mandamiento de «juzgad con justo juicio». ¿Por qué dijo Jesús en Mat 7:1, «No juzguéis, para que no seáis juzgados»? En este texto (Mat 7:1) Jesús condena el juzgar con hipocresía (Mat 7:3-5). En el mismo capítulo (7:15-20) Jesús requiere que se juzgue a los falsos maestros. También lo requiere en Jua 10:4-5. Pablo (el Espíritu Santo) lo requiere en Rom 16:17-18. Juan lo requiere en 1Jn 4:1-3; 2Jn 1:7-11. Los hijos de Dios han de juzgar a los ángeles (1Co 6:3).

Fuente: Notas Reeves-Partain

“Dejen de juzgar” es un imperativo fuerte. Según las apariencias o «superficialmente» (NEB). Juzgad con justo juicio, “Juzguen por normas verdaderas”, “que su juicio sea según lo que es correcto”. Debe conservarse el contraste entre el juicio inválido y el juicio válido con bases justas: «Cuando juzguen, háganlo con rectitud» (DHH), «Antes de afirmar algo, deben estar seguros de que así es» (TLA), «No juzguen según las apariencias, sino conforme a la justicia» (LPD). En algunos idiomas, por causa de los conceptos abstractos, se puede encontrar la equivalencia en oraciones como: “Dejen de seguir las apariencias de lo que le gusta a la gente y sigan mejor lo que es realmente justo y bueno”, “Formen su opinión por lo que las cosas son y no por lo que parecen ser”, “No juzguen a la ligera sin bases, sino hagan un juicio recto”.

Reflexión bíblica y pastoral

Nuevamente una fiesta judía es el escenario para una narración de Juan, en esta ocasión la de los Tabernáculos o las Enramadas. Jesús sube a Jerusalén encubierto, ya que sabe que los judíos lo buscan. La gente estaba dividida en sus opiniones respecto a Jesús, algunos lo consideraban bueno y otros un engañador. Esto ilustra que desde los tiempos más antiguos de la Iglesia, Jesús ha sido motivo de discusión. Sus detractores nunca han faltado, así como tampoco aquellos que creen en él pero más bien en secreto, los que no se atreven a confesarlo abiertamente por temor a la reacción de la gente.

Jesús va al templo y sorprendentemente se le encuentra en él enseñando. Jesús está en lo que se consideraba el corazón del judaísmo, y exponiendo su mensaje libremente y causando la admiración de sus oyentes. La admiración era a causa tanto de las palabras de Jesús, así como de que provinieran de él, ya que la gente conocía su origen humilde, siendo simplemente un campesino o un humilde obrero de Galilea, sin la posibilidad de haber estudiado con algún rabino.

La predicación de Jesús no buscaba su propia gloria o demostrar su sabiduría humana. Siempre afirma que la doctrina que enseña no es de él sino de su Padre. En el fondo late la controversia sobre el origen divino de Jesús, por ello él plantea la discusión en un plano superior. Primero afirma que Dios es verdadero y justo, lo que implica que su enviado también lo es. Luego, en contraste, confronta a sus oponentes con sus intenciones criminales, completamente opuestas con la enseñanza de la ley de Moisés, con lo que implícitamente les dice que no la conocen bien. Esta afirmación de Jesús es válida para ocasiones frecuentes en las iglesias, donde gente argumenta creyendo estar basada en la Biblia, pero sus afirmaciones son completamente contrarias al espíritu de las Escrituras.

Cuando los oponentes se sienten desenmascarados por las palabras de Jesús, recurren a una vieja estratagema: lo demonizan. Etiquetar a las personas con las que no se está de acuerdo es un recurso usado con frecuencia en todas partes, incluyendo el ámbito de las iglesias. “¡Estás endemoniado!” (v. Jua 7:20) lo increpan sus oponentes, como en ocasiones nosotros escuchamos: es conservador, liberal, frío, extremista, intelectualoide, revolucionario, entre otros epítetos.

Pero Jesús no se deja desviar del punto central y los confronta con el verdadero motivo de su enojo: están enojados por haber sanado a un hombre en día sábado. Para los oponentes era más importante la ortodoxia que la vida plena de este hijo de Dios, ponían más valor en cumplir una ley que en salvar una vida. El actuar de Jesús sin embargo estaba en plena concordancia con la voluntad de Dios, y también con el espíritu de la ley. Es así como se entiende también su última exhortación, que también es válida para los actuales creyentes en Cristo: “Cuando juzguen, háganlo con rectitud” (v. Jua 7:24).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Jua 8:15; Lev 19:15; Isa 11:3-4.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

z 397 Deu 1:16; Pro 24:23; Isa 11:3; Mat 23:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

24 super (1) O, semblante, rostro.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Lit., el

Fuente: La Biblia de las Américas