Biblia

Comentario de Lucas 20:34 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 20:34 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces respondiendo Jesús les dijo: —Los hijos de este mundo se casan y se dan en casamiento.

20:34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; 35 pero los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. 36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. — Mat 22:29 “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. Si los saduceos hubieran “leído” este texto de las Escrituras (Éxo 3:6; Éxo 3:15-16; Éxo 4:5; Gén 26:24; Gén 28:13), habrían aprendido que Abraham, Isaac y Jacob aún viven, pues ni siquiera los saduceos afirmarían que Dios es Dios de los muertos. ¿No habían leído Éxo 3:6; Sal 16:9-11; Dan 12:2-3? ¿No creían que 1Re 17:22; 2Re 4:35; 2Re 13:21 hablan de la resurrección literal del cuerpo?

Ignoraban las Escrituras, y torcían las que usaban. Deu 25:5 obligaba a los israelitas a perpetuar las familias de cada tribu. Dios no quería que desapareciera el nombre (linaje) de ningún israelita, pero no había nada en esa ley que enseñara o implicara que habría matrimonio después de la muerte porque la vida eterna significa que ya no habrá muerte. En esta vida el matrimonio es necesario porque los hombres mueren y es necesaria la procreación para reemplazar a los muertos, pero “en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”. Los saduceos mostraban su ignorancia de las Escrituras cuando enseñaban que si hubiera resurrección, las relaciones humanas tendrían que continuar como aquí en la tierra. Es cierto que Jesús aclara bien esta cuestión, pero las Escrituras del Antiguo Testamento no enseñaban tal doctrina. Los saduceos mostraban su ignorancia, pues, porque “introducen una premisa falsa, una que es absolutamente ajena a Moisés, es decir, que en el otro mundo, las mismas condiciones prevalecen que existen en este mundo” (RCHL).

Los “mormones” cometen el mismo error que los saduceos porque enseñan el matrimonial celestial. Practican “matrimonios de templo para tiempo y eternidad”. Son saduceos modernos. (Los testigos del Atalaya también son saduceos porque niegan la existencia del espíritu). Los mormones enseñan que la relación matrimonial continúa en la vida eterna para multiplicar la raza humana. Por esa razón se casan en su templo para solemnizar el matrimonio para la eternidad, no solamente con una mujer sino con varias. (Véanse Doctrinas y convenios, sección 132; también Mormonism — Shadow or Reality? 455sig.,; 475, sobre las ceremonias en el templo). (De esta doctrina carnal de los mormones, se puede concluir lógicamente que la “esperanza” de la devota mormona es la de estar eternamente embarazada).

También los saduceos ignoraban el poder de Dios, suponiendo que si hubiera resurrección Dios tendría que resucitar al cuerpo con las mismas características que tiene en este mundo. En esto estaban equivocados, porque en la resurrección seremos como los ángeles. No habrá matrimonio porque ya no habrá “varón y hembra” (Gén 1:27), y no se casan para tener hijos porque nadie muere. En la resurrección abandonamos tales características humanas y tendremos las cualidades de espíritu que pertenecen a los ángeles de Dios.

Luego, por su propia autoridad, Jesús afirma explícitamente que “en la resurrección ni se casan ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Los hijos de este siglo. Luc 16:8.

se casan, y se dan en casamiento. Luc 17:27; 1Co 7:2; Efe 5:31; Heb 13:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jesús hace la diferencia entre la vida actual y la vida en la era venidera. Debido a que el matrimonio no será parte de la próxima vida, no tiene validez el absurdo ejemplo de los saduceos (vv. Luc 20:28-33). Jesús sostiene la doctrina de la resurrección en su respuesta, al hablar tanto del siglo por venir como de la resurrección, así que los dos conceptos están claramente relacionados. Jesús también señala que sólo los que son tenidos dignos recibirán los beneficios del siglo venidero.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

20:34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; 35 pero los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. 36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. — Mat 22:29 “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. Si los saduceos hubieran “leído” este texto de las Escrituras (Éxo 3:6; Éxo 3:15-16; Éxo 4:5; Gén 26:24; Gén 28:13), habrían aprendido que Abraham, Isaac y Jacob aún viven, pues ni siquiera los saduceos afirmarían que Dios es Dios de los muertos. ¿No habían leído Éxo 3:6; Sal 16:9-11; Dan 12:2-3? ¿No creían que 1Re 17:22; 2Re 4:35; 2Re 13:21 hablan de la resurrección literal del cuerpo?
Ignoraban las Escrituras, y torcían las que usaban. Deu 25:5 obligaba a los israelitas a perpetuar las familias de cada tribu. Dios no quería que desapareciera el nombre (linaje) de ningún israelita, pero no había nada en esa ley que enseñara o implicara que habría matrimonio después de la muerte porque la vida eterna significa que ya no habrá muerte. En esta vida el matrimonio es necesario porque los hombres mueren y es necesaria la procreación para reemplazar a los muertos, pero “en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”. Los saduceos mostraban su ignorancia de las Escrituras cuando enseñaban que si hubiera resurrección, las relaciones humanas tendrían que continuar como aquí en la tierra. Es cierto que Jesús aclara bien esta cuestión, pero las Escrituras del Antiguo Testamento no enseñaban tal doctrina. Los saduceos mostraban su ignorancia, pues, porque “introducen una premisa falsa, una que es absolutamente ajena a Moisés, es decir, que en el otro mundo, las mismas condiciones prevalecen que existen en este mundo” (RCHL).
Los “mormones” cometen el mismo error que los saduceos porque enseñan el matrimonial celestial. Practican “matrimonios de templo para tiempo y eternidad”. Son saduceos modernos. (Los testigos del Atalaya también son saduceos porque niegan la existencia del espíritu). Los mormones enseñan que la relación matrimonial continúa en la vida eterna para multiplicar la raza humana. Por esa razón se casan en su templo para solemnizar el matrimonio para la eternidad, no solamente con una mujer sino con varias. (Véanse Doctrinas y convenios, sección 132; también Mormonism – Shadow or Reality? 455sig.,; 475, sobre las ceremonias en el templo). (De esta doctrina carnal de los mormones, se puede concluir lógicamente que la “esperanza” de la devota mormona es la de estar eternamente embarazada).
También los saduceos ignoraban el poder de Dios, suponiendo que si hubiera resurrección Dios tendría que resucitar al cuerpo con las mismas características que tiene en este mundo. En esto estaban equivocados, porque en la resurrección seremos como los ángeles. No habrá matrimonio porque ya no habrá “varón y hembra” (Gén 1:27), y no se casan para tener hijos porque nadie muere. En la resurrección abandonamos tales características humanas y tendremos las cualidades de espíritu que pertenecen a los ángeles de Dios.
Luego, por su propia autoridad, Jesús afirma explícitamente que “en la resurrección ni se casan ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”.

Fuente: Notas Reeves-Partain

NOTAS

(1) O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·nos; lat.: saé·cu·li; J17,18,22(heb.): ha·‛oh·lám, “el orden de cosas”.

REFERENCIAS CRUZADAS

s 1219 Gén 1:28; Luc 17:27

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo