“Y yo os digo: Con las riquezas injustas ganaos amigos para que cuando éstas lleguen a faltar, ellos os reciban en las moradas eternas.
16:9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas (inestables, transitorias, engañosas) , — El hombre de esta parábola era mayordomo; nosotros también somos mayordomos. Estaba encargado de los bienes y negocios de otro; nosotros también estamos encargados de los bienes y negocios de otro. El hizo amigos por medio de las riquezas injustas; nosotros también debemos hacernos amigos por medio de las riquezas injustas. “Las posesiones mundanas son la mayordomía del cristiano. Si las ha malgastado en la autoindulgencia, debe escuchar la advertencia de esta parábola y ocuparlas en obras útiles y de misericordia, para que cuando la mayordomía se le quite, podrá haber obtenido para sí un refugio futuro” (JWM).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Haceos amigos, o ganad amigos. Luc 11:41; Luc 14:14; Pro 19:17; Ecl 11:1; Isa 58:7, Isa 58:8; Dan 4:27; Mat 6:19; Mat 19:21; Mat 25:35-40; Hch 10:4, Hch 10:31; 2Co 9:12-15; 1Ti 6:17-19; 2Ti 1:16-18.
por medio de las riquezas de injustas. Luc 16:11, Luc 16:13; Pro 23:5; 1Ti 6:9, 1Ti 6:10, 1Ti 6:17.
para que cuando falten. Sal 73:26; Ecl 12:3-7; Isa 57:16.
os reciban en las moradas eternas. 2Co 4:17, 2Co 4:18; 2Co 5:1; 1Ti 6:18; Jud 1:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Se debe usar la riqueza para construir obras que perduren. La riqueza es injusta porque a menudo hace emerger la injusticia y el egoísmo de las personas (1Ti 6:6-10, 1Ti 6:17-19; Stg 1:9-11; Stg 5:1-6).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LAS RIQUEZAS INJUSTAS. A menudo la injusticia, la avaricia y el poder están implicados en la acumulación y el uso de «las riquezas injustas», es decir, de este mundo (véase el ARTÍCULO LAS RIQUEZAS Y LA POBREZA, P. 1428. [Luc 18:24-25]). Deben emplearse las posesiones y el dinero de manera que promuevan los intereses de Dios y la salvación de los demás.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
las riquezas injustas. Es decir, dinero. El mayordomo malo utilizó el dinero de su señor para comprar amigos terrenales. Los creyentes deben utilizar el dinero de su Señor de tal manera que puedan ganar amigos para la eternidad, por medio de invertir en el evangelio del reino que lleva pecadores a la salvación, a fin de que al llegar al cielo («las moradas eternas»), se encuentren con aquellos pecadores para que les den la bienvenida. Cristo no elogió la deshonestidad del hombre porque en últimas lo llamó «malo» (v. Luc 16:8), tan solo lo utilizó como una ilustración para mostrar que hasta los hijos más malvados de este mundo son lo bastante astutos para protegerse en contra del mal venidero. Los creyentes deberían ser más sagaces porque les compete ganar en cuestiones eternas, no solo en asuntos terrenales. Cp. Luc 12:33; Mat 6:19-21.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
16:9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas (inestables, transitorias, engañosas) , — El hombre de esta parábola era mayordomo; nosotros también somos mayordomos. Estaba encargado de los bienes y negocios de otro; nosotros también estamos encargados de los bienes y negocios de otro. El hizo amigos por medio de las riquezas injustas; nosotros también debemos hacernos amigos por medio de las riquezas injustas.
“Las posesiones mundanas son la mayordomía del cristiano. Si las ha malgastado en la autoindulgencia, debe escuchar la advertencia de esta parábola y ocuparlas en obras útiles y de misericordia, para que cuando la mayordomía se le quite, podrá haber obtenido para sí un refugio futuro” (JWM).
¿Las riquezas son injustas? ¿Son malas? El dinero en sí mismo no es ni bueno ni malo, pero las riquezas se consideran “injustas” por varias razones: (1) porque comúnmente son la causa e instrumento de maldad; (2) porque engañan (Mat 13:22); es decir, nos hacen pensar que somos sus dueños cuando en la mayoría de los casos las riquezas son dueños de los que las “poseen” y engañan porque “prometen” la felicidad cuando en realidad en lugar de producir la felicidad más bien causan muchos temores y preocupaciones; (3) porque lo que mueve mucha gente hacia las riquezas es la avaricia, lo cual es idolatría (Col 3:5); (4) porque muchas veces los que rodean a los que poseen riquezas son falsos amigos; (5) porque sus dueños son tentados fuertemente a no confiar en Dios sino en ellas; (6) porque comúnmente producen la soberbia en sus dueños; (7) porque, en fin, para muchos las riquezas son el enemigo número uno del alma.
“En lugar de considerarse como administradores que le darán cuenta, (la mayor parte de los hombres) se constituyen en verdaderos poseedores de ellas, y olvidando su responsabilidad, acumulan esos bienes en su avaricia, los exhiben para fomentar su orgullo, o bien los disipan para satisfacer sus pasiones” (B-S).
Como el mayordomo subordinó a los deudores de su amo y les hizo sus amigos, así también los discípulos de Cristo deben subordinar las riquezas para que no sean enemigos sino amigos. Pro 3:1-35, “9 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos”; 1Ti 6:17-19; Flp 4:17.
— para que cuando éstas falten, (cuando morimos éstas faltan porque como Pablo dice, 1Ti 6:1-21, “7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”) os reciban en las moradas eternas. – Las riquezas van a faltar. Son provisionales, temporáneas. Pro 23:1-35, “4 No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste. 5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo”. Como el amo llamó a cuentas a este mayordomo todos seremos llamados a dar cuenta a Dios en el Día Final. Muchos textos hablan de esto. Véanse Mat 24:45-51; Mat 25:19; 2Co 5:10.
¿Quiénes son los nos recibirán en las moradas eternas? Obviamente en este contexto son los “amigos”. Algunos comentaristas dicen que son los ayudados y beneficiados. Otros dicen que son los ángeles. Otros dicen que es Dios y Cristo. Según Mat 25:35-40 Cristo se identifica con sus discípulos pobres, enfermos, encarcelados, diciendo que los que ayudan a éstos le ayudan a El. Como dice McGarvey, solamente en sentido secundario y subordinado se puede decir que éstos nos recibirán. También se puede agregar el pensamiento de que muchos de los que son ayudados por los cristianos ni siquiera son salvos, porque como el buen samaritano (Luc 10:33) cada discípulo debe ayudar al necesitado, sea hermano o no. Desde luego, estos no nos recibirán en las moradas eternas. ¿Quiénes recibieron al ladrón en la cruz?
No hay que preocuparnos mucho sobre “quienes” nos recibirán, porque estos “amigos” corresponden a los “amigos” que ganó el mayordomo injusto. El pensamiento principal es que si “ganamos amigos” por medio de las riquezas injustas tendremos tesoro en el cielo (Mat 6:19-21; Mat 25:40; Luc 6:35-36; Luc 6:38; Luc 12:33-34; Luc 14:33; 1Ti 6:17-18).
El buen samaritano había aprendido esta lección (Luc 10:25-37), y hay buenos ejemplos de discípulos de Jesús que siguieron la enseñanza de Luc 16:9 al pie de la letra: Luc 18:28; Hch 2:44-45; Hch 4:32. Los macedonios nos han dejado un buen ejemplo (2Co 8:3-5). También la casa de Estéfanas (1Co 16:15-16). Estos ganaron amigos por medio de las riquezas, para que cuando éstas faltaran, les recibirían en las moradas eternas. Los “amigos” son, pues, el tesoro que nos espera y en un sentido nos recibirá, nos dará la bienvenida “en las moradas eternas”.
Algunos comentaristas se preocupan de que alguien piense que el cristiano podría “comprar” su entrada en las moradas eternas. Enfatizan mucho que no podemos merecer la vida eterna, y por más que uno ofrende, contribuya, regale, comparta, etc. esto no tiene nada que ver con su salvación porque somos salvos por gracia, como si el cristiano más estúpido no entendiera que somos salvos por gracia (la cruz de Cristo). ¿Cómo puede alguien profesar ser cristiano sin creer en la cruz de Cristo? El hermano más ingenuo entiende que Dios provee la salvación porque todos saben Jua 3:16.
Sin embargo, parece que los evangélicos más estudiados y eruditos en las Escrituras no son capaces de entender que aunque Dios nos salva de balde, nadie será salvo si no acepta la salvación. Y ¿cómo la aceptamos? La aceptamos por obedecer al evangelio de Cristo (Mat 28:19; Mar 16:16; Luc 13:3; Luc 13:5; Mat 10:32-33; Hch 2:38) y por vivir de acuerdo con los mandamientos de Cristo y los apóstoles – y esto incluye el ganarnos amigos por medio de las riquezas injustas.
Es cierto que no podemos “comprar” la salvación. Sin embargo, si alguien lee esta parábola (y muchos otros textos relacionados) y simplemente no puede entender que el uso apropiado de los bienes materiales tiene mucho que ver con nuestra salvación, entonces tal persona no es capaz de entender nada y sin duda Dios tendrá misericordia de él. Sin embargo, si alguien “no puede” entenderlo debido a su fanatizado prejuicio contra la obediencia al evangelio y las buenas obras que nos justifican (Stg 2:24), es otra cosa. Con la obediencia y buenas obras nadie merece nada (Luc 17:10), pero sin ellas nadie acepta la salvación, la fe está muerta, y el resultado es la perdición (Stg 2:26).
¿Qué tan sagaces y prudentes somos nosotros en el uso y administración de nuestros bienes?
Fuente: Notas Reeves-Partain
Luc 12:33; (ver Luc 6:24); Tob 4:8-11.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Lit.: “mammón de la injusticia”. Gr.: ma·mo·ná tes a·di·kí·as.
(2) Lit.: “tiendas eternas”.
REFERENCIAS CRUZADAS
h 987 Ecl 11:1; Luc 19:8
i 988 Mat 19:21; Luc 12:20; 1Ti 6:17
j 989 Mat 25:34; Jua 14:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
las riquezas. Aquí se refiere a la riqueza material en general. Lo que el Señor desea enseñar es que se deben usar los recursos económicos con propósitos espirituales. Habrá tres recibimientos en el cielo (moradas eternas) de gozo y amistad a los que usaron sus riquezas injustas para la gloria de Dios: 1) Dios les recibirá porque usaron sabiamente sus recursos; 2) las personas que conocieron y aceptaron a Cristo por la inversión económica que hizo posible que ellos oyeran el evangelio; y 3) los hermanos en Cristo que recibieron bendición espiritual por la ayuda económica.
Fuente: La Biblia de las Américas
9 (1) Usar el dinero para ayudar a otros conforme a la dirección de Dios.
9 (2) Lit, Mammon; es decir, el dinero, el cual pertenece al mundo satánico. Es injusto en su posición y su existencia. El mayordomo de la parábola fue prudente en su acto injusto. El Señor nos enseña a nosotros Sus creyentes a ser prudentes en el uso de las riquezas injustas.
9 (3) Cuando el mundo satánico haya terminado, el dinero no tendrá utilidad alguna en el reino de Dios.
9 (4) Es decir, las moradas eternas. Los creyentes prudentes serán recibidos en las moradas eternas por aquellos que participaron del beneficio de su prudencia. Esto se cumplirá en la edad del reino venidero (cfr.14:13-14; Mat_10:42).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
riqueza. Lit., Mamón, como una personificación, o deificación, del dinero y de otras posesiones materiales.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Mamón… dios de las riquezas. Personificación del poder del dinero → Pro 13:8; §156.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
M28 El sujeto de δέξωνται puede ser οἱ φίλοι (el sujeto es Dios: para que Dios los reciba en las moradas eternas -T293). [Editor. El verbo en plural aparentemente toma el sujeto plural que sugiere Moule; el contexto y la analogía con el v. 4 parece que apoyan esto.]
M38 El genitivo adjetival que se usa en la expresión τοῦ μαμωνᾶ τῆς ἀδικίας significa: las riquezas fraudulentas (denota cualidad -T213; comp. con el v. 8).
T260 La frase prepositiva ἐκ τοῦ μαμωνᾶ tiene un sentido instrumental: Hagan amigos por medio de las riquezas; denota causa u ocasión.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Gr., mamonás
Fuente: La Biblia de las Américas
Gr. Mamona = dios del dinero. Personificación idolátrica del poder de las riquezas g §156.
16.9 g Pro 13:8 g §156.