Sé que sois descendientes de Abraham; no obstante, procuráis matarme, porque mi palabra no tiene cabida en vosotros.
8:37 Sé que sois descendientes de Abraham; — Físicamente eran descendientes de Abraham: «Oh, vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos» (Sal 105:6); «Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo» (Isa 41:8). Cae en el mismo error el que piensa que es aceptable ante los ojos de Dios simplemente por ser miembro de alguna iglesia fiel. — pero procuráis matarme (7:19-20, 25, 30, 32, 45; 8:20) , — En esto se ve claramente que estos judíos no imitaban el ejemplo de Abraham, porque él no tenía espíritu de odio y envidia y nunca actuó como estos judíos actuaban. Cuando los mensajeros de Dios llegaron a la tienda de Abraham, los recibió con todo respeto (Gén 18:1-15), pero Jesús, el perfecto Mensajero de Dios, fue rechazado y maltratado por estos descendientes de Abraham.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Sé que sois descendientes de Abraham. Jua 8:33; Hch 13:26; Rom 9:7.
mas procuráis matarme. Jua 8:6, Jua 8:40, Jua 8:59; Jua 5:16-18; Jua 7:1, Jua 7:19, Jua 7:25; Jua 10:31; Jua 11:53.
porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Jua 8:43, Jua 8:45-47; Jua 5:44; Jua 12:39-43; Mat 13:15, Mat 13:19-22; 1Co 2:14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
descendientes de Abraham: Quizás eran herederos físicos de Abraham, pero no eran sus descendientes espirituales a menos que tuvieran fe. Pero, en vez de confiar en Cristo para que perdonara sus pecados, los líderes religiosos buscaron matarlo. Escucharon la palabra, pero no creyeron en ella. Por lo tanto, no pudieron experimentar su verdad (cf. con el v. Jua 8:31).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
8:37 Sé que sois descendientes de Abraham; — Físicamente eran descendientes de Abraham: «Oh, vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos» (Sal 105:6); «Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo» (Isa 41:8). Cae en el mismo error el que piensa que es aceptable ante los ojos de Dios simplemente por ser miembro de alguna iglesia fiel.
— pero procuráis matarme (7:19-20, 25, 30, 32, 45; 8:20) , — En esto se ve claramente que estos judíos no imitaban el ejemplo de Abraham, porque él no tenía espíritu de odio y envidia y nunca actuó como estos judíos actuaban. Cuando los mensajeros de Dios llegaron a la tienda de Abraham, los recibió con todo respeto (Gén 18:1-15), pero Jesús, el perfecto Mensajero de Dios, fue rechazado y maltratado por estos descendientes de Abraham.
¿Sigue hablando Jesús «a los judíos que habían creído en él»? Parece que sí. No hay nada en el texto que indique cambio de audiencia. Esto indica lo ofensivo de la implicación de que no eran libres sino esclavos. Como Jesús dijo, «Sé que sois descendientes de Abraham; pero… «, así también hoy día se puede decir a algunos: «Sé que sois miembros de la iglesia; pero… »
— porque mi palabra no halla cabida (sitio, LBLA) en vosotros. — 8:31. No querían permanecer en la palabra de Cristo; por esta causa no eran los descendientes verdaderos de Abraham, sino como los galileos que volvieron atrás, 6:60, 61, 66. Como «no había lugar para ellos en el mesón» cuando Jesús nació (Luc 2:7), tampoco había lugar en el corazón de los judíos para la palabra de Cristo. No podían soportar o sufrir la palabra de Cristo (2Ti 4:3, «no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias»).
Muchas de las enseñanzas de Cristo y los apóstoles no hallan cabida en los corazones de la gente: por ejemplo, la enseñanza sobre el arrepentimiento y el bautismo, sobre la iglesia (el culto, la asistencia, la organización y obra, que la iglesia es el reino, etc.), sobre el divorcio y segundas nupcias y sobre muchos otros temas.
Otro significado de la palabra (coreo), traducida «halla cabida» es «avanzar, proceder… Jua 8:37» (JHT). Véase LBLA, margen, no progresa en vosotros). Este uso de la palabra se observa en 2Ts 3:1, «para que la palabra del Señor corra (se extienda rápidamente, LBLA) y sea glorificada». La palabra de Cristo había penetrado el corazón de muchos de los judíos que le escuchaban («muchos creyeron en él», 8:30), pero al oír su enseñanza acerca de la esclavitud y la libertad, la palabra no avanzó — no se desarrolló — en su corazón.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA AUTÉNTICA FILIACIÓN
Juan 8:37-41
Jesús continuó diciéndoles:
-Sé que sois descendientes de Abraham; pero estáis tratando de encontrar la manera de matarme porque Mi palabra no tiene cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto en la presencia del Padre. Así deberíais vosotros hacer lo que habéis oído del Padre.
-¡Nuestro padre es Abraham! -exclamaron; y Jesús les siguió diciendo:
-Si sois hijos de Abraham, obrad como obraría él. Pero ahora estáis tratando de encontrar la manera de matarme, aunque Yo no soy más que Uno que os ha dicho la verdad tal como la he escuchado de Dios. Eso no es lo que hizo Abraham. Lo que hacéis vosotros son las obras de vuestro padre.
En este ,pasaje, Jesús asesta un golpe de muerte a una pretensión que era de suprema importancia para los judíos. Abraham era para ellos la más grande figura de la historia de la religión; se consideraban seguros y a salvo en el favor de Dios simplemente por ser descendientes de Abraham. El salmista podía dirigirse al pueblo como «¡Oh vosotros, descendencia de Abraham Su siervo, hijos de Jacob, Sus escogidos!» Sal 105:6 ). Isaías decía al pueblo: «Pero tú, Israel, siervo Mío eres; tú, Jacob, a quien Yo escogí, descendencia de Abraham Mi amigo» Isa 41:8 ). La admiración que sentían los judíos por Abraham era perfectamente legítima, porque fue un gigante en la historia religiosa de la humanidad; pero las consecuencias que sacaban de su grandeza estaban completamente equivocadas. Creían que Abraham había ganado tal mérito con su bondad, que era suficiente, no sólo para él, sino también para todos sus descendientes. Justino Mártir tuvo una discusión con el judío Trifón sobre la religión judía, y la conclusión de éste era que «el Reino eterno se otorgará a los que son la simiente de Abraham según la carne, aunque sean pecadores e incrédulos y desobedientes a Dios» (Justino Mártir, Diálogo con Trifón 140). Los judíos se creían literalmente a salvo simplemente por ser descendientes de Abraham.
La actitud de los judíos no carece de paralelo en la actualidad
(a) Todavía hay personas que tratan de vivir a costa de un pedigrí y un apellido. En algún momento de la historia de su familia, hubo uno que realizó algún servicio realmente sobresaliente a la iglesia o al estado, y desde entonces y por ello reclaman unos honores especiales. Pero un gran apellido no debe ser excusa para una inactividad cómoda, sino un acicate para nuevas empresas de mérito.
(b) Algunos tratan de vivir a costa de una historia y una tradición. Muchas iglesias tienen un sentido injustificado de su propia importancia porque hubo un tiempo en que tuvieron un ministerio famoso. Hay muchas congregaciones que viven del capital espiritual del pasado; pero si no se hace más que sacar y nunca meter, es impepinable que acaba por agotarse.
No hay persona, iglesia o nación, que pueda vivir de las rentas del pasado. Y eso era lo que pretendían los judíos. Jesús es contundente con una actitud así. Declara en efecto que el verdadero hijo de Abraham es el que actúa de la manera que actuaba Abraham. Esto es exactamente lo que había dicho antes Juan el Bautista: le había dicho a la gente sencillamente que el Día del Juicio estaba a las puertas, y que no bastaba con aducir la descendencia de Abraham, porque Dios podía suscitar descendientes de Abraham hasta de las piedras, si quería Mt 3:9; Lc 3:8 ). Era también el razonamiento que habría de usar Pablo una y otra vez. No son la carne y la sangre las que hacen que uno sea verdadero descendiente de Abraham, sino la calidad moral y la fidelidad espiritual.
Este tema particular Jesús lo relaciona especialmente con una cosa. Están buscando la manera de matarle. Eso es justo lo contrario de lo que hizo Abraham. Cuando recibió la visita de un mensajero de Dios, con su acogida y hospitalidad hizo que se sintiera bienvenido Ge 18:1-8 ). Abraham había recibido al mensajero de Dios; los judíos de entonces estaban tratando de matar del Mensajero de Dios. ¿Cómo se atrevían a llamarse hijos de Abraham cuando su conducta era diametralmente opuesta?
Al traer a la memoria la historia del Génesis, Jesús se presenta implícitamente como el Mensajero de Dios. Presenta Sus credenciales aún más explícitamente: «Yo hablo lo que he visto en la presencia del Padre.» Lo fundamental acerca de Jesús es que Él trajo a la humanidad, no Sus propias opiniones, sino el Mensaje de Dios. Él no era simplemente un hombre que les decía a los demás lo que pensaba de las cosas, sino el Hijo de Dios Que comunicaba a la humanidad el pensamiento de Dios. Jesús nos presenta la realidad tal como Dios la ve.
Al final de este pasaje llega una afirmación sobrecogedora. «Lo que hacéis vosotros -dice Jesús- son las obras de vuestro padre.» Acaba de decir que Abraham no es su padre. Entonces, ¿quién es su padre? Hay un momento de suspense. Se aclara en el versículo 44: su padre es el diablo. Los que habían presumido de ser hijos de Abraham tienen que enfrentarse con la devastadora acusación de que son hijos del diablo. Sus obras han revelado su verdadera filiación; porque la única manera de probar que se es hijo de Dios es en la conducta.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
“Sé que son simiente de Abraham” es la traducción literal. “Yo sé” se entiende también como “reconozco”, “acepto que Abraham sea su ancestro”. El gran contraste se da en la oración siguiente: «pero quieren matarme» (TLA, DHH), «sin embargo, ustedes buscan la oportunidad para matarme» (NRSV). La razón de esta actitud criminal está en la oración final: porque mi palabra no halla cabida en vosotros, «porque no aceptan mis enseñanzas» (TLA), «porque mi mensaje no os entra en la cabeza» (BI). La idea es que “no aceptan mi enseñanza”, “porque nada de mi enseñanza les penetra”, “porque nada de lo que yo les diga les interesa”. La NVI traduce «porque no está en sus planes aceptar mi palabra». Esta oración, algo difícil por su sentido, se entiende también como una denuncia de la incredulidad de los judíos. En otros idiomas sería equivalente a “porque ustedes no creen lo que les he dicho”, “porque ustedes no quieren obedecer mi enseñanza”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 5:18; Jua 7:19; Jua 7:25.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
l 475 Jua 7:19
m 476 Flp 3:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
En esté pasaje se nos enseña cuan grande es la ignorancia de los que se creen justos por virtud propia. Los judíos se jactaban de ser hijos de Abrahán, como si con esa circunstancia quedasen disimulados todos sus defectos. Pero no se contentaron con eso, mas alegaron ser favoritos de Dios y pertenecer á su gran familia: “Un solo padre tenemos, que es Dios.” Se olvidaron que de nada les valía el parentesco con Abrahán si no participaban de esa gracia divina que él había poseído. Se olvidaron que la elección que Dios había hecho de su padre, para ser cabeza de una nación favorecida, no podía en manera alguna acarrear la salvación á los descendientes, á menos que éstos siguiesen las huellas de su progenitor. Es que la presunción les vendó los ojos. “Somos hijos de Dios; pertenecemos á la iglesia verdadera; estamos incluidos en el pacto; todo está bien:” He aquí como razonaban consigo mismos.
Convenzámonos de que ser miembros de una iglesia buena y haber tenido piadosos ascendientes no son pruebas, en manera alguna, de que nosotros estemos en el camino que conduce á la salvación. Necesitamos algo más que esto: menester es que estemos unidos á Cristo por medio de una fe viva, y que experimentemos en nuestros corazones el influjo regenerador del Espíritu Santo. “Los principios de la iglesia” y “la legitimidad del gremio” son hermosas expresiones y sientan bien en los labios de un sectario; mas no pueden librar á nuestras almas de la ira venidera ni infundirnos valor el día del juicio.
También aprendemos en estos versículos cuáles son las señales que distinguen la filiación espiritual. Nuestro Señor aclaró este punto por medio de dos sentencias admirables. ¿Dicen los judíos que tienen por padre á Abrahán? El les contesta: “Si fuerais hijos de Abrahán, las obras de Abrahán haríais.” ¿Dicen los judíos que tienen un solo padre, que es Dios? El les contesta: “Si vuestro padre fuera Dios, ciertamente me amaríais á mí.”
Grabemos firmemente en nuestra memoria estas dos respuestas, pues con ellas puede replicarse á dos errores del los que son de los más perniciosos, y sin embargo más comunes. ¿Qué puede ser más común, por una parte, que oír pláticas vagas acerca de la paternidad de Dios? “Todos los hombres,” se dice, “son hijos de Dios, cualquiera que sea su credo ó religión; y todos serán al fin albergados en la casa del Padre, donde hay muchas moradas.” ¿Qué puede ser más común, por otra, que oír frases altisonantes acerca de los efectos del bautismo y los privilegios que se conceden á los miembros de la iglesia? “Por medio del bautismo,” dicen muchos, “nos hacemos hijos de Dios;” y deben considerarse á todos los miembros de la iglesia como hijos del Todopoderoso.
Es imposible hacer que tales aserciones se avengan con las palabras de nuestro Señor que quedan citadas. Según ellas, el que no ame á nuestro Señor Jesucristo, sea él quien fuere, no puede ser considerado hijo de Dios. En la fórmula de la ceremonia de bautismo, concebida en suaves y benignas frases, ó en alguna pregunta del catecismo, en que se tiene en mira más bien el porvenir que el presente, tal vez se le llame hijo de Dios. Pero, como queda dicho, ninguno puede serlo en realidad si sinceramente no ama á nuestro Señor Jesucristo.
Enséñasenos en estos versículos, finalmente, algo sobre la existencia y el carácter del diablo. Nuestro Señor aludió á él como á un ser cuya personalidad y existencia están fuera de toda duda. En solemnes y rígidas palabras de reproche dijo á sus incrédulos adversarios: “Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir.” Y luego pintó á Satanás en negros colores, describiéndolo como “homicida,” “mentiroso,” y “padre de la mentira.”
¡Sí, existe el diablo! Tenemos siempre cerca de nosotros un enemigo invisible, pero poderoso, un enemigo que jamás se descuida ó se duerme, un enemigo que nos acecha al andar ó al descansar, que espía todos nuestros movimientos y no se apartará de nosotros hasta que muramos. ¡Es homicida! Su propósito más firme es lanzarnos en el camino de la destrucción y perder para siempre nuestras almas. “Anda en derredor buscando á quién devorar.” ¡Es mentiroso! Continuamente está procurando engañarnos con embustes de la misma manera que engañó á Eva en el paraíso. Nunca cesa de decirnos que el bien es el mal y el mal el bien, que la verdad es la mentira y la mentira la verdad, que el camino ancho es el bueno y el angosto el malo. Millones de hombres hay que caen en sus lazos, tanto ricos como pobres, nobles como plebeyos, ilustrados como ignorantes. La mentira es su arma favorita. Con ella da la muerte á muchos.
Creyendo, pues, firmemente que el diablo existe, velemos, oremos y luchemos á fin de ser librados de sus tentaciones. Aunque es fuerte, hay un Ser más fuerte que él: el Ser que dijo á Pedro que había orado por él para que no le faltara la fe, y que intercede constantemente á la diestra de Dios. Encomendémosle á él nuestras almas. Existiendo como existe el diablo, no es de sorprendernos que abunde el mal en el mundo; mas teniendo á Cristo de nuestra parte no hay por qué temer. Escrito está: “Resistid al diablo, y huirá de vosotros.” “El Dios de paz quebrantará presto á Satanás debajo de vuestros pies.” Jam 4:7; Rom 16:20.
Fuente: Los Evangelios Explicados
M75 Es difícil determinar si ἐν significa: dentro de (un individuo) o entre (un número de personas). [Editor. La traducción de esta frase prepositiva depende del significado de χωρέω. En este contexto, parece que el verbo se refiere a crecimiento y movimiento. El significado resultante es: no tiene progreso en ustedes; comp. los vv. 31 y sigs.]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, no progresa en vosotros