Comentario de Lucas 22:41 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y él se apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba

22:41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. — La palabra copa significa sufrimiento. Jesús dijo a Juan y Jacobo, Mat 20:1-34, “23 de mi vaso beberéis”, porque ellos iban a sufrir por Cristo. Cristo pidió que “aquella hora” pasara, que el Padre apartara de El esa copa, y su oración fue oída (Heb 5:7). Jua 12:1-50, “27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora (para ser crucificado, v. 32, 33). Todo comentario sobre el v. 42 (“pasa de mi esta copa”) debe armonizar con lo que Jesús dice en Jua 12:27. El nació para morir como sacrificio por los pecados del mundo. Heb 10:5, “me preparaste cuerpo” para poder morir como expiación por los pecados del hombre. Eso era su propósito, desde antes de venir al mundo. La Biblia no dice que en Getsemaní Cristo quería cancelar ese propósito.

La Biblia habla del plan eterno de Dios para la redención del hombre. 1Pe 1:18-20; Efe 3:11. Cristo había anunciado su muerte varias veces durante su ministerio personal, no como una posibilidad, sino como una realidad. Nunca estaba en duda su muerte. Mat 16:21-23; Mat 20:28; Jua 1:29; Jua 3:14; Jua 8:28; Jua 10:11; Jua 10:17-18; Jua 12:32. Si alguno afirma que en Getsemaní Cristo tuvo cambio de parecer y que ya no quería llevar a cabo el plan de Dios, tiene que armonizar esta conclusión con todos estos textos. Jesús no se contradice a sí mismo.

Además, todo comentario sobre el v. 42 debe armonizar con todo lo que Jesús mismo había dicho con respecto a los temas relacionados con su muerte (es decir, lo que El mismo estableció, prácticas basadas en su muerte y resurrección. Por ejemplo: El discipulado (Mat 16:24). Si Jesús no hubiera llevado su cruz, este texto no tendría sentido. En este mismo capítulo, la cena del Señor (22:17-20); Jesús instituyó la cena del Señor diciendo, “Haced esto en memoria de mí”, es decir, de su muerte. ¿Pero si no hubiera muerto? Con toda confianza El dijo (Mat 26:29 ), “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”. En Su muerte El venció a Satanás y estableció Su propio reino en el cual participamos con Jesús de la cena del Señor. El bautismo. Mat 28:19, que es una sepultura y resurrección en imitación de El, Rom 6:4. La iglesia. Mat 16:18; Hch 20:28, “la cual él ganó por su propia sangre”.

Nadie puede comprender a fondo ni la agonía de Jesús en Getsemaní ni en el Calvario. Por eso, nadie la puede explicar. El problema es que nosotros no podemos comprender a fondo los misterios de la encarnación ni los de la expiación, pero Jesucristo sí los comprendía. El había llegado a un momento de angustia que era hasta la muerte; es decir, la agonía que El sentía en esos momentos era lo suficientemente pesada como para matarlo a no ser por la ayuda del Padre. Su alma fue azotada de una manera que, para nosotros, era completamente incomprensible e indecible. Con toda insistencia, pues, Jesús rogaba al Padre que si fuera posible “pasase de él aquella hora” (Mar 14:35), “aparta de mí esta copa” (Mar 14:36) y fue oído (Heb 5:7).

— pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras — Jesucristo estaba completamente sumiso al Padre. El vino al mundo para hacer la voluntad del Padre, pero la Biblia no enseña que Cristo pedía que Dios cambiara el plan de salvación. Los comentarios de algunos implican que Jesús dudaba del plan divino y creía que tal vez hubiera otra manera de salvar al hombre, aunque El sabía que el plan que El vino a llevar a cabo fue hecho por Dios (Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo) desde antes de la fundación del mundo y que definitivamente era el único plan de salvación. No había y no hay plan alternativo u opcional. Además, era un plan infalible. Dios no iba a fallar. Cristo no iba a fallar. Cristo no vino al mundo “para ver si podía salvarnos”; más bien, El vino para salvarnos y lo hizo. La idea de que pudiera haber otro plan es precisamente la esperanza falsa de millones de personas en la actualidad. Esperan — y esta es su esperanza y confianza — que en el día final Dios tenga otro plan para salvar a los que no hayan obedecido al evangelio. Esta es una esperanza vana.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

puesto de rodillas oró. Mat 26:39; Mar 14:35.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

oró: Jesús hizo lo que les dijo a sus discípulos que hicieran.

un tiro de piedra correspondería a varios metros.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

como de un tiro de piedra. Es decir, al alcance del oído. Su oración era en parte para beneficiarlos a ellos (cp. Jua 11:41-42).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

22:41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. – La palabra copa significa sufrimiento. Jesús dijo a Juan y Jacobo, Mat 20:1-34, “23 de mi vaso beberéis”, porque ellos iban a sufrir por Cristo. Cristo pidió que “aquella hora” pasara, que el Padre apartara de El esa copa, y su oración fue oída (Heb 5:7). Jua 12:1-50, “27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora (para ser crucificado, v. 32, 33). Todo comentario sobre el v. 42 (“pasa de mi esta copa”) debe armonizar con lo que Jesús dice en Jua 12:27. El nació para morir como sacrificio por los pecados del mundo. Heb 10:5, “me preparaste cuerpo” para poder morir como expiación por los pecados del hombre. Eso era su propósito, desde antes de venir al mundo. La Biblia no dice que en Getsemaní Cristo quería cancelar ese propósito.
La Biblia habla del plan eterno de Dios para la redención del hombre. 1Pe 1:18-20; Efe 3:11. Cristo había anunciado su muerte varias veces durante su ministerio personal, no como una posibilidad, sino como una realidad. Nunca estaba en duda su muerte. Mat 16:21-23; Mat 20:28; Jua 1:29; Jua 3:14; Jua 8:28; Jua 10:11; Jua 10:17-18; Jua 12:32. Si alguno afirma que en Getsemaní Cristo tuvo cambio de parecer y que ya no quería llevar a cabo el plan de Dios, tiene que armonizar esta conclusión con todos estos textos. Jesús no se contradice a sí mismo.
Además, todo comentario sobre el v. 42 debe armonizar con todo lo que Jesús mismo había dicho con respecto a los temas relacionados con su muerte (es decir, lo que El mismo estableció, prácticas basadas en su muerte y resurrección. Por ejemplo: El discipulado (Mat 16:24). Si Jesús no hubiera llevado su cruz, este texto no tendría sentido. En este mismo capítulo, la cena del Señor (22:17-20); Jesús instituyó la cena del Señor diciendo, “Haced esto en memoria de mí”, es decir, de su muerte. ¿Pero si no hubiera muerto? Con toda confianza El dijo (Mat 26:29 ), “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”. En Su muerte El venció a Satanás y estableció Su propio reino en el cual participamos con Jesús de la cena del Señor. El bautismo. Mat 28:19, que es una sepultura y resurrección en imitación de El, Rom 6:4. La iglesia. Mat 16:18; Hch 20:28, “la cual él ganó por su propia sangre”.
Nadie puede comprender a fondo ni la agonía de Jesús en Getsemaní ni en el Calvario. Por eso, nadie la puede explicar. El problema es que nosotros no podemos comprender a fondo los misterios de la encarnación ni los de la expiación, pero Jesucristo sí los comprendía. El había llegado a un momento de angustia que era hasta la muerte; es decir, la agonía que El sentía en esos momentos era lo suficientemente pesada como para matarlo a no ser por la ayuda del Padre. Su alma fue azotada de una manera que, para nosotros, era completamente incomprensible e indecible. Con toda insistencia, pues, Jesús rogaba al Padre que si fuera posible “pasase de él aquella hora” (Mar 14:35), “aparta de mí esta copa” (Mar 14:36) y fue oído (Heb 5:7).
— pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras — Jesucristo estaba completamente sumiso al Padre. El vino al mundo para hacer la voluntad del Padre, pero la Biblia no enseña que Cristo pedía que Dios cambiara el plan de salvación. Los comentarios de algunos implican que Jesús dudaba del plan divino y creía que tal vez hubiera otra manera de salvar al hombre, aunque El sabía que el plan que El vino a llevar a cabo fue hecho por Dios (Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo) desde antes de la fundación del mundo y que definitivamente era el único plan de salvación. No había y no hay plan alternativo u opcional. Además, era un plan infalible. Dios no iba a fallar. Cristo no iba a fallar. Cristo no vino al mundo “para ver si podía salvarnos”; más bien, El vino para salvarnos y lo hizo. La idea de que pudiera haber otro plan es precisamente la esperanza falsa de millones de personas en la actualidad. Esperan – y esta es su esperanza y confianza – que en el día final Dios tenga otro plan para salvar a los que no hayan obedecido al evangelio. Esta es una esperanza vana.

Fuente: Notas Reeves-Partain

M34 El acusativo βολήν indica extensión (de espacio): como a un tiro de piedra.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego