Comentario de Juan 7:47 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces los fariseos les respondieron: —¿Será posible que vosotros también hayáis sido engañados?
7:47 Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? — (Mat 27:63). Pero ¿cómo podían los mismos oficiales del Sanedrín ser engañados? ¿No podía el Sanedrín enseñar a los suyos para que no fueran engañados? Estos eran los oficiales que cumplían la voluntad del Sanedrín, pero los miembros de este augusto concilio no fueron impresionados por el testimonio de los alguaciles. ¿Por qué no había confianza entre ellos? Ni siquiera preguntaron por qué Jesús les había impresionado tanto. No pidieron la prueba de lo que decían, sino que, llenos de odio y envidia, simplemente les acusaron de haber sido engañados. Su actitud en esta ocasión bien ilustra lo que Jesús dijo de ellos en Mat 15:14, pues obviamente eran guías ciegos. ¿Cómo, pues, podían guiar a sus propios oficiales?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
¿también vosotros habéis sido engañados? Jua 7:12; Jua 9:27-34; 2Re 18:29, 2Re 18:32; 2Cr 32:15; Mat 27:63; 2Co 6:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Después que los soldados informaron que no habían arrestado a Jesús, los fariseos dieron su típica y arrogante respuesta, ¿También vosotros habéis sido engañados? De seguro razonaron, si los líderes religiosos no creían en Jesús, no podía ser el Mesías. En efecto, aunque el pobre escuchaba con gusto a Jesús, los líderes religiosos eran los últimos que podrían llegar creer en Cristo porque amenazaba sus posiciones, ya que tendrían que abandonar el poder y las riquezas.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Los fariseos se mofaron de los alguaciles, no por razones profesionales (en su desempeño como policías), sino religiosas (en su comportamiento como levitas). En esencia, los acusaron de haberse dejado seducir por un engañador (según ellos, Jesús), a diferencia de los fariseos mismos que en su arrogancia y justificación propia consideraban que en virtud de su sabiduría y conocimiento nadie podía engañarlos.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
7:47 Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? — (Mat 27:63). Pero ¿cómo podían los mismos oficiales del Sanedrín ser engañados? ¿No podía el Sanedrín enseñar a los suyos para que no fueran engañados?
Estos eran los oficiales que cumplían la voluntad del Sanedrín, pero los miembros de este augusto concilio no fueron impresionados por el testimonio de los alguaciles. ¿Por qué no había confianza entre ellos? Ni siquiera preguntaron por qué Jesús les había impresionado tanto. No pidieron la prueba de lo que decían, sino que, llenos de odio y envidia, simplemente les acusaron de haber sido engañados. Su actitud en esta ocasión bien ilustra lo que Jesús dijo de ellos en Mat 15:14, pues obviamente eran guías ciegos. ¿Cómo, pues, podían guiar a sus propios oficiales?
Pero surge la pregunta, ¿por qué no les enviaron otra vez insistiendo en que prendieran a Jesús? ¿Qué pasó con la autoridad del Sanedrín? Dieron una orden, los alguaciles no les obedecieron y entonces, ¿qué pasó? ¡Solamente les dijeron que habían sido engañados!
Fuente: Notas Reeves-Partain
La reacción de los fariseos se expresa en dos preguntas retóricas en los vv. Jua 7:47 y Jua 7:48. La formulación de la primera pregunta supone que Jesús es quien los ha engañado, y se espera una respuesta negativa. ¿También vosotros habéis sido engañados? Una traducción más activa quedaría: “¿Será posible que él los haya engañado también a ustedes?”. Si se espera una respuesta negativa, en algunos idiomas la traducción se haría como una declaración: “¡Ojalá él no los haya engañado también a ustedes!” o “¡Seguro que a ustedes también los ha engañado!”.