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Comentario de Jueces 21:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Jueces 21:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: “Ninguno de nosotros dará su hija por mujer a los de Benjamín.”

habían jurado. Jue 20:1, Jue 20:8, Jue 20:10; Jer 4:2.

Ninguno de nosotros. Jue 21:5; Jue 11:30, Jue 11:31; 1Sa 14:24, 1Sa 14:28, 1Sa 14:29; Ecl 5:2; Mar 6:23; Hch 23:12; Rom 10:2.

dará su hija. Éxo 34:12-16; Deu 7:2, Deu 7:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El pueblo llora la desolación de Benjamín, Jue 21:1-7.

Por la destrucción de Jabes-galaad les proveen cuatrocientas mujeres, Jue 21:8-15.

Aconcejan a los restantes a sorprender a las vírgenes que bailan en Silo, Jue 21:16-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Después de la devastadora derrota de Benjamín, los israelitas que quedaron se llenaron de remordimientos porque Benjamín enfrentaba una extinción casi segura (vv. Jue 21:1-7). Así, el capítulo Jue 21:1-25 nos habla de las medidas que tomaron para la supervivencia de la tribu, aunque los medios que eligieron fueron cuestionables y hasta brutales.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Por primera vez se presentan los detalles de un juramento en Mizpa. Presumiblemente fue hecho cuando la gente se reunió en Mizpa antes de atacar a Benjamín.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Rehabilitación de Benjamín (21:1-8).
1Los hombres de Israel habían jurado en Masfa, diciendo: “Ninguno de nosotros dará por mujer su hija a uno de Benjamín.” 2Vino el pueblo de Betel y estuvo allí ante Dios toda la tarde. Alzando su voz, lamentábase grandemente, diciendo: 3“¿Por qué, ¡oh Yahvé, Dios de Israel! ha sucedido que en Israel venga hoy a faltar una tribu?” 4Al día siguiente, levantándose de mañana, alzaron allí un altar, ofrecieron holocaustos y hostias pacíficas, 5 y se preguntaron: “¿Quién de entre las tribus de Israel no ha subido a la asamblea de Yahvé?” Porque habían jurado solemnemente contra quien no subiera ante Yahvé a Masfa, diciendo: “Será castigado con la muerte.” 6Los hijos de Israel se compadecieron de Benjamín y su hermano, y se decían: “Hoy ha sido amputada de Israel una tribu. 7¿Qué haremos por ellos, para procurar mujeres a los que se quedan? Porque hemos jurado por Yahvé no darles por mujeres nuestras hijas.” 8Dijéronse, pues: “¿Hay alguno entre las tribus de Israel que no haya subido ante Yahvé a Masfa?” Y ninguno de Jabes Galaad había venido al campo, a la asamblea.

Dios, que había castigado hasta el exterminio a los pecadores, se compadece de Benjamín e interviene para rehabilitarle. Al anatema contra Benjamín se unía el juramento de no dar a los benjaminitas las hijas de Israel por esposas, lo que equivalía a la total desaparición de aquella tribu de la comunidad de Israel. En el presente capítulo se indica la manera como los israelitas solucionaron el problema creado por su juramento. Piensan algunos expositores (Vincent, Fernández) que el redactor final recogió diversas tradiciones al escribir esta historia, en la cual se repiten diversas veces los mismos hechos (v.1:14; 3:6-15; 5:8; 7:16-18; 8-9). Según una de estas tradiciones, se pide a los de Galaad que den de buen grado sus hijas a los hombres de Benjamín, lo que ellos solos pueden hacer sin perjurio. Otra tradición dice que los jabesitas fueron asesinados por no haber acudido a la asamblea de Israel, salvándose tan sólo las jóvenes vírgenes, según Num 31:17-18. En fin, una tercera tradición refiere que, en ocasión de una fiesta de Yahvé en Silo, los benjaminitas se apoderaron de cuantas jóvenes tenían ellos necesidad.

Las vírgenes de Jabes Galaad (Num 21:9-18).
9Hicieron un recuento del pueblo, y no se halló ninguno de Jabes Galaad. 10Entonces envió contra ellos la asamblea doce mil hombres de los más valientes con esta orden: “Id y pasad a filo de espada a los habitantes de Jabes Galaad, con sus mujeres y niños, u Pero habéis de hacer así: Anatematizad a todo hombre y a toda mujer que haya conocido varón.” 12Hallaron entre los habitantes de Jabes Galaad cuatrocientas jóvenes vírgenes que no habían conocido varón compartiendo su lecho y las llevaron al campo de Silo, en la tierra de Canaán. 13Mandó entonces toda la asamblea mensajeros que hablaran a los hijos de Benjamín que estaban en la roca de Rimón, y les ofrecieron la paz. 14Volvieron los de Benjamín entonces, y se les dieron por mujeres las que habían sobrevivido de las mujeres de Jabes Galaad, pero no hubo bastantes. 15El pueblo se compadecía de Benjamín, porque había abierto Yahvé una brecha en las tribus de Israel; 16y los ancianos de la asamblea se preguntaron: “¿Cómo haremos para procurar mujeres a los de Benjamín, puesto que sus mujeres han sido muertas?” 17Y decían: “Quede en Benjamín la heredad de los que han escapado, para que no desaparezca una de las tribus de Israel; 18pero nosotros no podemos darles por mujeres nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado diciendo: Maldito quien dé a los de Benjamín su hija por mujer.”

Los presentes en la asamblea no pueden entregar sus hijas a Benjamín; así lo juraron en Masfa (Num 20:1). Pero, hechas las indagaciones pertinentes, comprobaron que Jabes Galaad no había tomado parte en la guerra contra Benjamín, por lo cual no estaban obligados por el juramento. Ningún vestigio se conserva en la Biblia del anatema contra Jabes Galaad; las relaciones posteriores entre Galaad y Benjamín fueron cordiales (1Sa 11:1-10; 1Sa 31:11-13; 2Sa 2:4; 2Sa 21:12). Por lo mismo, algunos expositores católicos consideran los v.5:10 (menos las primeras palabras), n y parte del 14 como una glosa inspirada en Num 31:17 (Tamisier). Acaso sea también una glosa posterior la frase “Silo, en la tierra de Canaán,” que se introdujo para dar apariencia legal a la operación. El campo de los israelitas se encontraba en Masfa o en Betel (v.2), pero no en Silo. El texto primitivo decía solamente: “Y las llevaron (a las vírgenes) al campo,” sobrentendiéndose de Masfa o Betel. Emisarios de los israelitas fueron a Rimón, donde estaban los seiscientos supervivientes de Benjamín, y les ofrecieron la paz (Deu 20:10-13), que aceptaron. No hubo bastantes mujeres para todos, por lo que el pueblo se compadeció de Benjamín, preocupado en reparar la brecha que había abierto Yahvé en las tribus de Israel.

Rapto de las jóvenes de Silo (Deu 21:19-25).
19Y dijeron: “Cerca está la fiesta de Yahvé, que de año en año se celebra en Silo” – ciudad situada al norte de Betel, al oriente del camino que de Betel sube a Siquem y al mediodía de Lebona. 20Y dieron a los de Benjamín esta orden: 21“Id y poneos en emboscada en las viñas. Estad atentos, y, cuando veáis salir a las hijas de Silo para danzar en coro, salís vosotros de las viñas y os lleváis cada uno a una de ellas para mujer, y os volvéis a la tierra de Benjamín. 22Si los padres o los hermanos vienen a reclamárnoslas, les diremos: Dejadlos en paz, pues con las de Tabes Galaad tomadas en guerra no ha habido una para uno y no habéis sido vosotros los que se las habéis dado, que lo entonces seríais culpables,” 23Hicieron así los hijos de Benjamín, y cogieron de entre las que danzaban una cada uno, llevándoselas y volviéndose a su heredad. Reedificaron las ciudades y habitaron en ellas. 24Fuéronse entonces los hijos de Israel cada uno a su tribu, a su familia, volviendo todos a su heredad. 25No había entonces rey en Israel, y hacía cada uno lo que bien le parecía.

La desgracia que diezmó la tribu de Benjamín es una manifestación clara de la justa cólera divina. Doscientos hombres habían quedado sin mujer por no hallar las suficientes en Galaad, y era necesario procurárselas para que “quede en Benjamín la heredad de los que han escapado” (v.17). El texto sagrado refiere el ardid que emplearon los israelitas para que cada benjaminita tuviera su mujer. A este episodio precede una introducción paralela al relato anterior (15 = 6; 16 = 7a; 18 = 1).
Era próxima una de las fiestas de Yahvé en Silo, sin duda una de las tres prescritas por la Ley (Exo 23:14; Exo 34:23), sin que pueda precisarse cuál de ellas; durante la misma, las hijas de Israel danzaban en coro – alusión a las danzas acompañadas de gritos (Exo 32:1 :-19). Los doscientos benjaminitas, por indicación de los ancianos de la asamblea, debían apostarse en emboscada en las viñas, espiando el momento en que ellas salían, para procurarse cada uno una mujer. Este consejo de los ancianos tropezaba con el inconveniente de la lógica protesta de los padres y hermanos de las jóvenes, que tenían derecho a reclamar, fuera del caso de guerra, el mohar o la dote de parte del que tomaba a su hija o hermana por esposa. Pero habían prevenido ya esta circunstancia y la respuesta que los raptores debían dar a los demandantes, Los benjaminitas siguieron al pie de la letra aquel consejo. Después de haber asegurado a los padres y hermanos que no tomaban aquellas vírgenes en calidad de botín de guerra, percibiendo, por lo mismo, ellos el mohar, marchóse cada uno a su heredad. También los hijos de Israel se marcharon cada uno a su tribu y a su clan.
Las abominaciones de que ha hablado el autor sagrado en estos dos apéndices reclamaban la institución de la monarquía davídica, que impusiera el orden y la justicia, que tanto se echaban de menos en Israel. Esta es la idea que quiere inculcar el hagiógrafo al repetir al final la consabida frase (Exo 17:6; Exo 18:1; Exo 19:1): “No había entonces rey en Israel, y hacía cada uno lo que bien le parecía.”

Fuente: Biblia Comentada

jurado en Mizpa. Los israelitas hicieron un juramento a no «dar» sus hijas a los seiscientos benjamitas sobrevivientes (Jue 20:47). Pero ellos se dieron cuenta de que estos últimos desaparecerían como tribu a menos que tuvieran esposas (cp. Jue 21:6-7), debido a que las mujeres benjamitas habían muerto en el saqueo total de Gabaa (Jue 20:37). Cp. v. Jue 21:9.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Rehabilitación de los benjamitas sobrevivientes. En este episodio final la atención vuelve a los trabajos de la asamblea de tribus (ver sobre 19:29-20:11). Los dos juramentos hechos en Mizpa (1, 5b) tuvieron como intención detener la maldad cometida por los benjamitas para que no contaminara a toda la nación y asegurar la participación plena de las otras tribus en la acción punitiva que se requería. Pero la matanza excesiva de 20:48 había producido ahora un resultado inesperado: toda la tribu de Benjamín estaba amenazada de extinción.

El primer intento para tratar el problema (que solamente tuvo éxito parcialmente) es un caso claro de un juramento para extender otro (6:13). Fue una maniobra justificable legalmente, pero moralmente dudosa para decir lo menos, y con un terrible precio que pagó el pueblo de Jabes de Galaad (11). El segundo (15-23) tiene exactamente el mismo carácter. La justificación que se da en el v. 22 fue una pieza astuta de casuística que evadió los problemas morales involucrados. Los mismos hombres que se habían enfurecido por la violación de la concubina del levita, ahora pidieron a los hombres de Silo humildemente aceptar la violación de sus hijas como un fait accompli.

Surge el siguiente modelo irónico:

(a) la violación de la concubina;

(b) la guerra santa contra Benjamín;

(c) el problema: el juramento; Benjamín amenazado de extinción;

(b1) la guerra “santa” contra Jabes de Galaad;

(a1) la violación de las hijas de Silo.

El comportamiento de la asamblea en este episodio nuevamente nos muestra la bancarrota moral y espiritual de Israel. Pero a pesar de ello, la historia finalmente se mueve hacia un punto de equilibrio frágil, con los benjamitas rehabilitados y la calma restaurada (23, 24). De una manera asombrosa Israel ha sobrevivido, pero mirando hacia atrás debemos concluir que esto se debió mucho más al gobierno de Dios que al desempeño de sus líderes e instituciones. La supervivencia de Israel en el período caótico de los jueces fue un milagro de la gracia de Dios, como lo es siempre la salvación (Ef. 2:8).

Notas. 1 Para Mizpa ver sobre 20:1. 2 Para Betel ver sobre 20:18. 4 El altar se edificó no en Betel, donde ya existía un altar (20:26), sino al día siguiente, de vuelta en Mizpa su campamento base (20:1). Altares ad hoc como este eran edificados a veces en tiempos de peligro nacional o de regocijo, especialmente antes o después de una batalla (cf. Exo. 20:24-25; 1 Sam. 14:35). Para holocaustos y sacrificios de paz ver sobre 20:26.5 La RVA es más fiel con su traducción no ha venido a la congregación. La referencia es a la asamblea inicial de 20:1. 8 Jabes en Galaad era una ciudad al oriente del río Jordán, a unos 35 km. al sur del mar de Galilea. La ausencia de representantes de Jabes en Galaad era conspicua, ya que los hombres acudieron de otras partes de Galaad (20:1). 9 Este conteo confirmó lo que los líderes vagamente habían percibido, de que no había habido representantes de Jabes en Galaad tampoco en la asamblea anterior (ver sobre v. 5). 10 Para 12.000 ver sobre 5:8. Para matad a filo de espada … las mujeres y los niños, ver sobre 20:48. 11 Se perdonó a las vírgenes. Los dirigentes tenían tal vez en mente el precedente que se había sentado en la campaña contra los madianitas en tiempos de Moisés (ver Núm. 31, especialmente v. 17). 12 Mizpa había sido el campamento base durante la guerra (20:1; 21:1). Silo, ubicada más al norte, estaba más cer ca de Jabes en Galaad y, por lo tanto, era un lugar más conveniente para recibir y transferir a las vírgenes (ver sobre 18:31). En tierra de Canaán significa al occidente del Jordán, en el propio Canaán. Cf. los de talles sobre la localización de Silo en el v. 19b. Estos probablemente fueron añadidos en las etapas finales de la composición del libro para beneficio de los lectores que vivieron mucho después que Silo había sido destruida. Nuevamente ver sobre 18:31. 19 1 Sam. 1:3; Exo. 3:24 prescriben tres festivales como este, pero en las condiciones caóticas del período de los jueces no de be sorprendernos que solamente se observara uno. Nos deja perplejos la descripción detallada de la localización de Silo, pero ver sobre v. 12. Para Betel ver sobre 4:5. Para Siquem ver sobre 9:1. Lebona estaba a 5 km. al occidente de Silo (ver sobre 18:31). 21 La fiesta era probablemente una forma corrupta, semipagana, de la fiesta de los Tabernáculos, que se celebraba en el tiempo de la cosecha de la uva (Deut. 16:13-15). Ver también sobre 9:27 y 8:33. 22 En la guerra, o sea, durante la campaña contra Jabes en Galaad. Pero la forma más antigua del texto puede igualmente traducirse “por guerra” (es decir, “por fuerza”).23 A sus here dades (cf. v. 24) era la tierra que se les había asignado después de la conquista inicial de Canaán (Jos. 14:1; 18:11-27).

Barry G. Webb

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

21.8-12 Los israelitas iban de un caos a otro. Debido a un voto precipitado hecho en el calor de la emoción (21.5), destruyeron a otro pueblo. Quizás Israel justificó su acción con los siguientes argumentos: (1) Un voto no se podía romper, e Israel había hecho el voto de que matarían a cualquiera que no los ayudara a pelear contra los benjamitas. (2) Ya que murieron todas las mujeres de la tribu de Benjamín, los pocos hombres que quedaban necesitaban esposas para evitar que la tribu desapareciera. Perdonar a las mujeres solteras de Jabes-galaad parecía ser una buena solución.Desconocemos todas las circunstancias que hay detrás de la brutal masacre que hubo en Jabes-galaad, pero parece que el resto de Israel siguió el mismo patrón que la tribu de Benjamín. Pusieron su lealtad a la tribu por encima de los mandamientos de Dios y justificaron sus malas acciones para corregir los errores pasados.21.25 Durante la época de los jueces, el pueblo de Israel experimentó problemas ya que todos llegaron a ser su propia autoridad y actuaron bajo sus opiniones sobre lo bueno y lo malo. Esto produjo horrendos resultados. Nuestro mundo es similar. Los individuos, grupos y sociedades se autodeclaran la suprema autoridad sin tener en cuenta a Dios. Cuando con egoísmo la gente busca satisfacer sus deseos personales, todos pagan el precio.Es un verdadero acto heroico someter todos nuestros planes, deseos y motivos a Dios. A Gedeón, Jefté y Sansón se les conocen por su heroísmo en la batalla. Pero sus vidas personales distaron mucho de ser heroicas. Para ser héroes de verdad, debemos entrar en la batalla cada día en nuestra casa, trabajo, iglesia y sociedad para hacer realidad el Reino de Dios. Nuestras armas son las normas, la moral, las verdades y las convicciones que recibimos de la Palabra de Dios. Perderemos la batalla si reunimos los despojos de los tesoros terrenales en lugar de buscar los tesoros celestiales.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1169 Jue 20:1; 1Sa 7:5; 1Re 15:22; Jer 40:6

b 1170 Jue 21:18

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Debido a que la mayoría de los varones de Benjamín había muerto (cp. Jue 20:47) y ya que las demás tribus habían jurado no permitir que sus hijas se casaran con los de Benjamín, esta tribu se enfrentó al reto de protegerse del exterminio total.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[.] Mientras no haya autoridad central y un rey que , cada familia y cada tribu se siente obligada a defender y vengar a los suyos; no hay otra manera de proteger al individuo en un pueblo sin autoridades. En esas condiciones, sin embargo, un crimen podía llevar a una guerra entre las tribus, como sucedió en el ejemplo aquí contado. El relato multiplica las cifras más inverosímiles; es evidentemente una manera de decir que en realidad hubo una crisis muy grave en la que Benjamín estuvo a punto de desaparecer. Aquí se quiere dar una enseñanza a pesar de todos los pecados y errores de Benjamín, no puede desaparecer ni una sola de las doce tribus que son la herencia de Yavé.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[10] No concurrir a una guerra en que toda la nación estaba empeñada, había sido una rebelión de los vecinos de Galaad.

Fuente: Notas Torres Amat