Comentario de Lucas 23:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los magistrados y al pueblo,
23:13 Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, 14 les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. 15 Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. 16 Le soltaré, pues, después de castigarle. — ¡Qué vil injusticia! Pilato bien sabía que Jesús era inocente, pero aun así le iba a castigar. Iba a dar la orden de azotarlo que en muchos casos dejaba a la víctima medio muerto.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mat 27:21-23; Mar 15:14; Jua 18:38; Jua 19:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
no he hallado en este hombre delito alguno: Esta es la segunda declaración de inocencia que formula Pilato.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
convocando. Pilato pretendía declarar a Cristo inocente (v. Luc 23:14) y pronunciar el veredicto de la manera más pública posible. Sin duda esperaba que esto pusiera fin a todo el asunto.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
23:13 Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, 14 les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. 15 Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. 16 Le soltaré, pues, después de castigarle. — ¡Qué vil injusticia! Pilato bien sabía que Jesús era inocente, pero aun así le iba a castigar. Iba a dar la orden de azotarlo que en muchos casos dejaba a la víctima medio muerto.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LOS JUDÍOS LE HACEN CHANTAJE A PILATO
Lucas 23:13-25
Entonces Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los miembros del Sanedrín y a la gente, y les dijo:
Me habéis presentado a este como si fuera un revolucionario. Le he sometido a interrogatorio en vuestra presencia, y no le encuentro culpable de los crímenes de los que le acusáis. Además, Herodes tampoco, porque os dije que se le llevarais, y él me ha devuelto el caso. Jesús no es culpable de ninguna acción por la que se le deba condenar a muerte; así que le dejaré en libertad después de darle de latigazos.
Pero toda la chusma seguía gritando a una voz:
-¡Quita a ese de en medio! ¡Suéltanos a Barrabás!
Barrabás estaba en la cárcel porque había estado implicado en una rebelión que se había producido en la ciudad y por un asesinato. Pilato quería dejar en libertad a Jesús, y siguió hablando con ellos; pero ellos no hacían más que chillar:
-¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
-¿Pero qué mal ha hecho? -les dijo Pilato por tercera vez-. Yo no le encuentro culpable de ningún delito por el que haya que condenarle a muerte, así es que le daré de latigazos, y le soltaré.
Pero ellos siguieron gritando cada vez más que crucificara a Jesús, hasta que consiguieron su propósito. Pilato dio la orden de que se hiciera lo que pedían; les soltó al que estaba preso por sedición y asesinato, que era el que ellos habían escogido, y entregó a Jesús para que se le hiciera lo que ellos querían.
Este es un pasaje extrañísimo. Una cosa sí queda clara, y es que Pilato no quería condenar a Jesús. Se daba cuenta de que eso sería traicionar la justicia imperial que era la gloria de Roma. No menos de cuatro veces hizo lo posible para no dictar sentencia de muerte. Les dijo a los judíos que resolvieran el asunto ellos (Jn 19:6-7 ). Trató de pasarle el caso a Herodes. Trató de convencer a los judíos que recibieran a Jesús como el preso al que se dejaba en libertad por la Pascua (Mr 15:6 ). Trató de llegar a un compromiso diciendo que castigaría a latigazos a Jesús y luego le dejaría en libertad. Está claro que coaccionaron a Pilato para que sentenciara a muerte a Jesús.
¿Cómo podía la chusma judía coaccionar a un gobernador romano experimentado para que dictara sentencia de muerte? Es literalmente cierto que los judíos le hicieron chantaje. El hecho escueto era que, en la justicia romana imparcial, una provincia tenía derecho a delatar a un gobernador romano por mal gobierno, y ese gobernador sería tratado con dureza. Pilato había cometido dos graves errores durante su mandato.
El cuartel general de Roma en Judasa no estaba en Jerusalén, sino en Cesárea. Pero había una tropa reducida estacionada en Jerusalén. Las tropas romanas llevaban banderas en cuya cabecera había una efigie del actual Emperador, que era oficialmente, durante su reinado, un dios. La ley judía prohibía el uso de imágenes y, en deferencia a los principios judíos, los gobernadores anteriores quitaban la imagen del emperador de las banderas al marchar hacia Jerusalén. Pilato se negó a seguir esa costumbre, e hizo su entrada en Jerusalén por la noche con sus tropas llevando la imagen del emperador en las banderas. Los judíos vinieron en masa a Cesárea a pedirle a Pilato que quitara las imágenes. Él se negó. Ellos insistieron. Al sexto día Pilato estuvo dispuesto a reunirse con los líderes de los judíos en un espacio abierto, rodeado de sus tropas. Les informó que, si no dejaban de molestarle con sus constantes peticiones, el castigo sería la muerte. » Ellos se arrojaron al suelo, descubrieron sus cuellos, y dijeron que estaban dispuestos a morir antes que a admitir la trasgresión de la sabiduría de sus leyes.» Ni siquiera un hombre como Pilato podía masacrar a hombres así a sangre fría, y tuvo que ceder. Josefo nos cuenta todo lo sucedido en Las Antigüedades de los Judíos, libro 18, capítulo 3.
La segunda equivocación que cometió Pilato fue el asunto de la nueva conducción de agua que se habría de financiar en parte con dinero del templo, a la que ya hicimos referencia en el comentario a Lc 13:1-4 .
Lo único que un gobernador romano no se podía permitir era tolerar desórdenes civiles en ningún rincón del vasto imperio. Si los judíos hubieran informado oficialmente cualquiera de los dos incidentes, no cabe duda que Pilato habría perdido su puesto. Es Juan el que nos menciona la insinuación de los oficiales judíos: » Si sueltas a este es que no eres amigo de César» (Jn 19:12 ). Obligaron a Pilato a condenar a Jesús a muerte amenazándole con un informe oficial a Roma.
Aquí tenemos la solemne verdad de que el pasado de una persona puede volverse contra ella y paralizarla. Si uno ha sido culpable de ciertos actos, hay ciertas cosas que no tiene derecho a decir, porque se le echaría en cara su pasado. Debemos tener cuidado de no permitirnos nada que algún día pueda impedirnos defender lo que sabemos que está bien, por miedo a que se nos diga: «Tú no tienes derecho a decir eso.»
Pero, si surgiera esa situación, no se puede hacer más que tener valor para arrastrarla, y sus consecuencias. Y eso era lo que Pilato no tenía. Sacrificó la justicia antes que perder su posición. Sentenció a Jesús a muerte para seguir como gobernador de Palestina. Si hubiera sido un hombre de valor, habría hecho lo que debía y asumido las consecuencias; pero hizo el papel de un cobarde.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
La sentencia de muerte (ver Mat. 27:15-26; Mar. 15:6-15; Juan 18:38-19:16). Quizá Pilato esperaba que el pueblo se pusiera de su lado (13), oponiéndose a los líderes judíos cuando en tregaba su veredicto. Sin duda, el prisionero había sido una molestia pública, pero para eso bastaban unos azotes. Sin embargo, la multitud había sido soliviantada por los sacerdotes y clamaron pidiendo a Barrabás, un revolucionario bien conocido, para que fuera liberado él y no Jesús. Pilato naturalmente no quería liberar a un hombre peligroso (así como tampoco condenar a un inocente). Pero pensaba que lo más sabio era ceder a la presión pública. Se dice que un líder judío posterior describió a Pilato como “inflexible, inmisericorde y obstinado”. Esto se afirma aquí, ya que el consenso general de que demostró vacilación y debilidad es decir muy po co. Al fin del día Pilato no mostró misericordia y menos aun justicia para con un inocente.
Notas. 16 Castigarle significa “azotarle”. El azote era una pena en sí mismo o una preparación para la crucifixión (Mar. 15:15). 18 Lucas no explica qué es lo que llevó al pueblo a pedir a Barrabás. Los otros Evangelios explican la costumbre de soltar a un preso durante la Pascua, y esta explicación ha sido añadida en el v. 17 por escribas posteriores, como señala la nota de la RVA.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
Notemos, en primer lugar, cuan singular fue la declaración que de la inocencia de nuestro Señor hicieron sus jueces.
Según se refiere en el pasaje arriba citado, Pilato dijo á los judíos: «Me habéis presentado este hombre porque pervierte al pueblo; y he aquí, yo preguntando delante de vosotros, no he hallado alguna culpa en este hombre de aquellas de que le acusáis; y ni aun Herodes.» El gobernador galileo y el romano eran de la misma opinión. Ambos convenían en absolver á nuestro Señor de los cargos que se le hacían.
Y esa declaración era oportuna. Nuestro Señor iba á ser ofrecido como un sacrificio por nuestros pecados: era pues justo y conveniente que los que lo examinasen lo declarasen completamente inocente; era justo y conveniente que los que lo inmolasen confesasen que estaba «sin mancha y sin contaminación.» 1Pe 1:19. Dios que todo lo gobierna, dispuso de tal manera las circunstancias del juicio de Jesús, que, aunque los jueces eran enemigos suyos, no pudieron probarle la comisión de crimen alguno.
Cada día debiéramos dar gracias á Dios de que nuestro Sustituto fue perfecto en todos respectos, y que nuestro Rescate fue completo y sin tacha. ¿Qué hombre hay que alcance á contar sus pecados? Todos los días de nuestra vida dejamos de hacer lo que debiéramos hacer y hacemos lo que no debiéramos hacer. Mas debe consolarnos el saber que Cristo el Justo ha ocupado nuestro lugar á fin de pagar la deuda que gravita sobre los hombros de todos nosotros, y de cumplir la ley que todos hemos quebrantado. «El da justicia á todo aquel que cree.» Rom 10:4.
Por él y en él se considera á los creyentes como si hubiesen cumplido la ley. Por amor de Cristo Dios puede decir respecto del creyente: «No hallo en él falta alguna..
Notemos, además, de qué manera tan completa los judíos tomaron sobre si la responsabilidad de dar muerte á nuestro Señor. Se nos refiere que «queriendo Pilato soltar á Jesús, los judíos daban voces diciendo: ‘¡Crucifícale, Crucifícale!'» Y también, que «instaban a grandes voces pidiendo que fuese crucificado..
Este hecho de la historia de la pasión merece especial atención, pues comprueba que los apóstoles hablaron con rigurosa exactitud, en épocas posteriores siempre que aludieron á la muerte de su Maestro. «Matasteis Al Autor de la vida.» dijo Pedro á los judíos en Jerusalén. «Vosotros le matasteis colgándole en un madero.» Actos 3:15; 5: 30. Los judíos mataron así al Señor Jesús como á sus mismos profetas,» dijo S. Pablo á los Tesalonicenses.
Dios no olvidó la terrible responsabilidad que asumieron los judíos. La sangre inocente que entonces derramaron ha estado clamando contra ellos en su calidad de nación por el espacio de diez y ocho siglos. Diseminados por toda la tierra; errantes en todas las naciones; sin patria, sin gobierno propio, los judíos demuestran hasta el día de hoy que sus palabras han tenido un cumplimiento terrible. La sangre de su Mesías ha recaído sobre ellos y sobre sus hijos. Ellos son un ejemplo viviente que nos da á conocer las desgracias que sobrevienen á los que rechazan á nuestro Señor. Maravilloso es, en verdad, que se reserve misericordia para los hijos de Israel á pesar de sus pecados y de su incredulidad I La nación que hirió al Redentor y le dio la muerte, algún día tornará hacia El los ojos con fe y será restituida á la gracia de Dios.
Advirtamos, por último, en este pasaje cuan singulares fueron las circunstancias bajo las cuales Barrabas fue puesto en libertad. Se nos dice que Pilato «soltó á aquel que habían sido echado en la cárcel por sedición y una muerte, al cual habían (los judíos) pedido mas entregó á Jesús á la voluntad de ellos.» Tenia en su poder dos prisioneros y debía poner en libertad á uno de ellos. El uno había pecado contra Dios y contra los hombres y se habían manchado de negros crímenes: el otro era el santo, inocente é inmaculado Hijo de Dios, en quien no habían falta alguna. ¡Y sin embargo, Pilato condena al prisionero inocente y absuelve al culpable! Da órdenes para que suelten á Barrabas y entrega á Jesús para que sea crucificado.
Este hecho es muy instructivo, pues manifiesta hasta que punto llegó la malevolencia de los judíos para con nuestro Señor. Como dice S. Pedro: «Al Santo y al Justo negaron, y pidieron que se les diese un homicida.» Actos 3:14. También manifiesta cuan profunda fue la humillación á que se sometió nuestro Señor á fin de obtener nuestra redención. ¡Sí, se sometió á pesar menos en la balanza de la justicia que un asesino, y permitió que se le tuviese por más criminal que el mayor de los pecadores! Pero ese hecho tiene un significado más profundo que no hemos de dejar desapercibido: es un emblema ó símbolo del canje que se verifica entre Cristo y el pecador cuando este es justificado delante de Dios. «Cristo fue hecho pecado por nosotros para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.» 2Co 5:21. Cristo siendo inocente ha sido tenido por culpable delante de Dios, para que los que son culpables sean considerados como inocentes y absueltos de toda condenación.