Biblia

Comentario de Juan 7:44 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 7:44 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Algunos de ellos querían tomarlo preso, pero ninguno le echó mano.

7:4446 Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano. (7:30; 5:16, 18; 17:1; 8:20; 10:39, etc. Jesús dijo a Pilato, «Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba», 19:11). Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? (7:32. Ahora, oficialmente, pensaban prenderle. Ya terminaba la fiesta y Jesús saldría de la ciudad). Los alguaciles (la policía del templo) respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! — Es cierto que el intento de prenderle hubiera sido peligroso, puesto que muchos creían en Jesús, pero el temor del pueblo no fue la razón de no prenderle. Además, estos alguaciles sabían que serían reprendidos (o peor) por los principales sacerdotes y fariseos por no prenderle, pero aunque recibieron una orden explícita de prenderle, fueron restringidos por la autoridad, majestad y poder de la enseñanza de Jesús. ¡Qué testimonio tan significativo de hombres sin prejuicio! Prácticamente admitían que Jesús era divino. Su testimonio indicó que Jesús no era un mero hombre. Nunca había hablado un mero hombre como El enseñaba. En otras ocasiones la presencia y la manera de hablar o de hacer de Jesús causaron reacciones semejantes (18:6; Luc 5:8). Obsérvese con cuidado que estos no fueron impresionados por las obras de Jesús (15:24), sino por sus palabras (6:63). Habló con toda autoridad (Mat 7:28-29; Luc 7:6-8). Parece que reconocían que Jesús tenía más autoridad que el Sanedrín.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

pero ninguno le echó mano. Jua 7:30; Jua 8:20; Jua 18:5, Jua 18:6; Hch 18:10; Hch 23:11; Hch 27:23-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Vea las notas sobre los vv.Jua 7:8; Jua 7:30.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

7:44 – 46 Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano. (7:30; 5:16, 18; 17:1; 8:20; 10:39, etc. Jesús dijo a Pilato, «Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba», 19:11). Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? (7:32. Ahora, oficialmente, pensaban prenderle. Ya terminaba la fiesta y Jesús saldría de la ciudad). Los alguaciles (la policía del templo) respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! — Es cierto que el intento de prenderle hubiera sido peligroso, puesto que muchos creían en Jesús, pero el temor del pueblo no fue la razón de no prenderle. Además, estos alguaciles sabían que serían reprendidos (o peor) por los principales sacerdotes y fariseos por no prenderle, pero aunque recibieron una orden explícita de prenderle, fueron restringidos por la autoridad, majestad y poder de la enseñanza de Jesús. ¡Qué testimonio tan significativo de hombres sin prejuicio! Prácticamente admitían que Jesús era divino. Su testimonio indicó que Jesús no era un mero hombre. Nunca había hablado un mero hombre como El enseñaba. En otras ocasiones la presencia y la manera de hablar o de hacer de Jesús causaron reacciones semejantes (18:6; Luc 5:8). Obsérvese con cuidado que estos no fueron impresionados por las obras de Jesús (15:24), sino por sus palabras (6:63). Habló con toda autoridad (Mat 7:28-29; Luc 7:6-8). Parece que reconocían que Jesús tenía más autoridad que el Sanedrín.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Y algunos de ellos es la misma construcción gramatical que se encuentra en el v. Jua 7:40 : “Entonces algunas personas en la multitud querían arrestarlo”. Pero ninguno le echó mano es la misma expresión del v. Jua 7:30, sólo que aquí el texto usa el plural “manos”, pero el sentido figurado es el mismo. Lo que hay que buscar es una equivalencia en el idioma receptor para esta frase, como: “nadie intentaba agarrarlo”, “nadie trataba ni siquiera de tocarlo”, «nadie se atrevía a tocarlo» (TLA).

Reflexión bíblica y pastoral

La gente no puede quedarse tranquila ante la presencia y el mensaje de Jesús. Las especulaciones en torno a él siguen expresándose, pero hay un notorio acercamiento al descubrimiento de la verdad. En este pasaje hay quien lo identifica con el Profeta, en tanto que otros afirman que es el Cristo. Pero también es cierto que la oposición y el rechazo sigue expresándose. La pregunta retórica “¿De Galilea ha de venir algo bueno?” (v. Jua 7:41) refleja el desprecio que la gente de Jerusalén, especialmente las autoridades religiosas, sentían por los galileos. La piedra de tropiezo de ellos con respecto a Jesús es que conocían su linaje humilde, el cual no podían reconciliar con las pretensiones de Jesús de tener un origen celestial. Lo que ellos no habían entendido es que a Jesús se le descubre en la fe y en el percibir las “señales” de su actuar, que su origen terrenal humilde no es sino uno más de sus atributos divinos, ya que la encarnación del Hijo de Dios es uno de los más grandes misterios de la fe cristiana. También es señal excelsa del amor de Dios por los seres humanos, de tal manera que vino y se hizo uno de nosotros y compartió las vicisitudes propias de lo humano. Así que Jesús venía de Galilea desde lo humano, y del Padre desde lo divino.

También aquí aparece de nuevo un motivo redundante y narrativamente central en Juan: la reacción de algunos fue el intento de prenderlo, pero ninguno logró echarle mano. Esta es una reafirmación de que la hora de Jesús depende de la voluntad del Padre y no del capricho de los hombres.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción