Comentario de Lucas 22:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar la víctima pascual.
22:7 Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. — La palabra original (pascua) no significa la fiesta, sino el cordero que fue sacrificado (Éxo 12:43; Núm 9:11; Jua 18:28, «comer la pascua»; 1Co 5:7, «nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros»).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Luc 22:1; Éxo 12:6, Éxo 12:18; Mat 26:17; Mar 14:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los Evangelios sinópticos dejan bien en claro que Jesús fue traicionado el día de la pascua (Mat 26:17-19; Mar 14:12-16).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
el día de los panes sin levadura. El primer día de la fiesta (vea la nota sobre Mat 26:17). El pueblo de Galilea celebraba la Pascua el martes en la noche (vea la Introducción a Juan: Retos de interpretación) para sacrificar a los corderos en la tarde de ese día. Jesús y los discípulos comieron la cena de Pascua esa noche, después del atardecer (el comienzo oficial de la fiesta). Los habitantes de Judea seguirían esta misma secuencia al día siguiente, el viernes.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
22:7 Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. — La palabra original (pascua) no significa la fiesta, sino el cordero que fue sacrificado (Éxo 12:43; Núm 9:11; Jua 18:28, «comer la pascua»; 1Co 5:7, «nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros»).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA ÚLTIMA CENA JUNTOS
Lucas 22:7-23
Cuando llegó el día de los ázimos, que es cuando hay que sacrificar el cordero pascual, Jesús mandó por delante a Pedro y a Juan, a los que dijo:
-Id a prepararnos la cena de la Pascua que vamos a comer juntos.
-¿Dónde quieres que la preparemos? -le preguntaron ellos.
-Fijaos -les dijo-: cuando entréis en la ciudad os encontraréis con un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidle hasta que le veáis entrar en una casa, y allí le decís al padre de familia: «De parte del Maestro, que dónde está el cuarto de los huéspedes donde ha de comer el cordero pascual con sus discípulos.» Él os indicará un salón grande en el piso de arriba, con la mesa y los asientos. Allí es donde tenéis que hacer los preparativos.
Pedro y Juan fueron, y lo encontraron todo como les había dicho Jesús, y prepararon la cena de la Pascua.
Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles, y les dijo:
-¡Qué ganas tenía de comer con vosotros esta cena de Pascua antes de padecer! Porque os aseguro que ya no la voy a comer más hasta que se haga realidad en el banquete del Reino de Dios.
Entonces le pasaron la copa, y Él la tomó y dio gracias a Dios diciendo:
-Coged esto y compartidlo; porque os aseguro que ya no voy a beber más vino hasta que se haga realidad el Reino de Dios.
Luego cogió un pan, y dio gracias a Dios, y lo partió en trozos y se los repartió, diciendo:
-Esto significa mi cuerpo, entregado por amor de vosotros. Haced esto para acordaros de Mí.
De la misma forma, cogió la copa después de la cena, y dijo:
-Esta copa representa el nuevo pacto entre Dios y el hombre que se hace posible al precio de mi sangre, que se derrama por amor de vosotros. Pero la mano del traidor está aquí conmigo a esta mesa; porque este Hijo del Hombre sigue el camino que le estaba preparado; pero, ¡ay del hombre que comete esta traición!
Entonces los Doce empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el que hiciera eso.
De nuevo vemos que Jesús no dejó las cosas para el último momento. Se había formado un plan, y lo llevaba a cabo.
Las casas de más categoría tenían dos habitaciones, una encima de la otra; de modo que la casa parecía formada por dos cajas, la más pequeña encima de la otra. A la habitación de arriba se llegaba por una escalera exterior. En el tiempo de la Pascua el hospedaje era gratuito en Jerusalén. Lo único que el hospedador podía recibir por el alojamiento de peregrinos era la piel del cordero que se comían en la fiesta. La habitación de arriba se solía usar para que se reuniera un rabino con sus discípulos predilectos para hablar con ellos en la intimidad.
Jesús había tomado medidas para disponer de una habitación así. Envió por delante a Pedro y a Juan a la ciudad para buscar a un hombre con un cántaro de agua. El acarrear el agua era cosa de mujeres. Sería tan fácil descubrir a un hombre que llevara un cántaro, como en una de nuestras ciudades descubrir a alguien con un paraguas de señora abierto en un día radiante de sol. Según esta suposición, esta sería la consigna convenida entre Jesús y su amigo de Jerusalén.
La fiesta se estaba celebrando, y Jesús usó los símbolos tradicionales para darles un nuevo significado.
(i) Dijo del pan: «Esto significa mi cuerpo, entregado por amor de vosotros.» Aquí tenemos lo que se suele llamar un sacramento. Un sacramento es algo, por lo general ordinario, que ha adquirido un significado nuevo y extraordinario para el que tenga ojos para ver y un corazón para entender. No hay nada especialmente teológico ni misterioso en esto.
Muchos tenemos un cajón lleno de baratijas y cosas que no queremos tirar, porque nos recuerdan a personas o situaciones que nos son queridas. Son cosas corrientes, pero tienen un valor especial para nosotros. Esto es un sacramento.
Cuando enterraron a Nelson en la catedral de San Pablo, unos marinos llevaron el ataúd hasta la tumba. Uno que estuvo presente escribió: «Con reverencia y con eficacia bajaron a la tumba el cuerpo del más grande almirante del mundo. Y entonces, como si obedecieran a una orden de corneta, como un solo hombre, cogieron la bandera británica con la que había estado cubierto el ataúd y la rasgaron en tiras, y cada uno se llevó una como souvenir de tan ilustre hecho.» Aquel trocito de paño de color, toda la vida les hablaría del almirante que tanto habían admirado y querido. Eso es un sacramento.
El pan que tomamos en la Comunión es pan corriente; pero para el que tiene el corazón dispuesto a sentir y entender, es el mismo cuerpo de Cristo.
(ii) Dijo de la copa: «Esta copa representa el nuevo pacto entre Dios y el hombre que se hace posible al precio de mi sangre, que se derrama por amor de vosotros.» En su sentido bíblico, pacto es la relación entre el hombre y Dios. Dios se acercó en su gracia al hombre, y el hombre se comprometió a obedecer y cumplir la ley de Dios (Ex 24:1-8 ). La continuidad de ese pacto dependía de que el hombre cumpliera su compromiso y obedeciera esa ley. Pero el hombre ni pudo ni puede, y el pecado interrumpe la relación entre el hombre y Dios. Todo el sistema sacrificial de Israel estaba diseñado para restaurar esa relación por medio de los sacrificios que hacían expiación por el pecado. Lo que dijo Jesús fue: «Con mi vida y con mi muerte he hecho posible una nueva relación entre vosotros y Dios. Sois pecadores, es cierto; pero, porque Yo he muerto por vosotros, ahora sois amigos, y no enemigos de Dios.» Costó la vida de Jesús el restaurar la relación perdida entre Dios y los hombres. . (iii) Jesús dijo: » Haced esto para acordaros de Mí.» Jesús sabía lo fácilmente que olvida la mente humana. Los griegos decían que » el tiempo borra todas las cosas»; como si la mente fuera una pizarra, y el tiempo la esponja que se usa para limpiarla. Jesús decía: » Con la prisa y las preocupaciones, os olvidaréis de Mí. La gente olvida porque no lo puede evitar. Entrad de cuando en cuando a la paz y tranquilidad de mi casa, y haced esto otra vez con mi pueblo y os acordaréis.»
La presencia del traidor a la mesa hacía la tragedia aún más trágica. Jesucristo tiene a su mesa siempre que se celebra la Comunión los que le traicionan; porque, si en la Casa del Señor nos comprometemos con Él y luego en nuestra vida salimos para negarle, somos traidores a su causa.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— de los Panes sin levadura: Ver nota a Mat 26:17.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Preparación para la cena (ver Mat. 26:17-19; Mar. 14:12-16). Preparar para la comida pascual requería que los apóstoles tuvieran una habitación debidamente amueblada dentro de la misma ciudad y también la comida: un cordero, pan, hierbas amargas y vino, como principales ingredientes. Las instrucciones sugieren que Jesús ya había hecho un arreglo secreto con un amigo de Jerusalén por lo cual se podrían evitar interrupciones. La habitación debe ser la misma que se menciona en Hech. 1:13, posiblemente en la casa de María, la madre de Juan Marcos (Hech. 12:12). Debía ser insólito ver a un hombre llevando un cántaro de agua; parece ser una señal arreglada de antemano para la identificación.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
h 1297 Éxo 12:14; Éxo 12:18; Lev 23:6; Deu 16:2; Mat 26:17; Mar 14:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
7 super (1) Véase la nota 17 super (1) de Mt 26.
7 super (2) Véase la nota 12 super (2) de Mr 14.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
día de la pascua… Se sigue D → §250; §300.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R887 El imperfecto ἔδει se refiere a una obligación pasada: tenía que ser sacrificado.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, de los ázimos