Comentario de Levítico 16:29 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Esto será para vosotros un estatuto perpetuo. El décimo día del mes séptimo os humillaréis a vosotros mismos y no haréis ningún trabajo, ni el natural ni el extranjero que habita entre vosotros.
en el mes séptimo. Lev 23:27-32; Éxo 30:10; Núm 29:7; 1Re 8:2; Esd 3:1.
afligiréis vuestras almas. Sal 35:13; Sal 69:10; Isa 58:3, Isa 58:5; Dan 10:3, Dan 10:12; 1Co 11:31; 2Co 7:10, 2Co 7:11.
y ninguna obra haréis. Lev 23:3, Lev 23:7, Lev 23:8, Lev 23:21, Lev 23:28, Lev 23:36; Éxo 12:16; Éxo 20:10; Isa 58:13; Heb 4:10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Resumen de los ritos del Día de la Expiación. Tres veces aparece la frase estatuto perpetuo (vv. Lev 16:29, Lev 16:31, Lev 16:34). Este iba a ser el día más importante del año para Israel, y no iba a cesar hasta que uno viniera a cumplir permanentemente todas sus provisiones. La palabra hebrea que se traduce «perpetuo» podría significar «hasta el final de la era». La muerte de Cristo, un sacrificio permanentemente eficaz (en contraste con los del Día de la Expiación, que debía repetirse cada año) puso término a una era e inició una nueva. Sin embargo, aún ahora no sería inapropiado observarlo como día de conmemoración de la expiación hecha por Cristo. Algunos creyentes judíos observan de este modo el día de la expiación.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
En el mes séptimo: El Día de la Expiación cae entre mediados de septiembre y mediados de octubre.
afligiréis vuestras almas: Examinaos a vosotros mismos, arrepentíos de vuestras acciones y actitudes malas, y buscad el perdón de Dios. Los sacrificios solos, sin arrepentimiento, son inútiles.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
mes séptimo. Tisri es septiembre / octubre. afligiréis vuestras almas. Este acto de propia negación tenía que ver probablemente con la abstinencia de alimento, haciendo del día de la Expiación el único día de ayuno en todo el calendario de Israel.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Instrucciones para el pueblo. Se da la fecha anual. El séptimo mes (lunar) cae en la última parte de septiembre y la primera parte de octubre. El día era de absoluta solemnidad y, por lo mismo, no se trataba como cualquier otro sábado, sino como un día de “aflicción”. El mandato de “humillarse”, o negarse a sí mismo, probablemente se refiera a penitencia y ayuno (cf. Isa. 58:3, 5; Sal. 35:13).
Nota. Las imágenes del día de la Expiación en la carta a los Hebreos. Ya hemos observado que en general el NT usa el lenguaje de los sacrificios para explicar la muerte de Cristo, pero es el escritor de Heb. el que usa más detalladamente los ritos específicos del día de la Expiación en relación con la crucifixión. Especialmente en Heb. 9:1-10:22 se señalan tanto las comparaciones como los contrastes. Su punto culminante es que al romperse el velo que separaba el lugar santísimo al momento mismo que moría Cristo (Luc. 23:45), simbólicamente demostró la verdad espiritual que por medio de su sangre Cristo ha abierto el camino hasta la misma presencia de Dios. Su sacrificio no fue por sí mismo, nunca necesitará repetirse y tiene eficacia eterna. Por lo tanto, todo creyente no sólo puede sino debe venir frecuentemente y con confianza al lugar donde el sumo sacerdote sólo podía ir una vez al año (Heb. 10:19-22). El chivo expiatorio nunca es usado explícitamente en el NT como una representación de Cristo, aunque algunos escritos cristianos primitivos sí hacen la conexión. Sin embargo, la doble imagen: que Cristo fue “hecho pecado” por nosotros (2 Cor. 5:21) y que él “llevó nuestros pecados” (1 Ped. 2:24), corresponde con el papel de ambos machos cabríos en el día de la Expiación; el que era sacrificado como una ofrenda por el pecado y el otro que cargaba con los pecados confesados del pueblo. Porque en su muerte, “el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isa. 53:6).
3-7 Los animales domésticos que eran permitidos para el sacrificio (vaca, cordero o cabra) no debían matarse afuera del tabernáculo cuando sólo se trataba de aprovechar su carne para comer. Si una familia deseaba incluir carne en su comida, primero debían ofrecer el animal en el tabernáculo como sacrificio de paz (v. 5), después de lo cual podían llevárselo para cocinarlo (7:12-18). Esta regla se aplicó mientras Israel era una comunidad compacta en el desierto. Se revocó cuando ya se asentaron en su tierra, cuando ya no era muy práctica (Deut. 12:15, 20-22). El propósito de la ley se explica en los vv. 5-7, lo que muestra que la ley no era simplemente para preservar el privilegio del tabernáculo o la posición de los sacerdotes (o para estimular el vegetarianismo), sino por el contrario con el serio propósito de erradicar la idolatría (v. 7). Demonios (lit. “machos cabríos”) puede referirse a los espíritus o demonios del campo, los cuales eran concebidos en forma de machos cabríos (“sátiros”). La adoración a los machos cabríos era parte de la religión egipcia y, según parece, las prácticas idólatras egipcias permanecieron entre los israelitas por algún tiempo (cf. Jos. 24:14; Eze. 20:7; 23:1 ss.). La frase tras los cuales se han prostituido se usa metafóricamente para hablar de la idolatría (Exo. 34:15, 16; Lev. 20:5, 6), pero puede implicar lit. actos de prostitución ritual o copulación con animales (cf. Exo. 22:19, 20; Lev. 18:23; 20:15, 16; Ose. 4:10-14). Para prevenir que la gente llevara a cabo dichos ritos idólatras, bajo el disfraz de tener una fiesta familiar, todo animal debía ser degollado a la puerta del tabernáculo.
8, 9 Probablemente por la misma razón (es decir, prevenir el uso idólatra) ningún sacrificio debía ofrecerse si no era en el tabernáculo, donde claramente sería al Señor; es decir, a Yahweh, el Dios de Israel. Esta regla (y las que siguen) se aplicaba tanto a los israelitas como a los extranjeros que habitan entre ellos. A dichos extranjeros la ley del AT les otorgaba derechos y consideraciones muy significativos, pero no se les permitía llevar a cabo sacrificios y rituales que pudieran guiar a Israel a la idolatría. Para la identidad de estos “extranjeros” véase el comentario sobre el cap. 25.
10-12 La prohibición de no comer sangre (es decir, comer carne cuya sangre no se hubiera escurrido de manera apropiada) ya se había establecido (3:17; 7:26, 27), pero aquí se explica, con alguna repetición para mayor énfasis (cf. v. 14, porque la vida de toda carne es su sangre). La realidad fisiológica de que la sangre lleva “vida” a todas las partes del cuerpo, y que la muerte sigue inmediatamente a la pérdida seria de sangre, también se presenta aquí como un asunto moral y espiritual. El derramamiento de la sangre de un animal significa que ha dado su vida por medio de la muerte y, por lo mismo, en el contexto de sacrificio, su vida ha rescatado y purificado (ha hecho expiación por) la vida de un ser humano pecador. Por lo tanto, la razón principal para prohibir comer sangre era su carácter sagrado como el elemento mayor en los rituales de sacrificio. Una segunda razón pudiera haber sido que inculcaba un respeto elemental por la vida, la cual no debía ser destruida frívolamente o tratada con desdén. Este era un principio muy antiguo en Israel, relacionado con el pacto con Noé (Gén. 9:4-6).
13, 14 Estos versículos tienen que ver con animales que no eran para el sacrificio, animales de caza que eran limpios (es decir, propios para comer). Podían matarse y comerse sin tener que traerlos al tabernáculo para sacrificio, pero derramará su sangre y la cubrirá con tierra. La sangre era sagrada y debía respetarse como “vida”, aunque no fuera presentada en el altar.
15, 16 Un animal encontrado muerto; es decir, que no hubiera sido sacrificado ni cazado, de hecho era inmundo como un cadáver (aparte de también ser higiénicamente sospechoso). Esa carne, entonces, hacía inmunda a una persona. Otras leyes prohibían directamente a los israelitas el comer a propósito dicha carne. Podía darse a los perros (Exo. 22:31) o a alguien no israelita (Deut. 14:21). Por lo tanto, estos versículos pueden referirse a alguien que sin saberlo comía carne que después descubría que no había sido matada ni su sangre escurrida. Su inmundicia se quitaba simplemente lavándose, de otra manera se hacía culpable (v. 16).
En algunas culturas los cristianos todavía prohíben el comer o beber sangre debido a su asociación contextualizada con rituales idólatras. Esta parece ser una prevención legítima de acuerdo con la intención primaria de este capítulo. Algunos cristianos piensan que es correcto evitar aun las formas más inofensivas de los juegos de azar debido a su asociación con el pecado más serio de la “avaricia que también es idolatría”. Es un principio que puede ampliarse en varias maneras, pero debe ejercerse mucho cuidado ya que puede conducirnos a un legalismo esclavizante o a posturas de juicio. El concilio de Jerusalén, que decidió que los nuevos convertidos gentiles no necesitaban someterse al rito de la circuncisión y a observar toda la ley mosaica, sin embargo les pidió que observaran lo esencial de este capítulo, quizá por respeto a la sensibilidad de los cristianos judíos. Este fue un principio con el cual vivió Pablo (ver Hech. 15:29 y el comentario ahí; cf. Rom. 14:14-23; 1 Cor. 9:19-23).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Hasta tiempo indefinido.” Heb.: ‛oh·lám.
(2) Véase Ap. 8B.
(3) “El natural.” Heb.: ha·’ez·ráj; lat.: in·dí·ge·na.
(4) “Ni el residente forastero.” Heb.: wehag·guér; lat.: ád·ve·na.
REFERENCIAS CRUZADAS
t 732 Éxo 30:10
u 733 Lev 23:27; Núm 29:7
v 734 Sal 35:13; Isa 58:5; 2Co 7:10
w 735 Lev 23:28
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el mes séptimo. El mes séptimo en el calendario israelita (Tishri) cae normalmente a fines de septiembre y principios de octubre.
humillaréis vuestras almas. Es decir, humillarse o negarse a sí mismo (v. también vers. 31). La tradición judía lo identifica esto con el ayuno (Is 58:3, 5).
no haréis obra alguna. O sea, debían observar el día de expiación como día de reposo (v. vers. 31).
Fuente: La Biblia de las Américas
décimo día… → Lev 23:26-32; Núm 29:7-11.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Lev 23:26-32; Núm_29:7-11.