Comentario de Lucas 10:37 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

El dijo: —El que hizo misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: —Vé y haz tú lo mismo.

10:37 El dijo: El que usó de misericordia con él. — El intérprete de la ley no quería ni siquiera pronunciar la palabra “samaritano”. Prefirió decir “el que”. Los samaritanos le habían dado a Jesús causa para pensar mal de ellos (9:52, 53, “no le recibieron, porque su aspecto era como de ira a Jerusalén”), pero El no compartió el prejuicio racial de los judíos.

Aunque el intérprete de la ley no quería decir, “el samaritano”, no podía menos que contestar correctamente la pregunta y de esa manera fue obligado a reconocer que un samaritano, tan odiado por los judíos, había mostrado la bondad que la ley demandaba, mientras que un sacerdote y un levita la habían negado a otro de su propia nación (AB).

Si Jesús hubiera contestado su pregunta directamente, diciendo “Todo necesitado — aunque sea samaritano — es su prójimo”, el intérprete de la ley se habría disgustado mucho, pero ¿qué podría contestar cuando Jesús le propuso esta pregunta?

— Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. — No debería simplemente discutir la ley; más bien, debería practicarla. Este mandamiento es para nosotros también (Mat 5:44-48; Mat 7:21-27). Requiere el vencimiento de todo prejuicio (p. ej., racial). Requiere la abnegación de sí. Requiere servicio personal y aun sacrificial. 1Jn 3:18.

Esta parábola no enseña que los inconversos que son muy humanitarios son superiores a los religiosos que no practican la caridad. Esto no es el punto de esta parábola. Jesús no está enseñando que los humanitarios heredarán la vida eterna. La respuesta de la pregunta ya fue dada antes de hablar del buen samaritano; es decir, el intérprete de la ley la contestó diciendo, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. La persona que ama a Dios con todo tu corazón, etc., guarda sus mandamientos (Jua 14:15; Jua 14:23-24). Los únicos que serán salvos serán los que hacen la voluntad de Dios (Mat 7:21; Mat 12:50).

Desde luego, los que profesan ser cristianos y no son como el buen samaritano, sino que imitan al sacerdote y al levita, no serán salvos, pero el punto es que el humanitario que depende de sus obras caritativas tampoco será salvo.

Es interesante notar que muchos hospitales se identifican como “Hospital el Buen Samaritano”. Se puede decir que esta parábola ha edificado muchos hospitales y muchas clínicas. Ha promovido toda clase de obras caritativas.

En esta parábola observamos diferentes actitudes o filosofías de vida. La actitud de los bandidos se expresa así: “lo que es tuyo es mío y con fuerza te lo voy a quitar”. Esta es la regla de hierro. La actitud del sacerdote y del levita es: me quedaré con lo mío. Pero la actitud correcta, la que Jesús enseña y que es ejemplificada por el buen samaritana es lo siguiente: “lo que es mío es tuyo, y con toda bondad te lo doy.” Esta es la regla de oro.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

El que usó con él de misericordia. Pro 14:21; Ose 6:6; Miq 6:8; Mat 20:28; Mat 23:23; 2Co 8:9; Efe 3:18, Efe 3:19; Efe 5:2; Heb 2:9-15; Apo 1:5.

Ve, y haz tú lo mismo. Luc 6:32-36; Jua 13:15-17; 1Pe 2:21; 1Jn 3:16-18, 1Jn 3:23, 1Jn 3:24; 1Jn 4:10, 1Jn 4:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El que usó de misericordia: El intérprete no soportó decir que fue el «samaritano» y darle así crédito al sorprendente cambio de los estereotipos de la historia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

10:37 El dijo: El que usó de misericordia con él. – El intérprete de la ley no quería ni siquiera pronunciar la palabra “samaritano”. Prefirió decir “el que”. Los samaritanos le habían dado a Jesús causa para pensar mal de ellos (9:52, 53, “no le recibieron, porque su aspecto era como de ira a Jerusalén”), pero El no compartió el prejuicio racial de los judíos.
Aunque el intérprete de la ley no quería decir, “el samaritano”, no podía menos que contestar correctamente la pregunta y de esa manera fue obligado a reconocer que un samaritano, tan odiado por los judíos, había mostrado la bondad que la ley demandaba, mientras que un sacerdote y un levita la habían negado a otro de su propia nación (AB).
Si Jesús hubiera contestado su pregunta directamente, diciendo “Todo necesitado – aunque sea samaritano – es su prójimo”, el intérprete de la ley se habría disgustado mucho, pero ¿qué podría contestar cuando Jesús le propuso esta pregunta?
— Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. – No debería simplemente discutir la ley; más bien, debería practicarla. Este mandamiento es para nosotros también (Mat 5:44-48; Mat 7:21-27). Requiere el vencimiento de todo prejuicio (p. ej., racial). Requiere la abnegación de sí. Requiere servicio personal y aun sacrificial. 1Jn 3:18.
Esta parábola no enseña que los inconversos que son muy humanitarios son superiores a los religiosos que no practican la caridad. Esto no es el punto de esta parábola. Jesús no está enseñando que los humanitarios heredarán la vida eterna. La respuesta de la pregunta ya fue dada antes de hablar del buen samaritano; es decir, el intérprete de la ley la contestó diciendo, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. La persona que ama a Dios con todo tu corazón, etc., guarda sus mandamientos (Jua 14:15; Jua 14:23-24). Los únicos que serán salvos serán los que hacen la voluntad de Dios (Mat 7:21; Mat 12:50).
Desde luego, los que profesan ser cristianos y no son como el buen samaritano, sino que imitan al sacerdote y al levita, no serán salvos, pero el punto es que el humanitario que depende de sus obras caritativas tampoco será salvo.
Es interesante notar que muchos hospitales se identifican como “Hospital el Buen Samaritano”. Se puede decir que esta parábola ha edificado muchos hospitales y muchas clínicas. Ha promovido toda clase de obras caritativas.
En esta parábola observamos diferentes actitudes o filosofías de vida. La actitud de los bandidos se expresa así: “lo que es tuyo es mío y con fuerza te lo voy a quitar”. Esta es la regla de hierro. La actitud del sacerdote y del levita es: me quedaré con lo mío. Pero la actitud correcta, la que Jesús enseña y que es ejemplificada por el buen samaritana es lo siguiente: “lo que es mío es tuyo, y con toda bondad te lo doy.” Esta es la regla de oro.

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

a 701 Pro 14:21; Ose 6:6; Miq 6:8

b 702 Luc 6:36; Jua 13:17; Efe 4:32

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

El que tuvo misericordia. El término misericordia era interpretado por los judíos en una forma exclusiva. Así que generalmente, ningún judío ofrecía ni aceptaba ayuda de uno que no fuera judío. Jesús insiste en que la misericordia debe ser mostrada a todos, y que el amor debe probarse con hechos de misericordia y no sólo de palabra.

Fuente: La Biblia de las Américas

37 super (1) O, El que lo trató con misericordia. El que se justificaba fue ayudado a saber que necesitaba un prójimo amoroso (como el buen samaritano,quien tipifica al Salvador-Hombre) que le amara, no un prójimo a quien amar. El Salvador tenía la intención de revelarle con esta historia (1) que él estaba condenado a muerte bajo la ley, y que era incapaz de cuidarse a sí mismo, sobre decir de amar a otros, y (2) que el Salvador-Hombre era Aquel que le amaría y le daría salvación plena.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

M103 En este versículo el participio con artículo equivale a una cláusula relativa: el que mostró la misericordia.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego