Comentario de Lucas 11:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jesús estaba echando fuera un demonio que era mudo. Y aconteció que, cuando salió el demonio, el mudo habló. Las muchedumbres se asombraron,

11:14 Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló. — Según Mat 12:22 era ciego y mudo. Satanás hizo esto: dejó a este pobre hombre atormentado por un espíritu inmundo, ciego y mudo. Así es la obra de Satanás.

— y la gente se maravilló. No había otro milagro más impresionante que éste; la gente siempre «estaba atónita» al observarlo, pues era otra demostración clara de la supremacía de Jesús sobre Satanás. Por lo tanto, preguntan si este Jesús no podría ser el Mesías. Al hablar de El decían, «Hijo de David»; es decir, descendiente de David. Véase Mat 12:23; Isa 35:5. También compárese Jua 7:31, «El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace?» Los fariseos no creían porque no querían creer. No les convenía creer. La envidia de ellos (Mat 27:18) impedía que aceptaran la verdad, pero la reacción espontánea de la gente común, gente que simplemente decía lo que pensaba de los milagros de Jesús, es evidencia clara de que Jesús mostraba atributos divinos. La pregunta implica respuesta negativa. Los milagros indicaban que Jesús bien podría ser el Mesías, pero no se presentaba ni obraba como el Mesías esperado por los judíos, porque éste debería ser un gran Conquistador, un glorioso Rey como David y Salomón.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Mat 9:32, Mat 9:33; Mat 12:22, Mat 12:23; Mar 7:32-37.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Si no se creyera en Cristo, sus milagros tendrían que ser de origen demoníaco. Esta fue la mayor blasfemia: atribuir los dones del cielo al infierno. El sustantivo latino Beelzebú originalmente se refería al Dios filisteo Baal-Zebub que se adoraba en la ciudad de Ecrón (2Re 1:2, 2Re 1:3, 2Re 1:6, 2Re 1:16). El nombre quiere decir: «Señor de las moscas».

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

que era mudo. Es decir, el demonio. el mudo habló. Esto es, el hombre.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

11:14 Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló. – Según Mat 12:22 era ciego y mudo. Satanás hizo esto: dejó a este pobre hombre atormentado por un espíritu inmundo, ciego y mudo. Así es la obra de Satanás.
— y la gente se maravilló. No había otro milagro más impresionante que éste; la gente siempre «estaba atónita» al observarlo, pues era otra demostración clara de la supremacía de Jesús sobre Satanás. Por lo tanto, preguntan si este Jesús no podría ser el Mesías. Al hablar de El decían, «Hijo de David»; es decir, descendiente de David. Véase Mat 12:23; Isa 35:5. También compárese Jua 7:31, «El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace?» Los fariseos no creían porque no querían creer. No les convenía creer. La envidia de ellos (Mat 27:18) impedía que aceptaran la verdad, pero la reacción espontánea de la gente común, gente que simplemente decía lo que pensaba de los milagros de Jesús, es evidencia clara de que Jesús mostraba atributos divinos. La pregunta implica respuesta negativa. Los milagros indicaban que Jesús bien podría ser el Mesías, pero no se presentaba ni obraba como el Mesías esperado por los judíos, porque éste debería ser un gran Conquistador, un glorioso Rey como David y Salomón.

Fuente: Notas Reeves-Partain

UNA CALUMNIA MALICIOSA

Lucas 11:14-23

En cierta ocasión, Jesús estaba echando a un demonio de mudez; y, cuándo salió el demonio, el hambre que

había sido mudo se puso a -hablar; y la gente estaba maravillada. Pero había algunos que decían:

-¡Este echa a los demonios porqué está de acuerdo con Beelzebú, que es el príncipe de los demonios!
Y otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal verdaderamente sobrenatural. Pero Él sabía lo que estaban pensando, y les dijo:
-Cuando un reino está dividido, acaba destruyéndose, y cuando una casa real está dividida, está perdida. Si Satanás está en guerra consigo mismo, su reino está condenado a desaparecer, si es verdad lo que decís de que Yo echo a los demonios porque estoy de acuerdo con Belzebú. Y además, si yo echo a los demonios porque tengo un trato con Belzebú, ¿cómo los echan los de vuestra casta? ¡Vuestro veredicto se vuelve contra vosotros mismos! Pero si Yo echo a los demonios por el dedo de Dios, eso quiere decir que el Reino de Dios está obrando aquí y ahora. Cuando un guerrero está armado y guardando su castillo, tiene bien seguro todo lo suyo; pero, si llega otro más fuerte que él y le vence, le quita todas las armas de las que dependía, y las reparte como botín entre los suyos. El que no está de mi parte está en contra mía; el que no recoge conmigo, no hace más que esturrear.

Cuando los enemigos de Jesús se vieron incapaces de atacarle con medios limpios, recurrieron a la calumnia. Dijeron que Jesús tenía poder sobre los demonios porque estaba en trato con el príncipe de los demonios. Atribuían su poder, no a Dios, sino al diablo. Jesús les dio una doble respuesta irrefutable.
En primer lugar les asestó un hábil golpe. Había muchos exorcistas en Palestina en tiempos de Jesús. Josefo dice que ese poder lo había tenido Salomón, que era experto en el uso de las hierbas y había inventado encantamientos para echar a los demonios de manera que no volvieran; y Josefo dice que había visto usar con éxito en su tiempo los métodos de Salomón (Antigüedades de los Judíos, 8:5:2). Así es que Jesús les toca en lo más vivo: «Si yo echo a los demonios porque tengo un trato con el príncipe de los demonios, ¿cómo los echan los de vuestra casta? ¡Si me condenáis a mí, os estáis condenando a vosotros!»

En segundo lugar, usó un razonamiento incontestable. Un reino que tiene una guerra civil interminable no puede sobrevivir. Si el príncipe de los demonios le está dando a alguien poder para derrotar a sus emisarios, está acabado. No hay más que una -manera de dominar al guerrero fuerte armado, y es cuando se es más fuerte que él y se le vence. » Por tanto -dice Jesús- si Yo echo a los demonios, más que probar que estoy de acuerdo con el príncipe de los demonios, lo que prueba eso es que la fortaleza del diablo ha sido expugnada, el poderoso malvado ha sido dominado y el Reino de Dios está aquí.»
De este pasaje surgen ciertas verdades permanentes.
(i) No es raro que se recurra a la calumnia cuando no se tienen buenas razones. Gladstone estaba interesado en la reforma de las mujeres que se prostituían en las calles de Londres. Sus enemigos sugerían que estaba interesado en ellas por otras razones muy inferiores. No hay nada tan cruel como la calumnia, porque mucha gente presta oídos más fácilmente a lo malo que a lo bueno, por aquello de «piensa mal, y acertarás.» No nos creamos que estamos ninguno libre de ese pecado. ¿No es verdad que nos resulta fácil suponer razones impuras, sobre todo cuando no nos gusta la persona? ¿O es que no repetimos nunca las críticas maliciosas que oímos, como la cosa más inocente? Esto nos llama a un serio examen de conciencia.

(ii) Una vez más notamos que para Jesús la prueba de que el Reino de Dios había venido era el hecho de que los que sufrían eran sanados, y la salud ocupaba el terreno de la enfermedad. La meta de Jesús no era sólo la salvación del alma, sino de la persona entera.
(iii) Lucas concluye este pasaje con el dicho de Jesús de que el que no está de acuerdo con El émá en contra de Él, y que el que no ayuda a reunir el rebano está dispersándolo. No hay lugar para la neutralidad en la vida cristiana. El que se mantiene al margen del bien, automáticamente ayuda al mal.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Mar 9:17-25.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

¿En alianza con el demonio? (ver Mat. 12:22-30, 43-45; Mar. 3:22-27). 14-23 Los fariseos pensaban que podían explicar la expulsión de demonios diciendo que Jesús había recibido poder del diablo (15). Otros pensaban que el asunto podía ser resuelto si Jesús aportaba una señal más clara de que tenía el respaldo de Dios (16).

Jesús respondió a la acusación del v. 15 diciendo que un reino o una casa dividida contra sí misma se destruirá. Entonces, ¿cómo Satanás, por otro nombre Beelzebul, podría promover la guerra civil en su propio reino? Más aun, el argumento podría bien volverse contra los enemigos de Jesús, ya que sus seguidores también expulsaban demonios. De hecho, esa acción era un acto de poder divino y una señal segura de que había llegado la era de la salvación de Dios. Alguien más poderoso que Satanás estaba en acción. En esa situación, negar apoyo a Jesús no era asumir una actitud neutral sino unirse a la oposición.

24-26 Hay diferentes opiniones sobre si este relato debe ser tomado simplemente en sentido lit. o como una parábola sobre el deterioro espiritual. Su punto central no es el de satisfacer la curiosidad sobre los demonios, sino advertir sobre el peligro de un arrepentimiento que sea meramente negativo. Una recaída puede llevar a un terrible peligro. Lo que se necesita es lo que Thomas Chalmers llamaba “el poder expulsivo de un nuevo afecto”.

27, 28 Mar. cuenta una historia diferente sobre los familiares de Jesús en este punto (Mar 3:31-35). Lucas ya la ha usado (8:19-21) y ahora da un episodio diferente con el mismo punto básico. La bendición más bien sentimental de la mujer sobre la madre de Jesús simplemente significa: “¡Si yo hubiera tenido un hijo como este hombre!” Pero hay algo que importa mucho más, o sea escuchar y obedecer el mensaje de Dios que Jesús proclamaba (cf. 6:46-49).

Por tanto, Jesús está diciendo que la gente debería darse cuenta de que él estaba hablando palabras de Dios sin necesidad de señales maravillosas que las confirmaran; su aceptación prevendría el tipo de recaída que se describe en el v. 26.

Notas. 14 Cf. Mat. 9:32-34. 20 El dedo de Dios refleja Exo. 8:19 (cf. Sal. 8:3) y significa lo mismo que “Espíritu de Dios” (Mat. 12:28). 24 Los lugares secos son vistos como morada habitual de los demonios, pero ellos prefieren morar en los seres humanos.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

q 728 Mat 9:32; Mat 12:22

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

14 (1) Con respecto a los vs. 14-15, véanse las notas de Mat_9:32-34 y Mat_12:22-24 .

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

La conexión que existe entre estos versículos y los que les preceden es notable á la vez que instructiva. En los anteriores versículos nuestro Señor Jesucristo había estado demostrando la eficacia y la importancia de la oración. En los versículos que tenemos á la vista, se nos dice como libró á un hombre de un espíritu mudo. Sin duda el objeto del milagro fue aclarar los preceptos que Jesús había estado dando. El mismo Salvador que nos estimula á orar es el que aniquila el poder que Satanás tiene sobre nuestros miembros y nos vuelve el uso del habla.
Notemos primeramente de cuántas maneras manifiesta Satanás los deseos que tiene de perder al hombre. Se nos dice que un hombre tenía un espíritu mudo. Algunas veces el Evangelio menciona «demonios inmundos.» Otros, «demonios furiosos é iracundos.» Muchas son las artimañas de Satanás. Es insensato suponer que siempre obre de la misma manera.
Solo una cosa puede percibirse que sea común á todas sus acciones: que se complace en perjudicar y causar daño.
Hay algo muy instructivo en el incidente de que venimos hablando. ¿Hemos de suponer que, porque la posesión corporal de los espíritus satánicos no sea tan manifiesta ahora como lo fue en otros tiempos, el grande adversario no sea ahora tan activo como entonces en causar males? ¿Hemos de suponer que no exista hoy que se parezca á un espíritu mudo? Si tal cosa hemos de suponer, mejor es que procedamos con cautela. ¿Qué diremos de los que nunca se dirigen á Dios, que nunca abren los labios en la oración y la alabanza, que nunca emplean el órgano que es la «gloria» del hombre en servicio de su Creador? ¿Qué diremos de aquellos que á todos pueden hablar excepto á Dios? ¿Qué, sino que Satanás los ha despojado del uso del habla? ¿Qué, sino que están poseídos de un espíritu mudo? Si se nos permite la paradoja, el hombre que no ora está muerto en vida. Sus miembros están en rebelión contra el Dios que los hizo. Los » demonios inmundos» no han dejado este planeta todavía.
Velemos y oremos para que nunca quedemos abandonados al influjo de un espíritu mudo. Loado sea Dios que todavía vive el mismo Jesús que podía hacer oír á los sordos y hablar á los mudos. Acudamos á él por socorro y pongámonos bajo su protección. No basta evitar la relajación que escandaliza y los pecados que de todos son conocidos. Ni basta que nos conduzcamos como gentes morales, decorosas y honradas. Todo esto no es otra cosa que bondad negativa. ¿Hay algo de positivo en nuestra religión? ¿Presentamos nuestros miembros á Dios como instrumentos de justicia? Teniendo ojos ¿vemos el reino de Dios? Teniendo oídos ¿oímos la voz de Cristo? Teniendo labios, ¿los usamos en loor de Dios? Estas son preguntas de un carácter muy serio. El número de personas que son sordas y mudas ante Dios es mayor de lo que generalmente se cree.
Notemos, en segundo lugar, cuan grande influjo ejerce la preocupación en el corazón de los hombres no convertidos.
Cuando nuestro Señor arrojó al espíritu mudo hubo quienes dijeran: » Por Beelzebú príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.» Ellos no podían negar el milagro, pero sí rehusaron conceder que fuea obra del poder divino. Lo que tenían á la vista era claro é innegable. Se propusieron, pues, desacreditar al que había hecho el milagro y mancillar su reputación diciendo que estaba en liga con el demonio.
La preocupación es un vicio peligroso, y, por desgracia, no es raro. Nunca faltan hombres que se empeñan en no ver nada bueno en los siervos de Jesús, y en creer todo lo malo que se diga de ellos. Tales hombres parecen no acatar lo que les enseña oí sentido común; y rehúsan aceptar las pruebas que se les presentan ó los argumentos que se les hacen. ¡Parecen resueltos á creer, quo todo lo que un cristiano hace es malo y lo que dice falso! ¡Si hago bien alguna vez, debe de ser con fines inmorales! ¡Si habla la verdad, debe de ser con miras siniestras! ¡Si hace alguna obra de misericordia, debe ser por interés! ¡Si lanza los demonios, es por virtud de Belcebú! Hombres preocupados de esa manera se encuentran en toda congregación; y ¡cuánto no hacen sufrir á loa ministros del Evangelio! Procuremos ser siempre justos, imparciales y francos al juzgar á los hombres y las religiones. Estemos prontos á abandonar antiguas opiniones, por queridas que nos sean, tan luego como alguno nos señale un » camino más excelente.» Un corazón bueno y recto es un gran tesoro. El ánimo preocupado es, permítasenos la expresión, la ictericia del alma.
Afecta la vista intelectual del hombre y le hace ver todo como al través de un prisma. ¡Líbrenos Dios de ánimo semejante! Notemos, finalmente, cuan desastrosas son las disensiones religiosas. Esta es una verdad que nuestro Señor nos enseña, en la contestación que dio á sus enemigos. El les manifestó cuan necia era esta acusación de que lanzaba los demonios por virtud de Belcebú, Citó el dicho de que una casa dividida contra sí misma tiene que caer; dedujo que era absurdo decir que Satanás arrojase á Satanás, que el diablo lanzara á sus mismos agentes; y enseñó así á los cristianos una lección que han tardado lastimosamente en aprender en todas las épocas de la iglesia. Esa lección es, el pecado y la insensatez que en sí envuelven esas divisiones innecesarias.
Mientras que existan doctrinas falsas á que se adhieran los es, habrá sectas ó partidos religiosos. Pues ¿qué comunión a de haber entre la luz y las tinieblas? ¿Cómo pueden dos individuos seguir el mismo camino á menos que estén de acuerdo? ¿Qué unidad puede haber en donde no existe la del espíritu? Disentir y separarnos de los que abracen doctrinas anti- bíblicas y falsas es un deber y no un pecado.
Pero hay disidencias de otra especie que sí son de lamentarse, son, por ejemplo, las que tienen lugar entre hombres que convienen en los puntos cardinales; disidencias en materias que no son necesarias para la salvación; disidencias acerca de ritos y ceremonias y disciplina eclesiástica, cosas sobre las cuales la Escritura, dice poco ó nada. Disidencias de esta clase han de ser evitadas por todos los verdaderos cristianos. Su existencia es la prueba del triste del estado caído del hombre, y de la corrupción de su entendimiento y voluntad. Ellas son causa de escándalos y de malestar en la iglesia.
«Todo reino dividido contra sí mismo es asolado..
¿Qué correctivos pueden usarse para contenerlas? La humildad, la condescendencia y un conocimiento extenso de la Sagrada Escritura. Debemos aprender á distinguir en religión las cosas esenciales de las que no lo son: las necesarias para la salvación de las que son innecesarias; las muy importantes de las que lo son menos. Respecto á las primeras debemos ser firmes como un roble: » Más si nosotros ó un ángel del cielo os anunciase otro Evangelio del que habéis recibido, sea maldito.» Gal 1:8. Respecto de las otras, debemos ser flexibles y blandos como el sauce: «Me he hecho todo para todos, para que de todo punto salve á algunos.» 1Co 9:22. Para hacer distinciones tan difíciles se necesita no poca sabiduría; mas esta puede obtenerse por medio de la oración » Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios.» Jam 1:5. Cuando los cristianos dan pábulo á disensiones inútiles, se muestran más insensatos que el mismo Satanás.

Fuente: Los Evangelios Explicados

Y… M↓ añaden Jesús; mudo… Es decir, que producía la mudez.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M i añaden Jesu250?s.

11.14 Es decir, que producía la mudez.

Fuente: La Biblia Textual III Edición