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Comentario de Levítico 21:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Levítico 21:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah dijo a Moisés: “Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no se contaminen a causa de algún difunto de su pueblo,

Habla a los sacerdotes. Ose 5:1; Mal 2:1, Mal 2:4.

que no se contaminen. Lev 21:11; Lev 10:6, Lev 10:7; Núm 19:14, Núm 19:16; Eze 44:25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

De los sacerdotes, Lev 21:1-5.

De su santidad, Lev 21:6.

De sus matrimonios, Lev 21:7.

De su estimación, Lev 21:8.

Del sacerdote, Lev 21:9.

Del sumo sacerdote, Lev 21:10-12.

De su matrimonio, Lev 21:13-15.

Los sacerdotes con defectos no deben de ministrar en el santuario, Lev 21:16-24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Son reglas para los sacerdotes acerca del duelo, el matrimonio y la aptitud para el sacerdocio.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

no se contaminen: El contacto con un cadáver dejaba inmunda a la persona. Puesto que los sacerdotes ministraban ante el altar de Jehová, estaban restringidas para ellos las ocasiones para estar contaminados. Mientras estaban inmundos no podían ejercer sus funciones sacerdotales. Esto estaba en señalado contraste con gran parte del mundo antiguo, donde se consideraba que los muertos se consideraban santos y aun se les adoraba. En la revelación de Dios a Israel era claro que el muerto era el gran contaminador, la mayor perversión del propósito de Dios para la raza humana. La muerte no podía ser sagrada; sólo la resurrección podía rescatar a los muertos de la inmundicia de la muerte, tema sobre el que Israel había recibido poca revelación a esta altura de su historia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LOS SACERDOTES. El cap. Lev 21:1-24 trata sobre los requisitos y altas normas de quienes iban a servir como ministros del pueblo de Dios. Debían ser ejemplos de santidad tanto en sus deberes ceremoniales como en su carácter y sus acciones personales; por consiguiente, Dios les impuso una norma superiora la requerida para los miembros del pueblo del pacto de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

21. Pureza Ritual de los Sacerdotes.
L os c.21-25 constituyen una nueva sección lógica, pues se trata de lo relativo al culto: a) santidad de los sacerdotes (c.21); d) santidad de los sacrificios (0.22); c) días de fiesta (0.23); e) lámparas y panes de la proposición (24:1-9); e) contra la blasfemia (24:10-23); f) año sabático y de jubileo (c.25).
En los capítulos anteriores se ha tratado de la pureza ritual y moral del pueblo en general, porque debe ser santo. En el caso de los sacerdotes, esto debe destacarse mucho más. Siendo Yahvé santo, los sacerdotes, “que se acercan a Yahvé” y viven en su santuario, han de guardar una mayor santidad, como corresponde a su estado. Además es preciso que gocen ante el pueblo de la estimación que corresponde a lo sagrado de su ministerio. Esto tiene mayor aplicación al sumo sacerdote. De aquí las normas de santidad a que deben estar sometidos. Por ello no es de admirar que Moisés, al poner las bases de la teocracia hebraica, haya puesto un valladar ritual para preservar la santidad de los que habían de ser la base espiritual de la nueva sociedad israelita. No obstante, la legislación ha sido retocada, adaptada y completada a través de los siglos.

Reglas de Pureza para los Sacerdotes en General (1-9).
1Yahvé dijo a Moisés: “Habla a los sacerdotes hijos de Aarón y diles 2que ninguno se contamine por un muerto de los de su pueblo, a no ser por próximo consanguíneo, por su madre, por su padre, por su hijo, por su hija, por su hermano, 3por su hermana virgen que viva con él y no se hubiere casado; por ésa puede contaminarse. 4Pero no por sus otros parientes, profanándose1. 5No se raerán la cabeza ni los lados de la barba, ni se harán incisiones en la carne. 6Serán santos para su Dios y no profanarán su nombre, pues son ellos los que ofrecen las combustiones de Yahvé, pan de su Dios, y han de ser santos. 7No tomarán mujer prostituida o deshonrada, ni desposada, ni mujer repudiada por su marido, porque el sacerdote está consagrado a su Dios. 8Por santo le tendrás, pues él ofrece el pan de tu Dios, y será santo para ti, porque santo soy yo, Yahvé, que lo santifico. 9Si la hija de un sacerdote se profana prostituyéndose, profana a su padre y será quemada en el fuego.

Hemos visto cómo el contacto con cadáveres de animales y de personas causa impureza legal2. Los sacerdotes, por sus funciones especiales, que deben estar limpias de toda mácula, deben abstenerse de tocar cadáveres, asistir a entierros o funerales3. únicamente se les permitían estos actos cuando se tratara de sus más próximos parientes: padres, hermanos e hijos. De la esposa no dice nada4. La hija que aún no se ha casado forma parte de la casa del sacerdote, y, por tanto, se le permite a éste hacer actos de duelo por ella y tocar su cadáver. Si se casa, ya pertenece a otra casa, y, por tanto, como extraña, se ha de evitar su contacto (v.3). Debe abstenerse de ciertas prácticas de duelo que incluían creencias supersticiosas, como raerse el pelo, y cortarse la barba por los lados, y hacerse incisiones en la carne (v.5)5. Por el hecho de que presentan a Dios su pan en los sacrificios, tienen que mantenerse santos6. Por esta misma razón de santidad, debían abstenerse de tomar mujeres deshonradas por la prostitución, el repudio (v.7)7. El v.8 parece que interrumpe el sentido del contexto, y tiene los avisos de glosa, con el fin de encarecer la veneración por los sacerdotes ante el pueblo. En el v.9 se dice que la hija del sacerdote que se prostituya debe ser quemada, pues deshonra a su padre8.

Reglas de Pureza Para el Sumo Sacerdote (10-15).
10El sumo sacerdote, de entre sus hermanos, sobre cuya cabeza se derramó el óleo de la unción, a quien se le llenó la mano para vestirse las vestiduras sagradas, no desnudará su cabeza, no rasgará su vestido, 11ni se acercará a ningún muerto, ni se contaminará ni por su padre ni por su madre. 12No se saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios, pues el óleo de la unción de su Dios es corona suya. Yo, Yahvé. 13Tomará virgen por mujer, 14no viuda, ni repudiada, ni desflorada, ni prostituida. Tomará una virgen de las de su pueblo, 15y no deshonrará su descendencia en medio de su pueblo, porque yo soy Yahvé, quien le santifico.”

Las exigencias de pureza para el sumo sacerdote son mayores, en consonancia con su alta dignidad. No debe descubrir su cabeza ungida, dejando los cabellos en desorden9, y puesto que sus vestidos son sagrados, no debe desgarrarlos. Quiere el legislador que se abstengan de estas manifestaciones de duelo, que probablemente en el pueblo en su origen tenían sentido supersticioso. El cortarse los cabellos en señal de duelo era usual entre babilonios y árabes, y parece que se dedicaba la cabellera a la divinidad10. No se permite al sumo sacerdote tocar los cadáveres de su padre y de su madre (v.11). No podía casarse con viuda, ni repudiada, ni prostituta. Tenía que ser virgen la que tomara por esposa; con ello se quiere rodear de más estimación su persona ante el pueblo (v.18). Los simples sacerdotes podían casarse con viudas.

Impedimentos Físicos para el Sacerdocio (16-24).
16Yahvé habló a Moisés, diciendo: 17“Habla a Aarón y dile: Ninguno de tu estirpe, según sus generaciones, que tenga una deformidad corporal, se acercará a ofrecer el pan de su Dios. 18Ningún deforme se acercará, ni ciego, ni cojo, ni mutilado, ni monstruoso, 19ni quebrado de pie o mano, 20ni jorobado, ni enano, ni bisojo, ni sarnoso, ni tinoso, ni hermoso. 21Ninguno de la estirpe de Aarón que tenga una deformidad corporal se acercará para ofrecer las combustiones de Yahvé; es defectuoso, no se acercará a ofrecer el pan de su Dios; 22podrá comer el pan de su Dios, lo santísimo y lo santo, 23mas no entrar detrás del velo ni acercarse al altar, porque tiene defecto y no debe contaminar mi santuario. Yo, Yahvé, que los santifico.” 24Así habló Moisés a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel.

Para salvaguardar la estimación del sacerdote se excluyen para tal dignidad todos los deformes, que pueden ser menos apreciados por el pueblo en razón de su deformidad. Entre los babilonios se exigían también ciertas cualidades corporales para poder ser adivino, sacerdote o baru11. Sin embargo, aunque por los defectos corporales están excluidos los sacerdotes de sus funciones sacerdotales, tienen derecho a participar de los sacrificios como medio de subsistencia: “Podrá comer del pan de su Dios,” es decir, de las ofrendas y sacrificios, que son santas.

1 Este verso es sumamente oscuro en el original. El TM: “no se contaminará el jefe de su pueblo.” Los LXX: “no se contaminará un solo instante en su pueblo.” Vg: “sed nec in principe populi sui contaminabitur.” Β ib. de Jér.: “el marido no se haría impuro por los suyos, se contaminaría.” Nuestra versión parece un complemento del verso anterior, donde se habla de la hija del sacerdote. – 2 Cf. Lev 11. – 3 Cf. Num 19:11; Num 19:14. – 4 Cf. Eze 24:15-19. – 5 Cf. Lev 19:27-28. – 6 Cf. Levs 3:1; 16. – 7 Eze 44:22. – 8 Cf. Lev 19:29 – 9 Cf. Lev 10:6. – 10 Cf. M. J. Lagrange, Eludes sur les religions sémitiques p.277-278. – 11 Dhorme, La religión assyro-babylonienne p.292.

Fuente: Biblia Comentada

se contaminen. Entrar en contacto con un cadáver (Núm 19:11) o estar en la misma estancia que un cadáver (Núm 19:14) contaminaba. Las excepciones eran los muertos de la propia familia del sacerdote (vv. Lev 21:2-4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En esta sección se dan directrices detalladas para la santidad práctica.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Se detallan cuestiones de santidad pertenecientes a la persona individual.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Se promulgan leyes para los sacerdotes, que demandaban una norma más elevada de conducta santa que para el israelita común.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Eze 44:25.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Los sacerdotes tenían restricciones en relación con el duelo (a causa del peligro de impureza por el contacto con la muerte) y sus opciones matrimoniales. La sección se subdivide en regulaciones para los sacerdotes regulares (vv. 1-9) y otros aun más estrictos para el sumo sacerdote (vv. 10-15).

16-24 En el mundo del simbolismo israelita, la integridad espiritual y moral se expresaba en la integridad física, así que a los hombres que pertenecían a las familias sacerdotales, pero que tenían algún defecto físico, no se les permitía llevar a cabo los sacrificios en el altar. Sin embargo, no se les excluía de los ingresos materiales y del sostén de los sacerdotes, y podían comer de las cosas sagradas que correspondían a los sacerdotes.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

21.1, 2 Llegar a ser ceremonialmente impuro por «un muerto en sus pueblos» significa tocar el cuerpo de un muerto.21.16-23 ¿Estaba Dios discriminando injustamente a la gente incapacitada cuando dijo que no estaba calificada para ofrecer sacrificios? Así como Dios ordenó que no se utilizaran animales imperfectos, El estableció que ningún sacerdote «imperfecto» ofreciera sacrificios. Esto no era un insulto para los incapacitados, más bien tenía que ver con el hecho de que el sacerdote debía concordar lo más posible con el Dios perfecto al que servía. Por supuesto, tal perfección no se cumplió plenamente sino hasta que vino Jesucristo. Como levitas, los sacerdotes incapacitados eran protegidos y se les proporcionaba alimento que provenía de los sacrificios. No eran abandonados, ya que seguían realizando servicios esenciales dentro del tabernáculo.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Lit.: “Por un alma”, es decir, un alma muerta. Heb.: lené·fesch; gr.: psy·kjáis, pl. Compárese con Lev 21:11 y Núm 6:6, nn. Véase Ap. 4A.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 928 Núm 19:14

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

En la sección 21:1– 22:33 aparece seis veces la frase yo soy el S eñor que santifico (i.e., que hago o declaro santo). Esta frase reafirma la conexión entre la santidad de Dios y la de Israel (v. coments. en 11:44, 45; 19:2). La sección 21:1– 22:16 está dirigida específicamente a los sacerdotes, mientras que 22:17– 22 está dirigida tanto a clérigos como a laicos.

Fuente: La Biblia de las Américas

Estas restricciones especiales para los sacerdotes les prohibía tocar a un muerto (por preparar o cargar un cadáver, tocar un sepulcro o entrar en una tienda o casa donde yacía un muerto) excepto en los casos de familiares como los mencionados en estos versículos (cp. Núm 19:11; Núm 19:14). El v. Lev 21:4 es indefinido y podría significar que un sacerdote no podía contaminarse aun a causa de una persona importante o que no podía contaminarse a sí mismo por su esposa.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., sus parientes y así en los vers. 4, 14 y 15

Fuente: La Biblia de las Américas

[5] Lev 19, 27.[5] Como se usa en los duelos.[7] Lev 19, 29.[11] En algunos casos, el hijo del sumo sacerdote era consagrado en vida de su padre, porque éste había quedado imposibilitado para ejercer su ministerio.[13] Ez 44, 22.

Fuente: Notas Torres Amat