Comentario de Lucas 1:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

El mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido.

1:17 E irá delante de él (como precursor, como el heraldo va delante del rey que se acerca) con el espíritu y el poder de Elías, — La palabra poder es otra palabra clave en Lucas. Se encuentra repetidas veces a través de Lucas y Hechos. Lo que el ángel Gabriel dice aquí se refiere a la profecía de Mal 4:5, “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”. Entre el pueblo de Israel había expectación viva del cumplimiento de esta promesa. Cuando Jesús preguntó a sus discípulos, “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?”, algunos dijeron, “Elías” (Mat 16:14).

Los mormones enseñan que Elías no ha venido todavía. Algunos suponen que la venida de Juan era solamente cumplimiento parcial de la profecía de Malaquías. Por ejemplo, dice el Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado (Vila-Escuain), al citar Mar 9:11-13, “Parece, por ello, que está bien claro que, como sucede con frecuencia, tenemos aquí dos cumplimientos sucesivos de la profecía de Mal 4:5-6 : el primero parcial, en la primera venida de Cristo; el otro total, su segunda venida. La ‘restauración de todas las cosas’ significa la instauración del glorioso reinado del Mesías (Hch 3:20-21)”.

Sin embargo, Jesús dice enfáticamente (Mat 11:13), “Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Jua 14:1-31 Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir”. Mat 17:10-13, “Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? 11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. 12 Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. 13 Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”.

Los discípulos comprendieron pero muchos “evangélicos” no comprenden porque están resueltos a predicar que Cristo todavía no ha establecido su reino y que lo hará cuando venga la segunda vez. Para “probar” sus teorías tuercen textos bíblicos.

Ahora bien, cuando preguntaron a Juan si él era Elías, dijo que no. Jua 1:19, “Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Deu 18:15; Deu 18:18. Y respondió: No. 22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías (40:3)”. Desde luego, Juan no era el Elías literal y físico, sino que vino “con el espíritu y poder de Elías”.

Juan sería semejante al profeta Elías. ¿De qué manera era semejante Juan a Elías?

(1) La vestimenta de Elías se describe en 2Re 1:8. “… tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón de cuero”. Compárese Mat 3:4, “Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos”. Jesús pregunta (Mat 11:8), “¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están”.

(2) En un tiempo de crisis Elías se escondió en un arroyo y fue alimentado por los cuervos (1Re 17:4). La comida de Juan era “langostas y miel silvestre” (Mat 3:4). Esto indica una vida rigurosa y austera, pero no como ascetas, sino que había mucho contacto entre ellos y el pueblo, pero como eran severos con su propia vida así también eran exigentes con los demás, predicando que deberían arrepentirse y volver a Dios.

(3) Elías se oponía al rey Acab por haber llevado al pueblo de Israel a adorar a los ídolos (los baales). El poder y espíritu de Elías se ve claramente en la prueba entre él y los profetas de Baal (1Re 18:20-40). Así también Juan se oponía al rey Herodes (Mat 14:3-4).

(4) El poder y espíritu de Elías se ve en su forma de hablar con Acab. Por ejemplo, 1Re 18:17, “Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? 18 Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales”. El poder y espíritu de Juan se ve en su forma de hablar con el rey Herodes quien le “había prendido… y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; 4 porque Juan le decía: No te es lícito tenerla”.

(5) El poder y espíritu de Elías se ve en su predicación. 1Re 18:21, “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él”. Juan mostró este mismo poder y espíritu diciendo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.

(6) Como Elías denunciaba al pueblo de Israel en su apostasía, así también Juan denunciaba a los líderes de los judíos. Mat 3:7, “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego”.

(7) Otra semejanza entre Elías y Juan fue la oposición que sufrían de parte de las mujeres de los reyes que fueron denunciados por estos dos profetas. Jezabel, la mujer que dominaba al rey Acab, perseguía a Elías con el propósito de matarlo. Herodías, la mujer que dominaba al rey Herodes, estaba resuelta a matar a Juan.

Pero también había diferencias entre Elías y Juan.

(1) Para efectuar reformas Elías pidió que Dios castigara al pueblo con una severa sequía. Stg 5:17, “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 1Re 17:1; 1Re 18:1. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. 1Re 18:42-45.”. Juan no hizo tal cosa para efectuar reformas.

(2) Elías hizo milagros. Por ejemplo, para ayudar a la viuda de Sarepta. 1Re 17:16, “Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”. V. 17-24, cuando el niño de la viuda murió, Elías lo resucitó. Elías hizo otro milagro cuando el rey Ocozías envió a él un capitán con cincuenta hombres para hacerle descender de la cumbre del monte y Elías dijo, “Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta” (2Re 1:9-10). Lo mismo pasó con otros cincuenta que envió. Cuando los samaritanos no querían que Jesús y sus apóstoles pasaran por su territorio, Juan y Jacobo le preguntaron, “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?” (Luc 9:54).

Pero Juan no hizo milagros. Jua 10:41, “Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad”; es decir, aunque no hizo milagros, era un verdadero profeta de Dios porque lo que decía de Cristo era verdad.

(3) Elías no bautizaba a los que se arrepintieron, pero acerca del ministerio de Juan, Mat 3:5 dice, “Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados”.

(4) En cuanto al fin de sus vidas dice 2Re 2:11, “Y aconteció que yendo ellos (Elías y Eliseo) y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino”. Salió del mundo, pues, en una escena de gloria y majestad, pero la vida de Juan terminó de otra manera muy distinta: Mat 14:1-36, “5 Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta. 6 Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó a Herodes, 7 por lo cual éste le prometió con juramento darle todo lo que pidiese. 8 Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista. 9 Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen, 10 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre. 12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús”.

(5) Elías es honrado una vez más cuando aparece con Moisés y Jesús en le monte de transfiguración (Mat 17:3). Juan es honrado para siempre con las palabras de Jesús (Mat 11:11), “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista”.

— para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, — Malaquías condenaba el desorden de los judíos con respecto al matrimonio mixto (Mal 2:11) y el divorcio (Mal 2:14-16). Este desorden corrompía las relaciones familiares. Juan vino para restaurar todas las cosas (Mat 17:11) incluyendo el amor paternal y la buena relación entre padres e hijos. Al ser restaurados (convertidos) los padres deberían practicar el mandamiento de enseñar a sus hijos (Deu 6:6-7), y los hijos deberían honrar y obedecer a sus padres (Éxo 20:12; Efe 6:1-4).

Jesús habló claramente sobre el asunto del divorcio que destruye la relación familiar (Mat 5:32; Mat 19:9). Al mejorar relaciones familiares habría mejoramiento de condiciones sociales en general.

Si los padres e hijos son restaurados a Dios, serán restaurados los unos a los otros. Compárese Hch 4:32, “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma”. Es indispensable que todo cristiano estudie y practique los textos “unos a otros” que promueven la relación hermanable entre el pueblo de Dios. El primer ingrediente necesario para lograr este fin es nada menos que el genuino arrepentimiento. Cuantas personas se bautizan supuestamente para el perdón de sus pecados sin arrepentirse de ellos, sobre todo los pecados de odio, malicia, amargura, envidia, etc. (Gál 5:19-21)?

Algunos comentaristas creen que esta expresión (para hacer volver los corazones de los padres a los hijos) quiere decir que Juan iba a restaurar la relación quebrantada entre los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob y sus descendientes degenerados — Isa 29:22-23; Isa 63:16 (véase JWM).

— y de los rebeldes a la prudencia de los justos — Los desobedientes deberían abandonar sus caminos de rebeldía para imitar la prudencia de los justos (los que se someten a Dios).

— para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. — Juan era el “amigo del esposo” (Jua 3:28-29). El papel del “amigo del esposo” era hacer los preparativos para la boda. Pablo habla de la iglesia como la esposa de Cristo (2Co 11:2; Efe 5:26-27) y enseña que debe estar purificada y dispuesta en todo sentido para su esposo. Compárese 2Ti 2:21, “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” y 2Ti 3:16, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

él irá delante de Él. Luc 1:16; Jua 1:13, Jua 1:23-30, Jua 1:34; Jua 3:28.

con el espíritu. Mal 4:5, Mal 4:6; Mat 11:14; Mat 17:11, Mat 17:12; Mar 9:11-13; Jua 1:21-24; Apo 20:4.

y poder. 1Re 17:1; 1Re 18:18; 1Re 21:20; 2Re 1:4-6, 2Re 1:16.

de Elías. Mat 3:4, Mat 3:7-12; Mat 14:4.

para convertir los corazones. Luc 3:7-14; Mal 4:6.

y los rebeldes a la prudencia de los justos. Isa 29:24; Mat 21:29-32; 1Co 6:9-11.

para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. 1Sa 7:5; 1Cr 29:18; 2Cr 29:36; Sal 10:17; Sal 78:8; Sal 111:10; Amó 4:12; Hch 10:33; Rom 9:23; Col 1:12; 2Ti 2:21; 1Pe 2:9; 2Pe 3:11-14; 1Jn 2:28.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

con el espíritu y el poder de Elías: Juan fue el precursor del Mesías. Esta descripción nos hace recordar Malaquías Mal 3:1; Mal 4:5. El ministerio de Juan es paralelo al de Elías porque ambos llamaron a Israel al arrepentimiento (1Re 17:1-24; 1Re 18:1-46). La reconciliación que trae Juan implica la relación de Dios con uno mismo (cuando la gente regresa a la prudencia de los justos) y la relación de la gente unos con otros (cuando los padres vuelven a los hijos). Que Juan sea «Elías» no quiere decir que la esperanza de Elías esté agotada con Juan el Bautista. Tanto Juan como Jesús sugieren el regreso de un «Elías» al final de los tiempos (Mat 17:11, Mat 17:12; Jua 1:21). Juan es como Elías. Como suele ocurrir con los planes de Dios, hay un cumplimiento inicial y uno posterior que aún está por venir; ambos son distintos pero están relacionados.

un pueblo bien dispuesto: El pueblo preparado es aquel que Dios atrae para cumplir sus especiales propósitos. El paralelo más cercano del AT. se encuentra en 2Sa 7:24 (LXX), en donde el pueblo preparado se regocija en la esperanza de la promesa davídica, de manera que el pueblo bien dispuesto está compuesto de gente especial que Dios atrae para cumplir sus especiales propósitos. Las conexiones a la esperanza de David reaparecerán en Luc 1:31, Luc 1:32.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EL ESPÍRITU Y EL PODER DE ELÍAS. Juan se parecerá de muchas maneras al intrépido profeta Elías (véase Mal 4:5, nota). Debido a que está lleno del Espíritu Santo (v. Luc 1:15), Juan será un predicador de rectitud moral (Luc 3:7-14; Mat 3:1-10). Manifestará el ministerio del Espíritu Santo al predicar sobre el pecado, la justicia y el juicio (véase Jua 16:8, nota). Él volverá el corazón de «los rebeldes a la prudencia de los justos» (véase Mat 11:7, nota). No comprometerá su conciencia ni torcerá los principios bíblicos por su bienestar o seguridad (Luc 3:19-20; Mat 14:1-11). Obedecerá a Dios y permanecerá leal a toda verdad. En resumen, Juan será un «hombre de Dios».

DE LOS PADRES A LOS HIJOS. Uno de los peores pecados del pueblo de Dios en el AT había sido que los padres no habían amado a sus hijos lo suficiente como para enseñarles los caminos y mandatos de Dios (véase Mal 4:6; nota). Con la venida de Juan y el evangelio de Cristo, el corazón de los padres se volverá a los hijos.

(1) Esta es una afirmación clara que uno de los fines principales del evangelio es restablecer una buena relación entre padres e hijos. Mediante la predicación del arrepentimiento y el señorío de Cristo, los padres se volverán dedicados a sus hijos con una actitud de justicia.

(2) Si la iglesia actual deja de ser lo que Dios quiere que sea, una causa será que una vez más el corazón de los padres ha abandonado a sus hijos al dejar de amarlos, dedicarles tiempo, y enseñarles con diligencia la Palabra y las normas justas de Dios. Como resultado, los hijos rechazarán los caminos de Dios (Mal 4:6).

(3) Los siguientes son pasajes importantes relacionados con los padres y los hijos:

(a) la enseñanza a los hijos de la fidelidad a la voluntad de Dios: Éxo 10:2; Éxo 13:8; Deu 4:9-10; Deu 6:6-25; Deu 11:18-21; Sal 78:5-8; Isa 38:19; Joe 1:3; Efe 6:4; 1Ts 2:11;

(b) amor y corrección a los hijos: Sal 103:13; Pro 3:12; Pro 13:24; Pro 23:13-14; Mal 4:6; Luc 11:11-13; 2Co 12:14; Efe 6:4; Col 3:21; 1Ts 2:11; 1Ti 3:4-5; 1Ti 3:12; 1Ti 5:8; Tit 2:4; Heb 12:7;

(c) oraciones de los padres por los hijos: Gén 17:18; 2Sa 12:16; 1Cr 22:11-12; 1Cr 29:19; Job 1:5; Efe 3:14-19. Véase Jua 17:1, nota sobre una oración modelo de un padre por sus hijos; véase también el ARTÍCULO PADRES E HIJOS, P. 1716. [Col 3:21].

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

con el espíritu y el poder de Elías. Elías, como Juan el Bautista, fue conocido por su postura firme e invariable a favor de la Palabra de Dios, aun frente a las amenazas de un monarca desalmado (cp. 1Re 18:17-24; Mar 6:15). Los últimos dos versículos del AT (Mal 4:5-6) habían prometido el regreso de Elías antes del día del Señor. Vea las notas sobre Mat 3:4 ; Mat 11:14; Mar 9:11-12. para hacer volver los corazones. Cita de Mal 4:6, para mostrar que Juan el Bautista cumplió esa profecía. preparar. Una alusión posible a Isa 40:3-5 (vea las notas sobre Luc 3:4; Mat 3:3).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:17 E irá delante de él (como precursor, como el heraldo va delante del rey que se acerca) con el espíritu y el poder de Elías, — La palabra poder es otra palabra clave en Lucas. Se encuentra repetidas veces a través de Lucas y Hechos. Lo que el ángel Gabriel dice aquí se refiere a la profecía de Mal 4:5, “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”. Entre el pueblo de Israel había expectación viva del cumplimiento de esta promesa. Cuando Jesús preguntó a sus discípulos, “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?”, algunos dijeron, “Elías” (Mat 16:14).
Los mormones enseñan que Elías no ha venido todavía. Algunos suponen que la venida de Juan era solamente cumplimiento parcial de la profecía de Malaquías. Por ejemplo, dice el Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado (Vila-Escuain), al citar Mar 9:11-13, “Parece, por ello, que está bien claro que, como sucede con frecuencia, tenemos aquí dos cumplimientos sucesivos de la profecía de Mal 4:5-6 : el primero parcial, en la primera venida de Cristo; el otro total, su segunda venida. La ‘restauración de todas las cosas’ significa la instauración del glorioso reinado del Mesías (Hch 3:20-21)”.
Sin embargo, Jesús dice enfáticamente (Mat 11:13), “Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Jua 14:1-31 Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir”. Mat 17:10-13, “Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? 11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. 12 Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. 13 Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”.
Los discípulos comprendieron pero muchos “evangélicos” no comprenden porque están resueltos a predicar que Cristo todavía no ha establecido su reino y que lo hará cuando venga la segunda vez. Para “probar” sus teorías tuercen textos bíblicos.
Ahora bien, cuando preguntaron a Juan si él era Elías, dijo que no. Jua 1:19, “Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Deu 18:15; Deu 18:18. Y respondió: No. 22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías (40:3)”. Desde luego, Juan no era el Elías literal y físico, sino que vino “con el espíritu y poder de Elías”.
Juan sería semejante al profeta Elías. ¿De qué manera era semejante Juan a Elías?
(1) La vestimenta de Elías se describe en 2Re 1:8. “… tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón de cuero”. Compárese Mat 3:4, “Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos”. Jesús pregunta (Mat 11:8), “¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están”.
(2) En un tiempo de crisis Elías se escondió en un arroyo y fue alimentado por los cuervos (1Re 17:4). La comida de Juan era “langostas y miel silvestre” (Mat 3:4). Esto indica una vida rigurosa y austera, pero no como ascetas, sino que había mucho contacto entre ellos y el pueblo, pero como eran severos con su propia vida así también eran exigentes con los demás, predicando que deberían arrepentirse y volver a Dios.
(3) Elías se oponía al rey Acab por haber llevado al pueblo de Israel a adorar a los ídolos (los baales). El poder y espíritu de Elías se ve claramente en la prueba entre él y los profetas de Baal (1Re 18:20-40). Así también Juan se oponía al rey Herodes (Mat 14:3-4).
(4) El poder y espíritu de Elías se ve en su forma de hablar con Acab. Por ejemplo, 1Re 18:17, “Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? 18 Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales”. El poder y espíritu de Juan se ve en su forma de hablar con el rey Herodes quien le “había prendido… y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; 4 porque Juan le decía: No te es lícito tenerla”.
(5) El poder y espíritu de Elías se ve en su predicación. 1Re 18:21, “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él”. Juan mostró este mismo poder y espíritu diciendo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
(6) Como Elías denunciaba al pueblo de Israel en su apostasía, así también Juan denunciaba a los líderes de los judíos. Mat 3:7, “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego”.
(7) Otra semejanza entre Elías y Juan fue la oposición que sufrían de parte de las mujeres de los reyes que fueron denunciados por estos dos profetas. Jezabel, la mujer que dominaba al rey Acab, perseguía a Elías con el propósito de matarlo. Herodías, la mujer que dominaba al rey Herodes, estaba resuelta a matar a Juan.
Pero también había diferencias entre Elías y Juan.
(1) Para efectuar reformas Elías pidió que Dios castigara al pueblo con una severa sequía. Stg 5:17, “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 1Re 17:1; 1Re 18:1. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. 1Re 18:42-45.”. Juan no hizo tal cosa para efectuar reformas.
(2) Elías hizo milagros. Por ejemplo, para ayudar a la viuda de Sarepta. 1Re 17:16, “Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”. V. 17-24, cuando el niño de la viuda murió, Elías lo resucitó. Elías hizo otro milagro cuando el rey Ocozías envió a él un capitán con cincuenta hombres para hacerle descender de la cumbre del monte y Elías dijo, “Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta” (2Re 1:9-10). Lo mismo pasó con otros cincuenta que envió. Cuando los samaritanos no querían que Jesús y sus apóstoles pasaran por su territorio, Juan y Jacobo le preguntaron, “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?” (Luc 9:54).
Pero Juan no hizo milagros. Jua 10:41, “Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad”; es decir, aunque no hizo milagros, era un verdadero profeta de Dios porque lo que decía de Cristo era verdad.
(3) Elías no bautizaba a los que se arrepintieron, pero acerca del ministerio de Juan, Mat 3:5 dice, “Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados”.
(4) En cuanto al fin de sus vidas dice 2Re 2:11, “Y aconteció que yendo ellos (Elías y Eliseo) y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino”. Salió del mundo, pues, en una escena de gloria y majestad, pero la vida de Juan terminó de otra manera muy distinta: Mat 14:1-36, “5 Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta. 6 Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó a Herodes, 7 por lo cual éste le prometió con juramento darle todo lo que pidiese. 8 Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista. 9 Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen, 10 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre. 12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús”.
(5) Elías es honrado una vez más cuando aparece con Moisés y Jesús en le monte de transfiguración (Mat 17:3). Juan es honrado para siempre con las palabras de Jesús (Mat 11:11), “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista”.
— para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, — Malaquías condenaba el desorden de los judíos con respecto al matrimonio mixto (Mal 2:11) y el divorcio (Mal 2:14-16). Este desorden corrompía las relaciones familiares. Juan vino para restaurar todas las cosas (Mat 17:11) incluyendo el amor paternal y la buena relación entre padres e hijos. Al ser restaurados (convertidos) los padres deberían practicar el mandamiento de enseñar a sus hijos (Deu 6:6-7), y los hijos deberían honrar y obedecer a sus padres (Éxo 20:12; Efe 6:1-4).
Jesús habló claramente sobre el asunto del divorcio que destruye la relación familiar (Mat 5:32; Mat 19:9). Al mejorar relaciones familiares habría mejoramiento de condiciones sociales en general.
Si los padres e hijos son restaurados a Dios, serán restaurados los unos a los otros. Compárese Hch 4:32, “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma”. Es indispensable que todo cristiano estudie y practique los textos “unos a otros” que promueven la relación hermanable entre el pueblo de Dios. El primer ingrediente necesario para lograr este fin es nada menos que el genuino arrepentimiento. Cuantas personas se bautizan supuestamente para el perdón de sus pecados sin arrepentirse de ellos, sobre todo los pecados de odio, malicia, amargura, envidia, etc. (Gál 5:19-21)?
Algunos comentaristas creen que esta expresión (para hacer volver los corazones de los padres a los hijos) quiere decir que Juan iba a restaurar la relación quebrantada entre los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob y sus descendientes degenerados – Isa 29:22-23; Isa 63:16 (véase JWM).
— y de los rebeldes a la prudencia de los justos – Los desobedientes deberían abandonar sus caminos de rebeldía para imitar la prudencia de los justos (los que se someten a Dios).
— para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. – Juan era el “amigo del esposo” (Jua 3:28-29). El papel del “amigo del esposo” era hacer los preparativos para la boda. Pablo habla de la iglesia como la esposa de Cristo (2Co 11:2; Efe 5:26-27) y enseña que debe estar purificada y dispuesta en todo sentido para su esposo. Compárese 2Ti 2:21, “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” y 2Ti 3:16, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Mal 4:5-6; Sir 48:10; Mat 11:14; Mat 17:10-13.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Que significa: “Mi Dios Es Jehová”. J17,18,22(heb.): ’E·li·yá·hu.

(2) Véase Ap. 1D.

REFERENCIAS CRUZADAS

d 30 Mat 11:14; Mat 17:10

e 31 Mal 4:6

f 32 Isa 40:3

g 33 1Sa 7:3; Mal 3:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Para hacer volver los corazones de los padres a los hijos. Esta cita de Malaquías 4:6 enfatiza el papel profético de Juan el Bautista.

un pueblo bien dispuesto. El concepto de la preparación espiritual aparece con frecuencia en el A.T. (Ex 19:10, 11; 2 S 7:24; Is 40:3– 5). « Pueblo» (gr. laos) es un término favorito de Lucas; lo usa 35 veces, siempre en referencia a Israel como la nación escogida por Dios.

Fuente: La Biblia de las Américas

17 (1) Esto fue el cumplimiento de Mal_4:5 ( Mat_11:14 y la nota 1; Mar_9:11-13).

17 (2) Lit., en [la esfera de] la prudencia de los justos.

17 (3) O, consejo. La sabiduría es la perspicacia interna, mientras que la prudencia es la aplicación práctica de la sabiduría. Es por esto que prudencia podría traducirse consejo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

con el espíritu y el poder de Elías. Elías fue el austero profeta que reprendió al idólatra rey Acab (1Re 21:17-24). Predicó arrepentimiento, como la había de hacer también Juan el Bautista (Luc 3:8). Véanse las notas en Mat 11:14; Mat 17:11-12.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

padres a los hijos…Mal 4:5-6.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R679 El pronombre αὐτός se usa para expresar énfasis.

M76 Ἐν con φρονήσει se usa en lugar de εἰς con un acusativo (significa: con el pensamiento de, o de tal modo que tengan el pensamiento de -BD218; ¿o es intrumental? -T257). [Editor. La frase prepositiva se usa con un infinitivo que denota movimiento. En consecuencia, es preferible la sugerencia de Moule, Blass y Debrunner.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Mal 4:5-6.

Fuente: La Biblia Textual III Edición