Biblia

Comentario de Levítico 23:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Levítico 23:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah habló a Moisés diciendo:

La Fiesta de las Trompetas era la primera de las fiestas de otoño, que señalaba el año nuevo según el calendario civil (el año religioso comenzaba en la primavera).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

conmemoración al son de trompetas. Esta fiesta, llamada fiesta de las trompetas, consagraba el séptimo mes (septiembre / octubre) como mes sabático (cp. Núm 29:1-6).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En septiembre / octubre se conmemoraban tres acontecimientos: 1) La fiesta de las trompetas en el día primero (vv. Lev 23:23-25); 2) El día de la Expiación el 10, (vv. Lev 23:26-32); y 3) la fiesta de los tabernáculos los días 15 a 21 (vv. Lev 23:33-43).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Festividades otoñales. El mes séptimo (más o menos a mediados de septiembre y mediados de octubre) llegaba al final del año agrario, con la cosecha de la aceituna y de la uva. De esta manera se completaba el trío vital de los vegetales, el aceite y el vino, y contrabalanceaba el gran festival primaveral. La importancia de este mes (y quizá simplemente por reconocer su simbolismo sagrado como el séptimo) estaba marcado por una asamblea sagrada especial en el primer día, convocada con estrépito de trompetas (vv. 23-25). (De aquí el título que se da en RVA de “la fiesta de las Trompetas”, aunque en el texto no se le da explícitamente este nombre.)

Los detalles completos del ritual del día de la Expiación se dan en el cap. 16. Todo lo que se necesitaba en este calendario era recordarle al pueblo la importancia de la preparación espiritual para ese día, especialmente el llamado: Os humillaréis a vosotros mismos, lo que probablemente incluía el ayuno y otras abstinencias.

Al igual que la solemnidad de las temporadas penitenciales del Advenimiento y la Cuaresma en el calendario cristiano dan paso a la celebración gozosa de Navidad y Resurrección, así en el calendario israelita al día de la Expiación le seguía inmediatamente la celebración que coronaba el año: La fiesta de los Tabernáculos. Esta llegaba al final de la cosecha de la aceituna y de la uva, y de esta manera marcaba el cierre del ciclo agrario anual. Las festividades cristianas de la cosecha caen aproximadamente en el mismo tiempo del año, pero son sólo un pálido reflejo del hondo significado histórico con que Israel investía esta fiesta. La gente tenía que hacer cabañas temporales con ramas (de aquí el nombre “tabernáculos” o “cabañas”) y habitar en ellas por toda una semana. Esto era para recordar la aparente inseguridad física de los israelitas cuando salieron de Egipto en su viaje por el desierto, y de esta manera recordarles de esa dependencia total en Dios que permanece aun cuando creemos estar establecidos y seguros (cf. Deut. 6:10, 11; 8:10-18; 26:1-11).

El calendario cristiano básicamente toma forma en base a las antiguas festividades de Israel. Jesús fue crucificado durante la Pascua, y Pablo la usa juntamente con la fiesta de los panes sin levadura en 1 Cor. 5:7, 8. La Semana Santa alcanza su clímax con el domingo de Resurrección, y Pablo asocia la resurrección de Cristo con las primicias en 1 Cor. 15:20-23. Fue en el día de Pentecostés (la fiesta de las semanas) que el Espíritu Santo vino con poder sobre los discípulos (Hech. 2:1), y esto se celebra el domingo de Pentecostés. Hasta aquí, puede verse que la fe cristiana sigue al AT al unir sus principales festividades, no meramente con las estaciones del año sino con eventos históricos únicos. Sin embargo, la dimensión histórica de la fiesta de los Tabernáculos no se ha preservado en las festividades cristianas de la cosecha. Pero, como quiera, esta es eclipsada por la fiesta de la Navidad que celebra el histórico nacimiento de Cristo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno