Cuando entró a donde ella estaba, dijo: —¡Te saludo, muy favorecida! El Señor está contigo.
1:28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. — “La piedad y la teología cristianas han sacado de aquí todas las grandezas de María. Y con razón, pues, esta ‘llena de gracia’ será la madre de Dios” (Notas, Versión Nacar-Colunga). Según el clero romano, el ángel quería decir con esto que María era la más altamente privilegiada de todo ser humano, pues era la única persona humana que se había preservado inmaculada de la mancha del pecado original al momento de su concepción. También afirman que ella cooperaba tan perfectamente con Dios que a través de su vida nunca era culpable del pecado más pequeño (Life in Christ, Instructions in the Catholic Faith por Killgallon y Weber, pág. 51).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
¡Salve, muy favorecida! Dan 9:21-23; Dan 10:19; Luc 1:30; Ose 14:2; Efe 1:6.
el Señor es contigo. Jue 6:12; Isa 43:5; Jer 1:18, Jer 1:19; Hch 18:10.
bendita tú entre las mujeres. Luc 1:42; Luc 11:27, Luc 11:28; Jue 5:24; Pro 31:29-31; Mat 12:48.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
bendita tú entre las mujeres: María, al igual que todos los mortales, fue un instrumento bendito de la gracia de Dios, y no una dispensadora de esta. Ella tuvo un papel especial, tal como Juan el Bautista tuvo un llamado especial. Ella simplemente fue muy favorecida (v. Luc 1:30).
PERSPECTIVA
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Un viaje escabroso
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El viaje de María a las montañas de Judea (Luc 1:39) no fue un paseo placentero por un camino campestre. Debido a los peligros y dificultades que existían en el terreno, el apoyo de Elisabet y de su familia debieron ser sumamente importantes para ella.
El territorio montañoso por el que debió pasar, ofrecía cierta belleza escabrosa: El amarillo del desierto, una vista lejana del Mar Muerto, unas montañas de color rojo-violeta y, tal vez, unos pequeños bosquecillos de árboles frutales que crecen en terrazas falderas. Un camino principal sur a norte unía las principales ciudades de la región, Jerusalén en el norte y Belén, Bet-sur y Hebrón en el sur.
Más allá de eso, las montañas eran más bien yermas. Las laderas orientales eran un desierto impenetrable en su mayor parte, que se extienden de 16 a 24 kilómetros desde el punto más alto, 915 metros cerca de Hebrón, bajando hasta el Mar Muerto, el punto más bajo de la tierra con casi 400 metros bajo el nivel del mar (Jos 15:2). El amplio desierto sólo interrumpe su paisaje por los riscos y cañones, y unos cuantos fuertes y oasis, como en En-gadi (1Sa 23:29). Era el área ideal para fugitivos, rebeldes y ermitaños, pero no ciertamente para una mujer embarazada.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
¡SALVE, MUY FAVORECIDA! María fue favorecida sobre todas las mujeres al ser escogida como la madre de Jesús. Sin embargo, los escritores del NT nunca indican que haya de adorársele, de elevarse oraciones a ella o a dársele algún título especial. María merece respeto, pero sólo su Hijo merece adoración.
(1) Nótese que María fue escogida porque Dios la favoreció (cf. Gén 6:8). Su vida humilde y piadosa agradó a Dios a tal punto que la escogió para esa importantísima tarea (cf. 2Ti 2:21).
(2) La bendición de María no sólo le produjo gran alegría, sino también mucho sufrimiento y dolor (véase Luc 2:35), porque su hijo sería rechazado y crucificado. En este mundo el llamamiento de Dios siempre implicará bendición y sufrimiento, alegría y tristeza, éxitos y desilusiones.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
muy favorecida. Lit. «llena de gracia», un término empleado con referencia a todos los creyentes en Efe 1:6, donde se traduce «aceptos». Esto presenta a María como receptora y no dispensadora de la gracia divina.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. – “La piedad y la teología cristianas han sacado de aquí todas las grandezas de María. Y con razón, pues, esta ‘llena de gracia’ será la madre de Dios” (Notas, Versión Nacar-Colunga).
Según el clero romano, el ángel quería decir con esto que María era la más altamente privilegiada de todo ser humano, pues era la única persona humana que se había preservado inmaculada de la mancha del pecado original al momento de su concepción. También afirman que ella cooperaba tan perfectamente con Dios que a través de su vida nunca era culpable del pecado más pequeño (Life in Christ, Instructions in the Catholic Faith por Killgallon y Weber, pág. 51).
Las autoridades de la Iglesia Católica Romana han inventado muchas doctrinas que contradicen la Biblia, pero esto no les preocupa, porque creen que dicha iglesia es infalible. Dicen que “la iglesia” no puede enseñar error; por eso, María siempre era virgen. Si el católico tiene en su mano un libro amarillo y su iglesia dice que es negro, entonces el católico deja de creer que es libro amarillo y acepta que es libro negro.
(Aquí cabe decir que a menos que el miembro de la Iglesia Católica Romana sea infalible, no puede estar seguro que la Iglesia es infalible.)
¡Qué honor más grande para María que ella sería (y era) la madre de Jesús! Era mujer pura y piadosa con una fe humilde. Al oír toda la explicación del ángel, “Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra”. Seguramente María era muy favorecida y bendita. Seguramente era “bendita… entre las mujeres”. V. 41, “Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, 42 y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre”.
Sin embargo, no hay texto alguno que enseñe las teorías de los líderes católicos sobre este tema. El clero romana critica a los “protestantes” porque no honran a María. Se quejan diciendo que no se cantan himnos a María y que no se ofrecen oraciones pidiendo la intercesión de María (The Faith of Millions, p. 439). Preguntan, “¿Puede alguno esperar agradar aun a algún hijo terrenal por mostrar una falta de reverencia hacia su madre? … ¿Puede haber duda alguna de que Cristo todavía ama y reverencia a su Madre en el cielo?” (páginas 443, 444).
¿Por qué no se quejan los católicos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan? ¿Cuál de estos escritores hablan de María como “la Reina del Cielo”, “la madre del Cuerpo Místico de Cristo”, o “la Madre de Dios”? ¿Deshonraban a María estos cuatro escritores cuando omitieron estos términos católicos para describir a María? ¿Deshonraban los otros escritores a María? Después de Hch 1:14 María ni siquiera se menciona en todo el resto del Nuevo Testamento. ¿Pablo, Pedro y los otros deshonraban a María?
Sin embargo, 1Pe 4:11 dice que “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios”. Así tenemos que hacer con respecto a María. Aparte de lo que leemos en Mat 1:1-25; Mat 2:1-23 y Luc 1:1-80; Luc 2:1-52 vemos lo siguiente:
Jua 2:5, María dijo humildemente acerca de Jesús, “Haced todo lo que os dijere”.
Mat 12:46-50, Jesús enseñó que la relación más importante no es la física sino la espiritual. “Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. 47 Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. 48 Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre”.
Luc 11:27, “Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. 28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”. A pesar de este texto tan claro los autores católicos enseñan que es muy razonable creer que María ejercía gran influencia sobre Jesús.
Jua 19:26, Durante la crucifixión, “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”. Según Luis Padrosa, ex-sacerdote católico, “los comentaristas católicos han creído entender que Jesús entregaba a todos los hombres presentes, ausentes y futuros, a María como Madre. Y que a todos los hombres los encomendaba a María como hijos” (¿POR QUE DEJÉ EL CATOLICISMO, P. 77). Dicen esto aunque no hay texto bíblico que diga que algún discípulo conversaba con María, mucho menos que recibió ayuda, consejos, etc. de ella.
Obviamente si Cristo hubiera pensado dar a su madre algún papel especial en la iglesia, en este momento en la cruz, o después de resucitar de entre los muertos podía haber explicado tal comisión o tal puesto claramente a su madre y a los apóstoles. No dijo nada de tal cosa. Además, cuando Cristo resucitó de entre los muertos, que sepamos no había ninguna aparición especial a su madre. Al clero romano les debe extrañar mucho que en lugar de aparecer primeramente a su propia madre El apareció a María Magdalena. ¿No hubiera sido muy apropiado que apareciera primero a la “Madre de la Iglesia” y “Reina del Cielo”? Tales nombres mal representan y aun insultan a la verdadera María, madre de Jesús, de la cual la Biblia habla, porque ella era una mujer fiel, humilde, piadosa y sumisa a la voluntad de Dios.
Hch 1:14, (poco antes del día de Pentecostés), “Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 4 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos”. En esta ocasión María se menciona como uno de los discípulos de Jesús. No tenía comisión especial. No ocupó ningún lugar de prominencia. Dice P. Eliécer Salesman en su folleto titulado ¡Católico! Aprenda a Defender Su Religión, p. 29, que “Los Apóstoles sí necesitaron de la Virgen María. Ella los acompañaba y consolaba en sus reuniones después de la muerte de Jesús. La S. Biblia dice que ‘Los Apóstoles se reunían a orar con María, la Madre de Jesús’. (Hch 1:1-26; Hch 14:1-28). Y podemos estar seguros de que la honraban y consultaban como a la más buena de las madres y a la más sabia de las consejeras. Y los apóstoles valían más que nosotros”. Al hablar de María los autores católicos siempre saben más que las Escrituras.
La Biblia explica claramente que María recibió bendiciones. La Biblia no enseña que ella repartía y siempre repartirá bendiciones. Se debe recalcar que ella era como una vasija que recibió bendiciones; no era como una fuente que derramaba bendiciones. Aquí en la tierra María no hizo ningún milagro. ¿Cómo es que se habla de tantos milagros hechos en su nombre ahora?
Era “bendita” por causa de su Hijo extraordinario. La gloria de María estaba y está en Jesucristo.
Durante la infancia de Jesús Dios no trataba con María, sino con José (Mat 2:13-22). Lo envió a Egipto. Le llamó fuera de Egipto. Le dijo dónde vivir.
2Ti 4:4, “y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”. El clero romano ha inventado muchas tradiciones y fábulas acerca de María. Enseñan que debemos “honrar” a María, pero las fábulas de la Iglesia Católica Romana no honran a María. Más bien, le insultan y blasfeman, porque no hablan conforme a las palabras de Dios.
Errores enseñados por la Iglesia Católica Romana acerca de María:
A. Vida inmaculada. El clero romano enseña que María era perfecta, que nunca pecó. Este concepto erróneo de María coincide con su la idea de que era muy elevada sobre el nivel de otros. Ecl 7:29, “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque”. Esto era cierto antes de nacer María, pero Rom 3:23, “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Esto incluye a María.
B. La Concepción Inmaculada. Este error se basa en otro: la doctrina del pecado original. Si todos nacen con pecado original (heredado), entonces tienen problema serio, porque de esa manera Jesús habría nacido con pecado (lo habría heredado de su madre María). Por eso, para escapar de este dilema, inventaron la doctrina de que María nació sin pecado. La llamada Concepción Inmaculada no se refiere a la concepción de Jesús en el vientre de María, sino a la concepción de María en su madre, para que María naciera sin pecado original. El catolicismo es un laberinto de doctrinas contradictorias y absurdas. Para escapar de un dilema creado por ellos mismos inventan otro peor. Eze 18:20 claramente refuta la doctrina falsa del pecado original (pecado heredado): “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él”. Gén 8:21 dice, “el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud”; también Ecl 7:29, “Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones”.
C. La Virginidad Perpetua. El clero romano enseña que María no solamente era virgen cuando Jesús fue concebido, sino que siguió siendo virgen toda la vida. “Era apropiado, también, que la matriz que llevó al Hijo de Dios no llevara después un niño mero humano” (Killgallon y Weber, p. 51). El comentario de la Versión Nacar-Colunga (versión Católica) dice lo siguiente sobre Mat 1:25 : “La intención del evangelista está en Jesús y en su concepción virginal, sin decir nada de lo que a su nacimiento siguió. La virginidad de María después del nacimiento de Jesús tiene su fundamento en los evangelios; pero su demostración clara hay que buscarla en la tradición de la Iglesia”.
Si Dios hubiera escogido que María siempre fuera virgen, desde luego, sería completamente aceptable, pero no era la voluntad de Dios, como la Biblia claramente revela. ¿Por qué, pues, enseñan tal error? Porque quieren elevar a María a un nivel muy arriba del nivel de las demás mujeres en cuanto a su consagración a Dios. La quieren comparar con Jesús que llevó una vida totalmente consagrada a Dios. Creen que de esa manera ella anuncia “la misteriosa realidad del Reino anunciado por su Hijo, donde la sexualidad no será ya necesaria ni para la conservación de la especia (el autor quiere decir especie, wp) humana, ni para la expresión de un amor que allá será perfecto (Matthew 22,30)” (Católico: ¡Defiende tu fe!, por Dizán, Vásquez L, Editorial Camino, Chihuahua, Chih p. 79).
El clero romano cree que la imagen que han inventado de María no encaja con el concepto de ella como esposa (en el sentido regular) y madre de varios hijos. Por eso, enseña la doctrina de La Virginidad Perpetua de María, es decir, que aun después de nacer Jesús María siguió siendo virgen toda la vida. Esto contradice dos de los propósitos divinos del matrimonio: tener hijos y evitar fornicación (1Co 7:2). Los siguientes textos deben estudiarse con cuidado:
1. Mat 1:25, “Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS”. Obviamente Mateo dice que después de nacer Jesús, José y María tuvieron una relación normal como esposos. El clero romano niega esto. Enseñan que “no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito”, y que tampoco la conoció después de nacer Jesús, pero si el Espíritu Santo hubiera querido enseñar la doctrina de la Virginidad Perpetua de María, aquí mismo la habría afirmado. Fácilmente podría haber dicho (a través de Mateo) que “José recibió a su esposa María y nunca la conoció”. Pero no dijo tal cosa; más bien, dijo que “no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito”. Y si José “la conoció” (tuvo relaciones íntimas con ella), entonces ¿por qué negar que tuvieran hijos? Después de nacer Jesús, María nunca es llamada virgen. No es correcto ahora hablar de María como “la virgen María”. Esta es expresión católica porque ellos enseñan que María nunca dejó de ser virgen. Por eso siempre hablan de ella como la “Virgen María”.
2. Mat 12:46, “Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar”.
3. Mat 13:55, “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Jude? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros?”
Afirma el clero romana que “hermanos” quiere decir “parientes”, pero tal afirmación no tiene sentido. Hace burla del matrimonio de José y María y hace burla de Mat 12:46-47; Mat 13:55; Hch 1:14. Obsérvese que estos textos hablan de los hermanos de Jesús en conexión con la madre de Jesús. ¿Por qué hablar de María si estuviera hablando de los primos hermanos u otros parientes de Jesús?
D. Mediadora del Cielo. Las autoridades católicas citan Jua 19:25-27 y afirman que Jesús no estaba meramente proveyendo para el cuidado físico de su madre, sino que estaba explícitamente confirmando la posición de María como madre espiritual de toda la raza humana (Life in Christ, p. 131). Dicen que Dios la escogió para que cooperara en la obra de redimirnos, que requería que libremente y de todo el corazón María se uniera al sacrificio de su Hijo, y como siempre se sometió a la voluntad de Dios. Dicen que por medio de su completa identificación con y aceptación de el ofrecimiento que Cristo hizo de sí mismo en la cruz, María cooperaba en nuestra redención. Toda la gracia que Cristo ganó para nosotros por medio de su muerte en la cruz y la cual El aplica a los miembros de su Cuerpo Místico es repartida a través de la intercesión materna de María. Por eso, le llaman la madre del Cuerpo Místico de Cristo. También le llaman “Reina del Cielo y de la Tierra”, “Co-Redentora”, “Mediadora de Todas las Gracias”, “la Puerta al Cielo” y – blasfemia de blasfemias — la “Madre de Dios”. (Life in Christ, p. 132-134; véase también The Glories of Mary por Alfonso Liguori; estos libros llevan el Impramatur de las autoridades de la Iglesia Católica Romana).
Sin embargo, Jesús dice (Jua 14:14), “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”; 16:23, “todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará”. 1Jn 2:1, “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. Cristo es nuestro único abogado, pero el clero romano habla de María como abogada (Life in Christ, p. 136).
Al leer el texto vemos que, por el contrario, no había nada de eso en las palabras de Jesús. En realidad si hubiera pensado en elevar a su madre como Reina del Cielo, seguramente ese momento habría sido el momento oportuno para hacerlo.
E. La Asunción de María. Afirman que María fue llevada, cuerpo y alma, al cielo, que Dios no permitió que su cuerpo sufriera la corrupción (lo cual, según la teología romana, es lo que pasa con todos a consecuencia del pecado original). Cuando llegó al cielo fue coronada como Reina de los Santos y Angeles” (The Faith of Millions, p. 452). Es importante enfatizar que este dogma (la supuesta asunción de María) tuvo su origen apenas en el año 1950. Según el clero romano todo católico tiene que creer toda doctrina de la iglesia bajo pena de excomunión. ¿Qué pasa, pues, con los que murieron antes del año 1950 que no creyeron esta doctrina? Además la doctrina de la infalibilidad del papa tuvo su origen en el año 1874. Muchos millones de católicos vivieron y murieron sin creer que el papa es infalible, pero desde 1874 todo católico tiene que creerlo.
F. La Devoción a María. No le gusta al clero romano que se diga “adorar”; más bien, ellos prefieren la palabra “devoción” y aun se atreven a usar la palabra “venerar”. Según el diccionario Larousse la voz “venerar” significa “respetar en sumo grado, o dar culto (énfasis mío, wp)”. Esta definición es confirmada por la práctica de la gente. Todos saben que María ocupa primer lugar en el corazón de muchos millones de católicos. Esto se demuestra de muchas maneras – los santuarios (sean grandes catedrales o pequeñas capillas en las aldeas), los altares más adornados y elegantes, las estatuas, los rezos de la gente, etc. Todos saben de los que van de rodillas por kilómetros hacia una estatua de María para caer postrados delante de ella para pedir bendiciones, sanidad, etc. Esto es mucho más que “honrar” a María.
De toda la literatura católica que se puede recoger, por ejemplo en hospitales católicos o en capillas militares, los libros y folletos acerca de María son los más numerosos. El Rosario contiene 150 “Ave Marías”. Esta es la oración principal del Rosario – ¡ se repite 150 veces! (Véase The Rosary My Treasure, p. 35-42, publicado por el Benedictine Convent de Adoración Perpetua). “En el Ave María los católicos le decimos a la Virgen: ‘Ruega por nosotros, pecadores’. De esa forma, de muchas otras, le pedimos a la Virgen su intercesión, su ayuda y su protección” (Católico, ¡Defiende tu fe!” p. 73.). Según este libro que lleva el Imprimatur de la Iglesia Católica Romana, los católicos no solamente piden que María ruega por ellos, sino que les ayuden y que les protejan; es decir, no hay diferencia entre lo que piden de María y lo que otros piden de Dios.
En todos los escritos católicos María es llamada “la Madre de Dios”. Los escritores católicos citan Luc 1:48, “desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones” y desde este texto brincan a la conclusión de que por eso todos deberían llamarle la “Madre de Dios”, pero esta conclusión no es bíblica sino humana. La Biblia nunca dice tal cosa. Para defenderse el clero romano inmediatamente defiende la Deidad de Jesús y ataca a los que la niegan (p. ej., Nestorio, Siglo V y los “testigos” del Atalaya).
Para probar que María no tenía más hijos, autores católicos se aprovechan de cierta confusión que existe en cuanto a la identidad de los padres y madres de algunos apóstoles que llevaban nombres como los de los hermanos de Jesús (Mat 13:55; Mat 27:56; Mat 27:61; Luc 24:10; Mar 15:47; Jua 19:25). Luego dan mucho hincapié al hecho de que Jesús no encomendó a su madre a sus hermanos, sino a Juan el apóstol (Jua 19:26-27), pero no hay evidencia de que sus hermanos carnales creyeran en El antes de su resurrección.
Veamos el contraste entre el concepto católico y lo que Jesús dice en Luc 11:27, “Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. 28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”. Esta mujer quería honrar grandemente a María. ¿Por qué no aprovechó Jesús esta ocasión para explicar que María sería Mediadora, Reina del Cielo, etc.?
María no es honrada por estas falsas doctrinas. Más bien es lenguaje muy insultante y blasfema contra ella y contra Cristo, el único Mediador (1Ti 2:5); es decir, con todo lo que los católicos dicen y practican con respecto a María en su profesión de honrarla, glorificarla y aun venerarla, hacen lo contrario. ¡La desprecian! Porque la enseñanza de la Iglesia Católica Romana con respecto a María no es verdad, sino una serie de mentiras. Es muy importante que todo católico entienda que al practicar la doctrina de la Iglesia Católica Romana con respecto a María están despreciando a María.
¿Cómo habla la Palabra de Dios de María? (1) “María, la madre de Jesús”; (2) “la madre de mi Señor”; (3) el ángel dijo a José, “María tu mujer”; (4) el ángel dijo a María, “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres” (5) Jua 19:26, “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”; Si Cristo hubiera pensado en exaltar a su madre para ser mediadora en la iglesia, seguramente habría sido apropiado anunciarlo en este momento al apóstol amado. (6) Hch 1:14, “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos”. Esta es la última mención de María en la Biblia. Es poco antes del establecimiento del reino (la iglesia). Ahora más que nunca hubiera sido importante e incluso indispensable que los apóstoles explicaran que María sería exaltada a un puesto sumamente importante en la iglesia, para oír las oraciones y súplicas que la gente haga en su nombre y para interceder por ellos ante el trono de Dios pero, por el contrario; aquí está, humildemente ocupando su lugar entre el pequeño grupo de discípulos esperando el cumplimiento del plan de Dios.
María era altamente favorecida al ser escogida para ser la madre de Jesús, pero ella no era la madre de su Deidad (cosa imposible, pues siendo Dios era eterno).
José y María vivieron como esposos y tuvieron varios hijos. Mat 1:24-25; Mat 12:46; Mat 13:55; Hch 1:14. No hay la más mínimo insinuación de la supuesta “virginidad perpetua” de María. Esto es insulto contra su honrada maternidad.
No es correcto hablar de María como “la virgen María”. Era virgen cuando concibió y dio a luz a Jesús, pero entonces ella y José tuvieron más hijos. Mat 1:24, “José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS”. Este texto implica clara y enfáticamente que sí la conoció después de nacer Jesús.
Fuente: Notas Reeves-Partain
— El Señor está contigo: Numerosos mss., algunos de cierto valor, añaden: Dios te ha bendecido más que a ninguna otra mujer.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Jos 1:5+; Sof 3:14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Véase Ap. 1D.
REFERENCIAS CRUZADAS
s 46 Mat 26:49; Mar 15:18; Jua 19:3
t 47 Jer 1:19
u 48 Jue 5:24
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
28 super (1) Algunos mss. añaden: Bienaventurada entre las mujeres.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
¡muy favorecida! = colmada de favores. El término sólo se usa en todo el NT aquí y en Efe 1:6, donde se dice de todos los creyentes que están colmados de favores o de gracia (cp. RV 1977).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
dijo… M↓ añaden el ángel; TR añade bendita tú entre las mujeres.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
MT183 No hay nada concluyente que indique que en la última parte de este versículo se implique una forma imperativa, optativa o indicativa del verbo copulativo. [Editor. Parece que el texto está a favor de que es una declaración simple en indicativo: El Señor está contigo.]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, ricamente bendecida
O, sea
Algunos mss. antiguos no incluyen: bendita … mujeres
Fuente: La Biblia de las Américas
M i añaden el ángel.
1.28 Lit. Alégrate.
1.28 El TR añade bendita tu entre las mujeres.
§ De hecho, aquí el ángel usa el saludo habitual de esta época, que literalmente significaba “alégrate,” pero en realidad era equivalente a decir “Hola.” Incluso las traducciones modernas tienen dificultades con este texto, cuando el ángel dice: “Ave, mujer favorecida” o “Saludos, oh favorecida,” de las cuales ninguna parece ser adecuada particularmente aquí. Por otro lado, un ángel que llega y dice “Hola” tampoco es apropiado en el texto…
Fuente: La Biblia Textual III Edición
Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento