Comentario de Lucas 24:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
24:31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron (véanse notas sobre el v. 16) ; mas él se desapareció de su vista. 32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros (expresión de emoción extraordinaria, Sal 39:3; Jer 20:9) , mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? — Ahora estos discípulos que estaban desesperanzados vuelven a tener esperanza. Habiendo sido tan desanimados, ahora son fervientes en espíritu. ¿Se puede decir que los corazones de los primeros conversos (los tres mil, los samaritanos, el eunuco, Saulo, Cornelio, Lidia, el carcelero) ardían cuando escuchaban la predicación del evangelio? ¿Cuántos corazones arden cuando les predicamos la palabra de salvación?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
fueron abiertos los ojos. Luc 24:16; Jua 20:13-16.
él se desapareció de su vista, o de la presencia de ellos. Luc 4:30; Jua 8:59.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
les fueron abiertos los ojos. Es decir, por Dios. Ellos habían sido impedidos por Dios para reconocerlo hasta ese momento (cp. el v. Luc 24:16). Su cuerpo resucitado había sido glorificado y su apariencia había cambiado (vea la descripción de Juan en Apo 1:13-16), y esto explica sin duda por qué María no lo había reconocido al principio (cp. Jua 20:14-16). Pero en este caso, Dios intervino de forma activa para impedirles reconocerlo hasta el momento de su partida. él se desapareció de su vista. Su cuerpo resucitado, aunque era real y tangible (Jua 20:27), y aún podía tomar alimentos (vv. Luc 24:42-43), poseía sin embargo, las cualidades de un cuerpo glorificado y transformado de manera misteriosa (cp. 1Co 15:35-54; Flp 3:21). Cristo podía aparecer y desaparecer en su cuerpo, como podemos ver en este pasaje. Su cuerpo podía traspasar objetos sólidos, como los lienzos de la tumba (vea la nota sobre el v.Luc 24:12), o los muros y puertas de una habitación cerrada (Jua 20:19; Jua 20:26). Al parecer, también podía recorrer grandes distancias en un instante, porque en el tiempo en el cual los discípulos regresaron a Jerusalén, Cristo ya se le había aparecido a Pedro (v. Luc 24:34). Su ascensión demostró que su cuerpo resucitado ya estaba listo para ir al cielo. Con todo, era su propio cuerpo, el mismo que desapareció de la tumba, que conservaba rasgos que lo identificaban, tales como las heridas de los clavos (Jua 20:25-27). No era un fantasma o un espectro.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
24:31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron (véanse notas sobre el v. 16) ; mas él se desapareció de su vista. 32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros (expresión de emoción extraordinaria, Sal 39:3; Jer 20:9) , mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? – Ahora estos discípulos que estaban desesperanzados vuelven a tener esperanza. Habiendo sido tan desanimados, ahora son fervientes en espíritu. ¿Se puede decir que los corazones de los primeros conversos (los tres mil, los samaritanos, el eunuco, Saulo, Cornelio, Lidia, el carcelero) ardían cuando escuchaban la predicación del evangelio? ¿Cuántos corazones arden cuando les predicamos la palabra de salvación?
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1489 Jua 20:19
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
31 super (1) El Salvador caminó con ellos (v. 15) y se quedó con ellos (v. 29), pero sólo cuando le dieron el pan, y El lo partió, los ojos de ellos fueron abiertos y le reconocieron. Ellos necesitaban que El caminara y se quedara con ellos, pero necesitaba que ellos le trajeran el pan para partirlo y así abrir sus ojos a fin de que le vieran en realidad.
31 super (2) Lit., El se les hizo invisible. El Salvador todavía estaba con ellos. No los dejó, sino que solamente se hizo invisible.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
se desapareció de su vista. Lit., se volvió invisible.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
TGr79 y sig. Hay un doble hincapié en el pronombre αὐτῶν: en primer lugar, el hecho de usarlo; y luego, el hecho de colocarlo tan enfáticamente al comienzo de la oración. Sin embargo, el énfasis no carece de sentido cuando consideramos la oración en relación con lo que antecede. El evangelista ha colocado juntos los dos pronombres de pronunciación similar: αὐτοῖς y αὐτῶν; y la clave para la interpretación correcta consiste en unir mentalmente los pronombres tan íntimamente como sea posible, y entender que el concepto subyacente en la historia del camino a Emaús es la capacidad iluminadora del partimiento del pan. Todos los que (αὐτοῖς) reciben el pan partido, estos son los que (αὐτῶν) logran la iluminación.