Comentario de Lucas 11:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y los condenará, porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón. ¡Y he aquí uno mayor que Salomón está en este lugar!
11:31 La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres (no ANTHROPOS, “gente”, sino más bien con los ANDRON, “varones”: se refiere, pues, a los líderes de los judíos) de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, — En 1Re 10:1-10 leemos de la visita de la reina de Sabá. Había oído de Salomón pero quería escucharle en persona. Para hacerlo hizo un viaje largo (entre mil y dos mil kilómetros), inconveniente y hasta peligroso, para hacerlo. Había pocos libros en aquellos tiempos y la manera mejor de saber de la famosa sabiduría de Salomón sería visitarlo y conversar con él. Por eso, esta mujer famosa se esforzó grandemente para escuchar a Salomón, un mero hombre que enseñaba principalmente sobre temas terrenales. Sin embargo, para los escribas y fariseos la verdad estaba cerca, pues cada día Jesús enseñaba en el templo (Mat 26:55). Además, Jesús no era un mero hombre. Era Emmanuel, Dios con nosotros. Había venido desde el cielo para llevar el mensaje a ellos. No tuvieron que hacer un viaje largo para tener acceso a Jesús, pues enseñaba a diario en sus sinagogas y en el templo. Salomón era muy honrado por esta reina del Sur, mientras que Cristo era muy deshonrado por los escribas y fariseos. La reina “vino a probarle con preguntas difíciles” (1Re 10:1) y aceptó sus respuestas, mientras que los escribas y fariseos le hicieron preguntas capciosas a Jesús y no aceptaron la verdad que les enseñó. Ella era sincera y “le expuso todo lo que en su corazón tenía” (1Re 10:2) pero los escribas y fariseos eran hipócritas y sólo querían destruir a Jesús. “Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase” (1Re 10:3); compárense las preguntas hechas a Jesús sobre quién es el mayor en el reino (Mat 18:1); sobre el matrimonio y el divorcio (Mat 19:1-9); sobre la autoridad (Mat 21:23); sobre la cuestión del tributo para César (Mat 22:15-22); sobre la resurrección (Mat 22:23-33); sobre qué hacer para heredar la vida eterna (Luc 10:25-28); sobre quién es mi prójimo (Luc 10:29-37), etc. Desde luego, sus respuestas eran perfectas en todo sentido. De hecho, el Nuevo Testamento de Jesús contesta toda pregunta con respecto a la vida y la piedad (2Pe 1:3; 2Ti 3:16-17).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
La reina del Sur. 1Re 10:1, 1Re 10:2; 2Cr 9:1; Mat 12:42.
se levantará en juicio. Isa 54:17; Jer 3:11; Rom 2:27; Heb 11:7.
más que Salomón en este lugar. Luc 3:22; Luc 9:35; Isa 9:6, Isa 9:7; Col 1:15-19.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Vea las notas sobre Mat 12:41-42.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
11:31 La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres (no ANTHROPOS, “gente”, sino más bien con los ANDRON, “varones”: se refiere, pues, a los líderes de los judíos) de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, – En 1Re 10:1-10 leemos de la visita de la reina de Sabá. Había oído de Salomón pero quería escucharle en persona. Para hacerlo hizo un viaje largo (entre mil y dos mil kilómetros), inconveniente y hasta peligroso, para hacerlo. Había pocos libros en aquellos tiempos y la manera mejor de saber de la famosa sabiduría de Salomón sería visitarlo y conversar con él. Por eso, esta mujer famosa se esforzó grandemente para escuchar a Salomón, un mero hombre que enseñaba principalmente sobre temas terrenales. Sin embargo, para los escribas y fariseos la verdad estaba cerca, pues cada día Jesús enseñaba en el templo (Mat 26:55). Además, Jesús no era un mero hombre. Era Emmanuel, Dios con nosotros. Había venido desde el cielo para llevar el mensaje a ellos. No tuvieron que hacer un viaje largo para tener acceso a Jesús, pues enseñaba a diario en sus sinagogas y en el templo.
Salomón era muy honrado por esta reina del Sur, mientras que Cristo era muy deshonrado por los escribas y fariseos. La reina “vino a probarle con preguntas difíciles” (1Re 10:1) y aceptó sus respuestas, mientras que los escribas y fariseos le hicieron preguntas capciosas a Jesús y no aceptaron la verdad que les enseñó. Ella era sincera y “le expuso todo lo que en su corazón tenía” (1Re 10:2) pero los escribas y fariseos eran hipócritas y sólo querían destruir a Jesús. “Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase” (1Re 10:3); compárense las preguntas hechas a Jesús sobre quién es el mayor en el reino (Mat 18:1); sobre el matrimonio y el divorcio (Mat 19:1-9); sobre la autoridad (Mat 21:23); sobre la cuestión del tributo para César (Mat 22:15-22); sobre la resurrección (Mat 22:23-33); sobre qué hacer para heredar la vida eterna (Luc 10:25-28); sobre quién es mi prójimo (Luc 10:29-37), etc. Desde luego, sus respuestas eran perfectas en todo sentido. De hecho, el Nuevo Testamento de Jesús contesta toda pregunta con respecto a la vida y la piedad (2Pe 1:3; 2Ti 3:16-17).
Jesús dice que esta mujer “se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará”. ¿Por qué? La afirmación de Jesús de que los gentiles (como la reina de Sabá) podría juzgar a los judíos en el juicio final era muy ofensiva a los judíos, pero obsérvese el carácter y la actitud de esta mujer. Ella sincera y personalmente quería aprender la verdad. ¡Qué contraste con la actitud de los judíos! Quería hacer su propia investigación, quería oír y ver por sí misma. Luego después de todo, dice, “Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad” (1Re 10:6-7). Con razón, pues, se levantará en el juicio para condenar a los judíos (y a todos los demás) que rechazan a Cristo. Imagínese cómo hubiera sido la actitud de esta mujer si hubiera vivido en los días de Jesús. Si ella viajó entre mil y dos mil kilómetros para escuchar a Salomón, ¿cuántos kilómetros habría viajado para escuchar a Jesús? ¡Si ella aprendió y con gozo aceptó la sabiduría de Salomón, cuánto más habría aprendido y aceptado con gozo la sabiduría de Jesús!
— y he aquí más que Salomón en este lugar. – En base a lo que se dice de Salomón en el Antiguo Testamento los judíos lo tenían en alta estima, pero los hechos y sabiduría de Salomón no se podían comparar con los hechos y sabiduría de Jesús y lo rechazaron.
Fuente: Notas Reeves-Partain
1Re 3:2-28; 1Re 4:29-34; 1Re 10:1-10; (ver Luc 2:40; Luc 2:47; Luc 2:52).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Véase Mat 12:42, n.
REFERENCIAS CRUZADAS
l 749 1Re 10:1; 2Cr 9:1
m 750 Isa 9:6; Flp 2:10
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Véanse coments. en Mt 12:41– 42.
Fuente: La Biblia de las Américas
Salomón… → 1Re 10:1-10; 2Cr 9:1-12.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g 1Re 10:1-10; 2Cr 9:1-12.