Comentario de Lucas 23:32 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Llevaban también a otros dos, que eran malhechores, para ser ejecutados con él.

23:32 Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. — Esto fue hecho por la palabra de Pilato, pero al hacerlo cumplieron la profecía de Isa 53:12.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Luc 22:37; Isa 53:12; Mat 27:38; Mar 15:27, Mar 15:28; Jua 19:18; Heb 12:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La predicción de Jesús de morir con los transgresores (Luc 22:37; véase también las profecías de Isaías en Isa 53:12) se cumplió cuando los dos malhechores lo acompañaron en la muerte.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

otros dos … malhechores. Vea las notas sobre Mat 27:38; Mar 15:27.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

23:32 Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. – Esto fue hecho por la palabra de Pilato, pero al hacerlo cumplieron la profecía de Isa 53:12.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LE CRUCIFICARON ALLÍ

Lucas 23:32-38

Con Jesús llevaban también a crucificar a otros dos reos, culpables de diversos crímenes. Cuando llegaron al lugar que se conocía como «La Calavera», crucificaron a Jesús y a los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda. Y Jesús decía:
-¡Padre, perdónalos, que no saben lo que están haciendo!
Los soldados se repartieron la ropa de Jesús echándosela a suertes. La gente estaba mirando, y los líderes judíos se mofaban de Él, diciendo:
-¡Que se salve a sí mismo como salvó a otros, si es verdad que es el Mesías, el Escogido de Dios!
Los soldados también le escarnecían, acercándose a ofrecerle vinagre, y diciéndole:
-¡Anda, si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo ahora! Esto lo decían porque el cartel que habían puesto en su cruz, que estaba escrito en griego, en latín y en hebreo, decía:

«ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS»

Cuando se llegaba al lugar de la ejecución, se dejaba la cruz en el suelo. Lo corriente era que tuviera la forma de una T sin nada para que reposara la cabeza. Era bastante baja, de forma que los pies del criminal estaban a poca distancia del suelo. Había un grupo de mujeres de Jerusalén que tenían costumbre de ir a las crucifixiones para darle al reo un trago de vino con drogas para que sintiera menos el horror del suplicio. También se lo ofrecieron a Jesús, pero Él lo rechazó (Mt 27:34 ). Estaba decidido a sufrir la muerte hasta lo sumo, con la mente despejada y los sentidos despiertos. Los brazos del reo se extendían sobre el travesaño, y se le clavaban las manos; los pies no se solían clavar, sino sólo atar. En medio del poste había a veces una protuberancia, que llamaban la silla, que aguantaba el peso del reo para que no se rasgaran las manos. Entonces se levantaba la cruz y se afirmaba en un agujero del suelo. Lo terrible de la crucifixión era que el dolor del suplicio era inmenso, pero no producía la muerte, que llegaría a consecuencia del hambre, la sed, el frío, el calor, a veces después de muchas horas y aun días. Se sabe de algún caso en el que el criminal se mantuvo vivo toda una semana, hasta que murió con señales indudables de locura.

La ropa del criminal se la quedaban como compensación los cuatro soldados que le habían escoltado hasta el patíbulo. Los judíos tenían cinco artículos de ropa: la túnica interior, la exterior, el cinto, las sandalias y el turbante. Cuatro se las dividieron entre los cuatro soldados, y quedaba la túnica exterior que, en el caso de la de Jesús, estaba tejida de una pieza, sin costura (Jn 19:23-24 ). El haberla cortado para repartirla habría sido echarla a perder; así es que los soldados se la echaron a suertes a la sombra de la cruz. No les inquietaba el que, a poca distancia, un reo estaba agonizando lenta y horriblemente.

El cartel que se ponía en la cruz era el mismo que se había exhibido durante la marcha.

Jesús dijo muchas cosas maravillosas, pero tal vez ninguna tanto como: «¡Padre, perdónalos, que no saben lo que están haciendo!» El perdón cristiano es algo extraordinario. Cuando estaban matando a pedradas a Esteban, él oraba: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado» Hch 7:60 ). No hay nada más extraño ni más precioso que el perdón cristiano. Cuando el resentimiento amenaza con inundarnos el corazón de amargura, escuchemos otra vez al Señor pidiendo el perdón de los que le estaban crucificando, y a su siervo Pablo diciéndoles a sus amigos: «Mostraos comprensivos, compasivos con los demás, dispuestos siempre a perdonar a los que os hayan ofendido, de la manera que Dios nos ha perdonado mucho más a nosotros por medio de Jesucristo» Ef 4:32 ).

La idea de que aquel, el más horrendo crimen de la humanidad, se cometió por ignorancia, aparece en todo el Nuevo Testamento. Pedro le dijo a la gente pocos días después: » Sé que lo habéis hecho por ignorancia» Hch 3:17 ). Pablo dijo que habían crucificado a Jesús porque no le habían reconocido Hch 13:27 ). Marco Aurelio, el gran emperador romano estoico, solía decirse todas las mañanas: » Hoy te vas a encontrar con toda clase de gente desagradable: te harán daño, te injuriarán, te insultarán…; pero tú no puedes hacerles lo mismo, tú sabes más, tú eres un hombre en quien mora el Espíritu de Dios.» Otros puede que tengan el corazón lleno de resentimiento, y otros pecarán por ignorancia; pero nosotros sabemos más. Somos hombres y mujeres de Cristo, y debemos perdonar como Él perdonó.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— dos criminales: Mt y Mc hablan simplemente de ladrones. El vocablo que utiliza Lc parece insinuar que se trata de revolucionarios políticos. Ver, no obstante, nota a Mat 27:38.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

f 1424 Isa 53:12; Mat 27:38

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

otros… Gr. éteros. Esto es, dos diferentes.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

BD306(5) Ἕτεροι se usa en sentido pleonástico; así que καὶ ἕτεροι δύο significa: y además, dos malhechores (el adjetivo implica la idea de diferencia -R749).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Gr. heteroi. Esto es, dos diferentes.

Fuente: La Biblia Textual III Edición