Comentario de Lucas 18:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Jesús, tomando a los doce, les dijo: —He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas que fueron escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.
18:31 Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. (Sal 22:1-31; Isa 53:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:10). Los apóstoles deberían entender que el sufrimiento y muerte de Jesús era parte del plan divino anunciado por los profetas. Por eso, no deberían tropezar. Véanse también Luke 24:25-27; 44:47; Hch 3:18; Hch 3:24; Hch 8:32-35; Hch 13:27; Hch 26:22.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
He aquí subimos a Jerusalén. Luc 9:22; Luc 24:6, Luc 24:7; Mat 16:21; Mat 17:22, Mat 17:23; Mat 20:17-19; Mar 8:31, Mar 8:9, Mar 8:30, Mar 8:31; Mar 10:32-34.
y se cumplirán todas las cosas que fueron escritas. Luc 24:44-46; Sal 22:1-31; Sal 69:1-36; Isa 53:1-12; Dan 9:26; Zac 13:7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Jesús se refiere al sufrimiento que va a enfrentar en Jerusalén, el sufrimiento anticipado por los profetas. Pero sus discípulos no entienden las implicaciones de sus palabras hasta después de su resurrección. El tema del padecimiento de Jesús se repite en Luc 24:25, Luc 24:26, Luc 24:44-47.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
todas las cosas escritas por los profetas. P. ej. Sal 22:1-31; Sal 69:1-36; Isa 53:1-12; Dan 9:26; Zac 13:7.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
18:31 Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. (Sal 22:1-31; Isa 53:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:10). Los apóstoles deberían entender que el sufrimiento y muerte de Jesús era parte del plan divino anunciado por los profetas. Por eso, no deberían tropezar. Véanse también Luke 24:25-27; 44:47; Hch 3:18; Hch 3:24; Hch 8:32-35; Hch 13:27; Hch 26:22.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA CRUZ ESTÁ AL ACECHO
Lucas 18:31-34
Jesús se apartó con los Doce, y les dijo:
-Fijaos bien: ahora nos dirigimos a Jerusalén, y se van a cumplir todas las cosas que escribieron los profetas acerca del Hijo del Hombre. El pueblo de Dios le entregará a los que no son el pueblo de Dios, le escarnecerán, afrentarán y escupirán; después de azotarle, le matarán; pero resucitará al tercer día.
Los Doce no se enteraron de nada, porque les parecía misterioso todo lo que les decía Jesús.
Hay dos clases de valor: el de la persona que se encuentra ante una emergencia o crisis que se le presenta de improviso, y que se lanza sin considerar el riesgo; y el de la persona que prevé una situación terrible que le acecha más adelante, y sabe que sólo la podrá evitar si sale huyendo, y sin embargo sigue adelante y se enfrenta con ella con los ojos abiertos. No hay duda acerca de cuál es la superior. Muchos tal vez somos capaces de actuar valerosamente de improviso; pero requiere un valor muy superior el seguir adelante al encuentro de algo terrible que acecha a una distancia de días y que podríamos evitar volviéndonos hacia atrás.
En una novela se nos describen dos chicos que van jugando mientras recorren un camino, y uno le dice al otro: «Cuando vas por un camino, ¿te imaginas a veces que hay algo terrible esperándote a la vuelta de una esquina, y que tienes que seguir adelante y enfrentarte con ello? ¡Resulta emocionante!» En el caso de Jesús no se trataba de ningún juego: era algo inmensamente malvado y terrible. Jesús sabía lo que era la cruz; y sin embargo, siguió adelante. No cabe duda de que Jesús fue, entre otras muchas cosas, un maravilloso ejemplo del más acendrado valor.
En vista de las frecuentes advertencias de Jesús a sus discípulos acerca de lo que le esperaba en Jerusalén, algunas veces nos preguntamos por qué la cruz los pilló tan de sorpresa y les causó un efecto tan demoledor. La verdad es que no podían entender lo que Jesús les decía. Estaban tan obsesionados con la idea de un Mesías conquistador, que seguían esperando que Jesús desplegara su poder en Jerusalén y barriera a sus enemigos de la faz de la Tierra.
Aquí hay una seria advertencia para todos. La mente humana tiene capacidad para entender sólo lo que quiere. No hay nadie más ciego que el que no quiere ver. Nos resistimos a creer que lo desagradable pueda ser cierto, y que suceda lo que no queremos. Todos tenemos que resistir la tendencia a oír sólo lo que queremos oír.
Y además: Jesús nunca anunció la cruz sin nombrar también la resurrección. Sabía que Le esperaban la vergüenza y el horror, pero estaba igualmente seguro de que obtendría la victoria y entraría en la gloria que también Le aguardaba. Sabía lo que Le vendría de la maldad de los hombres, pero también sabía lo que Le vendría del poder de Dios. La seguridad de la victoria final Le ayudó a arrostrar la aparente derrota de la cruz. Sabía que sin la cruz no podría haber una corona.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— Hijo del hombre: Ver nota a Mat 8:20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Luc 6:13; Luc 24:25-27; Luc 24:44; Luc 24:46; Hch 3:18; Hch 13:27-29.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
k 1099 Sal 16:10; Sal 22:1-31; Sal 34:20; Sal 41:9; Sal 69:21; Isa 53:1-12; Miq 5:1; Zac 9:9; Zac 11:12; Zac 13:7
l 1100 Mat 16:21; Mar 10:32
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
todas las cosas…escritas por medio de los profetas. El cumplimiento de las profecías del A.T. es un importante tema de Lucas (cp. 24:6– 8, 45– 46).
del Hijo del Hombre. Véase coment. en Mt 8:20.