Comentario de Lucas 11:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan?

siendo malos. Gén 6:5, Gén 6:6; Gén 8:21; Job 15:14-16; Sal 51:5; Jua 3:5, Jua 3:6; Rom 7:18; Tit 3:3.

sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos. Isa 49:15; Mat 7:11; Heb 12:9, Heb 12:10.

¿cuánto más vuestro Padre? Mat 6:30; Rom 5:9, Rom 5:10, Rom 5:17; Rom 8:32; 2Co 3:9-11.

celestial. Luc 11:2; Luc 15:30-32; Mat 5:16, Mat 5:45; Mat 6:14, Mat 6:32.

dará el Espíritu Santo. Pro 1:23; Isa 44:3, Isa 44:4; Eze 36:27; Joe 2:28; Mat 7:11; Jua 4:10; Jua 7:37-39.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

cuánto más vuestro padre celestial dará: Si la gente, que es mala, les da buenas dádivas a sus hijos, imagine el valor del regalo de Dios del Espíritu Santo. Si alguno no tiene el Espíritu Santo, no pertenece a Cristo (Rom 8:9). En la Divina Trinidad, el Espíritu Santo es el distribuidor divino (1Co 2:11) de las buenas cosas adquiridas por el Hijo (Efe 4:7, Efe 4:8) y ordenadas por el Padre (Efe 3:1).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

DARÁ EL ESPÍRITU SANTO A LOS QUE SE LO PIDAN. Este versículo probablemente no se refiere al otorgamiento del Espíritu en el momento del nuevo nacimiento (Jua 3:3), porque en la conversión a todos los creyentes se les da automáticamente la presencia del Espíritu Santo (Rom 8:9-10; 1Co 6:19-20; véase el ARTÍCULO LA REGENERACIÓN DE LOS DISCÍPULOS, P. 1491. [Jua 20:22]). Más bien este versículo seguramente se refiere al bautismo en el Espíritu Santo que Cristo prometió a sus seguidores. Véase el ARTÍCULO JESÚS Y EL ESPÍRITU SANTO, P. 1412. [Luc 11:13].

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

ARTÍCULO

Jesús y el Espíritu Santo

Luc 11:13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Jesús tenía una relación especial con el Espíritu Santo que es importante para la vida. Este ARTÍCULO examina esa relación y sus consecuencias prácticas.

PROFECÍAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO. En las profecías del AT concernientes a la venida del Mesías, varias predijeron específicamente que sería investido con el poder del Espíritu Santo (véanse Isa 11:2, nota; Isa 61:1-3, nota). Cuando Jesús leyó la porción de Isa 61:1-2 en la sinagoga de Nazaret, afirmó: «Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (Luc 4:18-21).

EL NACIMIENTO DE JESÚS. Mateo y Lucas explícita e inequívocamente afirman que Jesús vino al mundo como resultado de un acto milagroso de Dios. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María (Mat 1:18; Mat 1:23; Luc 1:27). Debido a esa concepción milagrosa, Jesús es «santo» (Luc 1:35), es decir, libre de toda contaminación de pecado. Eso lo hacía digno de cargar con la culpa de los pecados y efectuar la expiación (véase Mat 1:23, nota). Sin un Salvador perfecto y sin pecado, no se hubiera podido tener la redención.

EL BAUTISMO DE JESÚS. Cuando fue bautizado por Juan el Bautista, Jesús, que más tarde bautizaría a sus discípulos en el Espíritu el día de Pentecostés y a través de toda la época de la iglesia (véanse Luc 3:16; Hch 1:4-5; Hch 2:33; Hch 2:38-39), fue ungido personalmente por el Espíritu (Mat 3:16-17; Luc 3:21-22). El Espíritu vino sobre El en forma de paloma, capacitándolo con gran poder para realizar su ministerio, que incluía la obra de redención. Cuando el Señor se fue al desierto, después de su bautismo en agua, estaba «lleno del Espíritu Santo» (Luc 4:1). Así como sucedió con el Señor, todos los que han tenido el nuevo nacimiento sobrenatural por el Espíritu Santo deben recibir el bautismo en el Espíritu, que les dé poder en su vida y para su ministerio (véanse Hch 1:8, notas).

SATANÁS TIENTA A JESÚS. Inmediatamente después de su bautismo Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días (Luc 4:1-2). Sólo porque estaba lleno del Espíritu fue capaz de enfrentarse firmemente a Satanás y resistir las tentaciones que le presentó. Asimismo, es el propósito de Dios que el creyente no se enfrente nunca a las fuerzas espirituales del mal y del pecado sin el poder del Espíritu. Hay que estar capacitados con su plenitud y seguir su dirección a fin de ser victoriosos contra Satanás. Los hijos «normales» de Dios están llenos del Espíritu y viven por su poder.

EL MINISTERIO DE JESÚS. Cuando Jesús hizo referencia al cumplimiento de la profecía de Isaías acerca del poder del Espíritu Santo sobre Él, usó el mismo pasaje para recalcar la naturaleza de su ministerio de predicación, de sanidades y de liberación (Isa 61:1-2; Luc 4:16-19).

(1) El Espíritu ungió a Jesús y le dio poder para su misión. Jesús es Dios (Jua 1:1), pero también es hombre (1Ti 2:5). Por ser humano tenía que depender de la ayuda y del poder del Espíritu para cumplir sus responsabilidades delante de Dios (cf. Mat 12:28; Luc 4:1; Luc 4:14; Rom 8:11; Heb 9:14).

(2) Fue sólo como hombre ungido por el Espíritu que Jesús pudo vivir, servir y proclamar el evangelio (Hch 10:38). En esto es un perfecto ejemplo para el creyente; cada uno debe recibir la plenitud del Espíritu Santo (véanse Hch 1:8, notas; Hch 2:4, notas).

LA PROMESA DE JESÚS EN CUANTO AL ESPÍRITU SANTO. Juan el Bautista había profetizado que Jesús bautizaría a sus seguidores en el Espíritu Santo (Mat 3:11; Mar 1:8; Luc 3:16, véase nota; Jua 1:33), profecía que Jesús mismo reiteró (Hch 1:5; Hch 11:16). En Luc 11:13 Jesús prometió dar el Espíritu Santo a todos los que lo pidieran (véase nota sobre ese versículo). Todos los versículos anteriores se refieren a la plenitud del Espíritu que Cristo promete dar a quienes ya son hijos del Padre celestial, promesa que se cumplió primero el día de Pentecostés (véase Hch 2:4, nota), y permanece como promesa para todos los que se han convertido en sus discípulos y piden el bautismo en el Espíritu (véanse Hch 1:5; Hch 2:39, nota).

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS. Mediante el poder del Espíritu Santo, Jesús fue resucitado del sepulcro y así vindicado como el verdadero Mesías e Hijo de Dios. Rom 1:3-4 dice que por el Espíritu de santidad (i.e., el Espíritu Santo) Jesús «fue declarado Hijo de Dios con poder», y Rom 8:11 que el Espíritu «levantó de los muertos a Cristo Jesús». Como Jesús dependió del Espíritu Santo para su resurrección, así los creyentes dependen del Espíritu para tener la vida espiritual ahora y la resurrección corporal en el futuro (Rom 8:10-11).

LA ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO. Después de su resurrección, Cristo fue llevado al cielo y se sentó a la diestra de su Padre a gobernar el reino de Dios con Él (Mar 16:19; Luc 24:51; Hch 1:9-11; Efe 4:8-10). En esa exaltada posición recibió el Espíritu Santo de parte de su Padre y derramó el Espíritu sobre su pueblo el día de Pentecostés (Hch 2:33; cf. Jua 16:5-14), afirmando así su señorío como profeta, sacerdote y rey. Ese derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés y durante toda la época actual da testimonio de la continua presencia y de la autoridad del exaltado Salvador.

LA CERCANÍA DE CRISTO A SU PUEBLO. Como una de sus tareas actuales, el Espíritu Santo toma lo que es de Cristo y se lo revela a los creyentes (Jua 16:14-15). Es decir, se trasmiten los beneficios redentores de la salvación en Cristo por medio del Espíritu (cf. Rom 8:14-16; Gál 4:6). Es de mucha importancia la cercanía de Jesús a los creyentes (Jua 14:18). El Espíritu los hace conscientes de la presencia de la persona de Jesucristo, y de su amor, bendición, auxilio, perdón, sanidad y todo lo que es suyo por la fe. Asimismo, el Espíritu les conmueve el corazón para que busquen al Señor en amor, oración y adoración (véanse Jua 4:23-24; Jua 16:14, nota).

EL REGRESO DE CRISTO POR SU PUEBLO. Jesucristo ha prometido volver y llevar a su pueblo fiel para que esté con Él para siempre (véanse Jua 14:3, nota; 1Ts 4:13-18). Esa es la bendita esperanza de todos los creyentes (Tit 2:13), el acontecimiento por el que oran y anhelan (2Ti 4:8). Las Escrituras revelan que el Espíritu Santo les pone en el corazón que clamen a Dios por el retomo de su Señor. Es el Espíritu quien da testimonio de que su redención está incompleta hasta que vuelva Cristo (cf. Rom 8:23). Al final mismo de la Biblia, el Espíritu Santo inspiró las palabras «ven, Señor Jesús» (Apo 22:20).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

siendo malos. Esto es, por naturaleza. Vea la nota sobre Mat 7:11.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

REFERENCIAS CRUZADAS

o 726 2Co 12:14

p 727 Isa 44:3; Stg 1:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el Espíritu Santo. Mateo 7:11 dice: cosas buenas. El derramamiento del Espíritu Santo es profetizado en 3:16 y cumplido en Hch 2:1– 4.

Fuente: La Biblia de las Américas

13 (1) Véase la nota 11 (2) de Mt 7.

13 (2) El Señor, antes de morir, dijo a los discípulos que pidieran el Espíritu Santo; después de Su muerte y. resurrección les dijo que recibieran al Espíritu Santo ( Jua_20:22). Debemos pedir por los mandamientos de las Escrituras cuyos requisitos no se han cumplido; debemos recibir aquellas cosas cuyos requisitos se han cumplido.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

dará el Espíritu Santo. Desde el día de Pentecostés, el don del Espíritu es dado a todos los creyentes (Hch 10:45, Rom 8:9).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

R599 El concepto del envío del Espíritu Santo por parte del Padre hizo que se usara ἐξ en vez de ἐν, que de otra manera hubiera sido lo regular: del cielo.

TGr19 y sig. El buen don que Dios el Padre ofrece a los que le piden no parece que sea Dios el Espíritu, porque el sustantivo πνεῦμα no tiene artículo; es más bien aquella poderosa unción espiritual con la cual el mismo Jesús fue ungido, y que lo capacitó para hacer frente a las actividades de los espíritus malos (Hch 10:38; parece que se refiere al Espíritu Santo; comp. con el comentario sobre Luc 1:15 y 35).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., Padre del cielo

Fuente: La Biblia de las Américas