Comentario de Lucas 1:46 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y María dijo: —Engrandece mi alma al Señor;

1:46 Entonces María dijo: Engrandece (Latín: Magnificat) mi alma al Señor; 47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. 48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva (“La desposada de un carpintero, y sin embargo la futura madre del Mesías” ATR) ; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones (véanse notas arriba bajo el v. 28) . 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

1Sa 2:1; Sal 34:2, Sal 34:3; Sal 35:9; Sal 103:1, Sal 103:2; Isa 24:15, Isa 24:16; Isa 45:25; Isa 61:10; Hab 3:17, Hab 3:18; Rom 5:11; 1Co 1:31; 2Co 2:14; Flp 3:3; Flp 4:4; 1Pe 1:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Engrandece: Este término proporciona la fuente para el nombre de este himno, el «Magnificat», que se origina de la traducción de la Vulgata Latina. Este himno es de enfoque personal en los (vv. Luc 1:46-49), mientras que en los (vv. Luc 1:50-55) se vuelve hacia los principios según los cuales Dios actúa. Es un salmo declaratorio de alabanza, puesto que María elogia a Dios por lo que ha hecho. Este himno es uno de los cuatro que se encuentra en Luc 1:1-80 y Luc 2:1-52, los otros se encuentran en Luc 1:67-79; Luc 2:14; Luc 2:29-32.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Magnificat de María (esta es la primera palabra en la traducción latina, vea las notas sobre los vv.Luc 1:68-79; Luc 2:29-32). Esta expresión de alabanza de María está llena de alusiones y citas al AT. Revela que el corazón y la mente de María estaban saturados con la Palabra de Dios. También hace ecos reiterados a las oraciones de Ana, p. ej. Lc. 1Sa 1:11; 1Sa 2:1-10. Estos versículos contienen alusiones numerosas a la ley, los salmos y los profetas. Todo el pasaje es una recitación punto por punto de las promesas de pacto dadas por Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:46 Entonces María dijo: Engrandece (Latín: Magnificat) mi alma al Señor; 47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. 48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva (“La desposada de un carpintero, y sin embargo la futura madre del Mesías” ATR) ; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones (véanse notas arriba bajo el v. 28) . 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,

Fuente: Notas Reeves-Partain

UN HIMNO MARAVILLOSO

Lucas 1:46-56

Entonces dijo María:
– Con toda mi alma proclamo la grandeza de Dios, y mi espíritu se deleita en mi Dios y Salvador;porque ha condescendido a fijarse en esta su sierva, aunque es tan humilde mi condición. Desde ahora en adelante todos los que han de nacer me tendrán por bienaventurada, porque el Todopoderoso ha hecho maravillas conmigo, ¡santo es su Nombre!

Su misericordia acompaña en todas las edades a los que le honran con temor reverente.

Con su diestra ha obrado maravillas: ha dispersado a los arrogantes con todos sus proyectos, ha arrojado de sus tronos a los poderosos, y ha exaltado a los humildes; ha saciado a los hambrientos con alimentos deliciosos, y ha despachado a los ricos con las manos vacías. Ha venido en ayuda de su siervo Israel. Ha cumplido la promesa que había hecho a nuestros antepasados, cuando se comprometió a no desentenderse en su misericordia de Abraham y de sus descendientes nunca jamás.

Y se quedó María con Elisabet unos tres meses, y luego se volvió a su casa.

Este pasaje se ha convertido en uno de los grandes himnos de la Iglesia, el Magníficat. Nos recuerda a los Salmos del Antiguo Testamento, y se parece especialmente al cántico de Ana, de 1S 2:1-10 . Alguien la dicho que «la religión es el opio del pueblo»; pero Stanley Jones ha dicho que «el Magníficat es el documento más revolucionario del mundo.» Habla de tres de las revoluciones de Dios.

(i) Ha dispersado a los arrogantes con todos sus proyectos. Esta es la revolución moral. El Evangelio es la muerte del orgullo. ¿Que por qué? Porque si uno coloca su vida al lado de la de Cristo, se le hacen añicos los últimos vestigios de orgullo.

A veces le sucede a uno algo que arroja una brillante y reveladora luz que le descubre su vergüenza. O. Henry cuenta en una historia corta lo que le pasa a un chico que se había criado en una aldea. En la escuelita se solía sentar al lado de una chica, y se gustaban. Luego él se fue a la ciudad y fue cayendo bajo. Se hizo carterista y ladronzuelo. Un día le dio el tirón a una anciana. Se le dio bien y se sentía satisfecho. Pero entonces vio bajar por la calle a la chica que había sido su compañera, que irradiaba el encanto de la inocencia. Y de pronto se vio a sí mismo tal como era de indigno y despreciable. Ardiendo de vergüenza apoyó la cabeza en el hierro frío de una lámpara de la calle, y se dijo: «¡Dios mío, quisiera morirme!» Se había visto a sí mismo.
Cristo hace que nos veamos a nosotros mismos. Eso le da el golpe de muerte al orgullo. Así empieza la revolución moral.

(ii) Ha arrojado de sus tronos a los poderosos, y ha exaltado a los humildes. Esta es la revolución social. El Evangelio pone fin a las etiquetas y al prestigio del mundo.

Mureto fue un filósofo ambulante de la Edad Media, y era muy pobre. Se puso enfermo en un pueblo de Italia, y le llevaron al hospital para vagabundos y desamparados. Los médicos estaban discutiendo su caso en latín, suponiendo que él no los entendía. Sugerían que, ya que se trataba de una persona tan despreciable, podían usarle para experimentos. Mureto levantó la mirada y les dijo en su propia lengua culta: «No llaméis despreciable a nadie por quien Cristo murió.»
Cuando nos damos cuenta de lo que Cristo hizo por todas las personas, ya no queda ninguna que podamos considerar despreciable. Las categorías sociales desaparecen.

(iii) Ha saciado a los hambrientos con alimentos deliciosos, y ha despachado a los ricos con las manos vacías. Esta es la revolución económica. Una sociedad no cristiana es una sociedad adquisitiva en la que cada cual va a acaparar todo lo que pueda. Una sociedad cristiana es aquella en la que nadie querría tener demasiado mientras otros tienen demasiado poco, en la que cada uno necesita tener sólo para poder dar.

El Magníficat tiene su propio encanto, pero hay dinamita en ese encanto. El Evangelio genera una revolución en cada persona, y en el mundo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— ensalza al Señor: Este precioso himno, puesto en boca de María, está lleno de alusiones y reminiscencias procedentes del AT. Es una especie de salmo al más puro estilo bíblico. Sobre todo se inspira en el cántico de Ana de 1Sa 2:1-10.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Mi alma engrandece.” Lat.: Ma·gní·fi·cat á·ni·ma mé·a.

(2) Véase Ap. 1D.

REFERENCIAS CRUZADAS

o 69 1Sa 2:1; Sal 34:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

A este pasaje se le ha dado el nombre de el Magníficat. Este nombre se deriva del latín y significa « engrandecer» . Es un maravilloso himno de alabanza al Mesías y es parecido al canto de Ana en 1 S 2:1– 10. Tiene cuatro partes: alabanza inicial (vers. 46, 47); acción de gracias por la misericordia de Dios a María (vers. 48– 50); declaración de profundos cambios en el orden social (vers. 51– 53) y concluye con una alabanza por la misericordia de Dios para Israel (vers. 54– 55).

Fuente: La Biblia de las Américas

46 super (1) La alabanza poética de María está compuesta de muchas, citas del Antiguo Testamento, lo cual indica qué era una mujer piadosa, apta para ser un canal para la encarnación del Salvador, y que Jesús crecería en una familia llena del conocimiento y del amor de la santa Palabra de Dios.

46 super (2) María magnificó al Señor alabándole, con base en la experiencia que tenía de Dios. como su Salvador por medio de la misericordia eterna de El (vs.47-50), y en su observación de la experiencia que otros habían tenido de las acciones misericordiosas: y fieles de Dios (vs.51-55). Su alabanza, en contenido y nivel, es como algunos de los salmos del Antiguo Testamento. Sin embargo, ella no dijo nada con respecto a Cristo, a diferencia de la bendición de Elisabet (vs. 41-43) y de la profecía que dio Zacarías (vs. 67-71, 76-79) por el Espíritu Santo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Frecuentemente llamado «el Magnificat», por la primera palabra de la versión latina. Hay en este poema 15 citas discernibles del AT, mostrando lo mucho que el AT era conocido y amado en la casa en que fue criado el Señor Jesús.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Estos versículos contienen el famoso himno de alabanza que la Virgen María pronunció animada de la esperanza de llegar á ser «la madre de nuestro Señor.» Después de la Oración Dominical, tal vez, pocos pasajes de la Escritura son mejor conocidos que este.
Observemos, en primer lugar, el conocimiento completo de la Escritura que se deja ver en este himno. Al leerle nos vienen á la memoria expresiones del libro de los Salmos, y nos acordamos sobre todo del cántico de Ana, en el libro de Samuel. 1 Sam. 2.2, etc. Es evidente que la Virgen tenía en la memoria muchos pasajes de la Escritura. Sin duda había aprendido mucho de lo que contiene el Antiguo Testamento, ya porque lo había oído leer, ó porque lo había leído ella misma. Y así fue, que cuando por la exuberancia de su corazón abrió la boca, dio expresión á sus sentimientos en lenguaje bíblico. Movida del Espíritu Santo, prorrumpió en alabanzas, y escogió el lenguaje que el Espirito Santo había ya usado y consagrado.
Cada año de nuestra vida hagamos todo lo que esté de nuestra parte por instruirnos más y más en las Escrituras. Estudiémoslas, escudriñémoslas, profundicémoslas, meditemos en su contenido, que moren en nosotros en su riqueza. Empeñémonos en adquirir conocimiento de aquellas partes de la Biblia que, como el libro de los Salmos, se refieren á la vida y costumbres de los santos y los tiempos antiguos. Las hallaremos muy útiles al acercarnos Dios en la oración, pues ella nos suministrará el lenguaje mas adecuado tanto para expresar nuestras necesidades como para dar gracias. Sin duda que tal conocimiento de la Biblia nunca puede hacerse sin un estudio diario constante. Mas el tiempo que se dedique á este estudio nunca será mal empleado. Con el tiempo dará frutos.
Observemos, en segundo lugar, en este himno de alabanza, la profunda humildad de la Virgen María. Elegida por Dios para el alto honor de ser madre del Mesías, habla de su propia «bajeza,» y reconoce la necesidad de un «Salvador.» No deja escapar una sola palabra que indique que se considerase como sin pecado, ó «inmaculada.» Por el contrario, usa el lenguaje de aquellos á quienes la gracia de Dios ha hecho sentir sus propios pecados; y fue lejos de tener poder para salvar á otros, sus almas necesitan Un Salvador. Podemos sin riesgo asegurar, que nadie se apresuraría de mejor grado que la misma Virgen María, á reprobar el honor que la iglesia de Roma le tributa.
Imitemos esta santa humildad de la madre de nuestro Señor, Aunque tengamos que rehusar perentoriamente hacerle súplicas, ó mirarla como mediadora.
Como ella, seamos humildes á nuestros propios ojos, y huyamos de la vanagloria. La humildad es la virtud más excelente que puede adornar el carácter del cristiano. El dicho de un. Teólogo de otros tiempos que «uno tiene exactamente tanta religión cuanta es su humildad» es muy cierto. Es de todas las virtudes la que mas enaltece la naturaleza humana, y sobre todo está al alcance de todos los convertidos. No todos son ricos, no todos son doctos; no todos han sido dotados por Dios de talentos sobresalientes; no todos son predicadores; mas todos los hijos de Dios pueden estar revestidos de humildad.
Observemos, en tercer lugar, la viva gratitud de la Virgen María. Sobresale especialmente al principio del himno. Su «alma engrandece al Señor Su «espíritu se ha alegrado en Dios.» «Todas las generaciones la llamarán bienaventurada.» «Grandes cosas ha hecho con ella.» Difícil es comprender todos los sentimientos que naturalmente debieron animar á una santa de Judá, al verse en la posición de María; mas debemos tratar de traer á la memoria la expresión de ellos cuando leamos sus palabras de alabanza.
También haremos bien en este asunto en seguir las huellas de María, acostumbrándonos á ser agradecidos. Este ha sido en todos tiempos el distintivo de los hijos más notables de Dios. David en el Antiguo Testamento, y S. Pablo en el Nuevo, se distinguieron por su gratitud. Rara vez leemos sus obras sin hallarlas llenas de gracias y alabanzas dirigidas á Dios. Levantémonos todas las mañanas con la convicción profunda de que somos deudores, y de que cada día recibimos mas mercedes de las que merecemos. Dirijamos los ojos cada semana en torno nuestro, y veamos si no tenemos demasiado porque estar agradecidos á Dios. Si nuestros corazones son puros, nunca tendremos dificultad en erigir un Ebenezer. Bueno seria que nuestras oraciones y súplicas estuviesen siempre acompañadas de acciones de gracias. 1 Sam. 7.12 ; Filip. 4.6.
Observemos, en cuarto lugar, el conocimiento experimental que la Virgen María poseía del modo como Dios había obrado con su pueblo. Se refirió á Dios como á Aquel cuya » misericordia es sobre los que le temen,» como Uno que » esparce á los soberbios, que quita á los poderosos de sus tronos, y envía á los ricos vacíos,» como á Aquel que «levanta á los humildes,» é hinche de bienes á los hambrientos. Indudablemente dijo esto recordando la historia del Antiguo Testamento; recordando cómo el Dios de Israel abatió á Faraón, á los Cananeos, á los Filisteos, á Senaquerib, Haman y Baltasar; cómo elevó á José, Moisés, Samuel, David, Ester y Daniel, y jamás permitió que sus escogidos fuesen completamente destruidos. Y en todo lo que hizo Dios con ella misma–en conferir tal honor á una pobre mujer de Nazaret–en nacer que naciera el Mesías en terreno tan estéril como era en esa época el pueblo Judío ella descubría la mano de Dios obrando de acuerdo con la alianza había hecho con Israel. El cristiano verdadero debe dedicarse al estudio de la historia de la Biblia, examinando la vida de personaje en particular. Examinemos frecuentemente «las huellas del rebaño.» Cant. 1.8. Este estudio nos hará más manifiesto como es que Dios obra con Su pueblo. él es inmutable, por consiguiente es probable que obre con él en lo venidero como obró en otros tiempos. Tal estudio nos enseñará qué deberemos esperar, moderará las esperanzas infundadas, y nos animará cuando estuviéramos abatidos. Feliz la persona cuya mente está bien, de ese conocimiento.
Observemos en conclusión la confianza firme que tenia la Virgen en las promesas de la Biblia. Acaba su himno de alabanza declarando que Dios, » ha socorrido á Israel su siervo, acordándose de su misericordia, á Abrahán y á su simiente para siempre,» y que ha obrado » como habló á nuestros padres.» Estas palabras demuestran claramente que ella se acordaba de la promesa hecha á Abrahán: » En ti serán benditas todas las naciones de la tierra ;» ,y que, estando cercano el nacimiento de su Hijo, veía que esta promesa estaba para cumplirse.
Aprendamos del ejemplo de esta santa mujer á asirnos con firmeza de las promesas de la Biblia, pues esto es de la mayor importancia para conservar nuestra paz interior. Las promesas, en realidad, son el maná que hemos de comer, y el agua que hemos de beber diariamente, en nuestra peregrinación por el desierto de este mundo. No vemos aun todas las cosas sometidas á nuestro dominio estamos contemplando aun á Cristo, ni el cielo, ni el libro de vida, ni las mansiones preparadas para nosotros. Andamos por la, fe, y esta fe se apoya en las promesas. Mas este apoyo no es débil, puede resistir todo el peso que sobre él pongamos. Veremos algún día, lo mismo que la Virgen María, que Dios cumple palabra, y que á su debido tiempo ejecutará infaliblemente lo que ha dicho.

Fuente: Los Evangelios Explicados

dijo…1Sa 2:1-10.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

g 1Sa 2:1-10.

Fuente: La Biblia Textual III Edición