Comentario de Lucas 11:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando el espíritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí.”
11:24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. 25 Y cuando llega, la halla barrida y adornada. 26 Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. — Esta parábola es un comentario sobre el v. 23 (“El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”). Era muy importante que sus discípulos (y los judíos en general) reconocieran la necesidad de escoger entre El y los fariseos. Todos tenían que examinar el fruto de cada «árbol». Tenían que examinar los dichos (enseñanzas, palabras en general) de ambos, para saber el carácter verdadero de cada quien. Porque ya era sumamente claro que el pueblo judío no podía aceptar y seguir a Jesús y también seguir escuchando a los fariseos y escribas. El momento de decisión ya había llegado. La blasfemia de ellos lo hizo aun más claro. Jesús enfatiza las consecuencias de descuidar sus enseñanzas. Se refiere a la tragedia de rechazar a Cristo y la salvación que ofrece con todas las bendiciones espirituales (Efe 1:3). Este texto es la continuación de lo que Jesús dijo acerca de los escribas y fariseos. Había echado fuera el demonio de un hombre. Algunos de los fariseos blasfemaron contra el Espíritu Santo (diciendo que Jesús tenía espíritu inmundo). Otros pidieron señal del cielo. Jesús les llama «generación mala y adúltera», y dice que los de Nínive y la reina del Sur se levantarán en el juicio para condenarles.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
cuando el espíritu inmundo. Mat 12:43-45.
anda por lugares secos. Jue 6:37-40; Job 1:7; Job 2:2; Sal 63:1; Isa 35:1, Isa 35:2, Isa 35:7; Isa 41:17-19; Isa 44:3; Eze 47:8-11; Efe 2:2; 1Pe 5:8.
buscando reposo. Pro 4:16; Isa 48:22; Isa 57:20, Isa 57:21.
Me volveré a mi casa de donde salí. Mar 5:10; Mar 9:25.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
buscando reposo: La idea representa a un espíritu exorcizado que busca un hogar luego que Dios actuó por alguien.
Volveré: El espíritu decide regresar a donde estaba.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
el espíritu inmundo sale del hombre. Cristo caracterizó así la obra de los exorcistas falsos (vea la nota sobre el v. Luc 11:19). Aquello que parece ser un exorcismo verdadero no era en realidad más que un alivio temporal, pero después ese mismo demonio regresa con otros siete (v. Luc 11:26).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
11:24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. 25 Y cuando llega, la halla barrida y adornada. 26 Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. – Esta parábola es un comentario sobre el v. 23 (“El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”). Era muy importante que sus discípulos (y los judíos en general) reconocieran la necesidad de escoger entre El y los fariseos. Todos tenían que examinar el fruto de cada «árbol». Tenían que examinar los dichos (enseñanzas, palabras en general) de ambos, para saber el carácter verdadero de cada quien. Porque ya era sumamente claro que el pueblo judío no podía aceptar y seguir a Jesús y también seguir escuchando a los fariseos y escribas. El momento de decisión ya había llegado. La blasfemia de ellos lo hizo aun más claro.
Jesús enfatiza las consecuencias de descuidar sus enseñanzas. Se refiere a la tragedia de rechazar a Cristo y la salvación que ofrece con todas las bendiciones espirituales (Efe 1:3). Este texto es la continuación de lo que Jesús dijo acerca de los escribas y fariseos. Había echado fuera el demonio de un hombre. Algunos de los fariseos blasfemaron contra el Espíritu Santo (diciendo que Jesús tenía espíritu inmundo). Otros pidieron señal del cielo. Jesús les llama «generación mala y adúltera», y dice que los de Nínive y la reina del Sur se levantarán en el juicio para condenarles.
Ahora sigue una ilustración que explica que la condición espiritual de esa generación seguiría de mal en peor a consecuencia de no aceptar a Jesús y sus enseñanzas. El espíritu inmundo sale del hombre. No dice que fue echado, sino que «sale». Parece ser acto voluntario. Anda por lugares secos, buscando reposo, no lo halla. Los demonios querían ocupar cuerpos. Véase Mat 8:31.
Vuelve a su casa desocupada, barrida, adornada. Su «casa» es el cuerpo del hombre que él había poseído. Esto indica que los demonios a veces volvían a entrar en un hombre después de salir o ser echados fuera de él. Mar 9:25, Jesús dijo al demonio, «Sal de él, y no entres más en él». En este caso Jesús prohibió que el demonio volviera a tomar posesión del hombre. Las palabras «barrida y adornada» indican que la casa estaba bien preparada para ser ocupada por los demonios.
Entonces trae otros siete espíritus inmundos peores que él. Esto indica que había comunicación entre los demonios. El número «siete» es número simbólico que significa “completo” (indicando toda clase de maldad). Era muy común en el vocabulario de los judíos. Nosotros diríamos «muchos». «Peores que él» indica que había grados de maldad entre los demonios. Algunos eran más depravados que otros. Véase Mar 9:29, «Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno». Este texto también indica que algunos eran peores (más feroces) que otros. El espíritu inmundo, ahora acompañado por otros siete peores que él entran en el hombre para morar allí y el postrer estado del hombre era peor que el primero.
Así también acontecerá a esta mala generación. Primero son comparados con niños, y ahora con un endemoniado. En Mat 11:16-19 Jesús comparó esa generación con niños que no podían ser complacidos por nadie. Ahora les compara con un hombre endemoniado. La lección enseñada claramente en este texto es que como la condición del hombre endemoniado se hizo peor, así también la condición de esa generación iría de mal en peor. «El postrer estado del aquel hombre viene a ser peor que el primero».
¿El demonio salió? Es difícil saber si la primera parte de esta ilustración (el demonio sale) significa algo acerca de la condición de los judíos de esa generación. Algunos creen que el salir del demonio se refiere a que los judíos dejaron la idolatría durante el cautiverio en Babilonia, pero eso no era experiencia de los judíos del primer siglo. Otros suponen que había algo de mejoramiento en aquellos días debido a la influencia de Juan y Jesús. Sería difícil reconocer algún cambio bueno en ellos, pero una cosa es cierta: los judíos, como nación, rechazaron a Jesús y aun lo crucificaron como criminal. También rechazaron el evangelio, y en su rebelión se sometían cada vez más a las malas influencias de Satanás.
La casa «barrida, adornada» bien ilustra la actitud de los judíos hacia Jesús, y su plena rebelión abierta contra El; es decir, estaban dispuestos a recibir a Satanás (ocho y aun ocho mil demonios) para acabar con Jesús, el evangelio y la iglesia. De esta manera se preparaban a sí mismos para recibir a Satanás en su corazón para perseguir a Jesús y sus seguidores. Así, pues, dice Jesús que los judíos eran semejantes a un hombre poseído por muchos demonios. Dentro de otros cuarenta años, más o menos, la ciudad, el templo, y muchos de los judíos serían destruidos por los romanos.
Hay lecciones en esto para nosotros. No podemos ser neutrales. Hay solamente dos reinos, dos caminos y dos destinos. No hay campo neutral; es decir, es imposible ser neutral en cuanto a Cristo y el evangelio. Una casa vacía invita huéspedes nada agradables. Es imposible mantener un vacío espiritual. El alma del hombre simplemente no puede quedar vacía. ¿Nos deja vacíos nuestra religión? Hay peligro de que la «conversión» de algunos sea solamente la externa de ciertas reformas o enmiendas. Tal «conversión» no es genuina y no dura, pero la poca «religión» que los tales aceptaron es como una inoculación contra la religión verdadera de Jesús. Los tales creen y suponen que ya conocieron la verdad, que ya experimentaron la salvación y sus bendiciones, y no quieren saber más del evangelio. Con razón su condición posterior es peor que la condición original.
Muchos textos nos enseñan a quitar lo malo y llenar la vida de lo bueno. 1Pe 2:1-2, “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”. Hay que desechar toda malicia, etc. como si fueran demonios, porque verdaderamente son del diablo, y llenar el corazón con la palabra de Dios que produce el crecimiento espiritual. “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Efe 5:18). Es necesario despojarnos del viejo hombre, pero a la vez vestirnos del nuevo hombre (Efe 4:22-32). Es necesario acabar con las obras de la carne, pero entonces llevar el fruto del Espíritu (Gál 5:19-23). “Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Rom 12:9). Todos los pecados mencionados en estos y los demás textos se pueden comparar con demonios que deben ser echados de la vida, pero entonces si no llenamos la vida de las cosas buenas enseñadas por Cristo, los demonios, ya multiplicados, volverán a “su casa”.
Por lo tanto, no basta con simplemente echar fuera los «demonios» de la vida pasada. Es necesario llenar la vida con todas las cualidades preciosas de la vida cristiana. Este pensamiento se puede observar en Rom 6:3-7; Rom 12:1-2 y en todos los textos que describen la conversión y la nueva vida en Cristo. Muchos dejan de beber alcohol, dejan de fumar tabaco, y dejan otros vicios y luego en poco tiempo vuelven a ellos. ¿Por qué? Porque no llenaron su mente y sus actividades con cosas buenas. Léase Flp 4:8. La vida no acepta un «vacío». El vacío siempre se llena con algo.
Es necesario echar fuera al diablo y entonces es necesario que Dios more en nosotros (para que Satanás no vuelva a vivir en nosotros). Dios permanece en nosotros, 1Jn 3:24; 1Jn 4:12-16. Cristo está en nosotros, Rom 8:10; «Cristo en vosotros», Col 1:27; Efe 3:17, «para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones». Habita Cristo «por la fe» en nosotros. Dicen algunos que «sienten» a Cristo en su corazón. Cristo no mora en nosotros en esa forma; no causa sensación física. Gál 2:20, «vive Cristo en mí». El Espíritu Santo mora en nosotros, Rom 8:9; 2Ti 1:14. Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, 1Co 6:19. Estos y otros muchos textos enseñan que DIOS (el Padre, el Hijo, y El Espíritu Santo) vive o mora en nosotros y que nosotros estamos «en» Cristo, permanecemos en Dios, etc. La Deidad habita o vive en su tabernáculo (su templo o iglesia), 2Co 6:16. Dios habita en nosotros con tal que salgamos del mal. Tenemos que apartarnos de la contaminación del mundo para que Dios habite en nosotros. Hay que estudiar 2Co 6:14-18; 2Co 7:1 con mucho cuidado.
¿Qué significa esta gran bendición (de que Dios habita en su iglesia)? Significa la comunión con Dios. La palabra «comunión» significa «participación». Tenemos la dicha de participar en las cosas celestiales, las cosas de Dios. Por ejemplo, Heb 6:4, «hechos partícipes del Espíritu Santo» (2Co 13:13, «la comunión del Espíritu Santo». Las palabras «participación» y «comunión» son idénticas). 2Pe 1:4-7 somos «participantes de la naturaleza divina» si añadimos a nuestra fe virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, pie- dad, afecto fraternal y amor. Significa estar bajo el poder, dirección e influencia de Dios. Estamos «en» El, sostenemos una relación estrecha con El, vivimos «conectados» con El. Significa, pues, los efectos y bendiciones que recibimos de Dios. Los textos dicen que «Dios» (o Cristo, o El Espíritu Santo) mora (vive o permanece) en nosotros porque Dios es la fuente o causa de estos poderes y beneficios. En estos textos se emplea una figura de gramática en la cual la causa se pone por el efecto. Gozamos de los efectos de nuestra relación con Dios, y en lugar de hablar de los efectos o bendiciones se dice simplemente Dios (la causa o fuente de ellos). Es la figura llamada «metonimia» («figura de retórica que consiste en designar una cosa con el nombre de otra, cuando están ambas reunidas por alguna relación»).
De otro modo, si Dios no mora en nosotros, entonces el diablo vuelve — ahora más fortificado que nunca — y será más difícil que nunca echarlo otra vez de nuestra vida.
Es necesario ser “antis” pero más que antis. Insistimos en que tenemos que ser “conservadores” porque tenemos que retener o conservar “la forma (el patrón) de las palabras sanas” (2Ti 1:13). Sin embargo, esto no significa que solamente somos “antis”. Somos “anti” (en contra de) muchas cosas: la mundanalidad (el baile, la ropa deshonesta, la bebida social, etc.); la música instrumental en el culto; la centralización eclesiástica (iglesia patrocinadora, instituciones de iglesias de Cristo), y otros errores doctrinales. Podemos ser “antis” en todo sentido necesario y aun así fracasar, porque aparte de oponernos a toda forma de pecado, tenemos que estar “a favor de” predicar y practicar “todo el consejo de Dios (Hch 20:27). Hay que ser negativos, pero también hay que ser positivos. Como dijo Dios al profeta Jeremías (1:10), “Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”.
¿Cómo está la condición de los que vuelven atrás? La Biblia enseña claramente que la condición espiritual de los discípulos de Cristo que vuelven atrás es peor de lo que era que cuando eran inconversos. 2Pe 2:20-22, «enredándose otra vez…su postrer estado viene a ser peor que el primero». Heb 6:4-6; Heb 10:26-29. Fue imposible renovarlos al arrepentimiento porque rechazaron el sacrificio de Cristo.
Los endemoniados eran víctimas involuntarias del diablo, pero Judas permitió que Satanás entrara en él (Jua 13:27). También Ananías y Safira permitieron que Satanás llenaran su corazón para mentir a Dios (Hch 5:3-4). También nosotros tenemos completo control sobre nuestro corazón. Si Satanás llena nuestro corazón, será con nuestro permiso.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL PELIGRO DEL ALMA VACÍA
Lucas 11:24-28
-Cuando un espíritu inmundo sale de una persona -siguió diciendo Jesús-, va por sitios áridos buscando un lugar tranquilo; pero, como- no lo encuentra, dice: «¡Me volveré a la casa de donde salí!» Y, cuando llega, y se la encuentra limpita y curiosa, va y se trae a otros siete espíritus todavía peores que él, y se quedan todos allí a vivir, y la persona acaba peor que antes.
Cuando Jesús estaba diciendo esto, una mujer que estaba entre la gente gritó con todas sus fuerzas:
-¡Bendita sea la madre que te parió y la leche que mamaste!
-¡Pero más benditos sean todos los que prestan atención a la palabra de Dios y la ponen por obra! -respondió Jesús:
Aquí tenemos una historia tenebrosa y de miedo. Se trata de una persona de la que echaron a un espíritu malo. Éste fue vagando por ahí en busca de un sitio donde descansar, pero no lo encontró; así que decidió volver a su antigua morada. Y se encontró con que la persona estaba limpia y ordenada -pero vacía. Así que el espíritu- malo se fue a buscar a otros siete espíritus todavía peores que él, y se los trajo a vivir con él en su antigua casa… y aquella persona acabó peor de lo que había estado antes.
(i) Aquí tenemos la verdad fundamental de que no se puede dejar vacía el alma de nadie. No basta con desterrar los malos pensamientos y hábitos, y dejar el alma vacía. Un alma vacía es un alma- en peligro. A Adam C. Welch le gustaba predicar sobre el texto «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu» (Ef 5:18 ), y solía empezar diciendo: «Hay que llenar a las personas con algo.» No basta con echar al mal; hay que dejar entrar al bien.
(ii) Eso quiere decir que no se puede cimentar una experiencia espiritual con negativos. Tomemos como ejemplo el mandamiento de santificar el Día del Señor (Ex 20:8-11 , y Dt 5:12-15 ), que es una asignatura pendiente en muchas iglesias. Lo que se suele hacer es presentar una lista de lo que hace la gente, y que los cristianos no debemos hacer en el Día del Señor. Pero el que se encuentra con todas esas prohibiciones nos preguntará: «Bueno, ¿y qué es lo que puedo hacer?» A menos que se lo digamos, va a acabar peor de lo que estaba, porque le vamos a condenar a la inactividad, que es terreno abonado para el tentador. Es peligroso cuando la religión se presenta como una serie de negativos. Es necesario limpiar; pero después de desarraigar el mal hay que plantar y cultivar el bien.
(iii) La mejor manera de evitar el mal es practicar el bien. El mejor jardín que recuerdo haber visto estaba tan lleno de flores que no les quedaba sitio a las ortigas. Para tener una buena huerta hay que quitar los hierbajos y preparar la tierra; pero, si no se ponen y se cultivan buenas plantas, pronto estará peor que antes. Esto es igualmente cierto en el mundo del pensamiento. A veces nos asaltan malos pensamientos. Si todo lo que hacemos es decirnos: «No voy a pensar en eso», seguimos pensando en ello cada vez más. El remedio está en pensar en otra cosa, en desterrar el pensamiento malo con uno bueno. No se es bueno por no hacer cosas malas, sino llenando la vida de cosas buenas.
Los versículos 27 y 28 nos presentan a Jesús diciendo una verdad muy seria. La mujer se había dejado llevar por la emoción del momento, y Jesús la devolvió a la realidad. La emoción momentánea no tiene por qué ser mala, pero lo más valioso de la vida es la obediencia de cada día. Los mejores sentimientos no pueden ocupar el lugar de la fidelidad.
La mujer que le echó a Jesús aquella bendición tan española no sabía que la bienaventuranza verdadera de la madre de Jesús la recibió cuando creyó la Palabra de Dios y se entregó a Él en perfecta obediencia (Lc 1:38 y 45)..
LA RESPONSABILIDAD DEL PRIVILEGIO
Lucas 11:29-32
La gente estaba apiñada escuchando a Jesús, y Él se puso a decirles:
-La gente de este tiempo es mala. Pide una señal sobrenatural, pero Dios no le va a dar más señal que la del profeta Jonás: como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo es ahora el Hijo del Hombre a los de este tiempo. La Reina del Sur testificará el Día del Juicio en contra de la gente de este tiempo y hará que sea condenada; porque ella vino del otro extremo del mundo para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay Uno que es más que Salomón. Y los habitantes de Nínive testificarán el Día del Juicio en contra de la gente de este tiempo, y harán que sea condenada; porque cuando oyeron predicar a Jonás se arrepintieron, y aquí hay Uno que es más que Jonás.
Los judíos querían que Jesús hiciera algo realmente sensacional para demostrarles que era el Mesías. Unos años después, hacia el 45 d C., un tal Teudas pretendió ser el Mesías e inició una revolución. Hizo que la gente le siguiera, porque les prometió detener las aguas del Jordán haciendo un camino por en medio para pasar al otro lado. No hace falta decir que fracasó, y los Romanos acabaron pronto con los rebeldes; pero eso era la clase de cosa que la gente le exigía a Jesús para probar que era el Mesías. No se daba cuenta de que la mayor señal que Dios había de dar nunca era Jesús mismo.
De la misma manera que Jonás había sido una señal de Dios a Nínive, lo era Jesús para los de su tiempo, pero ellos no le reconocieron. Cuando Salomón era rey, la Reina de Sabá reconoció que su sabiduría era sobrenatural, y vino de muy lejos para beneficiarse de ella; cuando Jonás predicó a los habitantes de Nínive, reconocieron en él la auténtica voz de Dios, y se arrepintieron y salvaron de la destrucción. El Día del Juicio, estas personas se levantarán a dar testimonio en contra de los judíos del tiempo de Jesús, porque éstos habían tenido una oportunidad y un privilegio incomparablemente mayores que los suyos y se habían negado a recibirlos. La condenación de los judíos sería tanto más definitiva cuanto fueron mayores sus privilegios.
El privilegio y la responsabilidad van siempre de la mano.
Considerad dos de nuestros mayores privilegios y cómo los usamos.
(i) Todos tenemos a nuestra disposición la Biblia, la Palabra de Dios. Se ha pagado un alto precio para que llegara hasta nosotros. Los traductores de la Biblia al español, Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, fueron perseguidos por la Inquisición, y se salvaron de morir en la hoguera gracias a que pudieron huir al extranjero; otros, como Julianillo Hernández, fueron torturados para que delataran a todos los protestantes que conocieran, y dieron su vida para que la Palabra de Dios entrara en España. Y otro tanto sucedió en otros países, como Inglaterra, donde Wyclif, el primer traductor, y Tindale, el que dio a Inglaterra la primera Biblia impresa, sufrieron lo indecible y por último dieron sus vidas por la Palabra de Dios. No hay libro que haya costado tanto como la Biblia. En los países de habla española se considera a la Biblia Reina-Valera como un clásico, lo que quiere decir para muchos un libro del que se ha oído hablar, pero que casi nadie ha leído. Tenemos el privilegio de poseer un ejemplar de la Biblia, de cualquiera de las varias ediciones ahora disponibles: es un privilegio del que tendremos que dar cuenta.
(ii) Disfrutamos de libertad de cultos, que consideramos como un derecho; y esto también es un privilegio que ha costado muchas vidas. Lo malo es que muchos, como ha dicho humorísticamente alguien, consideran ahora que la libertad de cultos quiere decir libertad para no ir al culto. Este también es un privilegio del que tendremos que dar cuenta.
Si una persona tiene a Cristo, y el Libro de Cristo, y la Iglesia de Cristo, es heredera de todos los privilegios de Dios. Si, poseyéndolos, no los usa, o los rechaza como hicieron los judíos en tiempos de Jesús, ¿cómo responderá cuando se le pidan cuentas de los privilegios que se le concedieron?
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— un espíritu impuro: Ver notas a Mat 8:16 y segunda a Mar 1:23.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
d 741 Mat 12:43
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Véanse coments. en Mt 12:43– 45.
Fuente: La Biblia de las Américas
24 (1) Con respecto a los vs.24-26, véanse las notas de Mat_12:43-45 .
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
mi casa. La vida de la persona en que habita el demonio.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
no hallarlo… Lit. no hallándolo.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit. no hallándolo.