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Comentario de Lucas 21:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 21:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Hablando algunos acerca del templo decían que estaba adornado con hermosas piedras y con ofrendas votivas, él dijo:

21:5 Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: 6 En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida. — “En cuanto al cumplimiento, cuando los judíos se rebelaron contra los romanos, Jerusalén fue tomada por Tito, hijo del emperador Vespasiano (69-79 d.C.). El templo fue destruido. Se cree que más de un millón de judíos que se habían refugiado en la ciudad murieron. Como unidad política Israel dejó de existir” (GH).

La palabra «templo» aquí es HIERON, el conjunto de los edificios sagrados. Mat 21:23, Cristo «vino al templo», enseñó sobre la autoridad, enseñó las parábolas de los dos hijos, de los labradores malvados y de la fiesta de bodas, discutió las cuestiones del tributo y de la resurrección, dio énfasis al gran mandamiento de la ley, les preguntó de quién es hijo el Cristo y pronuncia los siete ayes, concluyendo con la predicción del asolamiento del templo y una lamentación sobre ese evento.

Entonces Jesús «salió del templo y se iba» (Mat 24:1), porque ya no habría más discusión con los judíos. Jesús había entregado su último discurso público y había terminado su obra de enseñarles. Ahora ellos mismos eran responsables ante Dios por lo que sucediera en el futuro. Que sepamos Jesús nunca volvió al templo. Al salir Jesús del templo, la gloria de Dios se apartó del templo, como sucedió cuando los judíos se llevaron a Babilonia. Pronto todos los sacrificios y el sacerdocio habían de terminar.

Los discípulos tenían mucho aprecio por el templo. «Se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo». ¿Por qué le mostraron el templo? ¿No lo habían visto antes? Sí, muchas veces, pero sin duda esto fue su reacción a lo que Jesús decía (13:35, «vuestra casa os es dejada desierta»). Ellos estaban pensando en el papel tan importante del templo en el plan de Dios a través de los siglos, pero lo veían muy superficialmente. Veían las piedras hermosas sin tomar en cuenta cómo la casa de Dios se había corrompido por los pecados del pueblo. No les convenía meditar sobre la belleza de las piedras del templo, sino sobre lo serio de la hipocresía que Jesús acabó de denunciar, sobre la corrupción del sacerdocio y sobre la indiferencia del pueblo hacia Dios. Por lo tanto, los discípulos no habían tomado en cuenta la necesidad del juicio de Dios sobre el templo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

a unos que hablaban del templo. Mat 24:1; Mar 13:1; Jua 2:20.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

el templo estaba adornado: El Templo fue restaurado por Herodes el Grande con nuevos cimientos en las murallas y áreas ampliadas afuera de este. Se utilizaron grandes piedras de seis a veinte metros de largo aproximadamente. Todo el esfuerzo inició en el año 20 a.C. y terminó hasta alrededor del año 64 d.C Así que la restauración estaba en proceso durante esta visita de Jesús, alrededor del año 30 d.C Las ofrendas eran donaciones para la decoración del Templo en las que se incluían puertas con placas de oro y plata, racimos de uva y tapicería de lino de Babilonia, las que colgaban del velo del Templo. Hasta Tácito, el historiador romano, lo llamaba el «Templo inmensamente opulento».

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

hermosas piedras. Vea las notas sobre Mat 24:1; Mar 13:1. ofrendas votivas. Las personas acaudaladas entregaban ofrendas en forma de esculturas de oro, placas doradas y otros tesoros para el templo. Herodes había donado una vid de oro con racimos de uvas doradas de casi dos metros de altura. Las ofrendas se exhibían sobre los muros y se colgaban en el pórtico. Constituían una colección inimaginable de riqueza. Todas estas riquezas fueron saqueadas por los romanos al ocurrir la destrucción del templo (v. Luc 21:6).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

21:5 Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: 6 En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida. – “En cuanto al cumplimiento, cuando los judíos se rebelaron contra los romanos, Jerusalén fue tomada por Tito, hijo del emperador Vespasiano (69-79 d.C.). El templo fue destruido. Se cree que más de un millón de judíos que se habían refugiado en la ciudad murieron. Como unidad política Israel dejó de existir” (GH).
La palabra «templo» aquí es HIERON, el conjunto de los edificios sagrados. Mat 21:23, Cristo «vino al templo», enseñó sobre la autoridad, enseñó las parábolas de los dos hijos, de los labradores malvados y de la fiesta de bodas, discutió las cuestiones del tributo y de la resurrección, dio énfasis al gran mandamiento de la ley, les preguntó de quién es hijo el Cristo y pronuncia los siete ayes, concluyendo con la predicción del asolamiento del templo y una lamentación sobre ese evento.
Entonces Jesús «salió del templo y se iba» (Mat 24:1), porque ya no habría más discusión con los judíos. Jesús había entregado su último discurso público y había terminado su obra de enseñarles. Ahora ellos mismos eran responsables ante Dios por lo que sucediera en el futuro. Que sepamos Jesús nunca volvió al templo. Al salir Jesús del templo, la gloria de Dios se apartó del templo, como sucedió cuando los judíos se llevaron a Babilonia. Pronto todos los sacrificios y el sacerdocio habían de terminar.
Los discípulos tenían mucho aprecio por el templo. «Se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo». ¿Por qué le mostraron el templo? ¿No lo habían visto antes? Sí, muchas veces, pero sin duda esto fue su reacción a lo que Jesús decía (13:35, «vuestra casa os es dejada desierta»). Ellos estaban pensando en el papel tan importante del templo en el plan de Dios a través de los siglos, pero lo veían muy superficialmente. Veían las piedras hermosas sin tomar en cuenta cómo la casa de Dios se había corrompido por los pecados del pueblo. No les convenía meditar sobre la belleza de las piedras del templo, sino sobre lo serio de la hipocresía que Jesús acabó de denunciar, sobre la corrupción del sacerdocio y sobre la indiferencia del pueblo hacia Dios. Por lo tanto, los discípulos no habían tomado en cuenta la necesidad del juicio de Dios sobre el templo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— ofrendas votivas: En principio se trata de unas ofrendas especiales de los fieles que consistían sobre todo en objetos ornamentales; puede que el texto presente se refiera también a elementos decorativos integrados en la misma construcción del edificio.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

El destino del templo (ver Mat. 24:1-3; Mar. 13:1-4). Jesús no compartió el entusiasmo de los discípulos por la magnífica arquitectura del nuevo templo de Herodes y continuó profetizando que sería completamente destruido. Los discípulos preguntaron cuándo ocurriría eso, y si habría algunas señales de advertencia para mostrar que estaba a punto de pasar. La forma en que plantearon su pregunta, y ciertamente la forma en que Jesús la contestó, muestra que pensaban que la destrucción del templo sería uno de los hechos asocia dos con el fin de la era.

La larga respuesta de Jesús también está registrada en Mar. 13 con algunas diferencias en el léxico. Los eruditos debaten si Lucas elaboró de nuevo el discurso que había leído en Mar., a fin de que sus lecciones fueran más claras para sus lectores, o si tuvo acceso a algunas tradiciones diferentes del discurso de Jesús. Puede haber algo de verdad en ambas teorías. Como el Sermón del monte, este capítulo sin duda contiene cosas que Jesús dijo en más de una ocasión.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

e 1238 Mat 24:1; Mar 13:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

del templo…adornado con hermosas piedras. Véase coment. en Mt 24:1.

Fuente: La Biblia de las Américas

5 (1) Con respecto a los vs. 5-19, véanse las notas de Mat_24:1-13 y de Mar_13:1-13 .

5 (2) Las cosas dedicadas a Dios y que tienen hermosa apariencia pero carecen de realidad, serán rechazadas por El.

5 (3) O, dones votivos.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Notemos en este pasaje lo que nuestro Señor Jesucristo dijo acerca del templo de Jerusalén. Algunos advirtieron que estaba adornado de hermosas piedras y dones, y lo alabaron por su belleza exterior, por sus dimensiones, su magnificencia arquitectónica y sus costosos adornos; mas nuestro Señor no se unió á sus encomios, sino antes bien les dijo: «De estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada..
Estas palabras singulares fueron proféticas. Qué emociones despertaran en un judío es cosa que no podemos ni imaginar.
El templo á que se referían era un edificio que todo israelita contemplaba con una veneración que rayaba en idolatría; edificio que contenía el arca, el santo de los santos, y los paramentos simbólicos que habían sido labrados según el modelo que Dios mismo había dado ; edificio con el cual estaban ligados en la memoria de los israelitas los nombres más celebres de su raza, como David, Salomón, Ezequías, Josías, Isaías, Jeremías, Esdras y Nehemías; un edificio, en fin, hacia el cual todo judío devoto tornaba el rostro al ofrecer sus oraciones diarias. 1Ki 8:44; Jon 2:4; Dan 7:10. Pero esas palabras tenían su objeto: fueron pronunciadas para enseñarnos que lo sagrado de un lugar no consiste en los adornos exteriores. Dios no ve como ve el hombre. 1Sa 16:7, El hombre se fija en la fábrica del edificio; el Señor se fija en el culto espiritual y en la presencia del Espíritu Santo. En el templo de Jerusalén faltaba lo espiritual, y por eso Jesús no podía admirarlo.
Los cristianos de nuestros días harían bien en recordar las palabras de Jesús. Enhorabuena que los edificios destinados al culto cristiano sean dignos del objeto para que han sido construidos: todo lo que se haga por Cristo ha de hacerse con esmero: en la casa en que se predique el Evangelio, y se lea la Palabra de Dios, y se ofrezcan oraciones, nada ha de faltar que contribuya á la solidez y á la belleza. Mas no debe olvidarse que la parte material de una iglesia es la de menos importancia. Las combinaciones y labores más hermosas de mármol, piedra y madera no tienen valor alguno á los ojos de Dios, á menos que la verdad impere en el pulpito y la gracia divina en la congregación. Las grutas y los subterráneos en que se reunían los antiguos cristianos, eran probablemente más bellos á los ojos de Cristo que la catedral más soberbia que el hombre haya jamás edificado. El templo que más agrada al Señor es el corazón contrito y renovado por el Espíritu Santo.
Notemos, además, la admonición que hizo nuestro Señor respecto del engaño. Sus palabras acerca del templo movieron á sus discípulos á hacerle esta importante pregunta: «Maestro, ¿cuándo será esto? Y qué señal habrá cuando estas cosas han de comenzar á ser hechas » La respuesta de nuestro Señor, que fue larga y detallada, empezó con la siguiente advertencia: » Mirad, no seáis engañados..
La posición que esta advertencia ocupa es por sí misma harto notable. Se encuentra al principio de una profecía que se refería á un dilatado período y que es de importancia universal para el mundo cristiano; profecía que tenia relación á la época incluida entre el tiempo en que Jesús la pronunció y el segundo advenimiento; profecía que revelaba asuntos del mayor interés, tanto para los judíos como para los gentiles; y profecía de la cual gran parte está aún por cumplirse.
Que la admonición del Salvador nos impulse á pedir á Dios que nos conceda un ánimo dócil y humilde siempre que leamos las páginas de las profecías que están por cumplirse. Precavámonos, por ana parte, de ese espíritu de indiferencia y pasividad que hace al hombre desdeñar todas las profecías por ser difíciles de interpretar; y, por otra parte, de ese espíritu arrogante y magistral, que lo hace á uno olvidar que no es sino discípulo y no profeta. Aun más, leamos las profecías con la convicción de que nuestros estudios obtendrán la bendición del cielo, y que tal vez con el tiempo las comprenderemos mejor. Todavía es válida la siguiente promesa: » Bienaventurado el que lee.» Rev 1:3.

Fuente: Los Evangelios Explicados

Lit., que

Fuente: La Biblia de las Américas

‡ Probablemente algunos de los discípulos, por referencia a Mar 13:1.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento