Ningún siervo puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
16:13 Ningún siervo puede servir a dos señores; — (“No dice ‘no debéis’ sino ‘no podéis’”. Es como tratar de virar a la izquierda y a la derecha al mismo tiempo. Algunos lo han intentado: Ananías y Safira, Demas, Judas. No resulta” GH). En este contexto los dos señores son Dios y el Mamón. Es posible profesar que Dios es nuestro Señor y de corazón servir a Mamón, pero si alguno hace esto se engaña solo porque no puede tener dos verdaderos señores. — porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Gr. [Mamón.] — Mamón (la personificación de las riquezas) es otro maestro. Está en competencia con Dios. Es imposible psicológicamente amar a los dos al mismo tiempo. “Ello tendría que entenderse como de un servicio simultáneo a señores cuyas exigencias son incompatibles las del uno con las del otro … Estos son, eminentemente dos señores que demandan, cada uno, la devoción total del hombre” (GRB).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Ningún siervo puede servir a dos señores. Luc 9:50; Luc 11:23; Jos 24:15; Mat 4:10; Mat 6:24; Rom 6:16-22; Rom 8:5-8; Stg 4:4; 1Jn 2:15, 1Jn 2:16.
aborrecerá al uno. Luc 14:26.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y A LAS RIQUEZAS. Las riquezas del mundo hacen que sea muy difícil mantener a Dios como el centro de la vida. Para más información sobre el tema, véase el ARTÍCULO LAS RIQUEZAS Y LA POBREZA, P. 1428. [Luc 18:24-25].
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
No podéis servir a Dios y a las riquezas. Muchos de los fariseos enseñaban que la devoción al dinero y la devoción a Dios tenían compatibilidad perfecta entre sí (v. Luc 16:14). Esto iba mano a mano con la noción popular de que las riquezas terrenales eran un indicio irrefutable de la bendición divina. Por ende, los ricos eran considerados como los predilectos de Dios (vea la nota sobre Mat 19:24). Aunque Cristo no condenó la riqueza en sí misma, sí denunció tanto el amor a la riqueza y la devoción al dinero. Sobre el tema del amor al dinero, vea las notas sobre 1Ti 6:9-10 ; 1Ti 6:17-19.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
16:13 Ningún siervo puede servir a dos señores; — (“No dice ‘no debéis’ sino ‘no podéis’”. Es como tratar de virar a la izquierda y a la derecha al mismo tiempo. Algunos lo han intentado: Ananías y Safira, Demas, Judas. No resulta” GH). En este contexto los dos señores son Dios y el Mamón. Es posible profesar que Dios es nuestro Señor y de corazón servir a Mamón, pero si alguno hace esto se engaña solo porque no puede tener dos verdaderos señores.
— porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Gr. [Mamón.] — Mamón (la personificación de las riquezas) es otro maestro. Está en competencia con Dios. Es imposible psicológicamente amar a los dos al mismo tiempo. “Ello tendría que entenderse como de un servicio simultáneo a señores cuyas exigencias son incompatibles las del uno con las del otro … Estos son, eminentemente dos señores que demandan, cada uno, la devoción total del hombre” (GRB).
Fuente: Notas Reeves-Partain
— dinero: ver nota a Mat 6:24.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Lit.: “a mammón”. Gr.: ma·mo·nái; lat.: ma·mó·nae; J17,18,22(heb.): ham·ma·móhn, “el mammón”.
REFERENCIAS CRUZADAS
n 993 Mat 6:24
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
servir…riquezas. Véase coment. en Mt 6:24.
Fuente: La Biblia de las Américas
13 (1) Lit, servir como esclavo.
13 (2) En el griego apegarse a uno significa unirse a uno estando en contra del otro. Esto indica que servir al Señor requiere que le amemos, dándole nuestro corazón, y que nos aferremos a El, dándole todo nuestro ser. De este modo somos liberados de la ocupación y de la usurpación de las riquezas, para que sirvamos al Señor completa y cabalmente. Aquí el Señor recalca que para servirle tenemos que vencer las riquezas de injusticia que nos seducen y engañan.
13 (3) Véase la nota 24 (3) de Mt 6.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Estos versículos nos enseñan cuan inútil es procurar servir a Dios á medías. Nuestro Señor Jesucristo dice: «Ningún siervo pude servir á dos señores; porque, ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios, y á las riquezas..
Á primera vista parece que la verdad que nuestro Señor sienta con estas palabras no admite discusión alguna, por ser demasiado obvia. Y sin embargo, muchos hacen, en perjuicio de sus almas. Lo mismo que en el pasaje citado se dice ser inútil: muchos procuran obedecer á Dios y conservar su afición al mundo simultánea mente. En su conciencia han penetrado tal vez algunos rayos de luz, y creen que deben tener alguna religión; mas se hallan tan apegados á las cosas terrenales que no les es posible llegar á la altura del verdadero cristiano, y constantemente se hallan agitados de una zozobra cruel. Por una parte, la poca religión que tienen es más que suficiente para amargarles los placeres del mundo; y están, por otra, tan ligados á este, que no pueden encontrar en la religión completa felicidad. En una palabra, malgastan siempre el tiempo en hacer algo que es imposible: «servir á Dios y á las riquezas..
Todo el que anhele ser cristiano y dichoso haría bien en reflexionar en las palabras que quedan citadas. Quizá no hay verdad alguna en que los verdaderos cristianos estén más de acuerdo que en esta: que la felicidad de los que se consagran al servicio de Cristo depende de la firmeza de su resolución. Los que vuelven al mundo diciendo que en la verdadera religión no se encuentra la verdadera felicidad, son los cristianos que fluctúan y vacilan. Cuanto más decididamente nos entreguemos á Cristo, en tanto más alto grado experimentaremos esa «paz de Dios que sobrepuja todo entendimiento.» Cuanto más fielmente vivamos, no para nosotros mismos, sino para Aquel que murió por nosotros, tanto mejor sabremos qué es sentir » gozo y paz en el creer.» Rom.
15:13. Si no es inútil servir á Cristo, sirvámosle de todo corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas. En ello nos va la vida y la felicidad perdurables. Si no podemos resolvemos á abandonarlo todo por amor de Cristo, no podemos ni debemos alimentar la esperanza de que El nos reconozca como suyos en el último día. El quiere que le consagremos todo nuestro corazón. Cualquiera que quisiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios.
Estos versículos nos enseñan, en segundo lugar, que el valor que a las cosas da el hombre es muy distinto del que les da Dios. Nuestro Señor llamó la atención á esta verdad por medio de la amonestación que dirigió á los fariseos que se burlaban de El, les dijo: Vosotros sois los que os justificáis á vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen en alto aprecio, delante de Dios es abominación..
La verdad que estas palabras contienen es palpable. Dirijamos si no los ojos en torno nuestro veamos á que cosas tiene el hombre más apego. Las riquezas, los honores, la elevada posición social, he aquí las cosas para las cuales vive la mayor parte de la humanidad. Y sin embargo, todo eso es lo que Dios apellida «vanidad,» y de la cual nos manda que nos guardemos. La discordancia no puede ser más manifiesta, triste y pasmosa. Lo que Dios llama bueno, el hombre lo apellida malo, y lo que Dios llama malo el hombre denomina bueno.
Más, ¿quién de ellos dice la verdad? ¿Cuál apreciación es la justa? ¿Qué concepto valdrá más el día del juicio? ¿De acuerdo con qué regla serán juzgados todos antes de que reciban la sentencia final? ¿En qué tribunal serán comparadas y sometidas á prueba las opiniones que prevalecen en el mundo? Estas que son las únicas preguntas que debemos hacernos para arreglar nuestra conducta han sido contestadas en la Biblia con toda claridad. Tan solo los consejos de Dios permanecerán para siempre. Tan solo de acuerdo con la palabra de Jesucristo es que el hombre será juzgado en el último día. Vivamos pues en estricta conformidad con esa palabra Pesemos en su balanza todo y á todos en este mundo de maldad. No importa qué piensen los hombres, sino qué dice el Señor.
Poco hace al caso cuáles sean las ideas de moda. «Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.» Cuanto más arreglemos nuestras ideas á las enseñanzas de nuestro Padre celestial, tanto mejor preparados nos hallaremos para el día del juicio. Amar lo que Dios ama, aborrecer lo que aborrece, aprobar lo que aprueba: he aquí en lo que consiste la religión más pura. Tan luego como percibamos que estamos tributando altos honores á lo que el Señor menosprecia, debemos inferir que nuestra religión es deficiente.
Estos versículos nos dan á conocer, por último, que la ley de Dios es excelsa y sacrosanta. Nuestro Señor Jesucristo dice quo «mas fácil es que pasen el cielo y la tierra, que no que caiga una tilde de la ley..
Durante su morada acá en la tierra Jesús siempre vindicó la majestad de la ley de Dios. Algunas veces protestó contra las adiciones de los hombres, señaladamente respecto del cuarto mandamiento. Otras veces protestó contra los que miraban con desprecio algunos de sus requisitos, y permitían que fuese abiertamente conculcada, como sucedió con los estatutos respecto el matrimonio. Siempre hizo alusión á ella con veneración. Siempre la magnificó y la engrandeció. La parte ceremonial era tipo del Evangelio, y había de cumplirse al pié de la letra. La parte moral era una revelación de los pensamientos del Todopoderoso, y debía ser obligatoria para los cristianos de todos los siglos.
En nuestros días es necesario defender constantemente la majestad de la ley de Dios. Pocos asuntos hay que los cristianos ignoren tanto como este. Algunos creen al parecer que los cristianos no tienen nada que hacer con la ley; que tanto la parte moral como la ceremonial fueron obligatorias solo por un período determinado, y que, con el Evangelio, fueron virtualmente abrogados el sacrificio diario y los diez mandamientos. Otros piensan, por otra parte, que la ley es obligatoria y que es solo por medio de la obediencia a ella que podemos salvarnos; pero que sus requisitos han sido de tal manera modificados por el Evangelio que podemos cumplir con ellos por medio de una obediencia imperfecta. Ambos conceptos son erróneos y contrarios á la Escritura.
Estemos persuadidos de que «la ley es buena si se usa de ella legítimamente.» 1Ti 1:8. Su objeto es hacernos ver la santidad de Dios, por una parte, y nuestra propia maldad por otra; es convencernos del pecado y conducirnos hacia Cristo; es, en fin, enseñarnos como hemos de vivir después que hayamos abrazado el Evangelio, y señalarnos qué cosas hemos de practicar y qué cosas hemos de evitar. Quien así use de la ley de Dios verá que es un tesoro inapreciable para su alma. El cristiano que lo es de convicción dirá siempre: » Según el hombre interior me deleito en la ley de Dios.» Rom 7:22.
Fuente: Los Evangelios Explicados
servir… → Mat 6:24.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R748 Ἕτερος sencillamente se refiere al segundo de un par.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, criado
Gr., mamonás
Fuente: La Biblia de las Américas
g Mat 6:24.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque a uno lo odiará y al otro lo amará. O bien, estimará a uno y menospreciará al otro. Así que ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas.»2
2. Gr. Mamón.