Comentario de Levítico 20:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah habló a Moisés diciendo:

Respecto del que ofrezca alguno de sus hijos a Moloc, Lev 20:1-3.

Del que favorece a uno de ellos, Lev 20:4-5.

Del que preste atención a encantadores, Lev 20:6.

Referente a la santificación, Lev 20:7-8.

Al que maldijere a sus padres, Lev 20:9.

Al adulterio, Lev 20:10.

Al incesto, Lev 20:11-12.

A la homosexualidad, Lev 20:13-14.

A la bestialidad, Lev 20:15-17.

A la inmundicia, Lev 20:18-21.

Se requiere la obediencia con la santidad, Lev 20:22-26.

Los encantadores han de morir, Lev 20:27.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Castigos específicos para transgresiones específicas. Cada ofensa que se trata en Lev 20:1-27 ha sido tocada antes, mayormente en los capítulos Lev 18:1-30 y Lev 19:1-37. Las leyes de estos dos capítulos son mayormente apodícticas, es decir, son mandamientos absolutos o prohibiciones que establecen leyes en la forma de principios eternos. Las leyes del capítulo Lev 20:1-27 son mayormente casuísticas, esto es, presentan las leyes en forma de casos específicos unidos con los castigos específicos. En la mayoría de los casos presentados en este capítulo, la penalidad era la muerte; son ofensas graves. En tres casos, se prescribe el modo de la ejecución; el primero y el último (vv. Lev 20:2Lev 20:27) por apedreamiento, el otro (v. Lev 20:14) por fuego. Las ofensas tratadas eran prácticas paganas y relaciones sexuales ilícitas, que se encontraban con frecuencia en las prácticas religiosas de los cananeos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

20. Diversas Leyes Penales.
E ste capítulo es una continuación del anterior, en cuanto se señalan las penas por las faltas indicadas en el anterior, o al menos se expresa su reprobación.

Reprobación del Culto a Moloc (1-5).
1Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2“Di a los hijos de Israel: Quienquiera que de entre los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan en Israel, ofrezca a Moloc un hijo suyo, será castigado con la muerte; el pueblo le lapidará 3Yo me volveré contra ese hombre y le exterminaré de en medio de su pueblo por haber entregado a Moloc a uno de sus hijos, manchando mi santuario y profanando mi santo nombre. 4Si el pueblo cerrase los ojos respecto de este hombre que ofreció a Moloc a uno de sus hijos, y no le diera muerte, 5yo me volveré contra él y contra su parentela, y le exterminaré de en medio de su pueblo y a cuantos como él se prostituyan ante Moloc.

En 18:21 se prohibía el culto a Moloc bajo pena de muerte. Aquí se vuelve a concretar, diciendo que quien entregare su hijo a Moloc para ser sacrificado en su honor debe ser lapidado por el pueblo. Caso de que no se cumpla la sentencia, Dios mismo se encargará de dar muerte al culpable y a su familia. El culto a Moloc es llamado prostitución (v.6) en el sentido de que es abandonar al verdadero Dios para irse tras los ídolos. En la literatura profética, este símil aparece muchas veces1.

Consulta de Adivinos y Evocación de los Muertos (6).
6Si alguno acudiera a los que evocan a los muertos y a los que adivinan, prostituyéndose ante ellos, yo me volveré contra él y le exterminaré de en medio de su pueblo.

Lo mismo que la idolatría, la consulta a los manes de los muertos es considerada como una prostitución, en cuanto que es una defección y un acto de desconfianza en Yahvé2. Dios mismo se encargará de castigarle con la muerte. Pero no se impone la lapidación, como en el caso anterior, que se consideraba de mayor gravedad.

Invitación al Cumplimiento de las Leyes Divinas (7-8).
7Santifícaos y sed santos, porque yo soy Yahvé, vuestro Dios. 8Guardad mis leyes y practicadlas. Yo, Yahvé, que os santifica.

Se pone como base de la obligación a las leyes divinas la necesidad de ser santos, algo aparte de todos los pueblos. Israel, como pueblo elegido, tiene que vivir en una atmósfera superior de santidad ritual y moral, pues por su elección tiene relaciones especiales con el que es santo por excelencia.

Maldición Contra los Padres (9).
9Quien maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte; caiga su sangre sobre él.

La pena de muerte es el castigo merecido para el que se haya atrevido a lanzar maldiciones contra su progenitor3. Jesucristo cita este texto para desenmascarar la hipocresía de los fariseos4. En el código de Hammurabi se cortaban las manos al que se atreviera a levantar la mano contra sus padres5.

Contra el Adulterio (10).
10Si adultera un hombre con la mujer de su prójimo, hombre y mujer adúlteros serán castigados con la muerte.

El mismo castigo capital para los adúlteros6. El código de Hammurabi imponía la misma pena en los términos siguientes: “Si la esposa de un hombre es sorprendida en el lecho con otro hombre, se los liará y echará al agua; pero, si el marido perdona la vida de su esposa, el rey se la perdonará a su servidor.”7 En las leyes asirias se ordena algo parecido8.

Contra los Pecados de Incesto y de Bestialidad (11-21).
11Si uno se acuesta con la mujer de su padre, descubriendo así la desnudez de su padre, los dos serán castigados con la muerte; caiga sobre ellos su sangre. 12Si uno se acuesta con su nuera, ambos serán castigados con la muerte; han cometido un crimen vergonzoso; caiga su sangre sobre ellos. 13Si uno se acuesta con otro como se hace con una mujer, ambos hacen cosa abominable, y serán castigados con la muerte. Caiga su sangre sobre ellos. 14Si uno toma por mujeres la hija y la madre, es un crimen abominable; serán quemados él y ellas, para que no se dé entre vosotros crimen semejante. 15El que tenga comercio con una bestia será castigado con la muerte, y la bestia la mataréis. 16Si una mujer se acerca a una bestia, prostituyéndose ante ella, matarás a la mujer y a la bestia; ambas serán muertas; caiga sobre ellas su sangre.17Si uno toma a su hermana, hija de su padre o de su madre, viendo él la desnudez de ella, y ella la desnudez de él, es un crimen, y los dos serán borrados de su pueblo a la vista de los hijos de su pueblo; él ha descubierto la desnudez de su hermana; lleve sobre sí su iniquidad. 18Si uno se acuesta con mujer mientras ésta tiene el flujo menstrual y descubre su desnudez su flujo, y ella descubre el flujo de su sangre, serán ambos borrados de en medio de su pueblo. 19No descubras la desnudez de la hermana de tu madre ni la de la hermana de tu padre, porque es descubrir tu propia carne. Llevarán sobre sí su iniquidad. 20Si uno se acuesta con su tía, descubre la desnudez de su tía. Llevarán sobre sí la iniquidad; no tendrán hijos. 21Si uno toma mujer de su hermano, es una inmundicia. Descubrió la desnudez de su hermano. No tendrán hijos.

Es el caso de incesto que hemos visto en Lev 18:8. En el código de Hammurabi se expresa en estos términos: “Si un hombre es sorprendido en el seno de la que le ha educado, y que ha tenido hijos (de su padre), este hombre será arrancado de la casa paterna”9. La pena de muerte se impone al que tuviera relaciones con la nuera (v.12)10. En el código de Hammurabi: “Si un hombre ha elegido una esposa para su hijo, y si éste la ha conocido, si el padre es sorprendido acostado en su seno, se liará a este hombre y se le echará al agua.”11 El pecado de sodomía es castigado con la pena de muerte a los dos culpables (v.13)12. El caso del que tomare por esposas a madre e hija es considerado como un mayor pecado, ya que se impone la pena del fuego, que muy raramente se inflige en la legislación mosaica13. Para el caso de bestialidad se impone la pena de muerte14. La bestia debe también ser matada (v.15-16). El incesto con hermana o medio hermana es castigado con la pena de muerte a ambos (v.17)15. Bajo la misma pena de “ser borrados de en medio del pueblo” se incluyen los que tengan relaciones sexuales cuando la mujer está en estado de impureza (v.18)16. La expresión “ser borrado de en medio del pueblo” puede tener el sentido extremo de ser matado o excomulgado de la sociedad israelita. Para el que tenga relaciones con su tía (v.19) se dice que llevará “su iniquidad,” sin concretar más. Dios se reserva el castigo merecido por esa iniquidad17. El caso del v.20 parece se refiere a la tía por alianza, es decir, la mujer de su tío carnal. El castigo para el que tenga relaciones con ella se limita a que Dios no les concederá hijos, lo que en el Antiguo Testamento se consideraba como una maldición18. La misma pena recaerá sobre el que tenga relaciones con su cuñada (v.21). No se alude aquí para nada al caso de levirato19.

Conclusión Exhortatoria (22-26).
22Guardad todas mis leyes y todos mis mandamientos y ponedlos por obra, para que no os vomite la tierra adonde os llevo. 23No imitéis las costumbres de las gentes que yo voy a arrojar de delante de vosotros; ellos hacían estas maldades, y yo los aborrecí. 24Yo os he dicho: vosotros poseeréis esa tierra, yo os la daré en posesión; es una tierra que mana leche y miel. Yo, Yahvé, vuestro Dios, que os he separado de las gentes. 25Distinguid entre animales puros e impuros, entre aves puras e impuras, y no os hagáis abominables por los animales, por las aves ni por cuanto repta sobre la tierra, que yo os he enseñado a tener por impuro. 26Sed santos para mí, porque yo, Yahvé, soy santo, y os he separado de las gentes para que seáis míos.

La conclusión parenética es similar a la Deu 18:24-30. Se exhorta al cumplimiento de las anteriores leyes y se insiste en la distinción entre animales puros e impuros como algo muy fundamental para conservar la santidad del pueblo ante Yahvé, santo, que los ha elegido como porción selecta.

Contra la Brujería (27).
27Todo hombre o mujer que evoque a los muertos y se dé a la adivinación será muerto, lapidado; caiga sobre ellos su sangre.”

De nuevo, como en el v.6, se insiste en la pena merecida de los adivinos y nigromantes, porque la práctica de la brujería estaba muy extendida, y era una especie de culto idolátrico y, por tanto, abominable ante el celoso Yahvé. La pena por tal pecado es la lapidación.

1 Ose 1:2; Ose 4:12-14. – 2 Cf. Lev 19:31. – 3 Cf. Exo 21:17. – 4 Cf. Mat 15:4. – 5 Art.198. – 6 Cf. Lev 18:20; Deu 22:22. – 7 Art.129. – 8 Art.13 y 15. – 9 Art 188. 10 Cf. Lev 18:15. – 11 Art.155. – 12 Cf. Lev 18:22. – 13 Cf. Lev 21:9; Gen 38:24; Jos 7:25. – 14 Cf. Exo 22:18. – 15 Cf. Lev 18:9; Lev 18:11. – 16 Lev 18:19. – 17 Lev 18:13. – 18 Sal 127. – 19 Cf. Lev 18:16.

Fuente: Biblia Comentada

En esta sección se dan directrices detalladas para la santidad práctica.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Se detallan cuestiones de santidad pertenecientes a la persona individual.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Aquí se consideran crímenes capitales y otros crímenes graves. Se amplían muchas de las mismas cuestiones del cap. Lev 18:1-30 y Lev 19:1-37, con el énfasis en la pena aplicada por la comisión del delito.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Faltas graves y sus castigos

La mayoría del contenido de este capítulo es una repetición del cap. 18. La diferencia es que aquí están vinculados los castigos específicos con los delitos. Por un lado, se nota un doble énfasis sobre los pecados que son en contra de Dios y la verdadera adoración a él (vv. 2-6, 25-27) y, por otro lado, los pecados que destruyen la autoridad e integridad de la familia (vv. 9-21). En este respecto podemos ver la influencia de las dos tablas de los Diez Mandamientos. Es esta naturaleza fundamental de las ofensas (es decir, que son en contra de Dios y la familia) la que también explica la naturaleza severa de los castigos.

Israel como una sociedad fue fundada sobre la base del pacto con Yahweh, y por lo mismo los delitos que amenazaban esa relación de pacto eran equivalentes a crímenes, castigados en el nombre de la autoridad más alta en el Estado; es decir, Dios. La familia jugaba un papel central en la experiencia, preservación y transmisión de esa relación de pacto, y por ello las acciones que amenazaban a la familia, ya fuera por una seria y flagrante negligencia de la autoridad paternal, o por desviaciones sexuales y disolución, por su misma naturaleza también amenazaban el fundamento de pacto del sistema social. Por lo tanto, la aplicación de la pena de muerte para tales pecados no era asunto de venganza primitiva, sino una indicación de cuán seriamente debía Israel tomar el pacto (cf. C.J.H. Wright, God’s People in God’s Land [Paternoster Press, 1990]). En el NT el pacto ya no es el fundamento de una nación-estado, y por lo mismo la naturaleza del crimen y el razonamiento para los castigos ya no están sujetos a la legislación de Israel. Sin embargo, aunque el adulterio, el incesto y la deshonra de los padres ya no son delitos capitales en una sociedad secular, el NT todavía los considera como males moralmente serios (cf. Mat. 15:4; Rom. 1:29-32; 1 Cor. 5).

Los castigos en este capítulo se dividen entre aquellos que la sociedad tenía que aplicar (ejecución judicial), aquellos que eran dejados en las manos de Dios (“ser excluidos”, lo que quizá significaba que se esperaba que Dios mismo interviniera en juicio en contra del ofensor donde el delito, por su misma naturaleza, quizá nunca se ventilaría en el tribunal; ver 7:25), y el no tener hijos a causa de dos clases de incesto. Si nos inclinamos a pensar que estos castigos eran inexplicablemente severos, debemos recordar el número limitado de delitos a los cuales se aplicaban. Es muy probable que los castigos fueran expresados en un forma severa, y que los ofensores puedan haber recibido castigos menores. El hecho de que en caso del homicidio deliberado se estipulaba que no habría reducción de la pena de muerte a ninguna otra forma de castigo (como la compensación monetaria; Núm. 35:31) puede significar que en otros casos se haya permitido dicha conversión de penas. También vale la pena decir que en la mayoría de otros aspectos, la ley de Israel era decididamente humana al comparársele con la brutalidad de los castigos que se encuentran en los códigos legales de sociedades antiguas contemporáneas. Para una discusión más completa de los principios del sistema legal israelita, véase G. J. Wenham, The Book of Leviticus (Eerdmans, 1979, pp. 281 ss.).

La motivación detrás de esto, como con todo otro aspecto de la ley israelita, era que la gente pudiera manifestar su distinción de las otras naciones. La demanda fundamental por santidad se repite dos veces (vv. 7, 8, 25, 26), y en ambos casos Dios es el sujeto: Yo, Jehovah, que os santifico. La santidad no es algo que debemos lograr por nuestros propios esfuerzos. La santidad es un estado que ya está creado y dado por Dios. El pueblo de Dios es llamado a mantener la santidad que él ya ha conferido sobre ellos por medio de su gracia en promesa y redención (v. 24). El énfasis de estos versículos es: “Vive de manera diferente porque yo te he hecho diferente. Sé lo que eres.”

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

20.1-3 El sacrificio de niños era una práctica común en las religiones antiguas. Los amonitas, vecinos de Israel, ofrecían sacrificios de niños a Moloc (su dios nacional) una parte vital de su religión. Veían esto como el regalo más grande que podían ofrecer para mantener el mal alejado y apaciguar la ira de los dioses. Dios dijo que esta práctica era detestable y que estaba estrictamente prohibida. En tiempos del Antiguo Testamento, así como en el Nuevo, el carácter de Dios hace que estos sacrificios humanos sean impensables. (1) A diferencia de los dioses paganos, Dios es amor y no necesita ser aplacado (Exo 34:6). (2) El es un Dios de vida, que prohibe el asesinato y que anima a prácticas que hacen la vida saludable y feliz (Deu 30:15-16). (3) El es Dios de los desamparados y muestra especial interés por los niños (Psa 72:4). (4) El es un Dios de altruismo, que en lugar de demandar sangre, da su vida por otros (Isa 53:4-5).20.6 Todos estamos interesados en lo que depara el futuro, y a menudo buscamos a otros para que nos guíen. Pero Dios advirtió que no buscáramos consejos en lo oculto. Los médiums y espiritistas fueron declarados fuera de la ley porque Dios no era la fuente de su información. En el mejor de los casos, los practicantes del ocultismo son impostores cuyas predicciones no pueden ser creídas. En el peor de los casos, están en contacto con espíritus diabólicos lo que los hace extremadamente peligrosos. Dios nos ha dado la Biblia para que obtengamos la información que necesitamos, y la enseñanza de la Biblia es absolutamente confiable.20.10-21 Esta lista de mandamientos contra los pecados sexuales incluye castigos extremadamente severos. ¿Por qué? Dios no toleraba esos actos por las siguientes razones: (1) quebrantaban el compromiso mutuo entre esposos, (2) destruían la santidad de la familia; (3) deformaban el bienestar mental del pueblo; y (4) propagaban enfermedades. El pecado sexual siempre ha estado ampliamente disponible. La glorificación del sexo entre personas que no están casadas, a menudo esconde una tragedia profunda y sufrimiento. Cuando la sociedad ilustra los pecados sexuales como atractivos, es muy fácil olvidarse del lado oscuro. Dios tuvo buenas razones para prohibir los pecados sexuales: El nos ama y quiere lo mejor para nosotros.20.10-21 Los actos detestables mencionados aquí eran muy comunes en las naciones paganas de Canaán; sus religiones estaban plagadas con diosas sexuales, prostitución en el templo y otros pecados graves. Las prácticas religiosas inmorales de los cananeos reflejaba una cultura decadente que tendía a corromper todo lo que entrara en contacto con ella. Al contrario, Dios estaba formando una nación que fuera una influencia positiva en el mundo. Y no quería que los israelitas adoptaran las prácticas cananeas y derivaran hacia el libertinaje. De esa manera preparó al pueblo para lo que tendrían que enfrentar en la tierra prometida ordenándoles que evitaran (todo lo que fuera pecado sexual.)20.22, 23 Dios dio muchas reglas a su pueblo… pero no sin razón. No era que le quisiera negar el bien; sólo prohibía aquellos actos que los llevaría a la ruina. Todos entendemos las leyes físicas de Dios en la naturaleza. Por ejemplo, debido a la ley de gravedad, arrojarnos al vacío desde un edificio de diez pisos de altura significa la muerte. Pero algunos no comprendemos cómo funcionan las leyes espirituales de Dios. Dios nos prohibe hacer ciertas cosas porque quiere impedir nuestra autodestrucción. La próxima vez que se sienta atraído por el placer físico o emocional prohibido, recuerde que sus consecuencias pueden ser sufrimiento y separación de Dios que trata de ayudarlo.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

[.] Este capítulo enumera los castigos que corresponden a las faltas anteriormente denunciadas. La fórmula será eliminado de su pueblo es ambigua en algunos casos castiga la justicia humana, en otros se amenaza con una maldición de Dios. Los capítulos 21 y 22 se refieren a los deberes y privilegios de los sacerdotes. Tal vez todas estas consideraciones nos parezcan detalles materiales y extraños a la verdadera santidad del sacerdote. Tenían sin embargo un valor pedagógico en aquel tiempo, y también hoy nos enseñan cuán santo es el servicio del Señor.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[9] Ex 21, 17; Prov 20, 20; Mat 15, 4; Mar 7, 10.[10] Deut 22, 22; Jn 8, 5.[20] Los hijos tenidos por una pareja como ésta no serán tenidos por hijos suyos.[21] A excepción del caso prescrito por la ley. Num 36, 6.[26] 1 Pe 1, 16.[27] Deut 18, 11; 1 Sam 28, 7.

Fuente: Notas Torres Amat