Biblia

Comentario de Lucas 14:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 14:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero ellos callaron. Entonces él le tomó, le sanó y le despidió.

14:4 Mas ellos callaron (guardaron silencio, LBLA). — Ellos bien sabían que el sanar en el día de reposo no era prohibido por la ley de Moisés.

En cuanto a la tradición de los ancianos, enseñaban que se podía sanar solamente si la persona estuviera en peligro de morir. Sin embargo, no podían contestar los argumentos de Jesús sobre el asunto en otras ocasiones (6:6-11; 13:10-17), y ahora El presenta otro argumento semejante que no se atreven a contestar.

Callaron porque si le hubieran contestado afirmativamente, habrían violado sus tradiciones, pero si le hubieran contestado negativamente habrían negado la misericordia. Su silencio indicó que ellos reconocieron su dilema.

— Y él, tomándole, le sanó, y le despidió. — Obviamente este hombre no era huésped, sino solamente uno de los que presenciaban tales fiestas (compárese 7:37).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Mat 21:25-27; Mat 22:46.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

callaron: No responder puso de manifiesto su duda para entablar un diálogo. Entonces Jesús sanó al hombre en su presencia.

 EN CONTEXTO

Guardar el día de reposo

Se sana a un hombre lisiado; se sana a un hombre que sufre de hidropesía. Muchos se regocijarían al restaurarse la salud y se maravillarían del poder de Jesús sobre la enfermedad. Pero los fariseos o estaban furiosos (Luc 6:11) o desaprobaban esos hechos en silencio (Luc 14:4) ¿Por qué?

Para los líderes judíos en los días de Jesús, sanar en el día del reposo era un sacrilegio. Consideraban que obrar sanidad eran una forma de trabajar y los Diez Mandamientos prohibían claramente cualquier tipo de trabajo en el día de reposo (Éxo 20:8-11; Deu 5:12-15). El día de reposo era sagrado, exclusivo para Dios. Tal como los israelitas tenían ordenado diezmar una parte de sus ganancias para Dios, debían darle parte de su tiempo también. Romper el día del reposo constituía una falta grave en donde se exigía la pena de muerte para aquellos que la ignoraban (Éxo 31:14, Éxo 31:15; Éxo 35:2).

Durante el período del segundo Templo (515 a.C d.C los escribas y rabinos seguían minuciosamente las palabras de las Escrituras, interpretando cada detalle. ¿Qué constituía «trabajo» durante el día de reposo? ¿Qué podía considerarse «lícito»? De acuerdo a la Ley, no se permitía llevar cargas el día de reposo. Esto implicaba especificar y definir el significado de «carga». A primera vista, los escribas tenían buenas razones para interpretar la Ley: No querían que nadie la quebrara inadvertidamente. Pero estas interpretaciones daban mayor énfasis al apego externo a la Ley en vez de cultivar una actitud sumisa frente al Señor. La obediencia perfecta a la Ley y su interpretación se volvió un motivo de orgullo más que una expresión tangible de amor a Dios. Durante los días de Jesús, los rabinos y escribas se pusieron tan estrictos que acusaron a los discípulos de Jesús de romper el día del reposo porque simplemente arrancaron algunos granos, los restregaron en las manos y los comieron mientras caminaban por un sembradío (Luc 6:1, Luc 6:2).

El que Jesús sanara a los enfermos el día de reposo hacía enardecer a los maestros de la Ley. Era obvio para ellos que el sanar fuera considerado trabajo y, por lo tanto, prohibido por el cuarto mandamiento (Deu 5:14). Pero para Jesús era cosa de tener sentido común y de hacer buenas obras. Jesús puso de manifiesto la hipocresía de los rabinos con el ejemplo del buey que cae a un pozo. Los fariseos habrían permitido que se rescatase a un buey de un pozo, pero prohibían que rescatara a un ser humano. El enojo por los milagros de sanidad de Jesús provenía de su propia interpretación de la Ley y no de la Ley en sí. Los escribas y los rabinos habían estudiado detenidamente las leyes; las habían clasificado y definido en cada detalle y hasta en lo más mínimo, pero se habían olvidado de lo más importante. El Señor dio la Ley para alentar a los israelitas a amarlo y a amar a los demás (Mar 12:30, Mar 12:31). Él nunca había prohibido el hacer el bien durante el día del reposo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

14:4 Mas ellos callaron (guardaron silencio, LBLA). – Ellos bien sabían que el sanar en el día de reposo no era prohibido por la ley de Moisés.
En cuanto a la tradición de los ancianos, enseñaban que se podía sanar solamente si la persona estuviera en peligro de morir. Sin embargo, no podían contestar los argumentos de Jesús sobre el asunto en otras ocasiones (6:6-11; 13:10-17), y ahora El presenta otro argumento semejante que no se atreven a contestar.
Callaron porque si le hubieran contestado afirmativamente, habrían violado sus tradiciones, pero si le hubieran contestado negativamente habrían negado la misericordia. Su silencio indicó que ellos reconocieron su dilema.
— Y él, tomándole, le sanó, y le despidió. – Obviamente este hombre no era huésped, sino solamente uno de los que presenciaban tales fiestas (compárese 7:37).

Fuente: Notas Reeves-Partain

tomándolo… Lit. habiéndolo tomado.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

T39 La tendencia normal del escritor griego (especialmente de un escritor estilista) era la de omitir la repetición de pronombres personales (αὐτόν no se repite en este versículo).

BD170(2) El verbo ἐπιλαμβάνομαι por lo general toma un complemento directo en genitivo. El uso del acusativo en este caso sólo es una aparente excepción; el acusativo realmente pertenece al verbo ἰάσατο, del cual depende el participio.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. habiéndolo tomado.

Fuente: La Biblia Textual III Edición